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En busca de la tierra del padre, de Manuel Piqueras, por Francesca Denegrí

En busca de la tierra del padre, libro recientemente publicado por Manuel Piqueras Luna (2024), nos ofrece el retrato amoroso que, desde la distancia temporal que los separa, construye un nieto del abuelo que nunca pudo conocer. El artista Manuel Piqueras Cotolí es el abuelo español que inspira en el autor del libro una verdadera admiración y hondo afecto gracias a los recuerdos transmitidos por su abuela Zoila, mujer limeña de pura cepa y hermana de Belsarima, la creadora que al decir de Elvira García y García escribía “de la misma manera que cantan los pájaros en el bosque”. El texto del nieto, que no oculta el orgullo que siente de haberle tocado ser el tercer Manuel Piqueras, resulta muy conmovedor en su admiración al fino y brillante tejido de vida que con talento y paciencia urdieron hilo a hilo sus antepasados, sobre todo en estos tiempos presentistas en los que el pasado familiar, con toda su compleja comparsa de personajes, parece importar cada vez menos.

Al poco tiempo de su llegada a Lima a los 34 años, Manuel Piqueras Cotolí, arquitecto y urbanista cordobés creador del “neoperuano”, además de dibujante, escultor, maestro y por añadidura partero, se casó con quien sería cómplice de vida y madre de sus siete hijos. Al lado de ella comenzaron a llegarle los encargos, cada cual más complejo y de mayor envergadura, desde el diseño de la fachada de la Escuela Nacional de Bellas Artes donde enseñaba escultura, hasta la dirección y ejecución del conjunto de obras del Pabellón peruano en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, que ganó el Gran Premio del certamen. Su talento, inquieto y plural, que ya desde su juventud había sido reconocido con una beca en la Academia de Arte en Roma y que luego fue consagrado en su tierra adoptiva, compensó acaso la soledad del huérfano que Piqueras Cotolí fue en su infancia española.

Gracias a los saltos de tiempo y espacio por los que opta en dosis precisas el autor del libro para relatar en breves y alusivas pinceladas la historia de cuatro generaciones de su familia; la de los abuelos en Sevilla, Córdoba, Toledo y Malambito principalmente, pero también la de los bisabuelos, los padres, y el nieto, la lectura de este texto dificil de clasificar, que se mueve entre la memoria y el ensayo, resulta ligera y divertida además de conmovedora. El diálogo personal en el que se sumerge el nieto a lo largo y ancho de tiempos y espacios remotos, se enriquece notablemente en el contrapunto que logra con al diálogo fundacional que entabló el abuelo artista entre las finas raices del arte prehispánico de su país de adopción, y el español de su país nativo, entre la modernidad de uno y la tradición del otro, y entre el pasado que baña las orillas del presente para dar lugar al renacimiento de la identidad peruana y americana que eclosionó en la plástica nacional de los años 20 y 30 del siglo pasado.

Las fotografías incluidas en la sección final del libro, entre las que destacan las del Pabellón del Perú en Sevilla, y el conjunto escultórico La Patria registradas desde diversos ángulos, así como la fachada de la Escuela Nacional de Bellas Artes y las esculturas en bronce de La marinera y el Caballo de paso, contribuyen a que el lector aprecie mejor el proyecto “neoperuano” de Piqueras Cotolí en su búsqueda de integración de las culturas andinas y criollas, aún si desde un ojo posicionado más en la Lima criolla que en el interior peruano. Búsqueda que en este trabajo de reflexión sobre la herencia artística familiar y nacional lleva a Piqueras Luna a confiar en la posibilidad de conciliación entre la sensibilidad de un pasado que apostaba por lo utópico como forma y fondo del espíritu humano y la de un presente cada vez más cercano a horizontes deshumanizados y distópicos que no parecen encontrar demasiada resistencia en su camino.

Francesca Denegrí. Doctorado en Lingüística y Literatura Hispanoamericana. Profesora principal PUCP.

