Pleasure delaying y Vorfreude, alguna razón de ser tenía que tener dentro de mi cabeza. Buen día para recordar la expresión. Y es que el carro encendió, estamos leyendo dos libros y hemos pensado en entrecruzar ciudades y también años. Era un día de necesidad visual, y entramos a un bar que estaba en las cercanías de Kröpcke y dek Stadtmitte, encontramos un bar de los bien alemanes, mucha madera y algunos barriles. Nos sentamos en la barra y nos atendió el dueño del lugar, un buen tipo con pretensiones de tuerto y con felizmente curiosidad. Nos dio el vaso al que le puso un collarín de papel, una suerte de posavasos, y le puso una raya con el lapicero, va una. Un tipo del costado, con cara de citadino nos sorprendió cuando nos dijo que venía del norte, me apunto un lugar en algún mapa que no sé de donde salió, tan al norte que se dedicaba a pescar en el Nordsee y en la plática que estuvo entre los
pescados, los smartphones y Deutscher Fussball le agregó un par de rayitas a su posavasos y ahorró una en el nuestro. La señora del lado también se interesó, también le gustó la charla geográfica y abandonó el tragamonedas personal que había al lado de la barra. Ihr beide seht richtig wie Morey and Babette Dell und auch ein bisschen wie Phil und Cookie. Eine ganze Stunde, um das zu erklären. Curiosidad curiosidad. Éste fue un martes interesante.
Archivo por meses: noviembre 2013
Augusto Armando Polo Campos
El que de verdad sabe me introdujo a Jorge Cafrune uno de esos días. Detuve el trabajo de la tesis y de la matemática para escucharlo. Y él me ofreció aquella “Zamba de mi Esperanza” cantada en Jujuy y yo le puse toda mi atención a Don YouTube. Y en el comienzo del disfrute me sonó algo conocido, y los segundos alargados en que escuchaba “(…) Zamba, a ti te canto (…)” se me vino a la cabeza una canción que tiene la bandera del Perú en cada una de sus letras, una que a la Guitarra le dice “(…) te envío mis palabras (…)”; y el resto de la estrofa me introdujo la sospecha en el cerebro, y no me quedó más remedio que comparar la canción de Cafrune con “Cuando Llora mi Guitarra” . Y era claro, una le habla de frente a su Zamba y la otra le habla de frente a su Guitarra. Ambas canciones comparten testigos del llanto del autor, ambas ofrecen sus palabras y su canto y ambas culminan evocando la soledad y que sin su cariño “me muero”. Uno más uno es dos. Lo dicho más la melodía parece el origen de aquella composición de Polo Campos. Jorge Cafrune cantó en los sesentas, antes de que el régimen militar lo atropellara, según dicen algunos. La canción, sin embargo, la habría escrito Luis Profili y, quien sabe, Polo Campos en uno de sus viajes a Argentina se encontró con Cafrune que estaba “de a caballo por su Patria” y se la escuchó, se la aprendió y se la homenajeó, y los Morochucos la hicieron famosa, en qué decada, ah, en los sesentas. Y ahora los limeños la cantamos con la mano en el pecho. El buen Polo Campos nos introdujo al “turco”Cafrune y al folcklore argentino puro. O quizás no.