Archivo del Autor: Sinesio López Jiménez

Acerca de Sinesio López Jiménez

Sinesio López Jiménez es doctor en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) de Lima, Perú. Hizo estudios de doctorado en la Ecole Pratique des Hautes Etudes de la Universidad de París bajo la dirección de Alan Touraine. En la actualidad es profesor principal de la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP y de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM. Fue coordinador de la maestría en Sociología de la PUCP, coordinador de la maestría en Ciencia Política de la PUCP, Director de la Biblioteca Nacional del Perú (2001-2005), Director de El Diario de Marka (1982-1984) y columnista político del mismo. Los campos de interés académico son la Teoría Política, la Política Comparada, el Estado, la Democracia y la Ciudadanía. Ha sido profesor visitante de FLACSO, Quito, Ecuador y del CAEM. Es autor de los libros El Dios Mortal, Ciudadanos Reales e Imaginarios, Los tiempos de la política, coautor de varios libros de sociología y política y ha escrito muchos artículos y ensayos de su especialidad publicados en el Perú y en el extranjero. Actualmente es columnista del diario La República.

UN ESTADO PARA TODOS

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Sinesio López Jiménez
El triunfo de Ollanta es la toma democrática de la Bastilla. Sin asaltos, sin violencia, sólo con la fuerza de los votos las clases medias y populares han conquistado el gobierno del Estado para todos. Acabar con la captura del Estado por los operadores del poder económico para ponerlo al servicio de todos es probablemente uno de los cambios más importantes que van a producirse a partir del 28 de julio. Desde hace más de veinte años los poderes fácticos han logrado imponer a los presidentes elegidos los operadores de sus intereses en el manejo de los aparatos económicos del Estado. Desde allí desplegaban las políticas económicas para los ricos y asignaban las migajas de las políticas sociales asistencialistas para los pobres. En este lapso ningún ministro de Economía y Finanzas ha provenido de las filas del partido que obtenía el triunfo electoral. Casi todos ellos provenían de las canteras de los organismos financieros internacionales o de los bancos.
Los operadores justificaban su presencia en el Estado no sólo como cuadros técnicos eficientes sino también como hombres de confianza del capital nacional e internacional. Por temor a fracasar en el campo económico o por presión de los poderes fácticos, los presidentes democráticamente elegidos terminaban escogiéndolos como los magos de la economía y las finanzas. Con la elección de Ollanta las cosas pueden y deben ser distintas. Eso explica probablemente la fuerte presión de la derecha y de los poderes fácticos para que el presidente electo, sin haber recibido aún las credenciales del JNE, decida apresuradamente el nombramiento de los hombres que sirvan y defiendan sus intereses. Eso explica también el veto y la satanización (por la prensa derechista) de los hombres de confianza de Ollanta y de los cuadros provenientes de la izquierda. La derecha política no aprende de su propia derrota y sigue actuando como si hubiera ganado.
¿Es posible poner al Estado al servicio de todos?. ¿Es posible gobernar para todos, especialmente para los más necesitados, o está obligado a gobernar para los ricos el que accede al gobierno del Estado?- Si se tiene en cuenta las relaciones de fuerzas sociales y políticas, nacionales e internacionales, es difícil pero no imposible. Ayudaría mucho si el gobierno recientemente elegido fuera respaldado por un partido bien organizado y por una sociedad civil vigorosa. Estas son, sin embargo, tareas pendientes a las que GANA-PERU tiene que abocarse con urgencia si quiere tener éxito en el gobierno y busca darles proyección estratégica a los grandes cambios que pretende realizar.
Soltar las amarras que atan al Estado con los intereses particulares de algunos grupos en desmedro de las mayorías ya es un buen comienzo, sin embargo, y establecer relaciones estatales funcionales, transparentes, eficientes y justas con la economía y con la sociedad es un avance significativo. El Estado tiene la obligación de garantizar la inversión (nacional y extranjera) y la acumulación a todos los empresarios (grandes y pequeños) y de mantener los equilibrios macroeconómicos a través de sus políticas económicas (fiscal y monetaria) adecuadas y de una seguridad jurídica confiable. Los empresarios, a su vez, tienen la obligación de contribuir en forma significativa al sostenimiento del Estado y de sus políticas públicas mediante una tributación equitativa y el respeto a los derechos de los trabajadores.
Finalmente, el Estado está obligado a dedicar una parte significativa de la presión tributaria a las políticas sociales universales (salud, educación, justicia y seguridad) de calidad para todos, especialmente para los pobres y muy pobres. Sólo si ellas llegan a todo el territorio y a todas las clases sociales, la sociedad le otorgará legitimidad al Estado, al gobierno y a los gobernantes. En el fondo, las relaciones funcionales señaladas constituyen un compromiso entre los empresarios y los trabajadores con la mediación efectiva del Estado.
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SÍ SE PUDO

