Juan Carlos Cortés presentó su carta de renuncia a la premier Mercedes Aráoz. “Me debo a mi mismo y a mi familia la coherencia y el respeto a mis propios valores morales”, dijo.
Juan Carlos Cortes, ex presidente ejecutivo de Servir. Imagen: https://prod.media.larepublica.pe/720×405/larepublica/imagen/2017/12/26/noticia-funcionario-servir.jpg
Juan Carlos Cortés Carcelén, presidente ejecutivo y miembro del Consejo Directivo de la Autoridad Nacional del Servicio Civil, dio a conocer este martes su renuncia irrevocable al cargo en un oficio dirigido a la presidenta del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz.
Según argumenta el funcionario, su decisión es una respuesta que condice a los principios que defiende y que no convergen con el indulto humanitario que otorgó el presidente Pedro Pablo Kuczynski al exdictador Alberto Fujimori.
“Considero que lo que ha sucedido el día 24 de diciembre (…) quiebran no solo las bases del Estado de Derecho, sino principalmente esos principios que estamos obligados como funcionarios públicos a promover y defender”, expresó.
Como se recuerda, a pocas horas de la Nochebuena, el mandatario otorgó el indulto y derecho de gracia a Fujimori, quien venía cumpliendo una condena de 25 años por los delitos de La Cantuta, Barrios Altos y secuestros al periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer.
“En mi vida como servidor del Estado me he regido por principios éticos que hoy se sienten socavados y me obligan a tomar esta decisión. Me debo a mi mismo y a mi familia la coherencia y el respeto a mis propios valores morales”, acotó.
En el transcurso del día han presentado sus renuncias otros funcionarios del Ministerio de Justiciapor estar disconformes con el otorgamiento del beneficio presidencial.
61,5 millones de alemanes están llamados a las urnas el próximo domingo, en unas elecciones con poca incertidumbre: la victoria de la canciller Angela Merkel está asegurada, según todas las encuestas y pronósticos. La atención se centra en saber con quién gobernará y en un hecho sin precedentes desde 1945: la entrada de un partido abiertamente xenófobo en el Bundestag.
Qué se elige
Se eligen a los diputados que formarán parte de la 19ª legislatura del Bundestag, la principal cámara legislativa de Alemania, considerada Cámara baja. La otra cámara, el Bundesrat, solo legisla sobre cuestiones que afectan a las competencias de los estados federales y sus miembros son designados por las instituciones regionales.
En principio se reparten 598 escaños, aunque por la particularidad del sistema electoral, esta cifra puede aumentar (el parlamento actual, por ejemplo, tiene 630 diputados).
Los resultados electorales se conocerán horas después del cierre de los colegios pero el Parlamento tiene un mes de plazo para reunirse. Después serán estos diputados quienes elijan de entre ellos al jefe de Gobierno o canciller para los próximos cuatro años por mayoría absoluta.
Cómo se elige
El reparto de escaños en Alemania es bastante complejo. Los alemanes votan a la vez a candidatos locales individuales y a listas cerradas de partidos.
En principio, la mitad de los 598 escaños se reserva para los candidatos locales que han obtenido más votos, y la otra mitad se reparte de manera proporcional entre los partidos que superan el 5% de los sufragios. Sin embargo, puede ocurrir que un partido no haya superado el umbral para el reparto proporcional pero sus candidatos locales si ganen el escaño, lo que ocurre en los estados más grandes. En ese caso, hay que aumentar el número de diputados para respetar la proporcionalidad.
No hay jornada de reflexión: en Alemania pueden celebrarse actos políticos y publicarse sondeos el mismo día de las elecciones.
Partidos y candidatos
Angela Merkel aspira a su cuarto mandato como canciller. Todas las encuestas la dan como indiscutible ganadora al frente del bloque conservador formado por la CDU y la CSU de Baviera (más del 36% del voto, según los sondeos). Merkel, con doce años en el poder, se beneficia de la tradicional tendencia alemana a primar la gestión y la estabilidad, de la buena situación económica del país y de la debilidad de sus rivales.
El Partido Socialdemócrata (SPD), tradicional rival electoral de los conservadores pero aliado en la Gran Coalición, quedará muy por detrás. Si se cumplen los pronósticos, obtendría en torno al 22% de los sufragios (en las elecciones de 2013 llegó al 25%). Su candidato, el expresidente del Parlamento Europeo Martin Schulz, ha centrado la campaña en la justicia social y la igualdad, algo que diversos analistas consideran un error porque no refleja la buena opinión de los electores sobre la situación económica. Schulz espera no obstante que el voto de los indecisos (nada menos que un 40% del electorado) pueda decantarse a su favor en el último momento.
