Archivo por meses: octubre 2012

Nuevo libro: ‘Lima, el vals y la canción criolla (1900-1936)’

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El vals criollo sigue siendo asociado hasta hoy con los grandes artistas que le dieron fama internacional a mediados del siglo XX. En un contexto de migración masiva de los habitantes de los Andes hacia la costa en general, y hacia la capital en particular, este boom de los años cincuenta instala al vals como la expresión insoslayable de la identidad criolla limeña. Pero tiene otro efecto: tiende una cortina de humo y de sonidos que opaca o impide el conocimiento y la comprensión de lo que fue realmente este fenómeno musical durante las primeras décadas del siglo XX en la vida cotidiana de la Ciudad de los Reyes.

La investigación presentada aquí propone una nueva lectura de esta época, poniendo en evidencia las estrechas relaciones entre el vals y los habitantes de la ciudad. Con una serie de objetos musicales el autor reconstruye una memoria distante. Los discos de 78 rpm y las partituras vuelven a dar vida a las melodías y canciones hoy en gran parte olvidadas. Pero, sin duda alguna, los cancioneros que circulaban en las capas populares los que permiten entender la importancia del vals en la sociedad limeña. Cada semana, durante décadas cantidades de canciones, en la mayoría anónimas, cantaban al amor, a sus felicidades y a sus tormentos. Pero relataban también en sus versos las crisis sociales y políticas, los cambios urbanos y la irrupción de la modernidad tecnológica, la importancia de las corrida de toros, los asaltos de bandoleros, los duelos entre maleantes. Tantos temas que hacen del vals una herramienta excepcional que permite componer una historia “a ras del suelo” de los sectores populares de la capital peruana.

ISBN:978-9972-623-72-1
pp.503

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Nuevo libro: ‘Paisaje sagrado e ideología inca’

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La difusión de la ideología religiosa inca, la política de reasentamientos forzosos y el establecimiento de nuevas propiedades reales fueron los proyectos llevados a cabo por los incas en Vilcas Huaman.

Con el Cusco como modelo, el sitio de Vilcas se configuró en base al sistema de ceques y a la reproducción de las principales huacas cusqueñas. Estas acciones permitieron redefinir el simbolismo del paisaje de la zona, debido a que se recurrió, por sobre todo, a las montañas, piedras y fuentes de agua como elementos de referencia. La presencia de componentes religiosos no se limitó al asentamiento principal, sino que se ha identificado evidencias de elementos sagrados en otros tres asentamientos representativos de la región que también evocan el paisaje sagrado cusqueño.

En Paisaje sagrado e ideología inca. Vilcas Huaman (Fondo Editorial PUCP, 2012), Julián I. Santillana revela gracias a las fuentes escritas —cronistas—, la tradición oral, la etnografía y las evidencias arqueológicas que los incas comprendieron que Vilcas era morada de diversas deidades o huacas cuyo prestigio superaba las del Cusco. Tal característica era la que más interesaba al Estado inca, pues los dioses constituían el substrato de su poder político y su ideología religiosa el elemento estructurador de la sociedad incaica.

Este era el trasfondo religioso de la nueva provincia inca de Vilcas y sin su entendimiento no se puede comprender el status quo y las transformaciones que tuvieron lugar en el Horizonte Tardío, refiere Santillana.

INDICE

Capítulo 1: Introducción
Capítulo 2: Los incas y la región de Vilcas
Capítulo 3: Vilcas Huaman o la provincia inca de Vilcas
Capítulo 4: El núcleo urbano de Vilcas
Capítulo 5: Simbolismo inca en Vilcas
Capítulo 6: Rasgos religiosos en sitios incas de menor jararquía de la provincia de Vilcas
Capítulo 7: Pomacocha, “hacienda” real en la provincia de Vilcas
Capítulo 8: Amaro Tupac Inca, propietario regio de Pomacocha
Capítulo 9: Epílogo
Apéndices

Julián I. Santillana es Profesor Principal de Arqueología y Coordinador de la Sección Arqueología del Departamento de Humanidades de la PUCP, así como docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es autor de numerosos estudios sobre la economía agrícola, el urbanismo y el sistema religioso incas.
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XXII Coloquio Internacional de Estudiantes de Historia

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El XXII Coloquio Internacional de Estudiantes de Historia tiene como finalidad alentar a los jóvenes historiadores a presentar los resultados de sus primeras investigaciones. A lo largo de sus 22 años en la vida institucional de la especialidad de Historia PUCP, el Coloquio ha sido y continúa siendo un lugar para fomentar el diálogo entre estudiantes, investigadores e instituciones vinculadas con la investigación histórica.