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Sinesio López Jiménez
Derrotar al fujimorismo no era difícil, pero vencer a todos los poderes que lo respaldaban parecía imposible. Era una batalla desigual. Pocos analistas pensaban que Ollanta pudiera imponerse a Fujimori, a los grandes grupos empresariales, a la mayoría de los medios, al cardenal Cipriani y a García. A mí me parecía difícil, pero no imposible. ¿ Por qué era difícil?. El poder económico y el poder mediático no estaban dispuestos a perder el poder político. Temían que, perdiéndolo, su poder económico y mediático, corría un serio peligro. García creía que la continuidad del modelo neoliberal peligraba y que Ollanta, una vez en el gobierno, levantara la alfombra de Palacio. ¿Cuál era el miedo del cardenal Cipriani? No temía, por cierto, perder el cielo sino il bocatto di cardinale (algunos apetecidos bienes terrenales pro los cuales litiga).
Era difícil, además, porque, detrás de la candidatura de Ollanta, no existían ni existen partidos organizados que pudieran contrarrestar la ofensiva feroz de todos los poderes. ¿Por qué no era imposible? Había antecedentes de la derrota de los medios. Barrantes en los 80 y Belmont en 1989 habían logrado victorias parciales y Fujimori en 1990 logró una victoria total cuando ganó el gobierno contra la voluntad de los medios. ¿ Por qué triunfó Ollanta?. Hay varios factores que han contribuido a su victoria. En primer lugar, la calidad del candidato. Ollanta tiene defectos, sin duda, pero son mayores sus virtudes. La primera es una voluntad férrea, forjada en otras batallas muy difíciles (lucha contra el terrorismo, guerra del Cenepa) que debió librar como militar. La segunda, una persistente y legítima ambición de poder que lo impulsó a luchar denodadamente por la conquista del gobierno.
La tercera, la madurez del candidato, adquirida a lo largo de la lucha política desde el 2006 en adelante. En una reunión de un centenar de invitados sostuvo: Que me disculpe mi profesor de política, pero yo aprendí mucho más en la calle (en contacto directo con el pueblo) que en la Católica. Esa madurez le permitió en estas elecciones adecuarse a los cambios de los tiempos y las circunstancias sin renunciar a los objetivos programáticos y estratégicos. La segunda razón de su triunfo es la campaña electoral impecable que desplegó con la asesoría de especialistas de primer nivel. Gracias a sus asesores pudo salir airoso de los desafíos más difíciles de la campaña.
En tercer lugar, la conformación de una coalición de centro izquierda le permitió enfrentar con éxito la segunda vuelta electoral. El 32% de esa coalición provenía de las corrientes nacionalistas e izquierdistas de la primera vuelta y el 20% provino de la vertiente liberal-democrática encabezada por Alejandro Toledo y Mario Vargas Llosa. Por ser liberal, democrática y ética, esta corriente era profundamente antifujimorista. Hay que destacar la valentía y la entereza moral de los Vargas Llosa (Mario y Alvaro) para defender sus principios aún a costa de enemistarse y ganarse los odios del poder económico, mediático y religioso. En cuarto lugar, el apoyo de algunos medios (La República y La Primera) y de algunas organizaciones de la sociedad civil le dieron sustento e impulso a la campaña, especialmente en la última semana en la que se rompió el virtual empate de los candidatos.
¿Cuáles son los principales desafíos de Ollanta como presidente?. El primero, mantener el impulso del crecimiento económico. En segundo lugar, elevar la presión tributaria sin abusar de los impuestos. El tercero, desplegar el conjunto de políticas sociales como derechos sociales universales que prometió en la campaña. El cuarto, aplicar un shock en los aparatos sociales del Estado (educación, salud, justicia y seguridad) para hacerlos más ágiles, eficientes y transparentes. Todo eso requiere, sin duda, manejar las políticas económicas con y desde el centro y las políticas sociales con y desde la izquierda. Que Dios nos ayude.