Varios partidos, situados en torno al 10% de votos según las encuestas, compiten por la tercera plaza, un puesto muy importante porque quien lo ocupe podría convertirse en primera fuerza de la oposición. El mejor situado es Alternativa por Alemania (AfD). Por primera vez desde 1945, una formación abiertamente xenófoba puede formar grupo propio en el Bundestag. Liberales en materia económica, contrarios al euro, partidarios de la familia “tradicional”, su discurso es marcadamente anti-inmigración y anti-Islam. Buscan también capitalizar el voto de protesta contra las élites políticas. Sus candidatos son Alexander Gauland, 76 años de edad, ex miembro de la CDU, periodista; y Alice Weidel, economista de 38 años, admiradora de Marine Le Pen.
Los liberales del FDP pueden volver al Parlamento después de haber perdido la representación en 2013. Durante la campaña se han presentado como los socios perfectos de Merkel, con quien comparten las políticas de austeridad. Su líder, Christian Lindner, resume así sus mensajes de campaña: politica migratoria “a la canadiense” (los refugiados reciben asilo temporal pero han de regresar a sus países terminado el conflicto); oposición a un presupuesto común en la eurozona y permitir que un país abandone el euro sin dejar la Unión Europea.
La Izquierda (Die Linke) es el único partido abiertamente opuesto a las políticas de austeridad. Proponen aumentar los impuestos a las grandes fortunas e imponer una tasa a las transacciones financieras para financiar el estado de bienestar. Durante la campaña, Sara Wagenknecht y Dietmar Bartsch, cabezas de lista, han llamado explícitamente a parar al AfD, a quienes identifican como “nazis”.
En último lugar, y muy mermados, se sitúan Los Verdes (en torno al 8%, según las encuestas). Alejados de su origen como movimiento alternativo, su oferta es más ecologista que social: proponen la transición al transporte de emisiones cero para atajar el cambio climático y una política exterior que respete los derechos humanos. Sus candidatos son Katrin Göring-Eckardt y Cem Özdemir.
Alianzas poselectorales
Si los sondeos aciertan, Merkel tendrá que pensar con quién forma su próximo gobierno. En esta legislatura ha gobernado junto a los socialdemócratas en una Gran Coalición, pero Schulz se ha mostrado contrario a repetir en el papel de socio débil.
La otra opción es gobernar con un partido menor, excluidos los xenófobos de AfD, en alguna de estas combinaciones:
Un Gobierno de la CDU/ CSU con los liberales del FDP
Un Gobierno tripartido CDU/CSU-Liberales-Verdes
Un Gobierno de CDU/CSU y Verdes
Los Verdes encontrarían oposición entre sus bases a la formación de un gobierno con Merkel, por lo que el candidato más probable es el FDP, si los números lo permiten. Los liberales han formado parte de 17 ejecutivos, tanto con socialdemócratas como con conservadores.
Algunos comentaristas anuncian que la negociación será complicada. El voto de los indecisos, que todavía hay muchos, más el de los Wutbürgers, los ciudadanos hartos de las élites políticas, será más determinante que nunca para el futuro de la República Federal.
Sobre los comicios de hoy planea la sombra de 2007-2008, cuando 1.300 personas fueron masacradas. Está en juego la estabilidad no solo del país, sino de toda la región y parte del continente
Uhuru Kenyatta. Presidente de Kenia. Imagen: http://www.nation.co.ke/image/view/-/2340938/highRes/747432/-/maxw/600/-/b8s4ku/-/DN+UHURU+1605l.JPG.jpg
La cuestión no es si habrá violencia o no, sino cuánta”. El analista político y experto anticorrupción John Githongo es poco optimista sobre el mantenimiento de la paz durante el proceso electoral que arranca este martes en Kenia. Razones no le faltan para pensar así: hubo violencia durante las nominaciones de candidatos de cada partido, la residencia del vicepresidente fue asaltada (sin consecuencias reseñables) hace diez días y el lunes de la semana pasada apareció en una morgue de Nairobi el cuerpo mutilado de Chris Msando, jefe de servicios informáticos de la Comisión Electoral keniana. Si esto fuera el prólogo de un libro, la novela tendría muchas papeletas para ser de terror.
