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El amor y el desamor: combate existencial

David, perseguido por el rey Saúl, luego de vencer a Goliat y a los filisteos, tuvo años después que refugiarse entre los filisteos, para proteger su misión. En la Escritura judeo cristiana, el Dios-Amor, rechaza a los reyes. Dios-Amor, paradojalmente, amó al rey David. (1 Samuel.18-31).

¡Te odio, porque te amo!

Amor y desamor, estoy contra la pared, eso es lo que me toca.

Amor, es desamor.

Desamor, es amor.

Vivo y muero de amor y desamor.

Tu serás mi anfitriona y yo tu huésped, en la morada del amor y del desamor, hasta la muerte.

Tierra cálida y dura. El rincón de los muertos. El misterio de la vida.

Sólo el desamor desgarra el alma, hiere el corazón. ¡No la muerte!

Pero, nada está dicho, todo está desdicho, más bien.

Amadeus andino y universal, me refugiaré en la piedra sagrada de la Tierra Wanka, para curar mis heridas de alma. Aunque la guerra y la paz se jueguen en ese teatro provinciano y universal.

Adiós, amor y desamor, eres tan poéticamente real.

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Las Rosas Sangrantes
Salvador Dalí

Fuente: http://ceibodelparana.blogspot.com/2009/05/volver-decir-amor.html Leer más »

Los fantasmas del Inca Garcilaso y de Mario Vargas Llosa

Desde mi juventud no había vuelto a leer, Comentarios Reales, del Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), estoy maravillado con esta obra maestra del Siglo XVI. Esta relectura de madurez, de la más grande fábula escrita a horcajadas entre la realidad y la imaginación, hace casi 500 años, me ha fascinado.

El breve y bello ensayo de Mario Vargas Llosa, El Inca Garcilaso y la lengua de todos (2010), me estímulo a volver sobre el más grande escritor hispanoamericano fundacional. Mi alegría ante el merecido Premio Nobel de Literatura 2010, a Vargas Llosa, talento de la lengua de la Mancha, me lleva a escribir esta breve memoria del bien retornado.

Comentarios Reales, presenta un mundo fantasmagórico, uno de los pasajes que más me sorprendió en mi nueva lectura fue la aparición de Pachakutek, príncipe joven y exiliado por su padre, el Inca Yáhuar Huácac (maldecido por ser un: “Llora Sangre”), de Viracocha Inca:

“El príncipe, puesto ante su padre, le dijo:

– ‒ Sólo Señor: sabrás que estando yo recostado hoy a mediodía, no sabré certificarte si dormido o despierto, debajo de una gran peña de las que hay en los pastos de Chita, donde por tu mandato apaciento las llamas de nuestro padre el Sol, se me puso por delante un hombre extraño, en hábito y en figura diferente de la nuestra. Porque tenía barbas en la cara de más de un palmo y el vestido largo y suelto que le cubría hasta los pies. Traía atado por el pescuezo un animal no conocido. El cual me dijo:

– “Sobrino: yo soy el hijo del Sol y hermano del Inca Cápac Yupanqui y de la Coya Mama Ocllo Huaco, su mujer y hermana, los primeros de sus antepasados. Por el cual soy hermano de tu padre y de todos vosotros. Me llamo Viracocha Inca. Vengo de parte del Sol nuestro padre a darte aviso, para que los des al Inca mi hermano, cómo toda la mayor parte de las provincias del Chinchaysuyo sujetas a su imperio ‒ y otras de las no sujetas‒ están rebeladas y juntan mucha gente para venir con poderosos ejércitos a derribarles de su trono y destruir nuestra imperial ciudad del Cuzco.“.

En este épico, caballeresco y sincrético relato del Inca Garcilaso, el joven Pachakutek es rechazado por su padre y regresado al exilio, luego de contar su sueño ante su padre y la corte de los orejones. Cuando los alzados del Chinchaysuyo se acercan a la ciudad del Cuzco, el Inca Yáhuar Huácac, huye desamparando a la ciudad imperial. Pachakutek, es avisado y retorna a socorrer la ciudad sagrada, vence a los invasores, derroca benévolamente a su padre y asume la autoridad del imperio del Sol.