Comisión organizadora: Alejandra Cuya y Patricio Alvarado (Coordinación General), Fernando Contreras y Marcos Alarcón (Comisión Académica), Mariella Miranda y Raúl Alencar (Comisión de Logística), Alfredo Escudero y Daniela Hernández (Comisión de Publicidad), Estefanía Vargas y Pablo Talavera (Comisión de publicidad) y César Sáenz (Comisión de Relaciones Públicas)

Profesor asesor: Dr. Miguel Costa Vigo

Agradecimientos

La Comisión Organizadora desea expresar su agradecimiento a aquellos que han hecho posible la realización de este evento. En primer lugar, a las autoridades de la casa de estudios: al Rectorado de la Universidad, al Vicerrectorado de Investigación y al Vicerrectorado Académico; a la Dra. Susana Reisz, Decana de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas; al Dr. Gino Luque, quien fue secretario académico durante el periodo 2011-2 y 2012-1, y al Dr. Carlos Gálvez, actual Secretario Académico de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas; al Fondo Pro Archivo a cargo del Sr. César Gutiérrez y la Sra. Beatriz Montoya; al Dr. José de la Puente Brunke, Director del Instituto Riva Agüero; y a la Sra. Ada Arrieta, directora del Archivo Histórico Riva Agüero.

De igual forma, manifestamos nuestro agradecimiento hacia el Centro Federado de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas y a las Sras. Karina Morales y Laura Astupiña de la misma facultad por brindarnos su apoyo y su tiempo para que todos los detalles del evento pudieran ser resueltos a tiempo. Así mismo, reconocemos el apoyo de los profesores del Departamento de Humanidades y del Departamento de Ciencias Sociales, no solo por su constante interés en el evento, sino también por su desinteresada ayuda en la revisión de las ponencias. También queremos agradecer a las instituciones que facilitaron la organización del Coloquio: al Museo de Arte de Lima- MALI; al Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú- MNAAHP; a la Pinacoteca de la Municipalidad de Lima; al Instituto Riva Agüero; al Instituto Francés de Estudios Andinos- IFEA y sus directores Georges Lomné y Gérard Borras; y a Barefoot® wine.

Finalmente, extendemos nuestro agradecimiento hacia todos nuestros compañeros de la especialidad de Historia quienes en estos últimos meses nos han brindado su apoyo y su tiempo para la realización de diversas actividades que han hecho que hoy podamos tener el programa finalizado y el Coloquio encaminado; su apoyo ha sido fundamental.

PROGRAMA

Lunes 22 de octubre
Instituto Riva-Agüero

Ceremonia de Inauguración
19.15 hrs.

Moderadora: Srta. Alejandra Cuya, Coordinadora General

Dra. Susana Reisz, Decana de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas
Dr. Miguel Costa, Profesor Asesor
Sr. Patricio Alvarado, Coordinador General

Lección inaugural
19.30 hrs.

Moderador: Sr. Alfredo Escudero (PUCP)

Dra. Cecilia Méndez (University of California Santa Barbara)
“Hay que callar al silencio: Historia oficial, historia académica, y memorias populares de la independencia peruana”.

Allegro Appassionato de Camille Saint-Saens, Gavotte II de la Suite 6 para violoncello solo de Johann Sebastian Bach y Fantasiestucke de Robert Schuman- tercer movimiento, a cargo del Sr. Jorge Luis Sánchez Collazos

20.00 hrs
Cóctel de inauguración

Martes 23 de octubre
Auditorio de Humanidades PUCP

Mesa 1: La plebe oprimida: discursos y prácticas de una misma exclusión
10.00 hrs. – 12.00 hrs.

Moderadora: Srta. Daniela Hernández (PUCP)

Carlos Ríos (Universidad Nacional Federico Villareal)
“Jerarquías de castas y plebe en Lima (1790-1805)”.

Victoria Diéguez (Universidad Nacional de Trujillo)
“De la rebelión a la libertad. Sociedad, desintegración y resistencia esclava. Trujillo, 1851-1854”.

Gonzalo Paroy (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)
“Construyendo el discurso antichino: argumentos, voceros, transformaciones y exclusión, Lima: 1856 -1909”.

Comentaristas:
Dr. Jesús Cosamalón (PUCP) y Sr. Juan Lan (PUCP)

Mesa 2: Aproximaciones a la historia de la ciencia y la salud en América Latina. siglos XVIII al XX
14.30 hrs. – 16.00 hrs.

Moderador: Sr. César Bonilla (PUCP)

Ruth López (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México)
“El aula de matemáticas de la Real Academia Las Tres Nuevas Artes de San Carlos de la Nueva España (1790-1805)”.

Fernando Villegas (Universidad Autónoma de Zacatecas, México)
“La ciencia en servicio de la nación. El Instituto Nacional de Geografía y Estadística 1833-1839”.

Alejandro Giraldo (Universidad de Antioquia, Colombia)
““El temor de la sífilis es el principio de la sabiduría”: Prostitución y sífilis en Medellín, Colombia, 1920-1950″.

Comentaristas:
Dr. Jorge Lossio (PUCP) y Srta. Milagros Valdivia (PUCP)

Mesa 3: ¿Un accionar restringido?: el rol de la mujer en la historia del Perú
16.15 hrs. – 17.45. hrs.

Moderadora: Srta. Ligia Padilla (PUCP)

Ana Gonzales (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)
“Con aroma a rosas: Mujer de élite limeña y prensa en el proceso de independencia del Perú. Del antiguo régimen a la construcción del Estado moderno”.

Vladimir Sarmiento (Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga)
“Participaciones, permisos y libertades. La mujer en el manejo de propiedades en la ciudad de Ayacucho en los primeros años de la república, 1825-1836”.

Lis Salazar (Universidad Nacional Federico Villareal)
“Una aproximación histórica de las mujeres trabajadoras en el espacio fabril en Lima Metropolitana: 1900 – 1960”.