Ante tal panorama, se ha aligerado algo el discurso tribalista y divisivo de los dos principales candidatos a la Presidencia, el actual mandatario, Uhuru Kenyatta (de la mayoritaria tribu kikuyu), y el eterno líder opositor, Raila Odinga (de una de las tribus más grandes, la lúo), quienes vuelven a enfrentarse por el cargo, como en 2013, unos comicios en los que prevaleció la calma pese a miedos como los que ahora inundan Kenia: largas filas en los supermercados para aprovisionarse de productos básicos, calles vacías, tiendas cerradas, gente yéndose de la capital y tráfico fluido (esto último, quizá lo más inédito de todo).
Porque en el recuerdo permanece la traumática oleada de violencia postelectoral de 2007-2008, cuando más de 1.300 personas perdieron la vida y unas 600.000 personas resultaron desplazadas de sus hogares huyendo de violaciones, asesinatos, robos, el incendio de sus casas y hasta circuncisiones forzosas. El entonces presidente, Mwai Kibaki (kikuyu como Kenyatta y que contaba con el apoyo de este) se medía en las urnas con Odinga por la jefatura del Estado. Odinga era favorito en las encuestas, Odinga lideraba el recuento y Odinga terminó por perder esas elecciones. La misión de observación electoral de la Unión Europea maquilló verbalmente que las votaciones habían sido un atraco: “La falta de transparencia y el número de irregularidades verificadas hacen dudar de la exactitud del resultado anunciado”. Solo en una circunscripción, las inconsistencias entre el recuento in situ y los datos llegados a Nairobi sumaban 25.000 votos más a favor de Kibaki, que fue declarado vencedor por la Comisión Electoral y juró el cargo en un acto medio a escondidas, a última hora de la tarde y sin dignatarios invitados ni gaitas.
Odinga levantó el banderín de fuera de juego, alegó tongo, se autoproclamó ganador de los comicios y animó a la gente a protestar. Miembros de la numerosas tribu kalenjin, entonces aliados de Odinga, se cebaron con los kikuyu en el Valle del Rift y éstos contraatacaron. Las chabolas de Nairobi, hogar de inmigrantes de las 42 tribus del país, ardieron. Más de mil muertos y nueve años después, nadie ha sido condenado por aquello. Y el hecho de que las causas del Tribunal Penal Internacional contra el actual presidente, Uhuru Kenyatta, su vicepresidente, William Ruto, y otros cuatro supuestos artífices de la violencia no llegaran a ninguna parte (de repente, hubo testigos que cambiaron de opinión; otros directamente desaparecieron sin dejar rastro), demostró una vez más que la impunidad es la norma en Kenia. Además, ahora, a diferencia de 2013, hay un presidente que opta a la reelección, en un país en el que las transiciones se tienden a atragantar. Las fuerzas de seguridad, los servicios de emergencia y la Cruz Roja se han preparado para cualquier escenario y las embajadas no han escatimado en mensajes de alerta a sus compatriotas.
Temor a los cambios que promete Odinga
De ganar Kenyatta, quincuagenario, el hombre más rico del país y eximputado por La Haya por crímenes de lesa humanidad, seguirá haciendo negocio con Occidente y China y desarrollando sus políticas liberales con su escaso talante y sin más ideología que la del billete. Odinga, de 72 años, es un antiguo filocomunista (llamó Fidel a uno de sus hijos en honor a Castro) vendido al liberalismo cuyas propuestas (por lo general, igual de vacías e irreales que las de su rival) tienen algunos puntos que merece la pena destacar.
Odinga se ha empeñado en sacar de Somalia las tropas kenianas a las que él mismo mandó como primer ministro de un gobierno de coalición nacional, con lo que los fundamentalistas islámicos de Al Shabab contarían con mayor margen de crecimiento de no rellenarse el hueco dejado por el Ejército keniano; en una ocasión dijo que reconocería Somalilandia –de facto independiente del resto de Somalia desde 1991, pero sin reconocimiento internacional alguno–, lo cual le costaría un buen enganchón en la Unión Africana; y sus mejores relaciones con el actual presidente tanzano, John Magufuli, servirían para revitalizar una maltrecha Comunidad de África Oriental y avanzar en los esfuerzos por estabilizar la región.
