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Lenta lenta lentamente veo mi piel regenerarse, en el lugar más visible para el público, el reverso de mis manos, tres garras incrustadas que dejaron huella, penetraron en la piel y la carne, la infectaron y deterioraron hasta el punto de que los transeúntes consideraban al miembro disminuido. Muy lentamente me fui curando, fue tomando el lugar de las llagas mi antigua piel oscura suavizada por el viento frío y la sensación de limpieza, haciendo saltar las costras por innecesarias tardando el tiempo necesario para que no se note el cambio, ni me atribuya habilidades animales, fui un ente regenerativo durante la semana.