Archivo de la etiqueta: Mario Vargas Llosa

FICCIONES FUNDACIONALES

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Belisario Llosa y Rivero
El primer escritor de la familia Llosa de Arequipa

Mario Rommel Arce Espinoza
Arequipa, 2014
Cascahuesos

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El siglo XIX fue crucial en la formación de la idea de nación en América Latina. El romanticismo latinoamericano en sus vertientes histórica, social y política tuvo en la novela a un género que contribuyó sustancialmente al diseño de estas ideas. Facundo (1845), de Domingo Faustino Sarmiento; Amalia (1855), de José Mármol; María (1867), de Jorge Isaacs; Clemencia (1869), de Ignacio Manuel Altamirano; Martín Rivas (1892), de Alberto Blest Gana; El matadero (1871), de Esteban Echevarría, entre otras, son algunas de las novelas más emblemáticas de este periodo.

Asimismo, el siglo XIX fue escenario de la confrontación entre las ideas políticas que regirían los destinos de las nacientes repúblicas latinoamericanas en el siglo posterior: liberalismo, conservadurismo, socialismo, anarquismo, indigenismo y nacionalismo fueron el marco ideológico de encendidos debates protagonizados por un creciente sector de ciudadanos ávidos de participar en la opinión pública, esa esfera deliberativa que congregaba a todo aquel que formando parte de la ciudad letrada sentía la necesidad de asociarse libremente con sus pares ideológicos en torno a partidos políticos y círculos literarios principalmente. La intelligentsia más notable de las metrópolis latinoamericanas, desde Buenos Aires hasta Ciudad de México, fue configurando entre mediados del XIX e inicios del XX una sociedad de opinantes, entre académicos y autodidactos, con gravitante influencia en las masas letradas.

En estas coordenadas se sitúa parte de la genealogía literaria trazada por Mario Rommel Arce (Arequipa, 1971) en su libro Belisario Llosa y Rivero. El primer escritor de la familia Llosa de Arequipa (Cascahuesos, Arequipa, 2014). El texto tiene dos partes: en la primera, el autor se remonta a los primeros ancestros de Mario Vargas Llosa, quienes procedentes de España se instalaron en Arequipa promediando el siglo XVIII. Rommel Arce anota que distinguidos miembros de la familia Llosa, a lo largo de sucesivas generaciones, ocuparon cargos importantes en la función pública, y en otros casos, se dedicaron a las letras. Justamente, Belisario Llosa —bisabuelo de Mario Vargas Llosa y autor de la novela Sor María— es el motivo central de su investigación. Seguidamente, expone una breve sumilla de la trayectoria de Mario Vargas Llosa. La segunda parte reúne tres textos de Belisario Llosa: un discurso pronunciado en 1881 en la Universidad Nacional de San Agustín con ocasión del inicio del año académico; la novela corta Sor María (1886), premiada en el concurso internacional del Ateneo de Lima; y un ensayo titulado «El genio y el gusto» (1886), leído en una velada literaria realizada en el Ateneo de Lima.

Sor María narra la desventura amorosa de dos jóvenes, Carlos Mare y María Laran. La historia transcurre en París, Lima y Arequipa. Se trata de una novela corta que contiene los motivos centrales de la novela romántica: la mujer virtuosa, ángel del hogar, que deviene monja piadosa luego de una decepción amorosa; el hidalgo caballero que acude al rescate de damas desprotegidas; la separación de los amantes producto de circunstancias fuera de su control; el exilio voluntario del o de la amante que se considera abandonado; el reencuentro en otra ciudad lejana luego de muchos años y peripecias; la fatalidad, ya sea la ruina moral o económica que agobia a los amantes, como digno de un degradación progresiva; el desenlace fatal que los reúne; y el enfoque de un narrador testigo que confiesa haber recibido el relato de primera mano. Es llamativo que los mejores momentos de la pareja hayan tenido lugar en París durante su niñez y albores de juventud y que a medida que maduraban acaecían mayores desgracias, las cuales no cesan sino se incrementan luego del reencuentro; como también es singular que estas circunstancias acontezcan en los márgenes de Europa, es decir, en Lima y Arequipa, en momentos que las nacientes repúblicas latinoamericanas libraban guerras internas por el poder. Y si bien el tópico dominante es el idilio propio de la novela romántica francesa, a diferencia de María, de Jorge Isaacs, la naturaleza americana no adquiere un protagonismo central en el relato de Belisario Llosa; y en contraste con Amalia, de José Mármol, no son las ideas políticas el contexto que rodea a los amantes.

