Archivo por meses: noviembre 2012

REVALORIZAR LA POLITICA

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Sinesio López Jiménez
Una de las preocupaciones centrales de los académicos, los políticos y los periodistas es la construcción de partidos políticos vigorosos. Se ha pasado ya de la etapa de los diagnósticos a la de las propuestas. En este campo se plantean opciones que, bien vistas, no son alternativas sino énfasis en ciertas dimensiones de una misma tarea. Algunos analistas subrayan la necesidad de reformar los diseños institucionales que tienen que ver con la formación y la marcha de los partidos: el sistema electoral (voto preferencial, ley de cuotas, circunscripciones electorales, etc) y la ley de partidos (comités de electorales, la participación activa, mayor control de los partidos por los organismos electorales,etc).
Otros analistas y políticos plantean la necesidad de encarar la formación misma de los partidos y prestan atención a dos factores: la organización y la marca (Levitsky, La República 25/11/12) y a las condiciones que facilitan la operación de esos factores. En el caso de la organización se sostiene que la adversidad, el conflicto, la alianza con la sociedad civil ayudan a la formación de las organizaciones partidarias y en el caso de la marca se afirma que la diferencia clara y distinta de un partido con respecto a los otros y la consistencia mantenida en el tiempo contribuyen decisivamente a definirla.
Me parece que esta ginmasia intelectual que prepara la formación de partidos vigorosos es útil pero limitada. Puede ayudar, pero no resuelve el problema. Pienso que hay una tarea previa, más estructural, que consiste en hacer de la política un espacio de realización de los sueños y un lugar en donde se resuelven los problemas de la gente. Es necesario revalorizar la política que fue desprestigiada, en el caso peruano de los 80, por el terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA y por la política desastrosa de García y que fue desvalorizada por el neoliberalismo de los 90 en adelante. El liberalismo, en general, y el neoliberalismo extremo, en particular, conllevan la desvalorización de la política, del Estado y de los partidos.
La revolución francesa instaló una economía de mercado de larga duración (sólo interrumpida por las guerras napoleónicas) y una prolongada política volátil. No hay que olvidar que el siglo XIX fue el siglo de las revoluciones y restauraciones. Las fuerzas que impusieron y controlaron la economía de mercado lograron desvalorizar la política y el Estado transformándolos en realidades de segundo orden. En la realización de esa tarea paradójicamente fueron acompañados por Marx y los anarquistas. Un poco más tarde se logró establecer un equilibrio entre la economía y la política cuando la sociedad y los trabajadores aceptaron la autoregulación de la economía de mercado y los empresarios aceptaron, a su vez, la autoprotección de los trabajadores impulsada por los sindicatos y la administración pública (Polanyi, la gran transformación).
A diferencia de otros países de AL, en el nuestro se impuso (en el 90) el neoliberalismo extremo que estableció una economía de mercado sin derechos para los trabajadores (capitalismio salvaje) y una alta volatilidad de la política que hasta ahora no se resuelve. La solución de este problema pasa por la revalorización de la política, del Estado y de los partidos y por el establecimiento de un equilibrio estable entre el Mercado y el Estado. La crisis que se avecina puede ayudar a establecerlo.
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¿CUANDO SE JODIO LA POLITICA?