Quizá ahora puedas dejar de preguntarte por qué deberían importarte las elecciones en ese país de África oriental, muy similar a España en extensión y población, de los pocos más o menos estables en la zona, como hemos visto aliado en la lucha contra el terrorismo, zona de paso para petróleo y ayuda humanitaria, precario hogar de casi medio millón de refugiados de los países vecinos y casilla en el tablero de la expansión china por el mundo. O mucho más a ras de suelo: te deberían interesar estos comicios porque tal vez las rosas que le regalaste a tu madre provengan de allí, o igual el café o el té del bar de la oficina crecieran en suelo keniano o la luna de miel de tu prima vaya a tener como escenario la sabana del Maasai Mara.
Pero lejos de aquel paraíso de ñúes y leopardos, en Kibera, el barrio chabolista más grande de la capital, la sensación de victoria de Odinga está generalizada, lo cual tiene un lado peligroso en una de las zonas más calientes de la violencia de hace nueve años: el candidato opositor ha estado lanzando mensajes de desconfianza en la Comisión Electoral y en otras instituciones, lo cual podría llegar a usarse como justificación para la protesta de no estar conforme el votante de turno con el resultado. Por eso la radio y la televisión emiten casi en bucle canciones por la paz, la amistad y la fraternidad entre los kenianos, como ‘Daima’, una suerte de himno nacional no oficial en el que Eric Wainaina pide a los oyentes que se olviden de tribalismos. Porque, al fin y al cabo, la tribu es –en la mayoría de los casos– lo único que los votantes tienen en común con sus políticos.
La excanciller Delcy Rodríguez fue seleccionada como presidenta del órgano legislativo convocado por Maduro
El chavismo gobernante instaló este viernes en el palacio legislativo, acompañado de cientos de seguidores, a los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente. La foto del fallecido ex mandatario (1999-2013) Hugo Chávez ingresó de nuevo al Parlamento, en el centro de Caracas, cargada por los asambleístas Cilia Flores, la primera dama; Diosdado Cabello, y Delcy Rodríguez, excanciller que fue elegida este viernes presidenta de la flamante Constituyente. (Foto: EFE)
Con el traslado de dos inmensos retratos —uno con la imagen oficial del Libertador Simón Bolívar, y el otro con la del “comandante eterno”, Hugo Chávez—, el chavismo quiso simbolizar el afán de restauración y revancha que inspira la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, convocada por el presidente Nicolás Maduro e inaugurada este viernes en la tarde en Caracas.
“Volvió, volvió”, coreaban los más de 500 diputados chavistas mientras atravesaban la entrada principal del Palacio Federal Legislativo. Llegaban caminando desde la cercana Plaza Bolívar, portando con ellos las dos imágenes con la devoción que se dedica a las reliquias. Ambas presidían las plenarias de la Asamblea Nacional que la Revolución controló de manera absoluta durante una década, pero fueron removidos de allí cuando en enero de 2016 empezó una nueva legislatura de mayoría opositora.
Sin hallar resistencia, los miembros de la Constituyente, leales al Gobierno, trajeron los cuadros al Salón Elíptico de la sede ceremonial del Parlamento, en pleno casco histórico de la capital venezolana. Ya habían desplazado de ese espacio a los diputados de la Asamblea Nacional, ausentes. Pero llegan además con la misión explícita de disolver ese poder, despojar a sus adversarios de su fuero de inmunidad y poner a algunos de ellos en prisión. Para llevarla a cabo, algunos de los miembros de la Constituyente apenas cuentan con el mandato de 1.000 votos, como se reveló en la víspera que ocurrió con los representantes del llamado sector empresarial.
La excanciller Delcy Rodríguez fue seleccionada como presidenta de la Constituyente, acompañada en la directiva por los exvicepresidentes de la República en las gestiones de Hugo Chávez, Aristóbulo Istúriz e Isaías Rodríguez. La ex ministra de Relaciones Exteriores, hermana del influyente alcalde del Municipio Libertador de Caracas, Jorge Rodríguez, aliado cercano del presidente Maduro, surgió como fórmula de consenso por un cargo al que aspiraban la esposa de Maduro, Cilia Flores, y el número dos del chavismo, Diosdado Cabello.
Delcy Rodríguez tomó juramento al resto de sus colegas. En la ceremonia no estuvieron ocupados los 545 asientos del cuerpo deliberativo. El día anterior, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el oficialismo acordaron repetir las elecciones en dos municipios de los Andes, lo que compromete siete curules.