Comentaristas:
Dra. Claudia Rosas (PUCP) y Sra. Karen Poulsen (PUCP)

Mesa redonda
La historia no escuchada: una perspectiva historiográfica de la música en el Perú
Hora: 18.00 hrs. – 20.00 hrs.

Moderador: Sr. Marcos Alarcón (PUCP)

Dr. Gérard Borras (IFEA)
Mg. Fred Rohner (PUCP)
Dr. Luis Gómez (PUCP)

Miércoles 24 de octubre
Auditorio de Humanidades PUCP

Mesa 4: El Rey y sus súbditos: la política borbónica y la fidelidad en Hispanoamérica
10.00 hrs. – 12.00 hrs.

Moderador: Sr. Roberto Nación (PUCP)

Alejandro Takaezu (Pontificia Universidad Católica del Perú)
“Negociando la fidelidad: la cultura política virreinal a inicios del Perú borbónico”.

Patricio Alvarado (Pontificia Universidad Católica del Perú)
“La creación del virreinato de Río de la Plata: Relaciones de poder con Lima 1779-1799”.

Alejandro Reyes (Universidad Autónoma de Zacatecas, México)
“La revuelta del maíz. Cultura política en un movimiento popular: Sombrerete 1808”.

Comentaristas:
Dra. (c) Teresa Vergara (PUCP) y Sr. Sergio Bebin (PUCP)

Mesa 5: Los Austrias emplazados: la respuesta del estado colonial ante las crisis durante el siglo XVII
14.30 hrs. – 16.00 hrs.

Moderador: Sr. Pablo Talavera (PUCP)

Javier Robles (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)
“La campaña marítimo-militar de Jacques L’Hermite. Proyecto bélico de conquista holandesa y futura colonización contra el Virreinato del Perú (1623-1624)”.

Víctor Álvarez (Pontificia Universidad Católica del Perú)
“El mar y la acción política de los Austrias: El puerto del Callao en el maremoto de 1687”.

Comentaristas:
Dra. Magdalena Chocano (PUCP) y Sr. Raúl Alencar (PUCP)

Mesa 6: Más allá de los claustros: Iglesia y sociedad en México y Perú. Siglos XVIII y XIX
16.15 hrs. – 17.45. hrs.

Moderadora: Srta. Estefanía Vargas (PUCP)

Ana Olaya (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México)
“Los seminarios conciliares de Morelia y Zamora: La reconstrucción de la Iglesia Michoacana (1862-1884)”.

Jennifer Polo (Universidad Nacional de San Antonio de Abad del Cusco)
“La prensa eclesiástica en la ciudad del Cusco de 1890-1930”.

Juan Miguel Espinoza (Pontificia Universidad Católica del Perú)
“La Iglesia Católica frente a la expansión urbana de Lima: el caso de las barriadas (1955-1975)”.

Comentaristas:
Dr. Jeffrey Klaiber, SJ (PUCP) y Sr. Rolando Iberico (PUCP)

Mesa redonda
¿Etnohistoria o historia andina?: propuestas para el estudio de la población andina
Hora: 18.00 hrs. – 20.00 hrs.

Moderadora: Srta. María Claudia Huerta (PUCP)

Dra. Liliana Regalado (Pontificia Universidad Católica del Perú)
Dr. Francisco Hernández (Pontificia Universidad Católica del Perú)
Dr. Marco Curatola (Pontificia Universidad Católica del Perú)

Jueves 25 de octubre
Auditorio de Humanidades PUCP

Mesa 7: Relaciones de poder y economía en el virreinato del Perú y la gobernación de Antioquia
10.00 hrs. – 12.00 hrs.

Moderador: Sr. Jorge Luis Sánchez (PUCP)

Frank Díaz (Universidad Nacional de Trujillo)
“Familia, fortuna y transmisión del patrimonio: los Orbegoso de Trujillo del Perú 1637-1820”.

José Luis Rodríguez (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)
“Denuncias y conflictos de los mayordomos de cofradías de españoles en Lima, 1679-1720”.

Juan José Velásquez (Universidad Nacional de Colombia)
“Arriería y comercio de mulas en la Provincia de Antioquia durante el siglo XVII”.

Comentaristas:
Lic. Diego Chalán (PUCP) y Srta. Alejandra Cuya (PUCP)

Mesa 8: El poder de las imágenes: política y religiosidad en México y Perú
14.30 hrs. – 16.00 hrs.

Moderador: Srta. Brunella Yzú (PUCP)

Karina Medina (Universidad Nacional de San Antonio de Abad del Cusco)
“Iconografía de las diferentes representaciones de la virgen María en la pintura colonial cusqueña siglo XVIII”.

Misael Caballero (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)
“Lagrimas por el rey: Exequias reales de Carlos III en Lima y su significado simbólico”.

Omar Gonzales (Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México)
“Creando héroes desde el arte. El nacionalismo y la iconografía del padre de la patria en México durante el siglo XIX”.

Comentaristas:
Dra. Cécile Michaud (PUCP) y Srta. María Lucia Valle (PUCP)

Mesa 9: Construyendo el espacio colonial: campañas de conquista e interacción económica
16.15 hrs. – 17.45. hrs.