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SE SIENTEN PASOS

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Sinesio López Jiménez
No tenemos encuestas, pero hay una serie de síntomas en el ambiente político que permiten predecir los resultados de la segunda vuelta. Hasta el domingo pasado las encuestadoras presentaban un empate técnico que se mantuvo por tres semanas consecutivas. El dato a retener en este caso no es que Keiko Fujimori alcanzó a Ollanta Humala sino que éste no pudo ser demolido por la ofensiva feroz de la mayoría de los medios (diarios, radio y TV) que respaldan a la candidata naranja. Para poder entender el último tramo de la segunda vuelta es necesario pasar de la macropolítica a la micropolítica en la que los movimientos moleculares de la política cuentan. Mi hipótesis es que en esta última semana se ha roto tímidamente el empate en favor de Ollanta Humala. Sospecho que los indecisos del sector B y C se han decidido mayoritariamente por Ollanta y que se han producido pequeños trasvases a su favor en los sectores D y E. ¿Cuáles son las causas que explican este cambio en la situación política?. Hay varios factores, pero los más importantes son los siguientes:
En primer lugar, el buen desempeño de Ollanta en el debate del domingo pasado ha ayudado al candidato nacionalista. Quedó mejor de lo que esperaban los analistas y la gente misma. En esa medida triunfó. Sus acusaciones contra la candidata fujimorista (las esterilizaciones forzadas de trescientas mil mujeres, la escandalosa corrupción del régimen fujimorista del 90, la identificación y continuidad de Keiko Fujimori con respecto a su padre, la presencia indiscutible de montesinistas en su equipo, etc) han sido parte de la agenda política de la última semana de la campaña. Los fujimoristas (incluida la candidata) han pedido disculpas por las esterilizaciones forzadas, por ejemplo. Este es el mejor indicador de que le fue bien a Ollanta en el debate del domingo pasado. En segundo lugar, la reacción ciudadana contra el cargamontón mediático ha neutralizado sus efectos destructivos. La contracampaña abusiva y feroz de la mayoría de los medios (prensa, radio y TV) alcanzó, luego de un mes, un nivel de saturación a partir del cual comenzó a ser contraproducente.
En tercer lugar, el pronunciamiento de Toledo y Perú Posible, luego de muchas dudas y vacilaciones, a favor de la candidatura de Ollanta Humala tiene, sin duda, un cierto impacto más allá de las huestes de su partido que aún se mantenían en la duda. En cuarto lugar, las movilizaciones masivas contra la candidata fujimorista en Lima y en algunas ciudades del país también ayudan a Ollanta. Las organizaciones de derechos humanos, los colectivos de jóvenes de diversas universidades y las organizaciones sindicales han hecho que el proceso electoral tenga un contenido ético. En quinto lugar, los pronunciamientos de varios grupos intelectuales (escritores, artistas, historiadores, politólogos, feministas) pueden tener algún impacto en los jóvenes universitarios y en ciertos sectores ilustrados del país.
En sexto lugar, la fulminante carta de Vargas Llosa a El Comercio en la que renuncia a seguir escribiendo en sus páginas (puestas hoy al servicio del fujimorismo) le quita credibilidad a los medios (prensa escrita y televisiva) que encabeza el decano y, de paso, a todos los medios fujimorizados. El respaldo de Vargas Llosa es una de las mejores cosas que le ha pasado a la candidatura de Ollanta Humala. Ella arrastra el respaldo de un sector importante de liberales de verdad, influye en el mundo intelectual y probablemente en el voto de los peruanos que residen en el extranjero. En sétimo lugar, la batalla que se libra en el internet la estaría ganando, no tanto Humala, como el movimiento “No a Keiko” en esta última semana. Finalmente, el rush final de la campaña parece favorecer a Ollanta quien establece una relación más afectiva con las masas.
En todo caso, gane Ollanta Humala o Keiko Fujimori, el triunfo será muy ajustado.

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UNA BATALLA DESIGUAL

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Sinesio López Jiménez
Esta segunda vuelta es una batalla desigual. Ollanta no sólo se confronta electoralmente con Keiko Fujimori sino también con todos los poderes (los grandes grupos empresariales, los medios, García, presidente de la República y Cipriani, el jefe de la Iglesia Católica conservadora) que la respaldan. No es poca cosa. Estos apoyos, especialmente el de los medios (que han renunciado al pluralismo y al equilibrio informativo) y el de García, quien está obligado (por su función) a mantener la neutralidad, han hecho que el proceso electoral no sea justo, que pierda su carácter competitivo y que sus resultados corran el riesgo de no ser legítimos. Al JNE se le ha escapado de las manos la conducción del proceso electoral. ¿Y qué dicen los observadores internacionales?.
Este proceso electoral ha sacado a luz la existencia de grupos poderosos que se sienten intocables y que creen que sus privilegios constituyen derechos incuestionables. Su presencia avasalladora hace difícil sino imposible la democracia. Esta supone la igualdad de condiciones sociales (libre circulación de todos por los status sociales que deseen, igualdad ante la ley y ante el Estado) y la eliminación de todo tipo de privilegios. En una democracia nadie tiene corona: Todos tienen derecho a participar en la política y los votos de los económicamente desiguales son políticamente iguales. La democracia supone también el respeto de las libertades individuales y políticas, el debate público abierto y la competencia política en igualdad de condiciones.
Los principales grupos poderosos que se siente intocables son los grandes grupos empresariales y los medios. Los primeros creen que el modelo neoliberal extremo y la constitución de 1993 son sagrados y que nadie debe ponerlos en cuestión. Ellos pretenden sustraer estos temas de la agenda electoral y del debate público. Los que se atreven a cuestionarlos son colocados en el index del anti-sistema. Los segundos se escandalizan cuando se discute la cuestión de los oligopolios mediáticos, el carácter de servicio público de la radio y la TV debido al uso del espectro radio-eléctrico (que pertenece a todos los peruanos) y la obligación que tienen de ser pluralistas y de mantener el equilibrio informativo. El pluralismo informativo es una exigencia central de todas las teorías de la democracia.
¿Qué se busca con la tesis de la supuesta sacralidad del neoliberalismo extremo y de la constitución de 1993?. Defender sus bolsillos y sacar del juego político a Gana Perú, la única fuerza política que propone cambiar el capitalismo salvaje (mercado sin estado, producción primaria sin impulso a la industrialización, libre comercio sin protección arancelaria, capitalismo sin derechos sociales y sindicales, crecimiento sin distribución, etc) por un capitalismo democrático que combina el crecimiento económico con la distribución a través de políticas sociales universales (pensión 65, cunamás, salario mínimo de 750 soles, restitución de los derechos sindicales, etc).
La derecha sostiene que ese cambio lleva a la dictadura y a la perpetuación del poder: atribuye a los impulsores de un capitalismo democrático los mismos métodos que Fujimori y sus aliados utilizaron para imponer el capitalismo salvaje. Para defender sus bolsillos apela engañosamente a la democracia, condena a Ollanta y defiende a Keiko Fujimori, la heredera de la dictadura más corrupta y criminal de la historia. ¿Se impondrá este cargamontón contra Ollanta? Mi hipótesis es que los electores pueden ver esta ofensiva mediática como un abuso y reivindicar a Ollanta votando por él y derrotando a todos los poderes juntos en nombre de la justicia. Será el triunfo de David contra Goliat.
Las encuestas revelan que la candidatura de Ollanta no ha podido ser demolida en estos dos meses por la contracampaña feroz de todos los poderes contra ella. Sigue el virtual empate técnico cuyo desenlace conoceremos con certeza en la víspera (con las últimas encuestas) y en el mismo día de las elecciones.
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CARLOS IVAN DEGREGORI