“¿Juran ustedes defendernos de las agresiones imperialistas, de la derecha traidora?”, preguntó retóricamente Rodríguez a los diputados. Un poco más tarde, en su discurso inicial, la presidenta de la Constituyente pidió a sus colegas agradecer al convocante “Nicolás Maduro, que hoy se hizo gigante”. Maduro no asistió al evento, en un gesto para escenificar la soberanía e independencia de la nueva Asamblea frente a los poderes constituidos.
“Vinimos aquí no a destruir nuestra Constitución, sino a eliminar todos los obstáculos que nos han impedido materializar algunos de sus avances”, aseguró Rodríguez. Con ello no solo ratifica el propósito de arrase de la resistencia que anima este proceso, sino que, sobre todo, responde las críticas de sectores disidentes del chavismo que han hecho distancia pública de la Constituyente, señalando que se pretende aniquilar la Constitución “original” de Chávez —la vigente, que data de 1999— para perpetuar en el poder a Maduro y los suyos.
Rodríguez advirtió también a la oposición que “esta Constituyente llegó para hacer justicia”, puntualizando que sus líderes correrán con las consecuencias “si no se deciden a hacer acción política”. Dijo que desde el sábado empezarán a tomar medidas: “No se sorprendan porque ya llegó el poder Constituyente”. La primera sesión regular se iniciará a las diez de la mañana del sábado 5 de agosto.
En horas de la madrugada, agentes de la Guardia Nacional habían forzado la entrada al Salón Elíptico, para tomarlo de manera temprana y evitar que los diputados opositores de la Asamblea Nacional (AN) obstaculizaran la ceremonia. Se trata del lugar protocolar donde reposa el acta original de la Independencia, suscrita en 1811. Pero la incursión resultó innecesaria. Por una parte, el director de Protocolo de la AN había dicho un día antes que colaboraría con la instalación de la Constituyente. Por la otra, los parlamentarios afiliados a la alianza opositora, Mesa de Unidad Democrática (MUD), prefirieron integrarse a la marcha de protesta convocada desde temprano y que intentaba alcanzar, desde varios puntos del este de Caracas, la sede de la Asamblea Nacional.
Al momento de redactar este despacho, la marcha acababa de comenzar. Las fuerzas de seguridad en Venezuela han comenzado a dispersan con gases lacrimógenos a los manifestantes que se dirigían al Palacio Federal Legislativo en Caracas.
Con la instalación de la Constituyente, el chavismo desatendió las resistencias de buena parte de la comunidad internacional y una exhortación de última hora llegada desde el Vaticano, en la que se solicitaba suspender la puesta en vigor de un mecanismo que viene a complicar aún más la crisis política de Venezuela.
EL SUPREMO OPOSITOR ESCOGE EL EXILIO
La Embajada de Chile en Venezuela informó este viernes que recibió en su sede en Caracas a un sexto magistrado, integrante del Trubinal Supremo de Juticia “paralelo” que la Asamblea Bacional de mayoría opositora designó hace dos semanas. Se trata del abogado Luis Marcano Salazar, quien, como otros cinco colegas, se refugió en la legación diplomática chilena en busca de asilo político.
El Canciller Heraldo Muñoz confirmó desde Santiago de Chile la información. “El Gobierno de Chile actuará en esta materia de acuerdo con los principios jurídicos y humanitarios que inspiran su política exterior”, se limitó a decir el ministro.
Al mismo tiempo, el Gobierno de Panamá anunció que había concedido asilo político a los magistrados Gustavo Sosa Aguirre y Manuel Espinoza Melet. En un comunicado, la cancillería panameño reconoció que ambos juristas solicitaron protección al entrar “hace varios días” a la residencia y misión diplomática de ese país en Caracas.
El parlamento de mayoría opositor nombró el 21 de julio 33 magistrados en sustitución de los jueces designados, de forma ilegal -según el nuevo legislativo- , por la Asamblea Nacional chavista en diciembre de 2015.
La designación no fue reconocida ni por el Gobierno de Nicolás Maduro ni por el Supremo en funciones, leal al oficialismo, que prometió sancionar a los recién nombrados.
Un magistrado, Ángel Zerpa Aponte, ya está en prisión. Además de los otros seis refugiados en la embajada de Chile, el juez de la Sala Penal Alejandro Rebolledo se llegó al exilio en Estados Unidos.