Moderador: Sr. Alejandro Ruiz (PUCP)

Adriana Espinoza (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México)
“Francisco de Villegas, un conquistador de las Indias y Nueva España: los primeros pasos hacia la estructuración de su empresa”.

Raúl Alencar (Pontificia Universidad Católica del Perú)
“De huéspedes a intérlopes: tres casos sobre la paradoja del contrabando francés en el Pacífico Sur (1708-1720)”.

Leandro Hamud (Universidad Nacional de Salta, Argentina)
“El proceso de poblamiento del Chaco en la segunda mitad del siglo XVIII”.

Comentaristas:
Dr. Fernando Rosas (PUCP) y Srta. María Claudia Huerta (PUCP)

Mesa redonda
¿Hacia una historia total?: perspectivas en historia regional
Hora: 18.00 hrs. – 20.00 hrs.

Moderador: Sr. Fernando Contreras (PUCP)

Dr. Manuel Burga (Universidad Antonio Ruiz de Montoya- Universidad Nacional Mayor de San Marcos)
Mg. Susana Aldana (Universidad de Lima)
Dr. Nelson Manrique (Pontificia Universidad Católica del Perú)

Viernes 26 de Octubre
Auditorio de Humanidades PUCP

Mesa 10: Ejército y sociedad en Sudamérica, siglos XIX y XX
10.00 hrs. – 12.00 hrs.

Moderador: Sr. Javier Aguilar (PUCP)

Julio Santos (Universidad Nacional Federico Villareal)
“Un coronel provinciano de bajo perfil en Lima entre 1840-1860”.

Leonardo Fonte (Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina)
“Ezeiza, 1973. ¿Bienvenido General?”.

Sandro Romero (Universidad Nacional Mayor de San Marcos)
“El ejército peruano en operaciones de paz de la ONU en 1974 y comienzos del siglo XXI. Interés nacional y profesionalismo”.

Comentaristas:
Dr. Antonio Zapata (PUCP) y Srta. Gabriela Rodríguez (PUCP)

Mesa 11: Espacios y mecanismos de la expansión Inca
14.30 hrs. – 16.00 hrs.

Moderadora: Srta. Giovanna Pignano (PUCP)

César Sáenz (Pontificia Universidad Católica del Perú)
“Huánuco Pampa en el marco de la expansión incaica”.

David Quichua (Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga)
“Mitimaes especializados en Ayacucho, durante el dominio de los incas”.

Marcos Alarcón (Pontificia Universidad Católica del Perú)
“La expansión incaica y sus mecanismos en la costa sur central. El caso del señorío de Chincha”.

Comentaristas:
Dra. Liliana Regalado (PUCP) y Srta. Andrea Guzmán (PUCP)

Mesa 12: La Independencia hispanoamericana: Las diversas trayectorias de sus personajes
16.15 hrs. – 17.45. hrs.

Moderador: Sr. Luis Padilla (PUCP)

Carmen Soto (Universidad de Chile)
“Entre el discurso historiográfico y la escritura íntima: otra Javiera Carrera que emerge, vive y siente”.

Christopher Cornelio (Pontificia Universidad Católica del Perú)
“De Cádiz a Aznapuquio: Los militares españoles durante las guerras de independencia en el Perú, 1813-1821”.

Josué Paucar (Universidad Nacional Federico Villareal)
“Simón Bolívar y la federación de los Andes: El proyecto político y el proyecto de construcción del Estado en el Perú, 1823-1826”.

Comentaristas:
Dra. Scarlett O’Phelan (PUCP) y Sr. Alejandro Takaezu (PUCP)

Mesa homenaje
Un maestro, tres generaciones: homenaje a José Agustín de la Puente Candamo
Hora: 18.00 hrs. – 19.45hrs.

Moderador: Sr. Patricio Alvarado (PUCP)

Dra. Margarita Guerra (Pontificia Universidad Católica del Perú)
Dr. Paul Rizo-Patrón (Pontificia Universidad Católica del Perú)
Lic. Ernesto Rodríguez (Pontificia Universidad Católica del Perú)

Ceremonia de Clausura
20.00 hrs.

Moderador: Sr. Patricio Alvarado, Coordinador General

Dra. Susana Reisz, Decana de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas
Dr. Miguel Costa, Profesor Asesor
Srta. Alejandra Cuya, Coordinadora General

Cóctel de clausura
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Nuevo libro: “Colonialismo en ruinas: Lima frente al terremoto y tsunami de 1746”

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A 250 años de uno de los mayores desastres sísmicos en Lima, ¿qué tan vulnerables seguimos siendo? ¿Qué rol les corresponde al Estado y a la sociedad civil para enfrentar estos desastres? Estas son algunas de las preguntas que se desprenden del libro “Colonialismo en ruinas: Lima frente al terremoto y tsunami de 1746”.

En sus páginas, el autor nos invita a reflexionar a través de las experiencias de quienes vivieron y trataron de aprovechar este desastre: las autoridades con sus planes de reconstrucción y control social, los religiosos y sus profecías, y las clases populares y sus sueños de rebelión contra la dominación española. El libro, escrito por Charles Walker, nos acerca a una ciudad en ruinas, relatándonos la experiencia de los miles de damnificados, así como su repercusión sobre el Imperio español.