Los capítulos correspondientes a los ancestros de Mario Vargas Llosa —y propiamente a Belisario Llosa— suscitan reflexiones que trascienden el valor histórico de la genealogía de los Llosa. Pues el mayor aporte que encuentro en el libro de Rommel Arce no está en tal genealogía sino en la relación entre literatura y política. Indagar en tales relaciones yendo más allá de la trayectoria de una familia distinguida con la finalidad de examinar cómo se fueron configurando las ideas políticas y las discusiones literarias en la Arequipa del siglo XIX y qué tanto subsisten hoy algunas «ficciones fundacionales» —empleando el término de Doris Summer— sobre la identidad arequipeña y su peculiar idea de nación, es un desafío mayor que no debemos soslayar. No obstante, es significativo el aporte de Rommel Arce en lo concerniente a la publicación de los tres textos de Belisario Llosa que de otra forma no estarían al alcance del público masivo.

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NO QUIEREN TANTO A MARIO

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El lunes pasado, Mario Vargas Llosa recibió el doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad Católica de Córdoba. Su visita a “La Docta” coincidió con la noticia del fallecimiento de Margaret Thatcher, en medio de una abierta guerra fría entre el gobierno de la Nación y la ciudad de Buenos Aires por la catástrofe que dejaron las inundaciones en la ciudad de La Plata, y previa al anuncio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner acerca de la democratización de la justicia en la Argentina. El auditorio lucía repleto pero no desbordado, a diferencia de lo que podría suceder en Lima o Arequipa durante la antesala de una presentación de Mario Vargas Llosa.

Mario no leyó un discurso. Expuso una serie de temas recurrentes en sus últimas intervenciones: la literatura y su capacidad para enfrentar la falta de libertades, el potencial cuestionador de la literatura frente a la realidad que nos tocó vivir, la situación de la información en un contexto de intenso desarrollo tecnológico y la falta de referentes estables para evaluar el arte. La Universidad Católica de Córdoba, primera universidad privada de Argentina, ofrecía un marco bastante confortable para el novelista, no solo por la moderada asistencia sino porque no habría la posibilidad de que irrumpieran manifestantes para interrumpir la ceremonia, como sucedió semanas atrás en la Universidad de Lima, y porque ideológicamente, tampoco habría protestas estudiantiles ni de docentes repudiando su llegada, como posiblemente ocurriría en la Universidad Nacional de Córdoba.

Algunos de los principales medios de comunicación de la ciudad y el país, sobre todo los opositores, aprovecharon la ocasión para destacar la trayectoria de Mario Vargas Llosa a favor de la democracia y la libertad. Y es que el autor de La ciudad y los perros no es una figura desconocida para la política y la opinión pública argentina. En 1976, a siete meses del golpe militar, en calidad de presidente del PEN Club Internacional, fustigó severamente al gobierno de facto en su “Carta al General Jorge Rafael Videla”, donde lo instó a cesar la persecución contra escritores e intelectuales opuestos al régimen. Sus posteriores intervenciones sobre la realidad argentina adquirieron otro tono. En mayo de 2009, concedió una entrevista al diario italiano Corriere della Sera; allí declaró que “Cristina Fernández es un desastre total. Argentina está conociendo la peor forma de peronismo: populismo y anarquía. Temo que sea un país incurable”.

En 2011, pocos meses después de haber sido galardonado con el Premio Nobel de Literatura, fue invitado a inaugurar la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires. Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, dirigió una carta el presidente de la Cámara del Libro en la cual le solicitaba reconsiderar la invitación al flamante Premio Nobel sugiriendo que en su lugar se diera la oportunidad a algún escritor argentino “en condiciones de representar las diferentes corrientes artísticas y de ideas que se manifiestan hoy en la sociedad argentina”. Seguidamente, junto a otros intelectuales argentinos, buscó adherentes para impedir que Vargas Llosa inaugure la feria. La réplica de Vargas Llosa no se hizo esperar. “Piqueteros intelectuales” inicia saludando la decisión de la presidenta argentina aunque advierte que “obedientes, pero sin duda no convencidos, los intelectuales kirchneristas dieron marcha atrás”. Horacio González duplicó con “Largas a Vargas”, extenso artículo que saca a relucir la bronca de González luego de que Cristina Fernández le indicara retirar su carta más que mostrar razones atendibles para explicarla.

Finalmente, Vargas Llosa dio el discurso inaugural. “La libertad y los libros” se deja leer como un alegato a favor de la literatura como antídoto contra la censura: “Leer nos hace libres, a condición, claro está, de que podamos elegir los libros que queremos leer, y que los libros puedan escribirse e imprimirse sin inquisidores ni comisarios que los mutilen para que encajen dentro de las estrechas orejeras con que ellos aprisionan la vida. Defender el derecho de los libros a ser libres es defender nuestra libertad de ciudadanos”.

