Archivo por meses: agosto 2015

LAS RAICES DEL MAL

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Sinesio López Jiménez
En el mundo moderno la política y la empresa son actividades de caudillos que difieren en los objetivos que buscan. Mientras los caudillos políticos anhelan el honor y la gloria, los caudillos empresariales persiguen la riqueza y el poder económico. Los objetivos distintos los obligan a buscar medios específicos que los llevan por rutas diferentes. En algún momento de su recorrido, los caminos se cruzan y se produce lo que Max Weber llamó afinidad electiva, esto es, un encuentro fortuito pero productivo.

Los empresarios descubren que los políticos pueden ofrecerles seguridades de diverso tipo (jurídica, coercitiva, etc.) para continuar su aventura y los políticos encuentran una mina de oro: los empresarios pueden financiar sus actividades políticas y ofrecer una base material a sus ambiciones. Desde ese momento el encuentro fortuito se transforma en una relación estructural: No hay empresa capitalista sin las seguridades que le ofrecen los políticos y el Estado moderno ni hay partidos ni Estado sin el financiamiento de las empresas vía impuestos a la renta o la canalización del impuesto al trabajo y del IGV. Esta es la tesis central del historiador Otto Hintze, discípulo de Max Weber.

A pesar de los esfuerzos que se hacen por mantener la diferencia y la distancia entre las actividades empresariales y la esfera política, la relación estructural es contaminante porque muchas veces las confunde y las superpone generando lo que Michael Walzer ha llamado intercambios bloqueados, esto es, injusticias. Se compra poder político con dinero y se paga el financiamiento de las empresas con favores políticos. Se ingresa de ese modo al núcleo de la corrupción política y económica y a la mercantilización de la política que eleva enormemente los costos de esta y, sobre todo, de las campañas electorales.

Las empresas financian legalmente las campañas electorales de los políticos que, una vez en el gobierno, pagan a los financistas con políticas públicas que los favorecen. Esta modalidad es injusta e irregular, pero aparece cubierta de una cierta legalidad y, en todo caso, no genera mucho escándalo porque es, más o menos, “transparente”. En cambio, es escandaloso y sancionado penalmente el financiamiento empresarial a través de coimas que constituyen una especie de pago ilegal a los gobernantes por los favores políticos recibidos (licitaciones amañadas, políticas públicas a favor de empresas y leyes con nombre propio). Este es el caso de Lava Jato de Brasil que se irradia a casi toda AL, además de los casos locales de cada país.

El delito mayor es, sin embargo, la narcopolítica que asume varias modalidades: el financiamiento de los políticos y sus campañas electorales con dinero del narcotráfico, el ingreso de narcotraficantes a la política, etc. Los medios hacen escarnio sobre todo del financiamiento externo de las campañas electorales, en particular si proviene del chavismo, olvidando el financiamiento social-demócrata o el socialcristiano. Las derechas buscan afanosamente en las agendas de Nadine la plata de Chávez. Los financiamientos con fondos provenientes del asalto al fisco (caso de Fujimori) parecen interesarle poco o nada.

La lucha contra la corrupción pasa parcialmente por la dación de una ley que limite en forma drástica el financiamiento de los partidos y de las campañas electorales.

ENTRE LA FARSA Y EL SUICIDIO

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Sinesio López Jiménez
No todas las elecciones políticas son buenas. Si son generales, libres, limpias, competitivas y periódicas o, para decirlo en breve, si son limpias y justas entonces son indiscutiblemente legítimas. En varios países de América Latina las elecciones son generalmente limpias (en el acto del sufragio), pero no son justas porque el proceso electoral (el dinero de la campaña, el apoyo del gobierno, la inclinación y la concentración de los medios, etc.) no es verdaderamente competitivo puesto que todos los recursos del poder se inclinan a favor del candidato de los ricos, del gobierno o de ambos. El problema en este caso es que se no ha logrado precisar el grado de injusticia que convierte a las elecciones en ilegítimas. Esta es una tarea pendiente.

Las elecciones de los regímenes autoritarios (las de Fujimori, por ejemplo) y las de diversos tipos de dictaduras no son limpias ni justas porque se hacen para perpetuarse en el poder. Eso hace de ellas una farsa. El caso más notorio es el de la dictadura portuguesa que durante 40 años (1933-1974) tuvo elecciones generales y periódicas, no para abrir las puertas a la alternancia en el poder, sino para perpetuarse en él. Este es el caso de un verdadero autoritarismo competitivo.