Intervención de Rocío Moscoso en la presentación del libro Este y otro mundo mejor, de Manuel Piqueras, realizada en Lima el 23/11/2023

Cuando conocí la Alhambra en Andalucía, además de sentirme profundamente sobrecogida por la belleza del monumento, me sorprendió algo que dijo el guía. En una de las salas, nos pidió que nos fijáramos en un pequeño arabesco casi imperceptible, claramente diferente de todos los demás, que rompía la homogeneidad del conjunto. La explicación del guía me dejó perpleja: dijo que, en todas las salas, los artesanos ponían a propósito, conscientemente, una “falla”, un “error”. Y lo hacían por razones religiosas. La idea que está detrás es que solo Dios es perfecto. Los seres humanos no podemos compararnos con él; nuestras creaciones, por definición, son imperfectas. Entonces, si no incluían ese pequeño “fallo” en ese espacio, iban a cometer una herejía.

Digo que me quedé perpleja porque, en este terreno, yo vengo de una concepción totalmente distinta, de la tradición occidental, según la cual “errar es humano”, pero no dicho como un atenuante, como una justificación, sino completado con la idea de que tienes que reconocer el error para no volver a cometerlo, y luego seguramente cometerás otro y aprenderás de él, y así sucesivamente. Dicho en otras palabras, como yo estoy segura de que voy a cometer errores por mi condición humana, me cuido al máximo de no cometerlos. O sea, yo ya sé, estoy convencida, de que, haga lo que haga, el error, la imperfección, estarán presentes en mi trabajo, y por eso busco evitarlos y, cuando los cometo, trato de aprender de ellos para no repetirlos. A diferencia de los artesanos árabes –tan naturalmente perfectos, tan seguros de sí mismos–, que buscaban a propósito, de manera consciente, cometer el error que los iba a librar de la herejía, yo no tengo que cuidarme de ser perfecta, sino más bien de no cometer imperfecciones.

¿Qué tiene que ver esta historia de la Alhambra, y de la perfección y de los errores, con el motivo que nos convoca esta noche, que es celebrar la publicación de Este y otro mundo mejor, el último libro de Manuel Piqueras? Pues, en mi caso, mucho, porque yo estoy sentada en esta mesa en mi calidad de correctora de sus textos. Es decir, este libro, que por supuesto es suyo, de algún modo es también mío porque yo participé en su creación. Yo lo conocí –al libro– cuando todavía no era un libro, sino un texto en Word.

Conozco a Manuel desde hace más de 30 años. Primero fui su amiga, pero en algún momento esa relación fue cambiando o, más bien, se fue enriqueciendo. Por supuesto que nunca dejé de ser su amiga –creo–, pero además de esa amistad, empezamos a compartir un espacio que para ambos es sumamente enriquecedor y diría que sagrado, relacionado con Dios, como bien comprendían los artesanos de la Alhambra: el espacio del trabajo. Y ese es el tema sobre el cual quiero dar mi testimonio esta noche: cómo veo el trabajo de Manuel. Específicamente, su trabajo como escritor, porque Manuel es, además, investigador social, activista político, pero quiero hablar de su faceta de escritor, o por lo menos de cómo veo yo esa faceta.

Veo a Manuel como un viajero. Todo viaje tiene un punto de partida, una Ítaca a la que, durante el trayecto, el viajero siempre recuerda con nostalgia y sueña con volver. La pregunta es por qué se va, por qué emprende el viaje. Esa Ítaca es el hogar, el nido, el útero seguro y confortable en el que una parte tuya quisiera quedarse para toda la vida. Pero ya sabemos que, si te quedas en tu casa, no emprendes el viaje. Y si no emprendes el viaje, no encuentras los tesoros desconocidos que te imaginas que están esperando por ti. Por eso viajas: para sorprenderte con paisajes que ni en sueños hubieras imaginado, para adquirir tesoros que solo existen en tierras remotas, para conocer a personas con las cuales establecerás vínculos de amor y amistad que, si te hubieras quedado en tu casa, nunca habrías disfrutado. Para adquirir sabiduría.

Para conocer lo desconocido. Por eso emprendió su viaje Manuel, por las mismas razones por las que viajan todos los viajeros. Claro que el viaje tiene un precio, como bien lo supo Ulises. Porque en tu trayecto no solo encuentras alegrías y paisajes maravillosos, sino que también te enfrentas con la otra cara de la existencia: el peligro, el dolor, la pérdida, el vacío, la crueldad.