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Sinesio López Jiménez
Como toda actividad humana, la política tiene claros y oscuros y una escala de matices para todos los gustos. Algunos pensadores modernos (los contractualistas) colocaron la política en la naturaleza humana y vieron en ella una forma de salir de esta (Hobbes, Rousseau) o una forma de mantenerla y prolongarla (Locke). Hobbes identificaba la naturaleza humana con el estado de guerra del que se salía a través del contrato para establecer la política y el Estado moderno “que es el la voluntad de todos expresada en la voluntad de uno solo o de pocos”. Rousseau pensaba que el estado de naturaleza del hombre era imperfecto y que adquiría su perfección en la comunidad política a través del pacto social. Locke sostenía que el estado de naturaleza del hombre era de libertad, igualdad y soberanía que había que prolongar en la sociedad civil y en el gobierno.
Otros pensadores modernos (Maquiavelo, Montesquieu, Hegel, Marx) ubicaron la política en la historia en donde se desarrollaba como un proceso abierto en la búsqueda de la realización humana a través de conflictos y acuerdos. Más allá de las diferencias, los historicistas sostenían que la política era una manera de hacer la historia, construir sociedades, organizar estados y proponer modos de vida más llevaderos. Como respuesta a contractualistas e historicistas, surgieron los pensadores conservadores (Burke, De Bonald, de Maistre) que ubicaron la política en la tradición y los reaccionarios (Carl Schmitt, Donoso Cortés) que fundaron la política en una decisión (dictadura) para resolver situaciones de excepción. Donoso Cortés, por ejemplo, creía que todo el siglo XIX era una situación de excepción o de caos.
Algunos políticos peruanos de hoy parecen colocar la política en la perversión. Ello no obstante, la política (del siglo XX en adelante para abreviar) ha tenido momentos de gloria y momentos perversos. También momentos grises y aburridos. El Apra de los 30, los movimientos clasemedieros de los 50, los movimientos campesinos de los 60, el clasismo de los 70, las luchas democráticas son momentos de gloria. La fastuosidad oligárquica, la exclusión total, las dictaduras y las persecuciones políticas constituyen abismos depresivos. Por encima de cimas y simas, la política del siglo XX ha sido un espacio para realizar nuestros sueños, algunos de los cuales devinieron pesadillas. El senderismo de los 80 transformó la utopía revolucionaria en un infierno del terror y la liquidó. García convirtió el sueño de la inclusión populista en una pesadilla a la que nadie quiere retornar. Fujimori y Montesinos encontraron en la búsqueda del orden (económico y político) una ocasión para el asesinato y el robo.
La política se pervirtió. Los senderistas que asesinaron a miles de peruanos pretenden pasar piola y participar en los procesos electorales a través del Movadef manteniendo la ideología terrorista. Los defensores del presidente más corrupto de la historia se han autoerigido en los guardianes de la moralidad pública. Los sicarios mediáticos, defensores de corruptos o corruptos ellos mismos, pretenden encarnar la opinión pública. Los traidores acusan de falta de lealtad a los que mantienen sus principios y respetan la voluntad de los electores. Estas son las fuerzas oscuras contra las que tenemos que luchar y a las que tenemos que derrotar.
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DE LA DERROTA PARCIAL A LA DERROTA TOTAL

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Sinesio López Jiménez
De los múltiples debates políticos y periodísticos sobre el terrorismo, el Movadef y las distintas formas de combatirlos se han ido configurado con cierta claridad tres estrategias básicas: la réplica de la estrategia del terror de Fujimori y Montesinos, la estrategia de la ilegalización y de la ilegalidad y la estrategia de la derrota total. La primera es defendida, aparte del fujimorismo, por la DBA y sus voceros periodísticos y políticos que están regados en las distintas agrupaciones de derecha. Esta estrategia confunde todo, otorga la misma identidad y el mismo peligro al terrorismo del VRAEM, a Sendero Luminoso, al Movadef y pretende meter en el mismo saco a la izquierda legal.
Esta confusión proviene de la desinformación, de la pereza mental, del interés, de la ideología recalcitrante o, simplemente, de la falta de inteligencia estratégica. Su versión extrema pretende negar la calidad de peruanos y de ciudadanos a los integrantes de estas diferentes organizaciones, negarles sus derechos humanos y acabar con ellos a como dé lugar, incluido desde luego el terror. Coloca por delante el componente militar de la estrategia sobre los componentes políticos y de inteligencia y no se haría problemas si pudiera organizar comandos del tipo Grupo Colina o Rodrigo Franco.
La estrategia de la ilegalización y de la ilegalidad es sostenida por el gobierno de Ollanta, por algunos sectores del nacionalismo y por los partidos de centro derecha. En este campo hay precisiones y confusiones. Me parece que, a estas alturas, el gobierno ya tiene claro contra quienes está combatiendo en el VRAEM aunque, hasta ahora, no logre avances importantes ni en el campo político ni en el militar ni en el de inteligencia. Existe una confusión, sin embargo, en la identificación de Sendero Luminoso con el Movadef. La negación de la inscripción electoral –correcta mientras no renuncie a la violencia ni a la ideología senderista del terror- y la peligrosa propuesta del negacionismo se inscriben en esta estrategia. Esta es ineficaz porque, por un lado, no ofrece salidas sino sólo represión y victimiza al Movadef y, por otro, saca el problema del campo político para desplazarlo a otros campos (movimientos sociales, vuelta a la violencia y al terrorismo).
La estrategia de la derrota total es defendida por la izquierda legal que sostiene que en el VRAEM opera una banda armada (rechazada por SL pero con rezagos senderistas) al servicio del narcotráfico que es necesario derrotar tanto en el campo político como en el militar. Afirma asimismo que SL y el Movadef tienen elementos comunes de identidad (la cúpula y la ideología del Movadef son senderistas), pero presentan también diferencias (el Movadef no hace terrorismo, la mayor parte de sus integrantes -en especial los jóvenes- no son ni han sido senderistas).
Esta estrategia se basa también en un dato fundamental: SL ha sido derrotado en el campo militar, pero no en el político. Su derrota es, en este sentido, parcial y es necesario transformarla en total. Una derrota es total cuando el enemigo asume las reglas y el comportamiento que le impone el vencedor. La democracia habrá derrotado totalmente a SL y al Movadef cuando estos renuncien a la violencia como forma de acceder al gobierno, pidan públicamente perdón por los miles de asesinatos que cometieron y asuman las reglas de juego de la democracia.
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LAS DRAMATIZACIONES EXAGERADAS DE LA DERECHA