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Sinesio López Jiménez
Amó la vida, la belleza, la bondad, la libertad, la justicia y todos los valores que hacen grandes a los hombres y mujeres que los cultivan y defienden. Carlos Iván luchó contra la enfermedad y la muerte hasta que las fuerzas lo abandonaron. No tenía un sentimiento trágico de la vida, pero podía haber escrito con Unamuno: “No quiero morir ni quiero quererlo y si muero no me habré muerto yo, sino que me habrá matado el destino humano”. Amó y sufrió al Perú intensamente. Amó a su gente, sobre todo a la más humilde y sencilla. Amó su geografía agreste, variada y agresiva. Lo hacían sufrir la indiferencia, el abuso y la injusticia. Su exquisita sensibilidad a flor piel acrecentaba el sufrimiento.
“Una vida puede ser larga o breve. Si es breve,… un sentimiento de duelo invade la biografía, porque la vida no pudo continuar escribiéndola. Si es larga,…se tiene la sensación de que también el futuro histórico está plenamente contenido y articulado en su obra tardía” escribió el gran historiador alemán Reinhart Koselleck en homenaje al filósofo Hans-Georg Gadamer (su maestro). Tengo la impresión que la muerte de Carlos Iván ha cortado una vida madura, pero todavía en plena producción intelectual, llena de proyectos y de sueños que ahora quedan truncos. Espero que sus amigos y sus discípulos puedan continuarlos y hacernos sentir que, de ese modo, Carlos Iván sigue viviendo entre nosotros.
Fue antropólogo, poeta, investigador del IEP y profesor universitario. Escribió poesía que no siempre publicó. En cambio, su obra antropológica es vasta y de mucha calidad. Como antropólogo, hurgaba más allá de las apariencias hasta llegar al alma misma de los pueblos; quería comprender lo que Montesquieu llamó l´esprit d´une nation. Examinó diversos temas de investigación, pero se concentró en la diversidad cultural. Fue uno de los mejores especialistas, si no el mejor, sobre el fenómeno senderista. Los que conocimos y valoramos su calidad humana y su defensa de la vida, podemos afirmar que fue un autor que vivió intensamente en contradicción con su tema de investigación. Fue profesor de la Universidad San Cristóbal de Huamanga, de la UNMSM y profesor visitante de varias universidades de Europa y de Estados Unidos.
Fue un intelectual comprometido con las causas de la izquierda que vivió conscientemente las tensiones que eso implica: apostar a una causa justa sin renunciar a la búsqueda de la verdad, controlar la subjetividad para aproximarse a la objetividad de la vida, vivir con pasión la política sin abandonar la racionalidad de la ciencia para hacerla predecible. Fue un hombre profundamente ético, con una trayectoria limpia y transparente. Le disgustaban los enjuagues, las maniobras, la corrupción y las corruptelas de la política criolla. Animador cultural y publicista de las causas populares compartió con Santiago Pedraglio y conmigo la columna MARKO POLITICO en el Diario Marka, un matutino contestatario de los 80 al que le iba económicamente bien cuando al Perú le iba mal. Dirigió con Rolando Ames y conmigo la heterodoxa revista de izquierda El Zorro de Abajo que abrió las puertas a un pensamiento renovador de la política y que apostó al socialismo democrático.
Era, sin duda, una de las mejores plumas de la izquierda. Un estilo ágil, ameno, cristalino y lleno de imágines hacía inteligibles los conceptos más abstractos y abstrusos de las ciencias sociales. Escribía con fluidez y en limpio. La cuartilla salía directamente de la máquina a la imprenta. Fue miembro de la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación (CVR) que dirigió Salomón Lerner Febres. En varios tomos de la CVR se percibe claramente su pensamiento y su estilo inconfundibles. Y ahora, querido Carlos Iván, ¿qué haremos tus amigos y amigas de la izquierda más cercanos (Carlos Tapia, Isabel Coral, Alberto Adrianzén, Roxana García Bedoya, Manuel Córdova, Nicolás Lynch, Jorge Nieto) sin ti, sin tu inteligencia, sin tu humor e ironía, sin tu sonrisa permanente?. ¡Que los Dioses te acompañen ahora que has dejado de morir porque has dejado de vivir!.
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LA METAMORFOSIS FUJIMORISTA DE LOS MEDIOS