Solo a manera de ejemplo, y porque me resulta muy cercana, voy a contarles una de las duras experiencias por las que pasó ese Manuel viajero cuando era un joven de veintitantos años. Ilusionado con observar la experiencia de la revolución social que en los primeros años de la década del setenta se estaba viviendo en Chile, se fue a estudiar Sociología en Santiago. La noche del 11 de setiembre de 1973 –es decir, la misma noche del golpe– , Manuel recibe una llamada telefónica tan misteriosa como terrorífica: un hombre que se identifica como funcionario del Ministerio de Defensa, que obviamente lo tenía identificado –puesto que conocía su nombre y su número telefónico–, le conmina a presentarse de inmediato en esa dependencia, en pleno estado de sitio, en pleno toque de queda.

El joven duda: ¿es más peligroso ir directamente a enfrentar lo que venga o desobedecer la orden, tan imperiosa, tan absoluta? En un principio, decide ir. Está a punto de subirse a su bicicleta para cruzar las calles de Santiago –la ciudad donde, en esos precisos momentos, se están cometiendo toda clase de crímenes que incluso ahora, décadas después, nos siguen horrorizando–, pero su instinto lo salva y, finalmente, decide quedarse. Por supuesto que no pega un ojo y, al día siguiente, a primera hora se presenta en la comisaría más cercana, confiando en la tradición democrática de Carabineros. “Les expliqué que era un estudiante extranjero –dice Manuel– y que había sido citado por el Ministerio de Defensa. Los hombres me miraron sorprendidos y, en lugar de echarme o detenerme, me condujeron a la sede de nuestra embajada. Los funcionarios peruanos, que estaban mucho mejor informados que yo
acerca de la gravedad de la situación, me acogieron”. Así se salva esa vez el estudiante de Sociología peruano, que poco después es repatriado.

¿Cómo sé yo esta historia, al punto de citar sus palabras textuales? ¿Por qué digo que me resulta cercana? Porque en el 2001 yo estaba trabajando en la revista Debate y busqué a Manuel para que me contara sus vivencias como testigo de la experiencia chilena. Él me narró su testimonio, yo lo edité, y ese pedacito de su historia personal y de la historia colectiva quedó fijado en el tiempo por el poder de la palabra escrita. Manuel es un caminante. Una persona que ha viajado mucho, que ha andado mucho, y obviamente no me refiero solo a espacios físicos, sino a todo tipo de experiencias relacionadas con el compromiso social, con la belleza, con el dolor, con la pérdida, con el encuentro. Pero lo particular de su largo viaje, lo que lo diferencia de los viajes de otras personas –por lo menos de mi propio viaje–, es que, durante su tránsito, no solo camina y observa, sino que va recogiendo la materia prima que le va a servir para hacer su trabajo de escritor.

Sus viajes son de ida y de vuelta. Cada cierto tiempo, regresa a su Ítaca, que no solo es una casa, sino que es una casa-taller, donde habita y trabaja. Vacía su mochila y se dedica a limpiar los tesoros que ha recogido. Desecha lo que no le sirve, lava la tierra que cubre sus minerales valiosos, corta y pule las gemas cuyo brillo todavía no conoce. Las películas que lo han entusiasmado, las lecturas que lo han impresionado para bien o para mal, los encuentros milagrosos, las despedidas, la alegría, el dolor, la oscuridad, la luz: toda esa es la materia prima con la que Manuel compone sus libros. Las emociones, las ideas, se van convirtiendo en palabras, en oraciones, en párrafos, en textos. Así como su abuelo cordobés esculpía la piedra, con la misma paciencia Manuel esculpe sus textos. No importa cuánto tiempo le tome el proceso porque, mientras está concentrado trabajando, el tiempo deja de existir.

En algún momento, cuando considera que sus escritos ya están listos, me busca para que yo les dé los últimos toques. Cuando nos hemos puesto de acuerdo sobre el sinónimo más adecuado, sobre si poner esta coma en este lugar o en este otro, sobre dónde exactamente citar a un autor, damos por terminado nuestro trabajo y les pasamos la posta a los diseñadores gráficos, a los fotógrafos, a las personas que se encargan de la imprenta, a las que se ocupan de la difusión. Así, un trabajo que empezó y se desarrolló en silencio y en soledad termina, en su última etapa, haciéndose colectivo.

