Archivo por meses: mayo 2010

¿ SOBREVIVIRA EL ESTADO DE BIENESTAR?

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Sinesio López Jiménez
¡Ahora o nunca! parece ser el grito de guerra que ha lanzado el capital internacional para imponer el modelo neoliberal y echarse abajo el Estado de Bienestar en Europa. Impresionan su agresividad y su voracidad en la hora actual. Llama la atención también que algunos organismos financieros internacionales inútiles para prever y enfrentar la crisis del 2008 -como el FMI- hoy se presenten como salvadores de los países agobiados por la crisis. No hay felizmente una salida única de la crisis europea. Joseph Stiglitz (Premio Nobel de economía) ha señalado hasta tres soluciones posibles. Adam Przeworski, destacado politólogo y profesor de la New York Universitiy, sostuvo que era posible una alternativa socialdemócrata al neoliberalismo en la solución de la crisis del capitalismo de los 80 y los 90 del siglo pasado. Las diversas salidas de la crisis dependen, sin embargo, de la gravedad de la misma, por un lado, y de las relaciones entre las diversas fuerzas sociales y políticas tanto nacionales como internacionales, por otro.
¿Podrá sobrevivir el Estado de Bienestar europeo a la crisis del capitalismo y a la ofensiva del neoliberalismo?. Mi hipótesis es que va a sobrevivir porque los países europeos, a diferencia de los latinoamericanos, tienen una sociedad más organizada que constituye un firme contrapeso de las fuerzas que impulsan el mercado autorregulado y orquestan la ofensiva neoliberal. El goce de los derechos sociales es ya una tradición. Ellos constituyen una especie de pacto social que todos respetan. Existen sindicatos y movimientos sociales (nuevos y viejos). Las sociedades civiles son vigorosas y los partidos políticos son instituciones que representan a las diversas clases sociales y que canalizan sus demandas. Cualquier intento de imponer a la mala el modelo neoliberal extremo será respondido, sin duda, por la movilización de millones de ciudadanos.
El Estado social que sobreviva será, sin embargo, más ligth, menos pesado y menos costoso. Como son ya los Estados sociales de los países nórdicos, de Inglaterra y de nueva Zelandia. Es muy probable que los estados sigan financiando los derechos sociales, especialmente los de salud y educación y sigan limitando más aún el seguro al desempleo. Pero es muy probable que la gerencia y la gestión de los mismos sean manejadas por terceros (tercerización) o por la sociedad civil (publicización). Esto último depende de la tradición y de la experiencia de la sociedad civil en cada país europeo. Lo que ya no podrá sobrevivir es el Estado de Bienestar clásico construido sobre la base de un conjunto de equilibrios complejos. Un primer equilibrio es el que existe entre la promoción de la acumulación privada y la atención de los derechos sociales. Un segundo equilibrio es el que procede del contrapeso entre la economía de mercado y la sociedad organizada. Un tercer equilibrio es el que existe entre el proceso de acumulación y el proceso democrático. Un cuarto equilibrio se basa en la tributación que ofrece el sistema económico al Estado y la legitimación que éste recibe de la sociedad.
Todos estos equilibrios operan si la mercantilización funciona, esto es, si todo lo que se produce se vende y se compra en el mercado. Esto sucede cuando existe un crecimiento económico sostenido como el que experimentó Europa después de la segunda guerra mundial. Cuando la mercantilización entra en crisis, los equilibrios se rompen. Estos funcionan sobre todo como resultado de un firme compromiso entre los empresarios y los trabajadores de cada país europeo. Los trabajadores reconocen la legitimidad de la acumulación capitalista y los empresarios aceptan que los trabajadores participen en la distribución de la riqueza que ellos producen. El Estado de Bienestar se construye sobre la base de este compromiso de clases, como bien lo ha subrayado Przeworski. Los sistemas de partidos contribuyen a la organización y funcionamiento de ese compromiso.