La publicación, editada por el Instituto de Estudios Peruanos y el Instituto Francés de Estudios Andinos, será presentada este miércoles 17 de octubre, a las 7:00 p.m., en el auditorio de nuestra sede principal ubicada en Horacio Urteaga 694, Jesús María. La presentación contará con los comentarios de Ramón Mujica, director de la Biblioteca Nacional y Claudia Rosas, docente de la Sección Historia del Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú. El libro ya puede ser adquirido en las principales librerías del país y en el Fondo Editorial del IEP. También a través de internet en nuestra página web: www.iep.org.pe

CONTENIDO

-Agradecimientos
-Prólogo a la edición en español

1. Terremotos, tsunamis, el absolutismo y Lima
2. Bolas de fuego: premoniciones y la destrucción de LIma
3. La ciudad de “antes y después”
4. Estabilizando lo inestable, ordenando lo desordenado
5. Visiones en conflicto de Lima: las secuelas del terremoto y los obstáculos de la reforma urbana
6. Frailes licenciosos, monjas errabundas y censos enredados
7. Controlar los cuerpos femeninos y aplacar la ira de Dios: la reforma de la moral
8. “Toda esta gente de yndios y negros no nos tiene una buena voluntad”: las rebeliones de Lima y Huarochirí de 1750

-Epílogo: réplicas y ecos
-Bibliografía
-Cuadros

Charles Walker, es historiador y profesor en la Universidad de California, en Davis (EEUU). Ha desarrollado una amplia serie de estudios sobre los Andes peruanos, centrándose en los movimientos sociales del siglo XVII. Es autor de diversas publicaciones, entre ellas: De Tupac Amaru a Gamarra: Cusco y la formación del Perú republicano, 1780-1840 (1999). Actualmente prepara un libro sobre la rebelión de Túpac Amaru II para la Harvard University Press. Desde hace 30 años vive entre California, Cuzco y Lima.
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Nuevo libro: ‘El peruano y su entorno: aclimatándose a las alturas andinas’

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SUMARIO

Intruducción

1. Las alturas tropicales: clima y nación en el siglo XIX
2. Coca y aclimatación en el imaginario médico
3. La construcción de una “raza” de las alturas
4. Enfermedades de altura, investigación científica y desarrollo minero en Cerro de Pasco
5. Reflexiones finales

Bibliografía

JORGE LOSSIO obtuvo su maestría y doctorado en el Centro para la Historia de la Ciencia y la Medicina de la Universidad de Manchester, Inglaterra. Actualmente es profesor de historia de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad San Ignacio de loyola. Es autor de Acequias y gallinazos: salud ambiental en la Lima del XIX (Lima, 2003). En coautoría con Marcos Cueto y Carol Pasco, El rastro de la salud en el Perú (Lima, 2009).

“Acabo de leer el libro, gracias a la gentileza de Jorge Lossio. Lo recomiendo ampliamente. Sorprende descubrir cómo a fines del XIX aún no se consolidaba la idea de los Andes como inapropiados para la vida, por el contrario, las zonas bajas eran percibidas de esa manera. Luego, con el desarrollo de las investigaciones médicas, el interés militar y la expansión económica, las alturas fueron percibidas como un obstáculo. Los médicos extranjeros consideraban que el ser humanos jamás podía adaptarse o ser igual a como se desarrollaba en otros ambientes. Los médicos locales desde muy temprano insistieron en demostrar que la población se había adaptado como una “raza”, luego, paulatinamente, descubrirían que eso no era exacto y que todos se afectaban de la altura. Así se llega a establecer la patología de las enfermedades de altura aporte de los médicos locales. Un tema novedoso y muy bien desarrollado. Felicitaciones al autor” (Jesús Cosamalón).
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El Perú como territorio durante las guerras de Independencia

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Nuestra hipótesis intenta demostrar que, a raíz del reordenamiento borbónico del siglo XVIII y de la crisis desatada en la Península por la invasión napoleónica, durante los años que duró el gobierno del virrey Fernando de Abascal se terminó de proyectar lo que debía ser el Perú como territorio y su área de influencia en el Pacífico sur. Sabemos que la habilidad política y militar del Marqués de la Concordia no está en discusión. La prisión de Fernando VII y el surgimiento del fidelismo fueron aprovechados por la elite limeña de recuperar su poder en la América andina. En consonancia con su Virrey, convirtió al Perú en la excepción, ahuyentando cualquier intento autonomista o independentista. Cuando se retiró Abascal, en 1816, la jurisdicción del Virreinato abarcaba un enorme territorio que alcanzaba las provincias andinas del Alto Perú. ¿Cómo se fue configurando este espacio?

El Perú de Abascal.- Antes de su llegada, en 1806, importantes territorios se habían reincorporado al Virreinato de Lima. En 1802, una cédula real dispuso que la extensa Comandancia General de Maynas, con inclusión de las misiones que se encontraban establecidas en los ríos de ambas márgenes del río Marañón, dependiera política, administrativa y eclesiásticamente del gobierno de Lima. Al año siguiente, otra real cédula colocó al gobierno de Guayaquil bajo jurisdicción militar del virrey del Perú. De otro lado, respecto a la Real Audiencia de Charcas, al crearse el Virreinato del Río de la Plata, en 1776, pasó a depender del gobierno de Buenos Aires. Sin embargo, esta situación empezó a modificarse cuando, 20 años más tarde, en 1796, una real cédula reincorporó al Perú la intendencia de Puno, por sus fuertes vínculos con los circuitos comerciales del Cuzco y Arequipa.

Al estallar la crisis en la Península, el ejército del Perú, dirigido por Abascal y financiado en gran medida por el Tribunal del Consulado de Lima, ingresó a diversos territorios para instaurar el orden. En la campaña del Norte, por ejemplo, aplastó la Junta de de Quito. En 1809, una expedición de 400 soldados que se instaló en el territorio de la Audiencia de Quito y, como los insurrectos insistieron en sus propósitos, Abascal envió un poderoso ejército de 2 mil soldados que se impuso en la acción de San Miguel. Este ejército pudo así ingresar a Quito el 4 de noviembre de 1813, además de fortalecer la presencia realista en Guayaquil y Cuenca, muy vinculadas, además, a través de un circuito comercial con la costa norte peruana, la intendencia de Trujillo.

Para la campaña de Chile, se organizaron tres expediciones. La primera tuvo escaso éxito; la segunda, fue obligada a firmar el Tratado de Lircay con la intervención de la marina inglesa. Abascal desconocería este convenio y envió un tercer ejército, de 600 hombres, que alcanzó la victoria de Rancagua. La “Patria Vieja” chilena estaba derrotada en 1814.

Respecto a la Audiencia de Charcas, la campaña del Alto Perú fue la más dura. A los sucesos de insubordinación de Chuquisaca, en 1809, siguió la organización de la junta defensora de los derechos de Fernando VII en La Paz. Las nuevas autoridades, lideradas por Pedro Domingo Murillo, decidieron suprimir las alcabalas. Ante esta circunstancia, Abascal decidió asumir la defensa del “Alto Perú” contra los “defensores” del monarca español. Un grueso ejército (compuesto por criollos y curacas con sus respectivos indios, liderados por el intendente de Huarochirí, coronel Juan Ramírez, y por José Manuel de Goyeneche, presidente interino de la Audiencia del Cuzco), con el apoyo económico de los criollos arequipeños, emprendió la campaña contra la junta paceña. El 25 de octubre de 1809 vencieron a los insurgentes y 86 de ellos fueron ejecutados. Por su parte, Mateo Pumacahua, curaca de Chinchero (Cuzco), al mando de 3 mil hombres, aplastó la rebelión del curaca Manuel Cáceres, en La Paz. A partir de 1810, se sucedieron los intentos independentistas en el Río de la Plata; por ello, para evitar futuras insurrecciones en la Audiencia de Charcas, Abascal la volvió a incorporar al territorio del Virreinato del Perú por su decreto del 13 de julio de 1810. En este contexto, tropas enviadas por los insurgentes de Buenos Aires vencieron a las fuerzas realistas en el Alto Perú hacia noviembre de 1810 y llegaron hasta la altura del Desaguadero en el Collao. El 20 de junio de 1811 fueron derrotadas por Goyeneche en la batalla de Huaqui; el general criollo Pío Tristán, natural de Arequipa, persiguió a los insurgentes en la zona del Plata.

Fue desde este territorio que actuó Lima y su Virrey, convirtiendo al Perú en el más fuerte aliado de la causa realista en América del Sur. Durante la década de 1810, Lima desplegó toda su fuerza ideológica y militar para evitar el descalabro del Imperio español no sólo en el territorio de su Virreinato sino también en el Alto Perú, Chile y Quito. Frente a la crisis del gobierno imperial, Abascal, hombre moderado y crítico con el constitucionalismo doceañista, convirtió a este Virreinato en el centro de la contrarrevolución, tanto insurgente como, incluso, doceañista.

Desde otra perspectiva, la estrategia que lideró Abascal puede ser entendida como la “revancha” del Virreinato peruano frente a los golpes que recibió como consecuencia de la aplicación de las Reformas Borbónicas en la segunda mitad del siglo XVIII. Como sabemos, dichas medidas no solo le “amputaron” diversos territorios sino que resintieron seriamente la capacidad económica de Lima y el Callao al perder lucrativos mercados como Quito, el Alto Perú o Chile; esto sin mencionar los terribles efectos que tuvo sobre el Callao la apertura de puertos como Guayaquil, Valparaíso o Buenos Aires al comercio trasatlántico debido a la ley de Libre Comercio, dada en 1778. No cabe duda que Lima había perdido influencia en el Pacífico sur.

En este sentido, la crisis desatada en España a raíz de la invasión francesa fue aprovechada por la elite limeña, en sintonía con Abascal, de recuperar su influencia, seriamente mellada por la política de Carlos III en la centuria anterior. Los batallones que salieron del Callao a combatir a las juntas de Quito, Santiago y el Alto Perú tuvieron que cumplir un papel que fue más allá del estrictamente militar. Lima quería restaurar su control político y comercial en aquellos territorios, aunque para tal fin comprometió seriamente la economía del Virreinato. Abascal fue la cabeza visible de estas aspiraciones y, sin saberlo, moldeó las aspiraciones políticas y territoriales del Perú en los años sucesivos.

La impronta de Abascal en la temprana República.- Luego de la victoria de Ayacucho, tenemos los proyectos de algunos caudillos en ocupar el sur de la Gran Colombia o en reincorporar Bolivia. Estos personajes, como La Mar, Gamarra o Santa Cruz, serían “epígonos” de la política en tiempos de Abascal. ¿Cómo se dio este proceso?

Diversas situaciones inesperadas surgieron en la República inicial al producirse la creación de Bolivia, una clara iniciativa bolivariana. Sabemos que la decisión del Libertador formaba parte del gran proyecto de organizar una Federación de los Andes, pero también creaba un problema interno en el antiguo Alto Perú. Como nos recuerda Basadre, los independentistas de Chuquisaca y la Paz tuvieron diversas opiniones respecto a la real división entre el Alto y el Bajo Perú, especialmente del grupo paceño, más vinculado al circuito surperuano, que lo relacionaba comercialmente con las ciudades de Arequipa, Cuzco y Puno. Esto sin mencionar la presencia de Sucre como primer mandatario de la nueva república. Pero el surgimiento de Bolivia no solo estableció nuevos conflictos en el Sur; previamente, Bolívar había decidido incorporar Guayaquil a la Gran Colombia, a pesar de que los guayaquileños habían enviado diputados al Congreso peruano reunido en 1822; es decir, amparados en el principio de la Libre Determinación de los Pueblos, habían decidido seguir vinculados al Perú.

Como vemos, el horizonte internacional del Perú estaba lleno de sombras, tanto al Norte como al Sur. Al Norte, por la actitud de Colombia y de Bolívar, y al Sur, porque para mucho sectores peruanos, Bolivia era un territorio peruano, ahora ocupado por Sucre y su ejército de nacionalidad colombiana. El presidente La Mar, elegido por el Congreso peruano en 1827, era el instrumento del influyente círculo antibolivariano.

La campaña del Norte.- Las hostilidades entre Perú y Colombia tenían sus antecedentes en la colonia y en las guerras de la Independencia. En primer lugar, la discusión sobre si Maynas pertenecía al virreinato del Perú o al de Nueva Granada; luego, la situación de la provincia de Jaén, perteneciente al territorio de Quito, y que se había sumado al Perú; finalmente, la aspiración peruana sobre Guayaquil. Bolívar, por su lado, exigía la devolución de Jaén y Maynas.

Al estallar el conflicto, la escuadra peruana ingresó a la ría de Guayaquil en 1928 y ocupó el puerto el 1 de febrero de 1829; los peruanos no pudieron ser expulsados. En el frente terrestre, La Mar, casi calcando la expedición de Abascal contra Quito de 1809, invadió con casi 5 mil solados el territorio colombiano a fines de 1828 y ocupó la provincia de Loja.

Luego, tuvo que retardar su avance a su natal Cuenca, esperando a Gamarra y a sus tropas que debían venir del Sur después de su triunfal campaña en Bolivia, donde hicieron caer el gobierno de Sucre. Los colombianos, al mando de Flores, tenían su cuartel general en Cuenca. Bolívar, que debió llegar con refuerzos, no pudo hacerlo por una rebelión en el valle del Cauca; en su lugar, llegó el recién defenestrado Sucre.

Pronto se vio que la campaña sobre Colombia estaba lejos de parecerse a la de Bolivia. En la caída de Sucre, los peruanos habían tenido unidad de mando, superioridad numérica y el apoyo de la población del país invadido. Ahora, el ejército peruano se diseminó al avanzar; además, tenía ante sí terrenos fragosos e insalubres y no tenía noticias de las posiciones del enemigo. Además, cundía la rivalidad entre tropas del Norte y tropas del Sur, entre lamaristas y gamarristas. Luego de la batalla de Portete de Tarqui, los colombianos se mantuvieron en sus posiciones y los peruanos se retiraron ordenadamente, esperando el ataque final que no vino. La guerra continuó, formalmente, varios meses. El Perú, dueño del mar, retuvo Guayaquil, y la llegada de Bolívar no cambió esta situación. Tampoco los colombianos llegaron a invadir territorio peruano.

La situación interna del Perú impidió la prolongación de la campaña en Colombia, por la caída de La Mar, tramada por Gamarra, quien, después de expatriar a La Mar, firmó el armisticio de Piura, que estableció la suspensión de las hostilidades con las tropas colombianas y la devolución de Guayaquil a Colombia. Más tarde, firmó el tratado Larrea-Gual, el 22 de septiembre de 1829, que reconoció como límites entre Colombia y Perú los mismos que conservaban antes de la emancipación los virreinatos de Nueva Granada y el Perú, con las excepciones que juzgaran convenientes acordar entre sí, para lo cual nombrarían una comisión para fijar la línea divisoria.

La campaña del Sur.- La recuperación del Alto Perú surgió casi como una necesidad. Sabemos que hubo durante todo el periodo virreinal una continuidad de relación entre el sur andino: la línea divisoria entre las audiencias de Lima y Charcas fue una frontera interior. Con las guerras de Independencia surgieron tendencias dispares, que se iniciaron con la creciente influencia del Virreinato de Buenos Aires y del comercio porteño sobre la zona de Charcas; luego, el esfuerzo del Virreinato de Lima de no perder su gravitación en el Altiplano; y finalmente, el interés bolivariano en la formación de un nuevo estado. Así surgió Bolivia. Lo importante es subrayar que los hombres que habían hecho las guerras de la Independencia nunca se alejaron de la vieja noción de unidad.

En 1828, Agustín Gamarra, entonces prefecto del Cuzco, siguiendo la ruta que en 1780 habían recorrido las tropas de Túpac Amaru y en 1810 las fuerzas de Pumacahua, Goyeneche y Pezuela, ocupó Bolivia y, con el apoyo casi unánime de la población, hizo caer el gobierno de Sucre, alejando así al Alto Perú de la órbita bolivariana. Basadre nos recuerda cómo, en esta ocasión, teniendo todo a su favor, Gamarra no reincorporó el territorio boliviano al Perú. Luego, cuando el caudillo cuzqueño fue presidente, entre 1829 y 1833, con el ejército ya en el Desagüadero, pidió autorización al Congreso para invadir Bolivia, pero le fue denegado.

En la segunda mitad de la década de 1830 vendrían los tiempos de la Confederación Peruano-boliviana. No es este el lugar para contar nuevamente su historia. Cabe recordar que existieron dos visiones antagónicas de reintegrar los dos “perúes”: el modelo confederativo, liderado por Santa Cruz y que fracasó en Yungay, con la intervención chilena, y la opción unitaria, encabezada por Gamarra y los caudillos “nacionalistas”, como Castilla, que tuvo su punto final en la batalla de Ingavi, en las afueras de La Paz.

Algunas reflexiones.- Si analizamos la Independencia desde la perspectiva de la historia regional, no hay que olvidar que desde las dos últimas décadas del siglo XVIII se comenzó a configurar un nuevo sistema de relaciones de poder en América del Sur con la desintegración de los antiguos espacios coloniales para dar paso a otros que quizá no alcanzaron a madurar convenientemente, especialmente en relación a sus bases sociales.

Entender las campañas contra la Gran Colombia y, especialmente, las que tuvieron que ver con la reincorporación de Bolivia en tiempos de la Confederación, implica ya no verlas únicamente como un enfrentamiento entre dos o tres naciones, sino como una guerra civil compleja, prolongación de la Independencia, en la que confluyeron factores históricos, situaciones coyunturales y diferencias personales.

Dentro de esta perspectiva, podemos advertir el proceso de desestructuración del antiguo virreinato del Perú y la formación de los estados nacionales en la América andina, como factores estructurales. Respecto a las situaciones coyunturales, están la integración de la cuenca del Pacífico al comercio del Atlántico norte, los intereses comerciales contrapuestos y, en el caso de la Confederación, la lucha entre el liberalismo y el proteccionismo por imponerse en cada uno de los países involucrados. Por supuesto que también intervinieron otros ingredientes de menor duración, pero de especial relevancia en estos años, como la inquina y la lucha por el poder entre los caudillos militares y los políticos de entonces, Bolívar, La Mar, Flores, Sucre, Gamarra y Santa Cruz; no olvidemos, además, la resolución del ministro Portales en impedir la eventual organización de un estado hegemónico al norte de Chile y la resistencia al proyecto de la Confederación por el origen étnico de su líder; y, finalmente, las personalidades tan disímiles de Salaverry, Orbegoso, Velasco, Ballivián, Blanco Encalada y Manuel Bulnes.

1841 es una fecha clave. Ingavi no solo selló la independencia de Bolivia sino marcó, para el Perú, el fin de un ciclo, iniciado en 1810, y abrió otro, que podríamos llamar de “consolidación”, pues ya no quedaban dudas sobre cuál debía ser el futuro del Perú como territorio, pero también como estado-nación y qué grupo debía liderar este proceso. El Perú resigna de Guayaquil y, especialmente, del Alto Perú, lo que significó la lenta postergación de la sierra en beneficio de Lima y la costa. La antigua capital del Virreinato, una ciudad tradicionalmente administrativa y cortesana, y que apenas cambió de carácter con la Independencia, hasta la década de 1840, no había visto sino desastres. El Cuzco había amenazado su hegemonía, cuando fue la última capital del Virreinato en los años del gobierno de La Serna, o en los tiempos de Gamarra, cuando se pensó en la ciudad imperial como capital de una eventual reunión del sur andino. Por su parte, Arequipa también había sido otra competidora, cuando intentó ser favorecida por Bolívar, primero, en una eventual confederación de Bolivia con el sur peruano, y por Santa Cruz en los tiempos de la Confederación.

1841 es también el año en que la embarcación “Bonanza” llega a Europa con el primer cargamento de guano. Si bien tras Ingavi se presentó un tiempo de anarquía, la Naturaleza le anunciaba al Perú un futuro menos incierto, pues el Viejo Mundo descubría los beneficios del excremento de las aves. La “prosperidad falaz” estaba llegando. El guano se encontraba muy cerca de Lima. Esto permitió que su elite, aliada a los caudillos triunfantes, como Ramón Castilla, se apropiara del recurso al decretar el monopolio estatal del guano. Lima ya no tendría la competencia de ninguna otra ciudad y desde ella se trazaría un nuevo modelo de estado que, lamentablemente, desnudaría sus graves limitaciones en la década de 1870, con la crisis económica y la Guerra del Pacífico.

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