En abril de 2012 volvió a arremeter contra el gobierno de Cristina Fernández. “La guerra perdida” comenta negativamente la expropiación de la empresa YPF, antes propiedad del grupo Repsol, medida que calificó como una convalidación del chavismo, además de sostener que “Los males que padece ese gran país que fue Argentina se deben al peronismo”. Y en octubre del mismo año aclaró que “La identidad perdida”, aclara que el artículo que circula en Internet titulado “Sí, lloro por ti Argentina” no le pertenece sino que hábilmente redactado por alguien que recogió frases suyas acerca de los Kirchner y la situación actual de la Argentina. Sin embargo, reconoció que el texto “era infame, pero no estúpido”. El apócrifo pero contundente artículo incidía en lo inexplicable de la actual situación política, social y económica de la Argentina: “¿Cómo puede ser que sea el país empobrecido, caótico, subdesarrollado que es hoy? ¿Qué pasó? ¿Alguien lo invadió? ¿Estuvieron enfrascados en alguna guerra terrible? No, los argentinos se hicieron eso ellos mismos. Los argentinos eligieron a lo largo de medio siglo las peores opciones”.

Días después de la presentación en Córdoba, una multitud de activistas de izquierda protestaron frente al Teatro Colón en el centro de Buenos Aires contra la visita de Vargas Llosa, a quien incluyeron dentro de la conspiración golpista de la derecha internacional, acusación por demás exagerada y sin fundamento. La derecha peruana, latinoamericana y mundial no tiene claro si Vargas Llosa es su aliado o su adversario político. El autor de La casa verde desconcierta a izquierda y derecha, aunque en ocasiones sus declaraciones son funcionales al conservadurismo, particularmente en temas culturales.

Dediqué seis años a estudiar sus novelas y ensayos, investigación que culminó en una tesis sobre los vínculos entre su teoría de la novela y su pensamiento político. Por ello a menudo he discutido la postura de Vargas Llosa sobre literatura, cultura y política. Y así como celebro al escritor que recriminó severamente a Alan García por la masacre de los penales (“Una montaña de cadáveres”), que confrontó abiertamente al Cardenal Cipriani y enmendó la plana al que fuera ministro de Defensa, Ántero Flórez-Aráoz, (“El Perú no necesita museos”), que renunció a la comisión que tenía a su cargo la implementación del Museo de la Memoria cuando se urdía en el Congreso una amnistía para los miembros del grupo Colina y cuando el diario El Comercio decidió convertirse en vocero oficial de la candidatura de Keiko Fujimori desatando una campaña sucia contra Ollanta Humala;  disiento de su explicación sobre la Masacre de Uchuraccay, cuyo informe atribuye la muerte de los periodistas a una supuesta barbarie consustancial a los comuneros uchuraccaínos, de su infeliz análisis del “Baguazo”,  de su nostalgia por el retorno de viejos valores según él necesarios para distinguir el buen arte del arte decadente, por mencionar solo algunos casos que a los seguidores del novelista, ensayista, crítico y dramaturgo nos desconciertan, pero, a la vez, nos recuerdan que las obras trascienden a sus autores.

Vargas Llosa no dejará de criticar el populismo, las dictaduras militares o civiles, de izquierda o derecha, la censura contra los medios de comunicación, el caudillismo y cualquier otra amenaza contra lo que él considera la cultura de la libertad. Confío que con la misma denodada pasión, nos regale, hasta donde le permita la vida, esas ficciones que nos hacen vivir una existencia paralela negada por la realidad, esas mentiras verdaderas por las cuales queremos tanto a Mario.

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MARIO YA TIENE QUIEN LE ESCRIBA

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Arequipa y el escribidor. Homenaje a Mario Vargas Llosa
Premio Nobel de Literatura 2010
Carlos Rivera (compilador)
Arequipa, 2012
Cascahuesos

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En marzo de 2011, Carlos Rivera tuvo la gentileza de invitarme a participar de un conversatorio en torno al pensamiento político de Mario Vargas Llosa. Se trataba de un encuentro posterior a otro en el que se abordaron los aspectos literarios de su obra. En ese instante surgió una gran amistad que tuvo como bisagra nuestra común admiración, aunque sin concesiones, por la obra de Mario Vargas Llosa. Un mes después me extendió otra invitación para colaborar en el libro homenaje Arequipa y el escribidor (2011), con motivo del Premio Nobel de Literatura otorgado al autor de La ciudad y los perros, cuya compilación de artículos estuvo a su cargo.

Sin embargo, la prisa por llevar adelante la edición en el tiempo más breve se revirtió en su contra. En aquella oportunidad, se imprimió el libro con muchos errores tipográficos y sin un adecuado trabajo de edición. Si bien Carlos Rivera fue responsable de la publicación, lo cierto es que el presupuesto destinado por el Gobierno Regional no cubría los gastos que exigía la edición y publicación del libro homenaje.