Quiero decir, finalmente, que encuentro muchos puntos de encuentro entre el trabajo que realiza Manuel y el que realizaron, hace ya varios siglos, los artesanos de la Alhambra. Al pulir incansablemente el texto o la piedra hasta darles la mejor versión que les sea posible, incluso introduciendo errores voluntaria o involuntariamente, tanto él como ellos no están haciendo otra cosa que pagar el precio del viaje que han tenido el privilegio de realizar.

Rocío Moscoso, graduada en Literatura y Lingüística en la PUCP, así como en corrección de textos en la Universidad de Piura, con una larga trayectoria de más de tres décadas de trabajo profesional.

Milagro de amor. En tiempos de oscuridad.

 

En este escrito, busco argumentar y expresar

—en una carta dirigida a los jóvenes, en este tiempo

extremo de tragedia y esperanza— un nuevo

testamento. En la nueva y aún desconocida edad, de

cara a la gran pandemia, a la gran crisis económica, a

la gran violencia desatada por los Herodes y Pilatos

posmodernos, los jóvenes verán afectada su búsqueda

de un sentido de plenitud a horcajadas entre el dolor

más atribulado y el amor más sublime. La pregunta

clave es si estamos viviendo un sueño o una pesadilla,

que no se desliga de una terca esperanza en la fuerza

de la verdad de la vida del espíritu.

En el tejido de testimonios y revelaciones, coloco

el espíritu de la democracia como el único telar de

la historia donde todo converge: una democracia

de ciudadanos con plenos derechos y libertades.

¿Dónde dormirán los jóvenes? ¿Dónde dormirán

los olvidados y vulnerables del planeta? ¿Dónde

entablaremos la lucha y superaremos los gravísimos

males que aquejan al universo, a la Tierra, a la especie

humana, en este tiempo de la gran pandemia, de la

gran crisis humanitaria y de la espiral de violencia?

Las previsiones sobre la crisis de la democracia

se basaban en la probabilidad de la destrucción

nuclear, en el doble filo de la inteligencia artificial,

en el final de la Tierra y la necesidad de encontrar

un lugar nuevo en el universo para salvar la aventura

humana, cambiando de raíz la destrucción del hábitat

natural por el calentamiento global, así como la gran

pandemia de virus mutantes que infectan y matan

a los seres humanos en masa, especialmente a los

olvidados, los pobres y los desvalidos. En esa trama,

los autoritarismos y los totalitarismos encontrarán

su caldo de cultivo más feraz y feroz.

Milagro de Amor – Final from Manuel Piqueras on Vimeo.

Perú. No, señor presidente, no al desgobierno, no al extremismo

Alberto Vergara: “En los hechos, Castillo ya fue vacado por Cerrón”

Entrevista al politólogo y docente de la Universidad del Pacífico, quien analiza las primeras acciones del gobierno recién estrenado del presidente Pedro Castillo. “La democracia se encuentra en riesgo”, asevera.

https://larepublica.pe/politica/2021/08/01/alberto-vergara-en-los-hechos-pedro-castillo-ya-fue-vacado-por-vladimir-cerron/

 

 

Manifiesto contra el temor y el terror: la democracia como la fuerza de la verdad universal en la política y en la vida cotidiana

Breve manifiesto contra el temor y el terror: la democracia como la fuerza de la verdad universal en la política y en la vida cotidiana

“Hablar de la democracia como ética y espiritualidad laica y mundana es ir a la raíz de la verdad de la aventura humana universal. No solo se trata de un estado democrático de derecho y de un régimen o gobierno de ciudadanos con plenos derechos y libertadas, sin exclusiones de ningún tipo. Es condición necesaria hacer de la democracia una forma de convivencia humana en lo público y en lo privado, en la sociabilidad y en la intimidad, frente a autoritarismos y totalitarismos, contra el temor y el terror, en oposición a toda violencia venga de donde venga. La democracia no es solo una fuerza de la verdad en la política, sino que es una fuerza de la verdad en la vida cotidiana.” Manuel Piqueras: sociólogo, investigador y escritor.

https://harendt.blogspot.com/2020/01/teoria-politica-tiene-la-democracia.html?spref=pi

https://www.theguardian.com/world/2021/jun/20/peru-elite-election-pedro-castillo-keiko-fujimori?fbclid=IwAR1w_-bVs3DC7wEHAna5TmvrTmmmgMc0zOsO5rsPJm7sW2pzPlSM6pcfAhU

Dibujo de Raquel Marín para el País, de España. ¿Tiene la democracia fecha de caducidad?