El Vaticano critica a los fundamentalistas xenófobos e islamófobos en un artículo de la revista de los jesuitas visado por el propio Papa y por el secretario de Estado
El papa Francisco, entre Ivanka (izquierda) y Melania Trump (derecha), en una audiencia en el Vaticano el 24 de mayo pasado. ALESSANDRA TARANTINO (REUTERS)
¿Quién se acuerda de Charles Maurras? Murió hace más de 60 años mientras cumplía cadena perpetua por complicidad con el enemigo alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Fue extraordinaria su influencia intelectual sobre las derechas más extremas europeas, incluidas las españolas, a través de su partido antisemita, ultra y monárquico, Action Française, sobre todo entre las dos guerras mundiales. Igual de extraordinaria fue su tormentosa relación con la Santa Sede, que terminó con su excomunión y las de su seguidores y con la inclusión de un puñado de sus escritos y de la propia revista que dirigía en el Índice de Libros Prohibidos.
El tiempo de las excomuniones y del Índice de los Libros Prohibidos queda lejos, olvidado ya. Roma ya no hace cosas así, al menos desde el Concilio Vaticano II. Pero si las hiciera, no hay duda de que ahora tendríamos algo parecido a un caso Maurras a propósito de las turbulentas ideas y propuestas políticas del presidente Trump y más concretamente de su consejero estratégico Steve Bannon,un príncipe de las tinieblas que inspira las políticas más extremistas de la actual Casa Blanca, como el muro con México y el muslim ban o prohibición de entrada en EE UU a ciudadanos de seis países musulmanes.
Steve Bannon es católico, mientras que Donald Trump nació en una familia presbiteriana. La religiosidad personal de ambos es más que dudosa, como le sucedía a Maurras, hasta el punto de que fue el agnosticismo del escritor francés el que le condujo a la condena eclesial. Bannon se ha divorciado dos veces a pesar de la indisolubilidad del matrimonio católico, y de Trump se desconoce si practica o si tiene siquiera alguna idea religiosa. Pero en ambos cuenta la religión como visión política del mundo, y ahí es donde el Vaticano tiene algo que decir y lo ha dicho, uniendo además en una misma crítica al catolicismo integrista y al fundamentalismo evangelista que tan buen servicio les ha rendido al Partido Republicano para ganar en las elecciones presidenciales.
Aunque el mensaje es bien claro, en cuanto a quien lo emite y a lo que dice, la vía escogida por el Vaticano es sutil e indirecta. Ha sido la revista de los jesuitas Civiltà Cattolica la que lo ha transmitido, a través de un artículo, titulado ‘Fundamentalismo evangélico e integrismo católico en Estados Unidos, un ecumenismo sorprendente’, firmado por su director, el italiano Antonio Spadaro, y por el protestante argentino Marcelo Figueroa. Un católico y un protestante denuncian precisamente la colusión de católicos y protestantes extremistas estadounidenses en un mismo pensamiento al que califican de “ecumenismo del odio”. Según el diario italiano La Repubblica, el papa Francisco en persona, el secretario de Estado Pietro Parolin y el secretario para las Relaciones con Estados Unidos, Paul Richard Gallagher, han corregido y visado el artículo.
El papa Francisco rechaza la narrativa del miedo y de la inseguridad, sobre la que Trump y su derecha alternativa construyen muros ideológicos
La primera característica de esta desviación teológica es el maniqueísmo, un “lenguaje que divide la realidad entre el Bien absoluto y el Mal absoluto”, cuestión en la que los autores citan al propio presidente Trump y que sitúa a los inmigrantes y a los musulmanes entre las amenazas al sistema de vida de Estados Unidos.Una segunda característica que denuncian Spadaro y Figueroa es el carácter de Teología de la Prosperidad que comparten los dos extremismos católico y evangelista. Su evangelio para ricos, difundido por organizaciones y pastores multimillonarios, predica una idea autojustificativa de que “Dios desea que sus seguidores tengan salud física, sean prósperos y personalmente felices”. La tercera característica es una defensa muy peculiar de la libertad religiosa, en la que extremistas católicos y protestantes se unen en cuestiones como la oposición al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo o la educación religiosa en la escuela, y propugnan un sometimiento de las instituciones del Estado a las ideas religiosas e incluso a la Biblia muy similar al que inspira al fundamentalismo islámico.