Poco más de un año después, Carlos relanza una segunda edición revisada y ampliada. Algunos textos fueron reemplazados y otros incorporados, como es el caso del discurso que el Dr. Eusebio Quiroz Paz-Soldán leyera durante el homenaje a Mario Vargas Llosa en su primera visita a Arequipa luego de obtener el Premio Nobel de Literatura 2010. Yo participo con un ensayo en el que sustento una relación que pasó desapercibida para la crítica literaria: el pensamiento político y la teoría de la novela de Mario Vargas Llosa. El siguiente ensayo de Henry Rivas rastrea la relación del individuo frente al poder a través de algunas novelas emblemáticas como La ciudad y los perros, Conversación en La Catedral y El paraíso en la otra esquina. Juan Carlos Valdivia Cano polemiza con el crítico Willard Díaz acerca de las lecturas jurídicas de la literatura. Y pese a que no se trata de un tema directamente vinculado a la obra de Mario Vargas Llosa, Juan Carlos Valdivia recurre a algunos tópicos vargasllosianos, discutibles desde la teoría literaria contemporánea, como la crítica biográfica. Orlando Mazeyra nos ofrece una crónica sobre la biblioteca de Mario Vargas Llosa en su casa de Barranco, escrita con denodada pasión. Mario Rommel Arce traza una semblanza de Belisario Llosa, un ilustre antepasado de Mario Vargas Llosa, a través del cual se pueden seguir las inquietudes político-literarias que constituyen las coordenadas de su obra. La escueta semblanza de Ángela Delgado merecía un desarrollo más amplio y menos frívolo a mi modo de ver. Los textos que posiblemente resulten más atractivos para el lector interesado en el ser humano detrás del novelista son las crónicas de Carlos Rivera, Jose Luis Vargas, Cristhian Ticona y Jorge Turpo Rivas. Las entrevistas de Juan Carlos Soto y José Carlos Mestas completan el panorama con aproximaciones a tópicos bastante explorados sobre la vida y obra de Mario Vargas Llosa. Un relato del escritor César Augusto Álvarez Téllez, extraído de su libro Pimienta caliente, cierra este libro homenaje.

El valor de Arequipa y el escribidor radica en la puesta en escena de lo que cada autor decidió mostrar a partir de nuestra admiración por Mario Vargas Llosa. En cierto sentido, cada uno de nosotros pone al alcance del lector una versión personal del Mario Vargas Llosa que nos cautiva: el novelista, el crítico, el político, el ser humano, el periodista, el intelectual generador de debates, etc. Carlos Rivera, a pesar de las dificultades, logró rectificar la primera edición, y concentrar este sincero esfuerzo de su parte como compilador, la dedicación de José Córdova como editor y de los autores que llevamos adelante una iniciativa que no podía ignorarse.

No es que desee clausurar el tema Vargas Llosa, pero urge descentralizar la atención hacia otros autores y textos que también merecen estudios y discusión, pues Mario ya tiene quien le escriba desde Arequipa.
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SOBRE LA CARTA ABIERTA

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La carta abierta dirigida por Orlando Mazeyra a Carlos Meneses Cornejo, director del diario El Pueblo me suscita una breve intervención. Coincido en que un diario como El Pueblo no puede permitirse ignorar la feria del libro ni los homenajes a Reynoso, Colchado o Rivera Martínez, escritores invitados a esta cuarta edición, y a la vez brindarle una cobertura desproporcionada a la presentación del libro de Vanessa de Oliveira, ex prostituta brasilera. La razón por la cual un mismo evento es ignorado y posteriormente cubierto por el decano de la prensa en el sur solo se explicaría, como señala Orlando, por chismografía y escándalo. Una grosera muestra de inconsecuencia, por decir lo menos.

Pero también considero que Orlando tuvo en sus manos la oportunidad de revertir la indiferencia de El Pueblo ante la FIL 2012 y sus invitados más notables, pues como él mismo testimonia al inicio, colabora publicando en este diario. No he leído el artículo de José Carlos Mestas, pero su interés en publicar una nota sobre Vanessa de Oliveira demuestra cuan involucrado está con el acontecer literario nacional. Finalmente, tal vez es su agenda particular y hasta ahí qué se va a hacer… pero Orlando, como él mismo lo indica al inicio de su carta, ha entrevistado a varios escritores, es decir, su compromiso con esa labor está claro. Visto así ¿por qué no envió notas a El Pueblo sobre la FIL y los escritores ninguneados hasta ese momento por el diario? ¿o acaso habiendo sido enviadas, prefirieron publicar el texto de Mestas? Orlando publicó en su blog una entrevista a Fernando Ampuero, (29 de septiembre y 4 de octubre en Lima gris), con motivo de la presentación de su último libro en la FIL, cuatro días después de publicada su carta abierta en el mismo blog y cuatro antes de que finalice la feria. No se precisa la fecha de la entrevista a Ampuero pero al parecer es algo anterior a la FIL. Sobre la feria del libro, concretamente, solo está en su blog la carta abierta dirigida a Carlos Meneses.

