El que de verdad sabe me introdujo a Jorge Cafrune uno de esos días. Detuve el trabajo de la tesis y de la matemática para escucharlo. Y él me ofreció aquella “Zamba de mi Esperanza” cantada en Jujuy y yo le puse toda mi atención a Don YouTube. Y en el comienzo del disfrute me sonó algo conocido, y los segundos alargados en que escuchaba “(…) Zamba, a ti te canto (…)” se me vino a la cabeza una canción que tiene la bandera del Perú en cada una de sus letras, una que a la Guitarra le dice “(…) te envío mis palabras (…)”; y el resto de la estrofa me introdujo la sospecha en el cerebro, y no me quedó más remedio que comparar la canción de Cafrune con “Cuando Llora mi Guitarra” . Y era claro, una le habla de frente a su Zamba y la otra le habla de frente a su Guitarra. Ambas canciones comparten testigos del llanto del autor, ambas ofrecen sus palabras y su canto y ambas culminan evocando la soledad y que sin su cariño “me muero”. Uno más uno es dos. Lo dicho más la melodía parece el origen de aquella composición de Polo Campos. Jorge Cafrune cantó en los sesentas, antes de que el régimen militar lo atropellara, según dicen algunos. La canción, sin embargo, la habría escrito Luis Profili y, quien sabe, Polo Campos en uno de sus viajes a Argentina se encontró con Cafrune que estaba “de a caballo por su Patria” y se la escuchó, se la aprendió y se la homenajeó, y los Morochucos la hicieron famosa, en qué decada, ah, en los sesentas. Y ahora los limeños la cantamos con la mano en el pecho. El buen Polo Campos nos introdujo al “turco”Cafrune y al folcklore argentino puro. O quizás no.