Esta visión del mundo proporciona una justificación teológica a la guerra y alienta la esperanza religiosa con la expectativa de un enfrentamiento apocalíptico y definitivo entre el Bien y el Mal. Las afinidades con la idea islamista radical de la yihad son bien claras. El artículo denuncia la web de extrema derecha Church Militant, que atribuye la victoria de Trump a las oraciones de los estadounidenses, propugna la guerra de religiones y profesa el llamado dominionismo, que es una lectura literalista del Genésis en la que el hombre es el centro de un universo a su entero servicio. Los dominionistas consideran anticristianos a los ecologistas y observan los desastres naturales y el cambio climático como irremediables signos escatológicos de un final de los tiempos apocalíptico, que no hay que obstaculizar, sino todo lo contrario.
No es posible comprender esta fuerte arremetida del Vaticano contra la extrema derecha estadounidense sin recordar la intervención de Steve Bannon en una conferencia celebrada en el Vaticano en 2014, en la que denunció la secularización excesiva de Occidente y anunció “la proximidad de un conflicto brutal y sangriento, (…) una guerra global contra el fascismo islámico”, en la que “esta nueva barbarie que ahora empieza erradicará todo lo que nos ha sido legado en los últimos dos mil o dos mil quinientos años”. También hay que situarlo en el marco de tensiones entre la Casa Blanca y el Vaticano a propósito de Oriente Próximo, especialmente tras el primer viaje de Trump en el que pretendió conectar con las tres religiones, islam, judaísmo y catolicismo, pero terminó convirtiéndose en un reforzamiento de la alianza con Arabia Saudí y un estímulo al enfrentamiento con Teherán, con consecuencias inmediatas en el bloqueo a Qatar.
El pontífice no solo discrepa de sus propuestas sobre ecología, inmigración o impuestos, sino que rechaza su estrategia en favor de Riad
Curiosamente, Spadaro y Figueroa defienden las raíces cristianas de Europa, pero con una argumentación inversa a la que se escuchaba en tiempos de Ratzinger, de la que ha desaparecido el supremacismo cristiano y blanco. “El triunfalismo, la arrogancia y el etnicismo vengativo son exactamente lo contrario del cristianismo”, aseguran. El artículo termina recordando que el papa Francisco combate la narrativa del miedo y la manipulación de la inseguridad y de la ansiedad de la gente, evita la reducción del Islam al terrorismo islamista y rechaza la idea de una guerra santa contra el islam o la construcción de muros físicos e ideológicos. Con la denuncia del ecumenismo del odio, el Vaticano sitúa a Steve Bannon y Donald Trump en un infierno ideológico análogo al que abrió las puertas a Maurras en 1927, ahora hace justo 90 años, en el que se encuentran condenados los políticos que utilizan la religión para dividir en vez de unir a los seres humanos.
El diario brasileño O Globo informó este miércoles que la empresa Odebrecht donó dinero a la campaña de la ex candidata a la presidencia, Keiko Fujimori.
El medio indicó que tuvo acceso a documentos con el testimonio de Marcelo Odebrecht, exdirector de la constructora brasileña.
“Contra Keiko Fujimori, la primogénita del expresidente y dictador Alberto Fujimori, el más robusto de los documentos a los que el GLOBO tuvo acceso es el testimonio de Marcelo Odebrecht de mayo pasado. Él habla explícitamente que donó en la caja dos a Keiko, que encarna el discurso de defensa de la ética en la política”, se lee en el diario.
Cabe señalar que el nombre de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, aparece en las agendas de Marcelo Odebrecht, según dio a conocer IDL Reporteros. De acuerdo al documento al que tuvieron acceso, se aprecia un monto que correspondería a una transacción.
En la anotación se visualiza lo siguiente: “Aumentar Keiko para 500 e eu fazer visita (ex Venez)”. A este párrafo también acompaña las denominaciones AG y Humala mientras el informe periodístico precisa que el documento no muestra una fecha concreta.
Esta información, incautada por la Policía Federal de Brasil, se incorporó al proceso de delación premiada de Odebrecht. Se presume que habría sido escrito entre finales del 2010 y comienzos del 2011.
Ex-presidente Toledo negociou pagamento em reunião no Rio de Janeiro, dizem delatores
Keiko Fujimori, PPK, Mercedes Arroz y Alejandro Toledo
Se a política peruana fosse um jogo de boliche, a delação de executivos da Odebrecht poderia, sem exageros, ser comparada a um strike. A imagem resume bem o efeito do que ocorreu no país vizinho desde dezembro de 2016, quando a gigantesca colaboração foi assinada. Foram, em maior ou menor grau, envolvidos na Lava-Jato o atual presidente, Pedro Pablo Kuczynski, o PPK, sua vice, Mercedes Arioza, os ex-presidentes Ollanta Humala e Alejandro Toledo, e a candidata a presidente derrotada Keiko Fujimori.