En ello observo también inconsecuencia: el diario donde el autor de la carta escribe regularmente ignora la feria del libro local y a sus invitados más distinguidos, pero el autor de la carta también los ignoró en su blog. Un breve seguimiento semanal o un artículo final que dé cuenta de las incidencias, sus impresiones, objeciones, etc., escrito con contundencia como suele hacerlo, sobre la FIL hubiera sido el contrapeso más idóneo a la miopía de quienes tienen a su cargo en El Pueblo la decisión de publicar los contenidos sobre cultura y a los que hallan en la chismografía y el escándalo una motivación para publicar un artículo.

Incluso habría que ir más allá de la cobertura a los escritores canónicos e indagar en lo que la oficialidad no ve o no quiere ver; en entrevistar al autor de un primer libro; en los gestores culturales que organizan presentaciones cuya descripción está ausente del programa oficial en la web de la FIL, a pesar de no ser uno, dos o tres eventos los que realizaron; en las políticas de las editoriales independientes o alternativas, que reproducen la lógica a nivel micro de las grandes editoriales, diría yo, aun más agresivamente.

Mi otra discrepancia es con la invocación a Mario Vargas Llosa para sustentar una postura a favor de la cultura y en contra de su banalización. La idea que VLL posee sobre “cultura” es la de un producto artístico en peligro de extinción porque ya no es apreciado como antes, específicamente, como era apreciado por su generación. Así cultura es definida como obra de arte, representativa de la alta cultura o de la cultura popular, definición adyacente a la de buen gusto, buenos modales y depósito de saberes o erudición. La Kultur alemana se refiere a la creación espiritual de los pueblos y se opone a Zivilisation, empleada para el desarrollo técnico, científico, jurídico, etc., que una sociedad lleva progresivamente hacia adelante, y que de algún modo sirve como referente para establecer una jerarquía entre una sociedad y otra. No en vano VLL reflexiona sobre la “cultura” en clave de “civilización”.

El problema con la noción de cultura utilizada por MVLL es que está concebida en términos de jerarquías fijas, donde hay un horizonte superior al que las sociedades más alejadas deben apuntar para salir de la barbarie, en contraste con aquellas que habrían llegado a ese horizonte: Europa. Recurrir a MVLL para refrendar una posición a favor de la cultura implicaría reducirla a una pieza de arte en peligro porque ya no hay un criterio sólido para mantenerla en el pedestal. Cultura es un modo de habitar el mundo, un estar-en-el-mundo, históricamente permeable. Lo que es funcional para algunas, podría ser fatal para otras. Por ello establecer horizontes comunes para todas deviene jerarquías autoritarias.

Lo más importante de la carta de Orlando no es tanto la manifiesta inepcia de El Pueblo para estar a la altura de los acontecimientos, (este es solo el síntoma) sino que nos exige repensar de qué hablamos cuando hablamos de cultura en Arequipa.

ACTUALIZACIÓN

Orlando me acaba de enviar este comentario. Seguidamente, mi respuesta.

Hola, Arturo. Creo que si no somos amigos, al menos somos conocidos, ¿verdad? Me ayudaste con información para mis talleres de escritura creativa y siempre estoy agradecido contigo por eso. Me tienes como contacto en esta red social y, además, sabes mi correo electrónico porque he colaborado con el Náufrago con ficción y algún que otro artículo en Noticias.
Me hubieras consultado antes de escribir…tu nota, ¿no te parece? Yo he mandado a el diario El Pueblo notas sobre los escritores en mención: Oswaldo Reynoso (publicada el día sábado 21 de setiembre) y sobre Edgardo Rivera Martínez que no les dio la gana de publicarla. Sobre Colchado Lucio: su editor, Arthur Zeballos Herrera, te puede aclarar que pedí una entrevista con él, pero su agenda estaba muy apretada. Además colaboré con notas para Martín Zúñiga quien me pidió que escribiera también sobre Fernando Ampuero (aparte de Reynoso y el homenajeado Rivera Martínez, artículos que han aparecido en su revista Máquina de Leer y en la sección cultural del semanario Vista Previa de Arequipa). ¿Qué quiere decir entonces? Que los señores del diario El Pueblo tenían a la mano un artículo mío sobre E. Rivera Martínez pero no le dieron espacio: sólo hubo espacio para la ex-prostituta brasilera (el domingo y el lunes: dos días consecutivos). Te pido, por favor, que cuando quieras suponer cosas sobre mí tengas la amabilidad de ponerte en contacto conmigo para evitar malos entendidos. Muchas gracias,
ORLANDO

Seguidamente, mi respuesta.