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Sinesio López Jiménez
Las encuestas presentan un virtual empate entre Ollanta y Fujimori. A medida que el tamaño de las muestras crece, sin embargo, la diferencia a favor de Ollanta es mayor. Esto significa que cuando las encuestas llegan a más regiones y más áreas rurales encuentran más votantes por el candidato nacionalista. En otras palabras, Fujimori es una candidata limeña y urbana mientras que Ollanta es un candidato de todas las regiones y del campo. Desde una perspectiva social, Fujimori es la candidata de los ricos (de los sectores A y B y de los están más arriba del alfabeto) con el apoyo de un sector importante de las clases medias y de los pobres. Ollanta, en cambio, es el candidato de las clases medias y populares y de los pobres y muy pobres.
¿A qué se debe este virtual empate?. Mi hipótesis es que ese empate no se explica tanto por la campaña de los candidatos como por la campaña de la mayoría de los medios contra Ollanta. Las persistentes e infundadas acusaciones de chavismo, las escandalosas distorsiones del programa (AFP, Essalud, estatismo, impuestos, etc) la presentación del programa mínimo como inconsecuencia o como oportunismo, el falseamiento sistemático del Andahuaylazo, la contratación de un sicario mediático (Bayly) con la misión expresa de asesinar moralmente a Ollanta, no han logrado su objetivo de demolerlo, pero le han impedido avanzar en Lima y en las grandes ciudades. Los medios crean el miedo y responsabilizan a Ollanta del mismo. Fujimori es presentada, en cambio, como una política virginal que nada tiene que ver con los crímenes y la corrupción de su padre, olvidando que ella y su hermano Kenyi (que constituyen una dinastía) no existirían políticamente sin el encarcelado en la DIROES.
Los medios (o la mayoría de ellos) ya no son sólo medios sino que se han transformado en un actor político más, aliado del fujimorismo. La gran prensa y sus publicaciones acólitas han devenido prensa y TV chicha (en el más puro estilo fujimontesinista) para demoler a Ollanta. Esta metamorfosis de los medios nace con la crisis de los partidos y se profundiza con su colapso y su práctica desaparición. ¿Qué explica la orientación derechista y fujimorista de esta metamorfosis?. Mi hipótesis es que ella obedece a la fusión creciente del poder económico (por acciones o por publicidad) con el poder mediático. ¿Qué consecuencias trae esta metamorfosis para el actual proceso electoral?. Varias y tremendas.
En primer lugar, los medios fujimorizados han roto el pluralismo y el equilibrio informativo que ellos debieran tener, especialmente la radio y la TV que, por utilizar un recurso que pertenece a todos los peruanos (el espectro radioeléctrico), constituyen un servicio público y están obligados a ser pluralistas. En segundo lugar, el proceso electoral de la segunda vuelta ha perdido su carácter competitivo por la orientación fujimorista de la mayoría de los medios. Eso significa que si Fujimori fuera “elegida” carecería de legitimidad de origen para gobernar. En tercer lugar, el costo efectivo de la campaña de Fujimori se eleva considerablemente si se valoriza el apoyo de los medios. ¿Quienes asumen ese costo no contabilizado por la ONPE?. ¿Los medios o los grupos de poder económico?.
El escandaloso apoyo mediático a Fujimori parece haber alcanzado ya un nivel de saturación a partir del cual comienza a tener efectos contraproducentes. Ollanta ha hecho todo lo posible para ganar la confianza de las clases medias acomodadas. Más no puede hacer sin renunciar a su identidad de candidato del cambio y de la justicia social. Que no lo haya logrado no es un problema de él sino de ellas. Es hora de volver a la propuesta del crecimiento con distribución (pensión 65, salario mínimo de 750 soles, CUNAMAS, SAMU, restitución de los derechos laborales, el abaratamiento del gas, etc..) para garantizar el triunfo electoral.
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LA VERDAD DE LA MILANESA