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PAGAR POR NADA

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Sinesio López Jiménez
El único impuesto que todos los peruanos pagamos es el IGV. El impuesto a la renta lo pagan pocos: Los empresarios formales y los trabajadores que figuran en las planillas. Los informales (cerca del 70% de la PEA) no pagan impuestos a la renta. La mayoría de ellos (alrededor del 50%) porque son pobres o muy pobres, pero existe probablemente un 20% de la PEA que puede y debe pagar impuestos a la renta, pero no los paga. El 60% de los ingresos que recibe el Estado provienen del IGV. La mayor parte del impuesto a la renta proviene de las empresas, pero el impuesto al trabajo no es moco de pavo. Muchas empresas no pagan los impuestos que debieran pagar porque tienen exoneraciones tributarias, han firmado convenios de estabilidad tributaria o por otras razones. No es justo que el grueso de los impuestos repose en el IGV porque eso significa que los pobres pagan más (en relación con los ingresos que perciben) y que el peso del Estado reposa también sobre sus hombros. La presión tributaria fluctúa entre 13 y 15% y está por debajo de la media de AL (19%).
La mayor parte de los ingresos que recibe el Estado se transforman en sueldos de la burocracia civil y militar y en gastos de administración. Son los gastos corrientes. El monto dedicado a la inversión pública es menor. De ese monto, la parte del león se dedica a la promoción de la acumulación privada a través de las políticas económicas y de la inversión en infraestructura. A eso hay que añadir diversos tipos de subsidios (convenios de estabilidad tributaria) y exoneraciones tributarias que reciben las grandes corporaciones. La inversión en ciencia y tecnología para promover el desarrollo es prácticamente inexistente en el Perú, si se le compara con algunos países de AL y sobre todo con los países desarrollados que destinan a ese rubro el 1% del PBI. El porcentaje del presupuesto dedicado a atender los servicios sociales de la educación y la salud es menor y tiende a bajar, incluso en épocas de bonanza económica. El porcentaje del PBI dedicado a la educación, por ejemplo, ha pasado del 3.8% en el 2004 a 3.2% en el 2010.
Si se mira el gasto fiscal desde otro ángulo, se puede percibir mejor la orientación y los sesgos sociales y políticos del Estado. La mayor parte (incluidas las exoneraciones y los convenios de la estabilidad tributaria) es dedicada la promoción de la acumulación privada y al blindaje de los aparatos económicos del Estado para proteger al capital. Otra parte igualmente importante del presupuesto se orienta a mantener los aparatos coercitivos del Estado para defender el orden externo e imponer el orden interno. ¿Cuánto del gasto fiscal se dedica al apoyo del capital y al mantenimiento de la coerción?. Mi hipótesis es que más del 70% y que sólo un escuálido 30% se dirige a mantener los aparatos hegemónicos del Estado que tienen que ver con la producción del consenso de los ciudadanos (la educación, el derecho y la ley). Si esto es así, este tipo de estado confirma las tesis más pesimistas del viejo Marx sobre el Estado: Un aparato coercitivo al servicio del capital.
Un rápido balance de ingresos y gastos fiscales muestra que los ricos reciben del Estado más de lo que dan y que los trabajadores y la sociedad reciben menos de lo que aportan. El desbalance es mayor en las clases medias. Dan sin recibir nada a cambio. Pagan por nada. Considerando todos los impuestos que pagan al Estado en sus diversas instancias, algunos sectores medios trabajan medio año para el Estado. No habría problemas si este funcionara bien para todos, pero eso es pedir peras al olmo. El Estado promueve agresivamente la acumulación privada, esta aporta poco al mantenimiento de los aparatos estatales que, a su vez, no tienen los recursos suficientes para brindar a la sociedad educación, salud y seguridad de calidad. Como respuesta, la sociedad no le otorga al Estado legitimidad. Se generan entonces problemas estructurales de gobernabilidad.