Hola Orlando, lo que mencionas sobre los intentos de entrevista, los artículos publicados en otros medios y la aceptación y la negativa del El Pueblo a publicar uno y otro respectivamente era indispensable en tu carta abierta. En ella solo indicas que El Pueblo no publicó textos previos, mas no que rechazó el que me dices de Rivera Martínez y que sí publicó el de Reynoso (esto último también cambia un poco el panorama: parecía que El Pueblo se mantuvo a espaldas de la FIL hasta el texto de Mestas pero veo que publicaron tu artículo sobre Reynoso el mismo día que el de la De Oliveira o al día sgte. [¿21 o 22?]). En la carta abierta no señalas que se publicó un texto tuyo sobre Reynoso. Lo que menciono se limita a tu blog, (“los ignoró en su blog”) donde no hay algo directo sobre esta cuestión, (siendo el lugar que asignaste para la carta abierta y para los artículos que publicas en simultáneo en otros medios, el espacio más autónomo, personal y a la mano para manifestarse sin censura). De lo escrito no se sigue que la FIL no haya sido de tu interés (la carta lo demuestra) o que no hayas escrito absolutamente nada sobre ello. Pero entre la carta abierta y el resto de los textos que has escrito sobre la FIL hay un impacto diferente, notorio. La carta terminará pesando más. No hubo suposición alguna porque no concluyo nada fuera de lo que muestra la carta y tu blog. Voy a actualizar el post con lo que me señalas. Veo que la carta abierta tenía algunas claves cerradas. Sigue leyendo

Para leer a Mario Vargas Llosa

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Para leer a Mario Vargas Llosa

A cargo de Carlos Arturo Caballero Medina

Fecha: Del 19 de enero al 23 de febrero
Hora: Miércoles de 6:30 a 9:00 p.m.

El curso brindará un panorama literario de las novelas más representativas de Mario Vargas Llosa con el objetivo de explicar el merecimiento que la Academia Sueca otorgó a su trayectoria literaria: “por su cartografía de estructuras de poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, sublevación y derrota”. Es decir, se intentará descifrar la nominación que la Academia concedió a la obra vargallosiana mediante la discusión de conceptos como “cartografía”, “poder”, “individualismo”, “sublevación”, etc.

Inversión:
S/. 180 (público en general) – S/. 100 (estudiantes) / Ver aquí formas de pago

Para inscribirse en el curso, haga click aquí.

Perfil: Carlos Arturo Caballero Medina

Licenciado en Literatura y Lingüística por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Ha dirigido la revista de literatura Náufrago (2004) y dirige la revista de investigación Letras del Sur. También, ha publicado ensayos de investigación en revistas académicas locales y en el extranjero vinculados a la obra de Mario Vargas Llosa. Además administra los blogs Letras del Sur y Náufrago digital en los cuales aborda temas sobre cultura y política. Actualmente, ejerce la docencia universitaria en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y en la Universidad Privada del Norte. Sigue leyendo

Literatura y política: los ejes de la obra de Mario Vargas Llosa

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UNIVERSIDAD PERUANA DE CIENCIAS APLICADAS

DIÁLOGO DESDE LAS HUMANIDADES

CONVERSATORIO

LITERATURA Y POLÍTICA. LOS EJES DE LA OBRA DE MARIO VARGAS LLOSA

Viernes 5 de noviembre 3pm.

1. “El conflicto con el poder y las utopías. Una lectura panorámica a la novelística de Mario Vargas Llosa”

Henry César Rivas Sucari

En esta presentación, se brindará un panorama literario de las novelas más representativas de Mario Vargas Llosa con el objetivo de explicar merecimiento que la Academia Sueca otorgó a su trayectoria literaria: “por su cartografía de estructuras de poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, sublevación y derrota”. Es decir, se intentará descifrar la nominación que la Academia concedió a la obra vargallosiana mediante la discusión de conceptos como “cartografía”, “poder”, “individualismo”, “sublevación”, etc.

2. “Fuentes del pensamiento político de Mario Vargas Llosa”

Carlos Arturo Caballero Medina

Se explicará las nociones de libertad y cultura a través del pensamiento político de Vargas Llosa. En esta intervención, se abordará sobre todo su obra ensayística. Además, se rastrearán las fuentes del pensamiento político vargasllosiano y los vínculos que mantiene con su teoría de la novela.

3. “Cómo se hace un gran escritor. Concepción de lo literario y método de trabajo de Mario Vargas Llosa”.