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Sinesio López Jimenez
Con inteligencia y delicadeza Rafael Rocangliolo ha calificado como un asunto menor la recepción de un documento del Movadef por la Embajada peruana en Argentina. Sólo las deslumbrantes inteligencias de la derecha ven la amenaza del fin del mundo en ese minúsculo e irrelevante acontecimiento. Los directores de los medios y sus escribidores le ponen la lupa del escándalo, se asustan ellos mismos y pretenden que todos los peruanos compartamos su miedo.
Si recibir un documento del Movadef es casi el fin del mundo, es legítimo preguntarse qué sentido tiene para la preclara inteligencia de la derecha el hecho macizo e histórico de un asesor y socio del Presidente de la República (Fujimori) negociando con los jefes de Sendero Luminoso un supuesto acuerdo de paz, haciendo traer al estado mayor senderista de las diversas cárceles del país para que delibere con sus jefes y, como fin de fiesta, enviándoles una tortita para que celebren su cumpleaños.
Tengo entendido que en la lúgubre frialdad de la prisión de la Marina del Callao se engendró y nació el Movadef, justamente como resultado de las negociaciones entre Abimael Guzmán, Elena Iparraguirre y Vlamidiro Montesinos (con autorización de Fujimori). La criatura tiene padres, comadronas y padrinos conocidos, pero ninguno de ellos, siguiendo una costumbre muy peruana, quiere reconocerlo. Ahora, sin embargo, es un delito recibir un documento de esa monstruosa criatura, pero sus padres y padrinos pretenden pasar piola.
Me parece que esta es la madre del cordero, del movadef y de la derecha, en especial de una parte de ella. Hay un cierto aire de familia entre el Movadef, la DBA y el fujimorismo. Tienen el mismo ADN político y son, por eso, hermanos enemigos que se aman y se odian, tienen la misma estructura de pensamiento (aunque de contenido diferente) y su comportamiento político es parecido. Cada uno en su campo, desde luego. Los diarios chicha de la DBA, por ejemplo, practican impunemente el senderismo periodístico contra sus supuestos enemigos. Como lo hacían los diarios chicha de Vladimiro y Fujimori.
El problema ahora es qué hacer con el Movadef. ¿Se reconoce a sus integrante la condición de peruanos?, ¿tienen derechos ciudadanos?, ¿se les aplica el ius soli o el ius sanguinis?, ¿o son extraterrestres?. ¿Qué política se va a seguir con ellos?. Los voceros de la derecha han sostenido teorías muy profundas al respecto. Una presentadora de televisión (que, además, es abogada) dijo sin inmutarse: Ellos (los del Movadef) son terroristas y no tienen derechos humanos (sic). Otro escribió la infamia punible según la cual Nicolás Lynch es el embajador de Sendero.
¿Qué hay detrás de estas dramatizaciones exageradas de la derecha?. Mi hipótesis es que la derecha quiere desbarrancar al Canciller y a sus colaboradores para que sus petimetres dirijan la política exterior (y también la política interna). Con ese fin trabajan al susto al gobierno con periodicazos y pantallazos, como ya lo hicieron para tener el control de la economía. Lamentablemente el gobierno inexperto y débil cede y, en lugar de defender a su embajador, lo deja caer. Habría que recordarle a la derecha que, si quiere gobernar, gane las elecciones como lo hicieron Humala y las izquierdas (en las que milita Nicolás Lynch) que lo respaldaron.
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