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Sinesio López Jiménez
Como en casi todas sus novelas, en la última (El misterio de Alma Rossi) el señor Bayly escribe su propia autobiografía: “Yo era un escritor y no un asesino en serie, pero ahora ya no tengo ganas de escribir y solamente tengo unas ganas crecientes de matar, de volver a matar, de seguir matando”. Le falta añadir que mata por encargo, que sus víctimas son los políticos que disgustan al establisment y que comete sus asesinatos morales en nombre de la sagrada libertad de expresión, esto es, que es un sicario mediático. En este caso, como en otros, la ficción coincide con la realidad. En efecto, el grupo El Comercio, en asociación (¿ilícita para delinquir?) con las corporaciones mineras y otros grupos económicos, ha contratado al señor Bayly por una elevada suma de dinero (según diversas fuentes de información) con el expreso propósito de asesinar moralmente a Ollanta Humala, candidato a la presidencia por GANA PERU.
No basta al grupo de El Comercio despedir a periodistas que se niegan a ponerse el kimono de las geishas, tampoco le basta difundir el libreto único contra Ollanta en los numerosos medios que controla y en otros medios de la derecha para crear el miedo y el pánico en las clases medias y luego responsabilizar de los mismos al candidato nacionalista. Necesita un sicario mediático, amoral, sin escrúpulos y dispuesto a todo, sin límites. Todo eso es el señor Bayly a quien vimos el domingo pasado en plena faena apelando a medias verdades, a mentiras, a silencios y distorsiones de los hechos y asumiendo el papel ridículo de Catón de afiche: Yo acuso… Mirko Lauer ha sugerido a los socios minoritarios de canal 4 pedir al grupo mayoritario la contratación de un periodista independiente de prestigio y de polendas como César Hildebrant para mantener la pluralidad del medio. Hasta ahora no hay respuesta. No se oye padre…
Si el grupo de El Comercio no acepta la independencia de los periodistas ni la pluralidad de los medios, ¿con qué cara, con qué derecho y con qué moral reivindica la libertad de expresión que niega a otros? ¿Con qué autoridad moral acusa a Ollanta de querer suprimirla simplemente porque su programa muestra una preocupación legítima por los oligopolios y monopolios mediáticos?. ¿ O es un pecado cuestionar los oligopolios y monopolios mediáticos estatales y privados?. Bayly es el periodista ideal del grupo El Comercio. Luego de su despedida del Canal 2, el francotirador se suicidó moralmente: abdicó públicamente del derecho a la libertad de expresión y la sacrificó en el altar de la libertad de empresa. Bienvenido a la caverna.
Me acabo de enterar que los canales de TV que promueven la candidatura de Keiko Fujimori (casi todos) han rechazado un spot publiscitario de la candidatura de Ollanta. Si esta información se confirma, la pregunta que surge de inmediato es la siguiente: ¿ Cuál es la diferencia del actual manejo de los canales de TV con respecto a la época más aciaga del fujimorismo en la que ellos vendían su línea editorial a la mafia y se negaban a recibir incluso la propaganda política pagada por la oposición?. Si eso está pasando ahora que aún no gana las elecciones, ¿qué pasaría si triunfara y accediera al gobierno?. Que Dios nos libre y nos ayude…
Si se mantiene la negación del pluralismo informativo de la radio y la TV, las elecciones habrán dejado de ser competitivas y sus resultados serían ilegítimos y el candidato “elegido” no tendría legitimidad de origen para gobernar. ¿Por qué la derecha, los grupos económico y la mayoría de los medios están dispuestos a llegar hasta borde mismo del abismo?. ¿Cuál es el problema de fondo?. Mi hipótesis es que el poder económico y el poder mediático (que están estrechamente vinculado ahora más que nunca) no están dispuestos a perder el poder político que (con pocas excepciones) lo han tenido siempre en sus manos. Esa es toda la verdad de la milanesa. Por eso estamos como estamos. La derecha quiere mantener el monopolio de todos los poderes.
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LA MADRE DEL CORDERO