Paul Llaque Minguillo

A lo largo de su trayectoria literaria, Mario Vargas Llosa ha demostrado poseer, desarrollar y poner en práctica una determinada concepción de lo literario en general y de la novela en particular. Al mismo tiempo, ha difundido un método de trabajo personal que le ha permitido escribir novelas con resultados altamente exitosos. La disertación expone, críticamente, los principales componentes de la concepción y el método literarios vargasllosianos.

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El pensamiento político y la teoría de la novela de Mario Vargas Llosa

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El pensamiento político y la teoría de la novela de Mario Vargas Llosa

A cargo de Carlos Arturo Caballero Medina

Fecha: Del 10 de junio al 16 de julio
Hora: Jueves de 6.30 a 9:00 p.m.

La trascendencia de Mario Vargas Llosa dentro del panorama intelectual contemporáneo no se circunscribe exclusivamente a su producción literaria ficcional. La crítica literaria y el ensayo de investigación, el reportaje periodístico y los artículos de opinión constituyen una parte muy importante de su obra, puesto que han mantenido las ideas del autor en permanente contacto con la comunidad académica política y literaria, así como con el gran público en general que no era necesariamente el mismo que frecuentaba sus novelas o piezas teatrales.

Se desentrañarán los fundamentos ideológicos que sustentan el pensamiento político de Mario Vargas Llosa y, paralelamente, someterlos a crítica. Para cumplir dicho fin, se ha convenido discutir las nociones de cultura y libertad en los textos de Mario Vargas Llosa.

Para inscribirse en el curso, haga click aquí.

Perfil: Carlos Caballero Medina

Licenciado en Literatura y Lingüística, Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Ha dirigido la revista de literatura Náufrago (2004) y dirige la revista de investigación Letras del Sur. También, ha publicado ensayos de investigación en revistas académicas locales y en el extranjero vinculados a la obra de Mario Vargas Llosa. Además administra los blogs Letras del Sur y Náufrago digital en los cuales aborda temas sobre cultura y política. Actualmente, ejerce la docencia universitaria en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y en la Universidad César Vallejo.

Inversión: S/. 180.00 público en general
S/. 100.00 estudiantes

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¿Qué premia realmente el Nobel de Literatura?

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Cuando la ceguera es síntoma de distinción.

Mario Vargas Llosa señaló en diversas oportunidades que no haber obtenido el Premio Nobel de Literatura era para él una distinción, puesto que se sentía “muy bien acompañado” por aquellas grandes figuras de la literatura mundial que, muchos no nos explicamos por qué, no fueron distinguidos con este premio por la Academia Sueca. Vargas Llosa se refería a escritores como Tolstoi, Marcel Proust o Borges, a quienes ningún crítico literario podría mezquinarles algún elogio y que, de estar vivos, no necesitarían justificar ante ninguna instancia académica el merecimiento de algún galardón; más bien quienes los ignoraran deberían justificarse ante la historia por tamaño descuido. Esta ha sido una de las críticas más reiteradas contra la Academia Sueca que, año tras año, emite un veredicto que tiene el poder de consolidar la carrera de un escritor hasta ese momento desconocido, convertirlo en best seller y sacarlo del anonimato y otorgarle un protagonismo planetario que lo eleva por encima de la victoria moral que ha significado dedicarse a un oficio tan errático como el de ser escritor.

Año tras año, durante las semanas previas al anuncio, la crítica especializada baraja a algunos posibles candidatos, en cuyas listas casi siempre figuran escritores que la crítica considera imprescindibles por su calidad literaria, pero que, a menudo, son ignorados por completo por la Academia Sueca. Esto sucede porque los patrones en los que se basa esta institución son diametralmente opuestos a los de la crítica. El Premio Nobel, en todas sus categorías, es un premio humanístico que pretende galardonar, en primer lugar, la trayectoria vital de un individuo quien, desde su especialidad, haya aportado al beneficio de la humanidad. Es decir, lo singular de cada producción intelectual no es tan importante como el conjunto de ella, aunado a la figura que como intelectual posee el posible candidato: reconocimiento de su comunidad, ascedencia sobre la opinión pública y, aunque no quieran reconocerlo, filiación política. En las ciencias físicas y químicas, por supuesto que es muy importante el descubrimiento y los aportes a la humanidad, tanto como el individuo que hace posible su realización; sin embargo, en una disciplina artística como la Literatura, lo que ha sucedido en las últimas décadas es que aquellos que tienen a su cargo la elección del premio que para muchos equivale a elegir al mejor escritor del mundo han antepuesto las cualidades personales del candidato a los merecimientos estrictamente literarios vinculados con su obra. Tal es así que cuando la crítica señala que el próximo Nobel de Literatura debería ser otorgado a un escritor como Mario Vargas Llosa, la Academia Sueca decide otorgarlo a otro escritor que fuera de su comunidad o del circuito europeo es un completo desconocido, pero, luego del premio, es asediado por megacorporaciones editoriales que pondrán en circulación su obra por todos los rincones más rentables del planeta.

