Michael Shifter, uno de los expertos estadounidenses más serios sobre América Latina, traza un perfil de la campaña electoral de Barack Obama hacia la presidencia de USA, a tres meses de las elecciones generales de noviembre. De una lado, realiza un balance somero de la reciente visita del candidato demócrata al Oriente Medio, y de otro, plantea interrogantes agudos sobre la naturaleza todavía incipiente de la visión del líder demócrata sobre Latinoamérica.
Es real que las elecciones en USA están al fuego vivo y que no se puede proyectar una previsión cierta sobre que candidato ganará en la casa doméstica, el empate técnico en las encuestas levemente favorable a Obama frente a McCain, no permite aún delinear una perspectiva del desenlace electoral. La incertidumbre podría durar hasta el conteo electoral de la elección general del 4 de noviembre.
Depende mucho de la coherencia, la moderación y la inteligencia astuta del proyecto electoral de Obama para movilizar en su campaña la resiliencia positiva en las representaciones colectivas de la nación, desvastada por la era de las administraciónes Bush. Su posición favorable en el “voto registrado” tiene que volcarse en el “voto probable” donde está en desventaja con MacCain. Consolidarse en el voto hispano probable -no sólo en el registrado- es una clave en este propósito. Será muy importante para esta misión la calidad de su proyecto concreto en las visitas a países estratégicos de América Latina.