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Sinesio López Jiménez
Los programas cuentan poco para ganar una elección. Cuentan menos para perderla. En ningún país, ni en el más racional del mundo, el programa decide una elección. Los programas de gobierno son elaborados por los equipos técnicos e intelectuales para otorgar racionalidad a las decisiones y a las acciones políticas de los gobernantes. Los hombres de acción, decía Max Weber, deciden en función de valores e intereses y las consecuencias de su acción no son rigurosamente previsibles. Una decisión razonable exige aplicar los conocimientos disponibles para reducir la imprevisibilidad en la coyuntura en la que operan. Para ganar una elección es decisivo el candidato, su discurso hegemónico e integrador, su capacidad de comunicación con los electores, su carisma, su credibilidad, su organización (cuando la tiene).
Hay diversos tipos de programas: socialistas o capitalistas, generales o máximos, concretos o mínimos. Los primeros apuestan al cambio o a la mantención del capitalismo como modo de producción dominante. Nadie ha planteado este tipo de alternativas en esta coyuntura electoral. Los programas generales se proponen cambios importantes dentro del capitalismo en el largo plazo. Cambiar, por ejemplo, el actual capitalismo salvaje (con muchos privilegios para las grandes corporaciones y sin derechos para los trabajadores, mercado sin estado, economía primaria exportadora sin estímulo a la producción industrial, crecimiento sin distribución, etc.) por un capitalismo democrático que acabe con los privilegios de las grandes corporaciones, reconozca los derechos laborales y distribuya el crecimiento que han contribuido a producir los trabajadores y el país con sus recursos naturales. Este es el carácter del programa general de Gana Perú que tanto asusta a la derecha.
Los programas concretos o mínimos constituyen la expresión particular del programa general en una coyuntura determinada. Este es el sentido del documento “mi compromiso con el Perú” de Ollanta. Para evitar confusiones, sin embargo, Gana Perú debiera publicar en blanco y negro el programa concreto que aplicaría desde el gobierno si gana las elecciones. Insisto sobre lo que sostuve en un artículo anterior: Si Ollanta hubiera obtenido más del 50% de los votos en la primea vuelta, estaría autorizado a gobernar sin cambiar una pizca del programa general aunque patalee la derecha, pero como obtuvo sólo un tercio del electorado está obligado, si quiere ganar la segunda vuelta, a conquistar una nueva mayoría y a organizar una nueva coalición social y política que le garantice el triunfo electoral. Eso implica la formulación de un programa concreto que, por un lado, considere las demandas de la nueva coalición y de los nuevos potenciales electores y, por otro, la nueva situación política.
¿Aplacará a la derecha la publicación del programa concreto o mínimo?. Lo dudo. La derecha es como la gata Flora. Si Gana Perú adecúa el programa a la coyuntura de la segunda vuelta (programa mínimo) recela de su cambio y acusa a Ollanta de tener un doble discurso. Si no lo hace, lo acusa de todo y exige quecambie el programa general. ¿En qué quedamos entonces?. Lo que más llama la atención es que todo el griterío histérico de la derecha obedece a un libreto único que repiten monótonamente todos los medios que ella controla. ¿De donde viene ese libreto único?. Mi hipótesis es que las corporaciones mineras y otros grupos de poder económico han contratado a algunos operadores para elaborar un libreto de contracampaña y han coordinado con todos los medios de la derecha una estrategia de demolición de Ollanta. ¿Qué buscan? Mantener sus privilegios. Los muy ricos también lloran cuando se les exige pagar los impuestos que deben pagar para que el Estado despliegue una agresiva política social en favor de los pobres. Esa es la madre del cordero. ¿Tendrán éxito?. Lo dudo. En el Perú los electores han derrotado varias veces a los medios desde 1989 en adelante.
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EL PERU DE TODAS LAS SANGRES

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Sinesio López Jiménez
Si Ollanta hubiera triunfado en la primera vuelta con la mayoría absoluta, (más del 50% de los votos), tendría una consistente hegemonía política (en el sentido gramsciano del término) y estaría autorizado a aplicar su programa general casi sin modificaciones. Pero como sólo obtuvo una mayoría relativa (32%) tiene que buscar el apoyo de otros grupos sociales para alcanzar esa mayoría absoluta. Eso lo obliga a adecuar el programa general y las ofertas electorales a las nuevas circunstancias y a las nuevas demandas de los potenciales electores que busca incorporar. Esto es lo que se llama un programa concreto o programa de gobierno en la tradición de los partidos programáticos.
¿Significa esta adecuación programática una renuncia al primigenio programa general?. De ninguna manera. Esa adecuación implica más bien una reafirmación del programa general que, sin embargo, toma en cuenta las nuevas relaciones de fuerza que se busca organizar, la nueva mayoría que se pretende conquistar y las nuevas coaliciones sociales y políticas que se propone conformar. En esa dirección se encamina el documento que Ollanta llama “mi compromiso con el Perú”. En el 2006, en cambio, Ollanta no tuvo la suficiente cintura política para tomar en cuenta la nueva situación de la segunda vuelta y siguió de largo sin hacer los ajustes programáticos y estratégicos que las nuevas circunstancias requerían. Ello no obstante, estuvo cerca de ganar la segunda vuelta.
García, en cambio, se adecuó a los tiempos y a las circunstancias de la segunda vuelta con la escueta propuesta de “cambio responsable” sin darle un sustento programático. Eso explica su triunfo, por un lado, y la profundización irresponsable del neoliberalismo con el perro del hortelano y todo lo que eso implica, por otro. Que Ollanta (en el 2011) entienda las nuevas circunstancias políticas de la segunda vuelta y la necesidad de una adecuación programática significa que ha madurado políticamente y que está en condiciones de gobernar el país con responsabilidad.
Los resultados de la primera vuelta en el 2011 muestran un significativo desplazamiento electoral de Ollanta, con respecto a la primera vuelta del 2006, del eje andino y sureño al eje central y norteño, más moderno, como lo ha señalado con agudeza David Sulmont. En el fondo, ese movimiento significa un cierto desplazamiento del eje de la demanda de más Estado para atender los problemas que el mercado no puede resolver (infraestructura, saneamiento, alumbrado, inclusión social y reconocimiento) al eje mismo del mercado. En esta segunda vuelta, Ollanta tiene que acentuar ese desplazamiento en una propuesta integradora del país. Es necesario acabar con la vieja fórmula histórica de dominación y de discriminación (impuesta luego de la derrota de Santa Cruz en el siglo XIX) que se basaba en la alianza de las élites limeñas con la oligarquía norteña contra el sur y el oriente.
La superación de ese viejo esquema de discriminación económica, social, política y cultural implica la conformación de una nueva coalición política y social del mundo andino y amazónico con las clases medias y populares de Lima y del norte y con los empresarios nacionales que estén dispuestos a jugarse por un Perú integrado de todas las sangres como lo soñó José María Arguedas. Esta es una tarea política compleja que requiere no sólo un cierto desplazamiento al centro político sino también al centro sociológico mayoritario del país sin abandonar las exigencias históricas y actuales del mundo andino y amazónico.
¿Está Ollanta en capacidad de enfrentar este enorme desafío? El respaldo que GANA PERU ha recibido en esta semana de destacados intelectuales, técnicos, economistas, profesionales y artistas muestra la amplia convocatoria que la propuesta del Ollanta ha suscitado en contraste con la incapacidad de convocatoria de Keiko Fujimori. Vendrán luego los jóvenes, los profesores, los trabajadores, los pobladores, las organizaciones del vaso de leche, los colegios profesionales para reforzar la candidatura nacionalista.