Humala, atualmente no presídio Barbadillo, em Lima, pode não ser o único a ser preso. Os delatores entregam detalhes de um enredo de pagamentos de caixa dois feitos pelo Setor de Operações Estruturadas semelhante ao de seus adversários políticos, hoje também sob investigação. O caso com mais detalhes, entretanto, envolve bem mais do que caixa dois.
O ex-presidente Alejandro Toledo, hoje foragido nos Estados Unidos, já tem uma ordem de prisão expedida em decorrência da Lava-Jato, sob a acusação de ter negociado propina numa reunião no Rio de Janeiro. Os delatores afirmam que, em contrapartida por criar condições que permitissem a empresa ganhar a licitação da rodovia Interoceânica, que ligaria o Brasil ao Oceano Pacífico, Toledo recebeu de suborno US$ 20 milhões entre 2006 e 2008.
A propina teria sido depositada em contas de empresas do grupo empresarial Josef Maiman, um dos principais financiadores da campanha de Toledo.
Na delação, há ainda relatos de pagamentos de propina para que a Odebrecht conquistasse, além de dois trechos da Interoceânica, a linha um do metrô de Lima, o trecho no estado Callao da estrada Vía Costa Verde, uma estrada em Cusco, na região dos Andes, e outra no estrado Carhuaz.
DEPOIMENTO DE MARCELO ODEBRECHT
Contra Keiko Fujimori, a primogênita do ex-presidente e ditador Alberto Fujimori, o mais robusto dentre os documentos a que o GLOBO teve acesso é o depoimento de Marcelo Odebrecht de maio passado. Ele fala explicitamente que doou em caixa dois para Keiko, que encarna o discurso de defesa da ética na política. Pelo Twitter, ela negou a acusação: “Eu não conheço o senhor Marcelo Odebrecht”.
Em depoimento, Odebrecht ainda revelou que o ex-ministro da Fazenda Antonio Palocci, preso pela Lava-Jato e negociando um acordo de delação, teria tido papel decisivo em pagamentos ilícitos ao ex-presidente Ollanta Humala.
“Todos grandes candidatos esperavam de certa maneira que nós doássemos. A atuação do Antonio Palocci foi decisiva para doarmos para o Ollanta Humala, mas todos esperavam”, afirmou Marcelo Odebrecht em seu depoimento de maio.
Se a versão peruana da Lava-Jato avançar, o atual presidente, PPK, e sua vice, Mercedes Arraoz, também podem ter problemas. Contra ela, paira a acusação de ter recebido caixa dois na campanha presidencial de 2011 — o que ela nega.
Já PPK vive em meio ao fantasma da Interoceânica, a mesma que pode levar Toledo à cadeia. O atual presidente era ministro da Economia no governo Toledo, que tinha na rodovia uma de suas maiores peças de propaganda. Embora a quebra do sigilo bancário de PPK não tenha apontado nenhum recurso vindo das construtoras brasileiras, uma investigação da Justiça peruana ainda apura se PPK beneficiou a Odebrecht. O presidente nega as acusações.
Senator John McCain returned to the Senate Chamber on Tuesday to cast a deciding vote allowing the legislative body to begin debating a bill put together behind closed doors by Republicans that would repeal and replace the Affordable Care Act.
Health industry professionals have overwhelmingly supported Republicans seeking federal office, and one could imagine McCain and others who benefit from that support might push policy that would be more financially beneficial to their benefactors.
Healthcare providers are among the top 5 contributors by industry to McCain’s campaign coffers, having given $7,184,854 since 1989, according to OpenSecrets.org.
A full list of donors in the health and insurance industries provided by FollowTheMoney.org reveals that USAA, Humana, Liberty Mutual, American Association of Orthopaedic Surgeons, Cigna Corp, American Society of Anesthesiologists, American Society of Plastic Surgeons, National Association of Insurance & Financial Advisors and others have been top donors to McCain throughout his career, providing as much as $20,000 (USAA’s contribution) each to his campaigns.
Selecting just for health industry contributions, here are some of the top donors to McCain ranked by contribution amount, from the Institute for Money in State Politics: