Arturo Caballero Medina
La primera cinta del danés Christoffe Boe (1974), Reconstruction (2003) destaca sobre todo por el despliegue de la fotografía, acompañada de un buen manejo del lenguaje de las imágenes y por la propuesta estética del director. Muchos filmes europeos apuestan por producciones selectivas respecto al auditorio, sobre intelectualizadas, demasiado conceptuales o experimentales tanto que la película termina ahogándose en sus propias pretensiones de alcanzar un lugar distinguido dentro de una época en la que Hollywood marca la pauta mundial del entretenimiento y la taquilla.
Ello ocurre en parte con Reconstruction (Reconstrucción de un amor) cuando se abusa en demasía de las posibilidades que ofrece la narración fragmentada y las anticipaciones, retrospecciones o los planos múltiples que podrían desorientar al espectador poco avisado en este tipo de películas. Y es que, definitivamente, esta cinta no sería del agrado del gran público porque la experimentación narrativa interpone una barrera que difícilmente podría ser superada por un espectador común y corriente. En lo que la mayoría podría coincidir, es que se trata de una historia de amor e infidelidad de gran intensidad que por momentos es confusa, pero que nos deja una sensación de fugacidad luego de la experimentación del deseo.
En Reconstruction se cuenta la fugaz historia de amor de Alex (Nikolaj Lie Kass) y Aimee (Maria Bonnevie), quienes luego de un brevísimo encuentro en un céntrico café de Copenhague, se involucran sentimentalmente hasta el punto de querer abandonarlo todo por su amor. De esta manera, Alex se sumerge en una profunda obsesión que lo lleva a desconectarse de todos quienes lo rodean, o mejor dicho, todo su entorno lo desconoce y es él quien no se da cuenta que ha cambiado: sus mejores amigos no lo recuerdan y su novia Simone (también interpretada por Maria Bonnevie) lo desconoce. Esto puede ser interpretado como una metáfora de los estragos que produce la obsesión amorosa en los amantes, pero en diferente grado. Aimee es mucho más racional que Alex y si bien desea huir con él, siente lástima por su esposo quien le ha dedicado su última novela como estrategia para retenerla; en cambio, Alex no tiene reparos en abandonar a su novia a quien realmente no ama y dejarlo todo por Aimee; es mucho más pasional, pero a la vez desconciertan su facilidad para perder la oportunidad de terminar una relación insatisfactoria y para iniciar una en la que verdaderamente se siente involucrado.
Las imágenes desarrollan un lenguaje que seduce por la delicadeza y la atmósfera que construyen. La escena de Alex y Aimee en el cuarto de hotel destaca por la iluminación y los tonos cálidos que contribuyen a la sensación de un ambiente íntimo. Al similar sucede con las escenas nocturnas en el café que siempre frecuentan. Fondos oscuros y prendas de vestir oscuras que llevan al espectador a concentrarse necesariamente en la luminosidad de los rostros de los personajes. Por ello, se nota que a Boe le preocupó mucho la cuota estética en la fotografía y las imágenes.
La película también reflexiona sobre las trascendencia de las oportunidades perdidas, la indecisión y lo gravitante que puede resultar un encuentro casual en la vida de una persona que cree tener una certeza absoluta sobre sus sentimientos. Alex rara vez dice que ama a su novia Simone, pero cuando ve que la puede perder no duda en decírselo. Igualmente, el esposo de Aimee busca todos los recursos posibles para reternerla y acepta que el trabajo ha menguado el amor entre ellos.
De otra parte, las tomas sobre el plano de la ciudad con la ubicación de los personajes y los lugares que frecuentan como referencia le dan un toque especial a la relación entre el observador y la historia narrada. Todo ocurre dentro de un espacio limitado, el centro de Copenhague, y desde una posición privilegiada al espectador le es posible conocer simultáneamente donde se encuentran los personajes y sus desplazamientos. Estos mapeos aéreos a manera de tomas satelitales en las que todo en la ciudad se ve en orden y encuadrado contrastan con las caóticas emociones de las protagonistas, pequeña muestra de los que ocurre con las demás personas en la ciudad.
El concepto de la reconstrucción va por el lado del análisis de las oportunidades perdidas, de los errores cometidos. Un análisis retrospectivo de un fragmento de nuestras vidas podría arrojar el resultado de lo que se vendrá en el futuro, pero ello solo será posible una vez conocido el desenlace, fatal o promisorio, porque la retrospección que busca reconstruir la historia, solo es posible al final y no antes. Es decir, mirar atrás solo por un instante para adquirir conciencia del futuro. Esta propuesta es lo que conceptualmente me agrada más en esta película.
Interesante debut de Boe, un director al que debemos seguir en sus siguientes trabajos.
TRAILER RECONSTRUCTION (2003)
FICHA TÉCNICA
País: Dinamarca
Año: 2003
Título internacional: Reconstruction
Guión : Christoffer Boe, Mogens Rukov
Director: Christoffer Boe
Actores: Nikolaj Lie Kaas, Maria Bonnevie, Krister Henriksson, Nicolas Bro, Helle Fagralid, Peter Steen, Malene Schwartz, Ida Dwinger, Jens Blegaa, David Dencik, Isabella Miehe-Renard, Klaus Mulbjerg, Katrin Muth, Mercedes Claro Schelin.
Parece que los lectores tb estan de vacaciones!!
Noo. es q aburres!!!!!
interesante, muy hecho a medida