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VALLAS Y MUROS

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Sinesio López Jiménez
La segunda vuelta es una carrera con vallas: el que sepa sortearlas gana la elección. Cada candidato tiene sus propias vallas. Las de Ollanta son el programa y el supuesto chavismo del que se le acusa. Las de Fujimori forman un muro: el golpe de estado del 5 de abril de 1992, el cambio de la constitución (para imponer un modelo económico neoliberal extremo, arrebatar los derechos de los trabajadores y establecer la reelección inmediata), los asesinatos y la violación de los derechos humanos, los asaltos planificados al fisco (corrupción), esto es, todo el régimen de su papá que ella ha reivindicado con orgullo. El objetivo de la superación de las vallas y muros es atraer a las clases medias para obtener el triunfo electoral.
Eso implica varias tareas: el desplazamiento hacia el centro del espectro político, el despliegue de un proyecto que implique cambios en la continuidad del modelo económico, el diálogo con los principales dirigentes gremiales y políticos del país (pese a que estos no tienen capacidad de endose electoral), el establecimiento de varios compromisos y la presentación del equipo básico de gobierno que, por su calidad, otorgue confianza a la mayoría: el primer ministro, el presidente del BCR y el ministro de Economía y Finanzas. Este equipo tiene que acabar con la captura de los aparatos económicos del Estado por los operadores de las grandes corporaciones para darle autonomía y eficacia y ponerlo al servicio de todos.
Ollanta tiene que vencer el miedo de la derecha y del empresariado nacional y extranjero a verse afectados en sus propiedades y en sus actividades. Los ricos tienen que entender que han perdido democráticamente la corona, pero no la cartera que puede seguir engordando sin temores. Lo que está en cuestión es el exceso de privilegios que han tenido en estas dos décadas de capitalismo sin derechos para los trabajadores. El gobierno de Ollanta tiene que ofrecerles seguridad jurídica para invertir y acumular y los ricos, a su vez, tienen que asumir la obligación de contribuir al sostenimiento del Estado y de sus políticas sociales mediante una adecuada política tributaria. Este compromiso básico tiene que ser el resultado del diálogo con los principales dirigentes de los empresarios y de los trabajadores.
¿Y el programa? ¿Qué hacer con el programa que tanto escandaliza a la derecha?. El programa no es la biblia, pero tampoco es un papelucho cualquiera cuyo destino es el tacho de basura. Una de las cosas más interesantes de esta campaña electoral ha sido la presencia de los equipos de gobierno de los principales candidatos. Todos debieran saber que los programas de los principales partidos han sido elaborados por intelectuales, técnicos y profesionales de alto nivel, formados en las mejores universidades del Perú y del extranjero. Los programas son el DNI de los partidos. A ellos no se renuncia, sólo se adecúan a las nuevas correlaciones sociales y políticas de fuerza y a los compromisos que contraigan las partes interesadas. De esos compromisos emergen los programas concretos.
Ollanta tiene que despejar el prejuicio de chavista que los medios de derecha alimentan. Aunque ya lo ha dicho en todos los tonos, es necesario ofrecer garantías de respeto a la libertad expresión de todos, defender la alternancia en el poder y mantener la autonomía del BCR, entre otras medidas. Keiko Fujimori tiene que vencer la resistencia de las clases medias, de los trabajadores y de las fuerzas políticas democráticas y liberales que la ven como la prolongación del gobierno de su padre. Ella misma, por lo demás, ha reivindicado con orgullo ese origen. Ahora tiene que derribar el muro. ¿Podrá renunciar a esta pesada herencia y presentarse con un rostro político nuevo? Tarea difícil, pero no imposible.
Fujimori gobernó para los ricos con el apoyo de los pobres y la resistencia de las clases medias. Reproduciendo ese esquema, es probable que los ricos voten por Fujimori y las clases medias por Ollanta.

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