He tenido la misma intuición, como lector, que la que Mario Vargas Llosa revela en su magnífico breve ensayo, “El Inca Garcilaso y la lengua de todos” y en la entrevista “Mario Vargas Llosa conversa sobre el Inca Garcilaso con Ráquel Chang-Rodríguez”•.

Como ilumina Vargas Llosa en, El Inca Garcilaso y la lengua de todos : “Pero, si hay que buscar un principio en el largo camino del español, desde sus remotos orígenes en las montañas asediadas de Iberia hasta su formidable proyección presente, no estaría mal señalarle como fecha y lugar de nacimiento los de los Comentarios Reales que escribió, hace cuatro siglos, en un lugar de Andalucía, un cuzqueño expatriado al que espoleaba una agridulce melancolía y esa ansiedad de escribidor de preservar la vida o de crearla, sirviéndose de las palabras”.

Gracias, Mario Vargas Llosa.

• Ráquel Chang-Rodríguez, Ed., Entre la Espada y la Pluma. El Inca Garcilaso de la Vega y sus Comentarios Reales. Edición y traducción de Ráquel Chang-Rodríguez. Fondo Editorial. Pontificia Universidad Católica del Perú.Lima: 2010.

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Mario Vargas Llosa
Fuente: http://tbpd.wordpress.com/2010/01/14/mario-vargas-llosa-y-la-legalizacion-de-las-drogas/

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El sentido de la vida y de la muerte: ser libres para amar

“A mí nadie me toma la vida, yo la doy…”
Juan, 10-18.
¿Es posible elaborar en la memoria y en el pensamiento la aventura de Jesús de Nazaret?, ¿es viable una filosofía de la existencia como un tiempo propicio de vivir con placer caritativo y de morir con pena compasiva?

Se aproxima la hora, signo sacramental de un principio y un fin —“aún no ha llegado mi hora” o “mi hora ha llegado”—. En la aventura amorosa de Jesús, el ser en el tiempo es el ser para otros, el morir por otros se revela como un acto de libertad. Es la manifestación suprema del amor al prójimo, de la justicia y la caridad para los asesinados y los despojados.

Jesús da la vida y la recupera por amor a la humanidad. El Nazareno, tuteándose con la muerte —“mi hora ha llegado”—, se debate en la angustia del morir. La vida es recuperada luego del asesinato del inocente. La vida vence a la muerte, la libertad vence a la esclavitud, la luz vence a la oscuridad. La muerte no es la última palabra en la existencia humana ni en la fenomenología de esa existencia.

Post scriptum

El Cristo de San Juan de la Cruz (1951), de Salvador Dalí, inspirado en el originalísimo dibujo de san Juan de la Cruz, del Siglo XVI. Sólo dos grandes poetas, san Juan de la Cruz y Salvador Dalí, han podido, crear y recrear esta magia de la humanidad, con cuatrocientos años de diferencia en el tiempo. La pintura de Salvador Dalí y el dibujo de san Juan de la Cruz, son de una belleza que nos hace libres.

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Cristo de San Juan de la Cruz. Salvador Dali (1951) Fuente:http://personal.telefonica.terra.es/web/jack/dali/elcris.htm
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San Juan de la Cruz
Fuente: http://fcom.us.es/blogs/vazquezmedel/files/2009/06/cristo_san_juan_de_la_cruz_1.jpg

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Plotino: gran poeta universal de la vida y de la muerte

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“Plotinio” (2007). Fuente: Dianoia (http://gallery.dianoia.es)
A Karl Jaspers, filósofo alemán, maestro de la inspiración.
Plotino, gran poeta universal de la vida y de la muerte.

¿Por qué poetizaste en las Enéadas, sobre la vida del espíritu, que trascendía la de Aristóteles y la de Platón?

Maestro que inspiraste al gran Agustín de Hipona.

Plotino, lepra, creatividad, misterio.