Algo parecido a las elecciones generales sucede con las elecciones para designar candidatos o primarias que pueden ser de diverso tipo. Las mejores primarias son las elecciones abiertas (a todos los ciudadanos), obligatorias y vinculantes (realizadas por los organismos electorales del Estado) como en USA, Chile, Argentina, entre otros. Las peores son las que realizan los dueños de la pelota para legitimar su candidatura. Este es el caso peruano donde no hay partidos sino caudillos, entornos e inscripción electoral. Va a ser muy interesante observar (si se puede) la elección como candidatos a la presidencia de la República de los señores Araoz, Acuña, PPK e incluso del Apra de García que ya no tiene los militantes de antes, pero conserva los padrones. Casi todas son primarias bamba. Lo que sorprende es que los organismos electorales les exijan solemnemente cumplir con lo que a todas luces es una farsa.

En la izquierda, los dueños de la pelota (Simons y Arana) han querido hacer lo mismo, pero no han podido. Tanto Unete por la democracia como el Frente Amplio van a realizar, por separado, primarias con diversos candidatos para quitarles la pelota a los dueños de la misma. ¿Será posible?. Es difícil, pero no imposible. Es posible que Verónica Mendoza le gane a Arana en el Frente Amplio así como Sergio Tejada (si compite) les gana a Goyo y a Simons en Unete si las elecciones son abiertas en las que, además de los militantes, participen efectivamente los izquierdistas independientes, los simpatizantes y los progresistas. De lo contrario, se imponen las capillas. Gane quien gane el problema es que las llamadas “primarias” en la izquierda legitiman su fragmentación y si ganan Verónica y Sergio se quema una buena plancha unitaria de la izquierda y del progresismo: La plancha de los treintones. Es un suicidio.

Las izquierdas tienen muy poco tiempo para evitar el suicidio si presionan a los dueños de las franquicias electorales (Simons y Arana) para ponerse de acuerdo en hacer una elección primaria unitaria y abierta de todas las izquierdas (sin vetos) para designar una buena plancha presidencial unitaria. Esto es también difícil, pero no imposible.

TEMOR, AMOR Y ODIO

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Sinesio López Jiménez
En la campaña le temían y buscaban destruirlo; en la hora del triunfo combinaron la presión, el atarantamiento y la seducción hasta someterlo; antes de asumir el mando ya las derechas tenían asegurados los puestos claves del gobierno (MEF y BCR); una vez en el gobierno seguía la presión angurrienta para que se deshaga de la izquierda y se preparaban para coparlo. Una vez capturado, Humala sufrió el síndrome de Estocolmo y asumió sin remordimientos el modelo neoliberal, se subió feliz a la ola del boom exportador (Conga va sí o sí), se olvidó de la diversificación productiva y desplegó las banderas de un asistencialismo focalizado.

Fueron dos años de gloria y de matrimonio feliz entre Humala y las derechas que lo sentían su gobierno. Todos fueron felices y comieron perdices. La pareja presidencial gozó las mieles del poder y los halagos de las derechas. De repente todo cambió entre ellos. Las derechas políticas y mediáticas comenzaron a cuestionarlo. Sólo la CONFIEP y los grupos empresariales en general se mantuvieron fieles. ¿Qué sucedió?. ¿Qué produjo la ruptura entre las derechas políticas y mediáticas con el gobierno de Humala?. ¿Fue un acontecimiento específico o un conjunto de acontecimientos que explican la ruptura? Me inclino por lo segundo.

Varios factores explican el distanciamiento que se transformó rápidamente en enemistad y odio. En primer lugar, la megacomisión investigadora de García y la revelación de los “narco-indultos” que han afectado seriamente su candidatura a la Presidencia por tercera vez. En segundo lugar, la negativa de Humala a indultar a Alberto Fujimori, lo que reavivó y agudizó los odios del fujimorismo contra el humalismo. En tercer lugar, la concentración mediática que impulsó el grupo de El Comercio para que las derechas no volvieran a experimentar los miedos del 2011, según lo expresó su propio director.

Finalmente, el adelanto inusitado de la campaña electoral del 2016 lanzado por García para defenderse de los narco-indultos acusando a la pareja presidencial de querer sacarlo de la competencia política porque quería perpetuarse en el poder a través de la primera dama. Los medios concentrados hicieron eco de las denuncias de García y emprendieron una campaña contra de Nadine Heredia hasta destruirla, como lo venía haciendo también con los líderes de las izquierdas. Haber recibido dinero de Chávez, estar vinculada a la corrupción debido a su amistad con Belaúnde Lossio, interferir en el gobierno sin haber sido elegida fueron las acusaciones principales hasta convertirla, según las encuestas, en la política más corrupta del Perú mientras Keiko Fujimori aparecía casi inmaculada.

La desaceleración de la economía, atribuida por las derechas a las políticas económicas equivocadas del gobierno, a los conflictos mineros y a las trabas burocráticas, a la incapacidad de los gobiernos regionales y a las políticas sociales desplegadas, ha potenciado las acusaciones contra la pareja presidencial y ha preparado el terreno para el retorno de los representantes directos y genuinos de la derecha dispuestos acabar con la descentralización y con las políticas sociales, conforme lo anuncian sus probables ministros de Economía y Finanzas.

DISPUTANDO EL TRONO

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Sinesio López Jiménez
Es una pelea de blancos, esto es, una peleita. Es un debate animado entre Segura, el actual ministro de economía, y los que disputan sucederlo (Carranza, ex-ministro de García y Abusada, ex-asesor de varios ministros de Economía y Finanzas de Fujimori). Sólo falta Kuczinsky para completar las visiones de los candidatos de las derechas y del neoliberalismo, aunque sospecho que el gringo se aproxima más a los puntos de vista de Segura. Para que deje de ser una pelea de blancos (pues todos se mueven en los marcos neoliberales) la prensa escrita debiera invitar también a los economistas de izquierda y progresistas que cuestionan al modelo neoliberal. Los lectores se verían beneficiados.

La discusión se centra en la desaceleración, en el grado en que ella afecta al Perú, en sus causas y en la eficacia de las políticas económicas para salir de ella. Mientras que Segura afirma que la desaceleración toca a todos los países de AL y del Caribe (pues todos ellos crecerán a un promedio de 0.5% en el 2015) y que el Perú es el enfermo menos grave del hospital (pues crecerá a una tasa de 3.5), Carranza y, en particular, Abusada se empeñan en demostrar que el Perú está casi moribundo debido a las políticas del gobierno de Humala.

Carranza sostiene que las tasas de crecimiento de AL varían, que los países (Argentina y Venezuela) que inflaron su gasto corriente y el crecimiento (a partir de los buenos precios de sus materias primas) entre 2006 y 2011, hoy tienen tasas negativas de crecimiento; que los países que mantuvieron la disciplina fiscal y redujeron el nivel de endeudamiento (Colombia y México) mantienen su tasa de crecimiento (4.9 y 2.3 respectivamente) del 2006 hasta ahora y que Perú y Chile han bajado ahora a la mitad su tasa de crecimiento del 2006-2011 porque la inversión ha caído debido a las malas políticas económicas que se vienen aplicando (El Comercio,04/08/15).

Para Segura las causas de la desaceleración son “los precios de las materias primas en declive por quinto año consecutivo, expectativas de mayores costos financieros, salidas de capitales que presionan al alza los tipos de cambio y menor crecimiento de los principales socios comerciales”. Reconoce que hay un factor interno (la incertidumbre electoral) que agrava la situación, pero que “la magnitud del actual debilitamiento de la confianza empresarial excede lo explicado por el deterioro del contexto externo o el ruido electoral” (El Comercio, 02/08/15 y La República 02/08/15). ¿Qué factor es este que sale de los marcos explicativos de la desaceleración y que la agrava?. Misterio por develar.

Para Abusada y Carranza el centro de todos de los males es el modelo humalista de “incluir para crecer” porque con él está condenando a toda la nación a la exclusión y al estancamiento. “El crecimiento- dice Abusada- se ha frenado por la ineficacia del gobierno en promover la inversión privada y por su incapacidad para llevar a cabo la inversión pública” (El Comercio, 31/0//15). Los factores internacionales son casi irrelevantes. En resumen, para Segura, la causa principal de la desaceleración proviene de un prolongado y severo shock externo mientras que para Carranza y Abusada radica en las malas políticas económicas del actual gobierno que no dan confianza a los inversionistas. ¿No son acaso las políticas económicas de Humala la continuidad de las de gobiernos anteriores?. ¿Castilla no fue acaso Viceministro de García?.