Nos pasaron la voz de que guardemos las cosas de nuestros escritorios en un lugar seguro porque en la noche iba a ser la fiesta de los M Arch I en la misma facultad. Con todas las cosas de un típico jueves me olvidé de hacerlo, así que en la noche acompañé a Edu y a Astrid al Gund. Pero ya ahí, al ver a la gente limpiar desesperadamente los desks de modelos y maquetas y al ver a la gente vestida de payasos lanzando cervezas, decidimos quedarnos. Gran decisión.
Interesante combinación de situaciones que hace que hoy en el año 2017 esté revisando por primera vez a consciencia el censo 2007. El tema: impacto de la formalización de derechos de propiedad, del ingreso y de las técnicas de construcción sobre el acceso al suministro de agua en el área metropolitana de Lima.
Hace algunos años vi una película sobre Malcolm X. La historia te atrapaba de inmediato y la actuación de Denzel Washington fue, en mi opinión, magnífica. Sin embargo, algunas escenas eran demasiado impactantes y me era muy duro seguir mirando. Esa es la misma razón por la que quizás nunca me sumergí en la historia de la lucha por los derechos civiles en el Estados Unidos de los 60s y 70s. Luego de un tiempo, probablemente gracias a la versatilidad del papel, dediqué un tiempo a leer la historia de este país y vi cómo realmente la propia evolución de la nación se puede contar a partir de la lucha de los afroamericanos. La propia guerra civil y el nacimiento del partido republicano son una muestra de ello. Por todo eso, me es increíblemente interesante que esta vez me haya tocado investigar sobre Roxbury, el corazón del movimiento afroamericano de Boston. Hoy caminando por Roxbury me topé con este mural.
The first time I was in the US, almost 15 years ago, one of the first things I did was to buy some running shoes (of course it was my aunt who bought them for me). But still, that first visit to the Skechers store is something I remember very well. The shoes were 50 dollars that, considering inflation, is pretty much the same price of the waterproof boots for the winter that I bought today in CambridgeSide.
La circunstancia de estar sentado en este momento aquí ha estado construida en base a una cadena interminable de decisiones completamente aleatorias. Una de ellas fue la elección del lugar donde vivir. Pudo haber sido un departamento con uno o dos amigos, pudo haber sido un departamento de Harvard compartido con una persona por conocer, pero terminó siendo un residence hall de la Graduate School of Arts and Sciences. Esa decisión bien podría haber sido tomada con un dado, uno o cuatro departamento, dos o cinco Harvard Housing, tres o seis GSAS. Cuando me pongo a pensar en esto recuerdo que incluso estaba por pasárseme el plazo para mandar la solicitud del housing al GSAS, era el 25 o 26 de algún mes, seguramente de abril. Y como es tan difícil tomar decisiones cuando uno no está en el último minuto, hora o día del plazo, lo había ido retrasando. El plazo, además, vencía a las 5 de la tarde. Lo cierto es que nunca supe cuántas horas o minutos antes de que venza el plazo mandé mi solicitud. No solo por la diferencia de horas entre Estados Unidos y Perú, sino porque esa semana yo estaba en Brasil y fue en medio de una conferencia en el Baker Mckenzie de Sao Paulo que abrí desesperado la laptop y completé el proceso de postulación. Incluso la elección del tamaño de la habitación, del edificio Child fue una cuestión enteramente librada a la suerte. Una vez más, por pura casualidad, o quizás por alguna anatomía extraña de mi destino, caí parado. Me asignaron el 205 de Child Hall. Hasta el piso es el perfecto, considerando que no hay ascensores. En la foto Tuo en el tacho de desperdicios, porque en el tacho de reciclaje no cabía.
Ya escribí antes sobre el espacio colectivo que es la zona de los desks en el Gund Hall. Caminando por ahí uno se encuentra con esto. Alguien que tiene una impresora 3D personal en su escritorio, que la deja imprimiendo un modelo de edificio mientras se va un par de minutos a servirse agua. Algo más?
Atrasado alrededor de dos semanas en las lecturas de estadística y con un deadline para un problem set a las 10 de la mañana, hubo que recurrir a medidas extremas así que puse el celular en no molestar y me fui a un lugar callado, a un lugar callado! Primero la biblioteca Loeb y luego al Carpensen Student Center, para estar cerca de mi casa. Resultó el lugar perfecto para estudiar, buenas mesas, poca gente, no excesivamente silencioso, a 10 pasos de mi casa, bien iluminado, pienso volver más seguido. Hay tantos lugares por el campus donde uno podría sentarse a leer, es increíble, quizás no poder conocer todos sea lo único malo de tener un desk fijo. Fue aproximadamente desde las 5 pm. hasta las 2 am. sin parar, es decir, 9 horas seguidas, para aprender básicamente tres cuartas partes del libro de Estadística de Healey y resolver 6 problemas sobre el tema. Probablemente sea desde los tiempos en Derecho que no tenía una encerrada así de intensa sin parar más que para ir al baño. Pero yo estuve hasta las 2 de la mañana, Vikas estuvo hasta las 4. Siempre se puede estar peor.