Un escritor como Mario Vargas Llosa no tiene nada que demostrarle a ningún crítico o institución académica mundial. Es más, si los miembros de la Academia Sueca consideran que aún no lo merece porque le falta una obra maestra, pues se equivocan rotundamente: ¿Cuál fue la obra maestra de Gabriela Mistral? ¿Qué vieron literariamente hablando en Orhan Pamuk, Imre Kertezs o Herta Müller por mencionar a algunos ejemplos, que no estuviera presente en las novelas del escritor peruano? Alfredo Bryce Echenique cuenta que una vez tuvo la oportunidad de conversar con uno de los integrantes de la Academia Sueca en quienes recae la responsabilidad de elegir al Nobel de Literatura. Conversaron acerca de la vida y obra de Julio Cortázar ante lo cual el distinguido académico no dudo en agendar dicho nombre para evaluar la posibilidad de premiarlo al año siguiente. Bryce tuvo que señalarle en ese instante que el autor de Rayuela había fallecido hacía y algunos años. Esto motivo una jocosa reflexión en Bryce: ¿cómo unos señores que habitan en un país que muchos desconocen y que hablan un idioma poco conocido en el mundo pueden estar encargados de elegir a un escritor que después será conocido por todo el mundo?

En lo literario, estoy más que seguro, no vieron nada que no mereciera ser distinguido; lo que sucede es que al momento de valorar a Vargas Llosa pesa más el ensayista político-cultural que quincenalmente publica en El País de España, que el célebre novelista autor de La casa verde, Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo o La fiesta del chivo. Lo cual no es totalmente injusto, ya que Vargas Llosa conserva gran parte de su actualidad y vigencia a través de sus columnas de opinión. (No en vano, bastó un artículo suyo para pulverizar la opinión del ministro de Defensa del Perú, Ántero Florez-Araoz, quien sostenía que los museos no eran útiles y obligar al actual gobierno aprista a retroceder sobre su negativa a implementar el Museo de la Memoria). También es cierto que Vargas Llosa suele incurrir en exabruptos imperdonables para un intelectual de su talla. Llamar a Evo Morales “ardilla trepadora” o burlarse de su peinado tipo “fraile campanero” seguramente fueron frases que, traducidas al ignoto sueco, chirriaban de tal manera en las mentes de los ilustres académicos nórdicos que los obligaba a pensar más de dos veces la posibilidad de otorgarle el Nobel de Literatura. A ello se agrega la lamentable postura asumida por Vargas Llosa luego de la invasión a Irak por parte de EEUU y Gran Bretaña. Desde su perspectiva, la invasión militar se justificaba porque derrocarían a un tirano como Sadam Hussein y, en consecuencia, de la ocupación militar surgiría la democracia. Hoy sabemos que esa no fue la premisa que guió el accionar de las tropas de ocupación y que llevar la democracia tampoco estuvo en su lista de prioridades.

Particularmente, considero que este fue un hecho que le restó puntos para la mirada progresista de la Academia Sueca que suele estimar mucho el reconocimiento que un intelectual tiene en su nación (después de que perdió las elecciones en el 90, Vargas Llosa criticó abiertamente al sector de la población que le negó el voto y cuando Fujimori dio un autogolpe de Estado, no dudo en exigir un bloqueo económico contra el Perú) y el lugar que ocupa en el concierto político-cultural mundial. A Vargas Llosa, muchas veces, injustamente, se le identifica con la derecha más reaccionaria o con el neoliberalismo capitalista más salvaje, cuando en realidad, se trata de un intelectual más fiel a sus convicciones éticas que a las ideológicas. Prueba de ello es que cuando muchos conservadores en el Perú esperaban apoyarse en él para denostar el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, Vargas Llosa sorprendió a propios y extraños brindando su adhesión al informe la necesidad de su difusión.

¿Le quita el sueño a Vargas Llosa el Premio Nobel de Literatura? Él dice que no, pero a todos los que admiramos su trayectoria literaria, muy aparte de los yerros o aciertos como político, nos complacería tanto como el Oso de Oro de la Berlinale a La teta asustada, la Copa Sudamericana a Cienciano o la medalla de plata en Seúl para nuestro vóley, que por fin, la Academia Sueca haga justicia no solo con distinguir a Vargas Llosa, sino con premiar a la literatura peruana en su nombre, ya que, cuando se lo den a Mario, en realidad, se lo estarán dando a Arguedas, Ciro Alegría, Scorza, Ribeyro, Vallejo, Chocano, etc. De lo contrario, Mario puede sentirse muy bien acompañado por ellos.
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