A lo dictador, a lo Chávez, a lo comunista, a lo Humala, qué puede uno hacer cuando, después de tantos años bogando contra un enemigo permanente, la guerra exterior, el imperialismo yanqui, el capitalismo, desaparece este y no queda si no paz, paz y la certeza de la muerte del mundo, una muerte en un momento más cercano de lo esperado, qué puede uno hacer: pues creer o, mejor aún, provocar que la muerte del mundo no se produzca en marzo, que no se produzca o que, si se produce, se produzca al tiempo del mero mero juicio final.