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Es de copiar estas intentonas neofantásticas 2.0: Federico Moccia busca no defraudar y se escabulle dos días antes de la publicación de su novela “Ho Voglia di Te” en el Ponte Milvio para colocar un candado de amor y no defraudar a los adolescentes lectores de su historia de amor. Y ahora le doy su media hora diaria a la carcajada y encuentro que el maestro Alfredo Bryce pone en la solapa de “El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz” su cara de complicidad con una sonrisa solamente sugerida para demostrarte su picardía momentos después de que te topaste con una de sus hasta-no-más hilarantes genialidades. Qué tipos.