La democracia como ética social trascendental y como espiritualidad por amor al mundo, frente a autoritarismos y totalitarismos

En este breve escrito, busco argumentar y expresar —en una carta dirigida a los jóvenes, en este tiempo extremo de tragedia y esperanza— un nuevo testamento. En la nueva y aún desconocida edad, de cara a la gran pandemia, a la gran crisis económica, a la gran violencia desatada por los Herodes y Pilatos posmodernos, los jóvenes verán afectada su búsqueda de un sentido de plenitud a horcajadas entre el dolor más atribulado y el amor más sublime. La pregunta clave es si estamos viviendo un sueño o una pesadilla, que no se desliga de una terca esperanza en la fuerza de la verdad de la vida del espíritu.

En el tejido de testimonios y revelaciones, coloco el espíritu de la democracia como el único telar de la historia donde todo converge: una democracia de ciudadanos con plenos derechos y libertades. ¿Dónde dormirán los jóvenes? ¿Dónde dormirán los olvidados y vulnerables del planeta? ¿Dónde entablaremos la lucha y superaremos los gravísimos males que aquejan al universo, a la Tierra, a la especie humana, en este tiempo de la gran pandemia, de la gran crisis humanitaria y de la espiral de violencia? En la democracia como proyecto histórico y como camino concreto. ¿Y no hay remedio?

Las previsiones sobre la crisis de la democracia se basaban en la probabilidad de la destrucción nuclear, en el doble filo de la inteligencia artificial, en el final de la Tierra y la necesidad de encontrar un lugar nuevo en el universo para salvar la aventura humana, cambiando de raíz la destrucción del hábitat natural por el calentamiento global, así como la gran pandemia de virus mutantes que infectan y matan a los seres humanos en masa, especialmente a los olvidados, los pobres y los desvalidos. En esa trama, los autoritarismos y los totalitarismos encontrarán su caldo de cultivo más feraz y feroz.

La aventura humana se despliega a horcajadas entre un sueño y una pesadilla, entre el amor y el dolor, entre el temor, el terror y el coraje, por la realidad en que vivimos en su tragedia y esperanza.

La democracia se torna una ética social y personal trascendental; por tanto, gira como una espiritualidad por amor al mundo, frente a la banalidad del mal de autoritarismos y totalitarismos devastadores para el Homo sapiens, en la Tierra y en el Universo.

Cuadro: Senesio, de Paul Klee (1922),  Miré y vi.

Juana de Dios Manrique de Luna, prócer de la Independencia del Perú

En el Bicentenario de la Independencia del Perú (2021), Juana de Dios Manrique de Lara de Luna (1800-26 de junio de 1877), mi tata tatarabuela, nunca capituló, nunca traicionó, a costa de jugarse la vida por la Patria estando embarazada cuando la fueron a interrogar los invasores realistas españoles, que ocupaban Lima en 1823.

A contrapelo ¡Viva la democracia en América!

Trump es un autócrata derrotado  y desequilibrado, no hay que bajar la guardia hasta el 20 de enero. La democracia en Estados Unidos estará acompañada de ahora en adelante por este caudillo loco y una masa de blancos pobres ultraconservadores, fanáticos y violentos. Contra la corriente ¡Viva la democracia en América!

Trump is a defeated unbalanced autocrat, don’t let your guard down until January 20. Democracy in America will be accompanied from now on by this mad caudillo and a mass of fanatical and violent ultra-conservative poor whites. Against the grain, long live democracy in America!

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CNN. ¿Renunciará Trump? ¿Será destituido? ¿Se invocará la 25ª Enmienda? El panorama para Trump a pocos días de dejar el cargo

¿Renunciará Trump? ¿Será destituido? ¿Se invocará la 25ª Enmienda? El panorama para Trump a pocos días de dejar el cargo

Manuel Piqueras (2020). Razón de amor. Carta de un vidente, calificación más alta con cinco estrellas en Amazon.com

Manuel Piqueras. Razón de Amor. Carta de un vidente. Edición bilingüe español-inglés. Calificación más alta con 5 estrellas en Amazon, la tienda virtual más grande del mundo.

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