Estamos ante la grandeza de tu recreación, desde tu rincón de soledad de leproso.

Plotino, arquetipo de la condición humana.

Los poetas de a de verás, epidemia de la creación que quiebran todo límite humano.

Poesía de la vida y de la muerte, verdadera poesía.

Poeta, vivo y muerto, verdadero poeta.

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La danza de la muerte de los más chiquitos y los más olvidados

La mirada y la escritura revela la visión de Federico García Lorca, caminando entre la calles y los sueños de Nueva York, ve la danza de la muerte, en su notables poemas reunidos en, Un poeta en Nueva York, escritos entre 1929 y 1930. Su expresión poética central: “Pero no son los muertos los que bailan, estoy seguro.”.

En esta Tierra de nuestros dolores y alegrías, la palabra poética de Lorca aparece poderosamente lúcida: “Pero no son los muertos los que bailan, estoy seguro”. Los muertos vivientes o los muertos sin vida, los más chiquitos y los más olvidados, de nuestro tiempo de solidaridad frente a homicidio.

Desde estas Páginas libres, somos concientes de estar escribiendo sobre el dolor y la muerte, nos sentimos paradojalmente como viviendo dentro y fuera de estos sentimientos límites. Algo dentro de nosotros se manifiesta así, aunque desplegamos los escudos ecológicos frente a este sentir.

Estamos en los andes centrales de Sudamérica, en busca del Rostro del Prójimo: “los niños pobres”, “las lágrimas de la niña muerta”, en la huella de las hondas tensiones entre el absurdo, la rebelión y el amor.

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Sor Juana Inés de la Cruz: se hizo monja para poder pensar

No me refiero únicamente a la celeridad con que los virreynatos de Nueva España y Perú se convirtieron en sociedades ricas y complejas con centros urbanos de primera magnitud como México y Lima, sino a la existencia previa, en ambos países, de altas civilizaciones. Entre los argentinos y su tierra no se interpone la sombra impalpable del otro lenguaje. Ese lenguaje se ha disuelto con los huesos de aquellos que lo hablaban: los indios exterminados del siglo XVI.
Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe

Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (1982), obra monumental de Octavio Paz, evoca el pensamiento apasionado por la lengua de la Mancha. La poetisa mexicana e hispanoamericana más grande de la Colonia española de las Indias o de las Américas, nos remite a los grandes escritores fundacionales de nuestra lengua, como el Inca Garcilaso de la Vega, peruano y universal.

Los Comentarios Reales, obra maestra del Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), nos lleva a la memoria del bien perdido, a la creación de la lengua de la Mancha como el arte de escribir con un talento y un trabajo artístico excepcional, que universaliza la lengua castellana en Hispanoamérica y el mundo. Como ilumina Mario Vargas Llosa en, El Inca Garcilaso y la lengua de todos: “Pero, si hay que buscar un principio en el largo camino del español, desde sus remotos orígenes en las montañas asediadas de Iberia hasta su formidable proyección presente, no estaría mal señalarle como fecha y lugar de nacimiento los de los Comentarios Reales que escribió, hace cuatro siglos, en un lugar de Andalucía, un cuzqueño expatriado al que espoleaba una agridulce melancolía y esa ansiedad de escribidor de preservar la vida o de crearla, sirviéndose de las palabras”.

Los dos grandes escritores poéticos, desde los Andes y Mesoamérica, el Inca Garcilaso de la Vega y Sor Juana Inés de la Cruz, recrean, fundan y globalizan nuestra lengua en los siglos XVI y XVII -los siglos de oro españoles-, y abren caminos maduros y originales a los escritores hispanoamericanos contemporáneos.

No vamos a negar que en el Siglo XX, César Vallejo, gran poeta universal, abre una huella originalísima e irrepetible. No vamos a negar que en este siglo veinte largo, Mario Vargas Llosa y José María Arguedas, con la fuerza y la delicadeza de sus notables fragmentos, no sólo nos colocan frente a dos visiones de una misma América, sino ante un aporte significante a la lengua hispanoamericana.