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EL JEFE (¿IMPOLUTO?)

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Sinesio López Jiménez
El Apra ha sido el escenario en estos últimos días de una pequeña guerra política que ha dejado muertos, heridos y contusos. He aquí el telegráfico parte de guerra: Elección de dos secretarios generales del Apra para resolver los conflictos de las tendencias internas; divulgación en los medios de viejos y nuevos petro-audios que involucran a uno de los secretarios generales; denuncia de corrupción en COFOPRI que dirige el otro secretario general; García da ultimátum a los a los flamantes dirigentes para que abandonen sus cargos y condena a los corruptos del partido; Omar Quesada renuncia a la dirección de COFOPRI y manifiesta su disposición a dejar la secretaría general; Del Castillo se resiste y convence a Quesada a hacer lo mismo; García y los medios vuelven a la carga acusando a los secretarios generales de desacato; Caretas defiende a Del Castillo y embarra a Quesada con un antiguo delito de su hermano; García dialoga con Del Castillo y le tuerce el brazo y Del Castillo abandona la secretaría general; la Comisión Política (CP) del PAP respalda a Quesada; García presiona a través de Velásquez Quesquén a la CP para que deje caer a Quesada; los medios y García esperan que en la celebración de los 86 años del Apra Quesada anuncie su retiro; Quesada recibe el respaldo de las bases apristas y el aliento a seguir en la lucha de un respetado e histórico líder del partido; los medios siguen la campaña contra Quesada; Velásquez Quesquén afirma en la CP que García renunciaría al Apra si no se repliega Quesada; la CP cede y Quesada abandona el barco.
¿Qué lectura política se puede hacer de este escueto parte de guerra?. El análisis es complejo porque tiene muchas aristas. En primer lugar, el conflicto se ha desarrollado a través de una compulsa desigual entre el poder de los medios y el de la otrora invencible organización del Apra. En segundo lugar, la ofensiva de los medios ha mostrado un alto nivel de coordinación entre ellos, más allá de las diferencias políticas que diariamente exhiben. En tercer lugar, los medios han actuado de la mano con García con el propósito común de desbarrancar a los secretarios generales del Apra acusados de corrupción. No es sólo el escándalo lo que ha unido a los medios sino el mismo objetivo político que era también el de García: el hundimiento de Del Castillo y Quesada. García ha sido, sin duda, el director de orquesta de esta intensa campaña contra los secretarios generales acusados de corrupción. En cuarto lugar, el desenlace muestra la fuerza avasalladora de la coalición del poder político con los medios. Es probable que si hubieran actuado por separado no hubieran obtenido una victoria aplastante. En quinto lugar, el conflicto exhibe la debilidad del partido aprista como organización en todas sus instancias, sobre todo en su CP que se doblegó fácilmente ante la amenaza de García. Esto significa que el Apra se siente poco o nada sin García, quien, por el contrario, se siente todopoderoso aún sin el APRA.
¿Qué resultados ha producido esta guerrita?. Varios. Pero los más importantes son los siguientes: Serio debilitamiento del Apra no sólo por las acusaciones de corrupción sino también por el descabezamiento que ha sufrido en manos de García. La organización ha sido maltratada y ha sufrido profundas heridas difíciles de curar. Su papel será irrelevante en las elecciones del 2010 y en las del 2011. La victoria de García lo catapulta a la jefatura del partido, su sueño dorado. Ser como Haya. Pero ¿tiene la estatura intelectual, política y moral de Haya?. La respuesta queda abierta. Las aspiraciones presidenciales de Del Castillo han sido sepultadas, al menos para 2011. García pierde el blindaje y la lealtad que le ofrecían el Apra y sus líderes. Puede desatarse la guerra de la revelación de los secretos en cadena. El ex–ministro Pastor ya comenzó diciendo la verdad sobre el indulto a Crousillat.
