Por Arturo Caballero Medina
Wilde es uno de los escritores ingleses más importantes en el siglo diecinueve. Nació en Dublín, Irlanda, en 1854. Su padre era un connotado cirujano irlandés. Wilde estudió en la Universidad del Trinidad en Dublín, luego en 1874, continuó sus estudios en Oxford dónde él publicó algunos versos con los que obtuvo un premio de poesía. El escritor Walter Horacio Pater y el artista estadounidense, James Abbott McNeill fueron sus maestros. Wilde se mostró como un seguidor de la ideología del arte por el arte, y escribió sobre ello en un ensayo titulado “Internacionales” publicado en 1891.
Wilde se convirtió en uno de los escritores más importantes que hayan abordado el tema de la estética. La estética es una concepción moral sobre la belleza, toma la belleza como la única manera de guiar la actividad humana. En 1881, publicó “Poemas”, un libro que le gustó mucho al público; luego viajó por los EE.UU. dónde expuso su “filosofía estética”. En 1883, se traslada a París y, una vez allí, conoce al poeta simbolista Paul Verlaine y muchos otros escritores franceses contemporáneos. Cuando vuelve a Londres, se casa con Constance Lloyd y después de eso tuvieron dos hijas. Durante un tiempo prolongado, trabajó en publicaciones literarias. Dirigió durante dos años la revista femenina “Mujeres”. En 1888, publica un libro de cuentos para niños, “El príncipe” feliz, “El crimen de Lord Arthur Saville y otras historias”, “Una casa de granadas” y el ensayo titulado “Intenciones” todos publicados en 1891. Ese año, editó una novela escrita por entregas en 1890: “El retrato de Dorian Gray”, el primer libro censurado a Oscar Wilde.
Los tres años posteriores a esa publicación fueron los más fructíferos para Wilde porque la alta sociedad londinense lo invitó a cuanta reunión o evento artístico existente. En 1891, se traslada a París dónde escribe en francés la tragedia “Salome” que tradujo luego al inglés. Esta obra se censuró en Gran Bretaña, también. Luego escribiría “El abanico de Lady Windermer”, “Una mujer sin importancia” y “La importancia de llamarse Ernesto”. En este momento, Wilde adquiere fama de dramaturgo. Sus obras tenían humor y sátira, pero también alusiones elegantes y directas.
En 1895, la fortuna y éxito lo abandonan. Wilde se enamoró de “Bosie”, hijo del marqués de Queensbury, con quien mantuvo una relación amorosa. Bosie era un hombre joven muy atractivo, ojos azules y cabello rubio. Wilde los aventajaba en quince años. El padre de Bosie acusó a Wilde de sodomía —en aquella época una relación entre dos hombres era considerada ilegal—; Wilde le contestó con una querella legal. El marqués le entabló un juicio cuya sentenció llevó a Wilde a dos años de prisión. Una vez allí, Wilde escribe “La balada de la cárcel de Reading” publicada al año siguiente de que Wilde es puesto en libertad. Cuando deja la prisión, viaja a París dónde cambia su nombre por el de Sebastián Melmoth. Viviría en París por el resto de su vida. Algunos otros obras son El fantasma de Canterville y De profundis una carta escrita en verso, dirigida a Lord Douglas, “Bosie”. Esta carta se publicó en 1905 cuatro años después de la muerte de Wilde en París.
Los temas de su obra giraron alrededor de la belleza, la literatura y las relaciones humanas. Por ejemplo algunas de sus frases más famosas son
“Artista es un fabricante de cosas de belleza. El arte solo debe mostrar y proyectar al artista”
“El crítico es alguien que puede entender la belleza de otra manera y con otros métodos”
“A una mujer le gustaría ser la última en la vida de su marido. A un hombre le gustaría ser el primero en la vida de su esposa.”
“Un libro no es, de ninguna manera, moral o inmoral. Hay sólo libros bien o mal escritos. Eso es todo”.
“Una mujer inteligente es algo inusual. Hay una por cada siglo. La última fue George Sand”. (Se refiera a la escritora francesa Aurora Dupin).
Wilde, rebelde, polémico y provocador, supo conciliar su espíritu decadentista celebrado y censurada por la hipócrita moral burguesa de su época, con la elegancia y pasión por la belleza y el arte. En el Perú de principios del siglo XX, Wilde fue seguido, admirado e imitado por los jóvenes artistas del grupo Colónida, quien tuvo a Abraham Valdelomar como principal émulo del escritor irlandés.
En lo personal, disfruté mucho de la lectura de El retrato de Dorian Gray. Fue el mejor libro mejor que leí en la secundaria. A través de sus personajes hallamos la miseria y el egoísmo del ser humano.
En El retrato de Dorian Gray podemos encontrar dos cosas: el arte y moralidad. Lo resumo en la siguiente sentencia: “Nadie dice y nadie sabe cuáles fueron los pecados de Dorian Gray. Si alguien los encuentra en cualquier otra persona, será posible en la medida que nosotros hayamos cometido el mismo pecado.”
el libro es muy bueno y por ello fue, es y creo que será difícil que una pelicula la supere.
hola Mariela. Es un debate muy peliagudo el de las adaptaciones. Yo soy de la idea de valorar la pelicula aisladamente de la novela porque suele pasar que cuando la produccion negocia con el autor (si esta vivo) conversan sobre la libertad del guionista y director en adaptar el texto, discuten la fidelidad o si el autor desea ser guionista, en fin. Entonces son detalles que pasan inadvertidos para nosotros como espectadores.
(Kubrick saco del anonimato a varias novelas, con versiones bastante libres). A veces por la naturaleza de la novela resulta imposible ser fiel a ella. Un abrazo