En estas Páginas Libres, nuestra exploración, como lectores, camina inspirativamente por los caminos de Sor Juana Inés de la Cruz y del Inca Garcilaso de la Vega, de sus magníficas creaciones. El libro de Octavio Paz, sobre la trama histórica, la vida y la obra de la gran poetisa mexicana, es un comienzo en esta andadura por las huellas insondables de la escritura: “La noche vertiginosa y cíclica de Sor Juana nos revela de pronto su centro fijo: Primero Sueño no es el poema del conocimiento, sino del acto de conocer. El poeta trasmuta sus fatalidades históricas y personales. Una vez más la poesía se alimenta de historia y biografía. Una vez más las trasciende.”.

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Robin Hood: reivindicación nacional y defensa del pobre

¿Por qué amo la justicia en la envoltura del capullo de la belleza? La paradoja de nuestro tiempo es solidaridad frente a homicidio. La justicia sin la rosa, el mar y la luz, se pervierte en una espiral de violencia, asesinatos, holocaustos y genocidios.

“Por qué he debido amar
la rosa y la justicia,
el mar y la justicia,
la justicia y la luz?”
Juan Gonzalo Rose, Carta a María Teresa.

Robin Hood de Ridley Scott, está a la altura de su creador. El gran cineasta inglés, en este filme épico, notablemente situado en los inicios del Siglo XII, reconstruye la aventura histórica previa a los orígenes de la leyenda del rey de los ladrones.

El relato lleno de bellas imágenes visuales y auditivas, va transcurriendo desde el regreso de las cruzadas y la muerte del rey Ricardo Corazón de León, hasta la traición al pueblo inglés por su hermano el rey Juan, quemando la Carta Magna (Bill of Rights) y proscribiendo a Robin Hood, de por vida con la pena de muerte.

Al final, la utopía se atisba en los Bosques de Sherwood, se inicia una comunidad humana, valiente, honesta e inocente, donde no hay ricos ni pobres, que rememora a Tomás Moro, en su obra maestra, Utopía.

Ridley Scott, es un maestro de la recreación histórica realizada con una cultura y un rigor excepcionales. Sus filmes históricos suscitan controversias con historiadores sin solidez y creatividad. El Siglo XII, la cúspide de la cristiandad, fue ya recreado por el gran director en, El reino de los cielos (2005), bello poema fílmico. No digamos el Siglo II, con Gladiador (2000), obra excepcional, por la historia personal que relata del héroe trágico, así como, por el talento y el trabajo del artista de volver a crear la trama histórica de la Roma de ese gran siglo. El punto de visión teológico, es otra de las grandes riquezas de la obra de Scott.

En busca de tiempo retornado, evocamos en el Robin Hood de Ridley Scott, al hombre rebelde, la reivindicación nacional y la defensa del pobre, y sus ecos en nuestro tiempo de oscuridad y luz.

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Blanca Varela: gran poeta en tierra de poetas

Blanca Varela (1926-2009), transfigura su lugar natal en una forma general de intelección de su mundo interno y externo, a la vez. Es una poeta con insight, con una poderosa nota propia, inclasificable en una corriente literaria.

Desde estas Páginas Libres, presentamos este poema ¿Puerto Supe o Ese puerto existe?, como finalmente llamó Octavio Paz, al prólogo del libro en el que va el poema. Así como, entregamos una aproximación de Peter Elmore a, Blanca Varela, gran poeta en tierra de poetas.

“Puerto Supe

a J.B.

Está mi infancia en esta costa,
bajo el cielo tan alto,
cielo como ninguno, cielo, sombra veloz,
nubes de espanto, oscuro torbellino de alas,
azules casas en el horizonte.

Junto a la gran morada sin ventanas,
junto a las vacas ciegas,
junto al turbio licor y al pájaro carnívoro.

¡Oh, mar de todos los días,
mar montaña,
boca lluviosa de la costa fría!

Allí destruyo con brillantes piedras
la casa de mis padres,
allí destruyo la jaula de las aves pequeñas,
destapo las botellas y un humo negro escapa
y tiñe tiernamente el aire y sus jardines.