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EL PODER DE LOS SECRETOS

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Sinesio López Jiménez
El poder tiene muchas fuentes y opera a través de diversos medios. La organización, el dinero, el conocimiento, el Estado, el gobierno, la lucha de grupos, de camarillas y de clases son las fuentes más importantes del poder. Las acusaciones de corrupción contra el gobierno y el partido de gobierno, las pugnas entre diversas corrientes en el Apra y la intervención de García como presidente del partido constituyen un pequeño laboratorio para analizar los fenómenos del poder. Las acusaciones de corrupción provienen principalmente de los medios y son desplegadas especialmente por aquellos que le están pasando la factura a García y al Apra por el escandaloso indulto a Crousillat y su intento de recuperar el canal 4. Esas acusaciones han reavivado los conflictos entre las diversas corrientes existentes en el Apra (los cuarentones, los partidarios de Jorge del Castillo y las bases de Mulder) que habían sido zanjados en el último congreso partidario gracias a una alianza entre los dos primeros grupos luego de forcejeos poco edificantes.
Las acusaciones de corrupción escandalosa ha cambiado la relación de fuerzas entre las corrientes dentro del Apra. Con el abandono de la secretaria general, Del Castillo ha perdido poder en el partido y ha enterrado probablemente sus aspiraciones a la presidencia de la república en el 2011. Mulder ha recuperado parcialmente el poder perdido y los cuarentones se han debilitado ostensiblemente. Lo que sorprende a los analistas y a la opinión pública es, sin embargo, el juego conchudo de García. Se coloca por encima de todo, deja caer a los secretarios generales, les da un ultimátum para que abandonen sus cargos y condena al infierno a sus militantes corruptos. Se presenta como impoluto, como si no supiera nada de nada cuando todos sabemos (y Del Castillo lo ha dicho) que él ordenó a sus ministros atender al señor Canaán. Más aún: El conoce posiblemente, como que ha sido dos veces presidente de la república, los manejos turbios que, con frecuencia (no siempre), se producen en las complejas negociaciones entre los gobiernos, el Estado y las corporaciones.
Pero lo que más sorprende es la audacia de García. Aprovechando la crisis y la confusión que reina en las filas apristas pretende saltar de presidente del partido a jefe del Apra, esto es, a dueño del partido en el sentido patrimonialista que tienen las jefaturas políticas en el Perú, según Julio Cotler. García quiere ser como Haya de la Torre. A muchos apristas esta pretensión les parece un exceso y no están dispuestos a ceder. En esas circunstancias entra a tallar otra fuente de poder: el secreto. Su poder radica en el ocultamiento de información cuya develación puede producir resultados explosivos. No es, sin embargo, el secreto de las logias que éstas utilizaban contra el Estado para tomar el poder desde adentro (mientras la Ilustración lo tomaba desde afuera). Se parece más bien al secreto de las mafias. Los secretos son disparos certeros o afilados estiletes que se utilizan en los momentos claves de definición del poder a favor de unas u otras.
Del Castillo, como escudero de García (Caretas dixit), sabe muchas cosas de él. García, a su vez, sabe muchas cosas de Del Castillo y otros políticos apristas y no apristas. Ha tenido en sus manos los petro-audios a través del general Hidalgo, según el ex-ministro Hernani. Sabe probablemente lo que tienen y lo que ya no tienen los USB y los discos duros de las PC de la chuponeadora BTR. Pero el que tiene el secreto mejor guardado en esta guerra librada en Alfonso Ugarte es Agustín Mantilla, el férreo soporte de los cuarentones. Mantilla sabe muchas cosas contantes y sonantes de García. Su secreto revelado puede tener los efectos catastróficos de un poderoso y certero misil dirigido al corazón mismo de Palacio de Gobierno. Mi hipótesis es, por eso, que Omar Quezada no va dejar la secretaría general del Apra. En todo caso, no la va a abandonar fácilmente.

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