Están mis horas junto al río seco,
entre el polvo y sus hojas palpitantes,
en los ojos ardientes de esta tierra
adonde lanza el mar su blanco dardo.
Una sola estación, un mismo tiempo
de chorreantes dedos y aliento de pescado.
Toda una larga noche entre la arena.

Amo la costa, ese espejo muerto
en donde el aire gira como loco,
esa ola de fuego que arrasa corredores,
círculos de sombra y cristales perfectos.

Aquí en la costa escalo un negro pozo,
voy de la noche hacia la noche honda,
voy hacia el viento que recorre ciego
pupilas luminosas y vacías,
o habito el interior de un fruto muerto,
esa asfixiante seda, ese pesado espacio
poblado de agua y pálidas corolas.
En esta costa soy el que despierta
entre el follaje de alas pardas,
el que ocupa esa rama vacía,
el que no quiere ver la noche.

Aquí en la costa tengo raíces,
manos imperfectas,
un lecho ardiente en donde lloro a solas.

(de Ese Puerto Existe, 1959)”.

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Los estragos del tiempo en el orinar del hombre

En El amor en los tiempos del cólera, obra maestra de Gabriel García Márquez, el gran escritor es capaz de narrar la cotidianidad del orinar de un hombre al paso de los estragos del tiempo, en un solo párrafo, sin que le sobre ni le falte una palabra, con un humor indescriptible. Este textum siempre me produjo un embelesamiento muy grande, por el gran talento en el manejo de la lengua de La Mancha y por la risa irrefrenable que me causa, desde su publicación décadas atrás, en 1986.

“Él fue el primer hombre al que Fermina Daza oyó orinar. Lo oyó la noche de bodas en el camarote del barco que los llevaba a Francia, mientras estaba postrada por el mareo, y el ruido de su manantial de caballo le pareció tan potente e investido de tanta autoridad, que aumentó su terror por los estragos que temía. Aquel recuerdo volvía con frecuencia a su memoria, a medida que los años iban debilitando el manantial, porque nunca pudo resignarse a que él dejara mojado el borde de la taza cada vez que la usaba. El doctor Urbino trataba de convencerla, con argumentos fáciles de entender por quien quisiera entenderlos, de que aquel accidente no se repetía a diario por descuido suyo, como ella insistía, sino por una razón orgánica: su manantial de joven era tan definido y directo, que en el colegio había ganado torneos de puntería para llenar botellas, pero con los usos de la edad no sólo fue decayendo, sino que se hizo oblicuo, se ramificaba, y se volvió por fin una fuente de fantasía imposible de dirigir, a pesar de los muchos esfuerzos que él hacía por enderezarlo. Decía: “El inodoro tuvo que ser inventado por alguien que no sabía nada de hombres”. Contribuía a la paz doméstica con un acto cotidiano que era más de humillación que de humildad: secaba con papel higiénico los bordes de la taza cada vez que la usaba. Ella lo sabía, pero nunca decía nada mientras no eran demasiado evidentes los vapores amoniacales dentro del baño, y entonces los proclamaba como el descubrimiento de un crimen: “Esto apesta a criadero de conejos”. En vísperas de la vejez, el mismo estorbo del cuerpo le inspiró al doctor Urbino la solución final: orinaba sentado, como ella, lo cual dejaba la taza limpia, y además lo dejaba a él en estado de gracia.”

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A la intemperie: en busca de la felicidad.

Mujer- Amor: en tu vida y en tu muerte, iluminaste mi existencia.

Busco la felicidad, hay que dejar atrás una historia de sufrimiento.

Alejarme me acerca, acercarme me aleja.

Mutaciones en mi vida sin ninguna alteridad amorosa cierta, salvo la del pequeño: Andrea, Alejandra, Maite e Isabela, las niñas de mis sueños.

Amadeus andino y universal, no tenemos donde reclinar la cabeza, estamos a la intemperie.

Amadeus andino y universal, Cristo azotado de América.

Desde esta Tierra Wanka, rincón de soledad e inspiración.

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