Archivo por meses: marzo 2009

Reflexiones sobre Perú, Chile, Bolivia la guerra y los límites (1)

Cuando dicto en mi Universidad la Guerra del Pacífico me detengo, sobre todo, en las causas del conflicto. Insisto en ello para que mis alumnos comprendan por qué Perú, Bolivia y Chile llegaron al enfrentamiento. Asimismo, insisto en no ver el tema sólo desde el punto de vista peruano. Analizamos la bibliografía de los tres países para tener una perspectiva más amplia, menos subjetiva y, por lo tanto, menos acusatoria. En lugar de insistir tanto en la agresión o el expansionismo del enemigo, piedra angular de nuestra visión de la guerra, tratamos de ver los errores de los gobiernos de entonces que bien pudieron evitar un conflicto tan dramático con una pérdida territorial que hasta hoy duele en Bolivia y el Perú. Me doy cuenta, por ejemplo, que sabemos poco de la historia de Chile; por ello, en primer lugar, quisiera centrarme en 2 puntos:

I. Entender la lógica del expansionismo chileno en el siglo XIX

II. Revisar algunos temas que afectaron directamente el estallido del conflicto: el Tratado de Alianza Secreta, El Tratado de 1874 y la política del Perú frente al salitre de Tarapacá y el contexto histórico en el que se firmó el Tratado de 1929.

Chile nació como país independiente sin mayores contratiempos. Es cierto que en la década de 1820 tuvo un relativo desorden político pero ya en 1833, quince años de conseguida la separación de España, su clase política diseñaba, de la mano de Diego Portales, un sistema de gobierno y las bases de un estado nacional. Mientras los demás países de la región aprobaban constituciones provisionales y se sumían en la anarquía, la Constitución chilena de 1833 reflejaba fielmente el escenario social y lo perpetuaba. Consagró el presidencialismo y el centralismo; además, le dio a la oligarquía conservadora el control del país por lo menos en los próximos 30 años.

Todo esto se vio favorecido, de un lado, por el perfil del territorio. Era un país estrecho, compacto y manejable. Se extendía desde la zona minera del Copiapó hasta el río Bío-Bío en el sur, más allá del cual los indios araucanos, unos 200 mil, preservaban tenazmente su identidad e independencia. La mayoría de los chilenos, un millón al momento de la independencia, vivía en la región del valle central al sur de Santiago (productor de fruta y cereal). Había unificación étnica, clave de la estabilidad social: una minoría blanca y una mayoría mestiza; el número de negros y mulatos era muy reducido, y los indios vivían excluidos al sur. Esto hacía que la sociedad chilena estuviera compuesta por una reducida elite criolla terrateniente y de una masa de trabajadores agrícolas y mineros. También había comerciantes, empresarios mineros y profesionales liberales que, en su mayoría, también recurrían a la posesión de tierras como símbolo de prestigio social. En este escenario, a pesar de una evidente conciencia racial, no había conflicto social.

Por ello, mucho se ha hablado del carácter atípico de la política chilena. También se ha hablado, a nivel de la política internacional, de la vocación “aislacionista” del país y su poca voluntad a la integración. El historiador y diplomático chileno, Mario Barros, sostiene que, al analizar el epistolario de Portales, se podría sostener, por un lado, que –para el Ministro- jamás Chile debe imponer sus sistema de gobierno a otras naciones. Del otro, no debe entrometerse en los problemas internos de otras naciones, aunque se la llame; debe plantear su política dentro de sus fronteras y teniendo en cuenta inmediata tan solo el provecho de Chile.

Este fenómeno “excepcional” se debió, en síntesis, a 3 razones:

a. La ausencia de una verdadera nobleza y la temprana formación de una burguesía surgida a partir de los años treinta con la bonanza exportadora

b. El aislamiento colonial, una geografía compacta y un resentimiento colectivo contra Lima. Desde inicios del siglo XIX, entonces, ya existía en germen una suerte de “raza chilena” que, una vez independiente, inventó expresiones políticas muy suyas.

c. La existencia de una clase política que, habiéndose formado en los primeros 20 años de vida republicana, llegó a controlar los resortes del poder y, aprovechando de ello, se dedicó a auto-reproducirse. El resto de países de la región, desprovistos de esta clase dirigente, tardaron en construir, mantener y consolidar sus respectivos estados.

Lo anterior sería el lado “brillante” de la experiencia chilena. Su lado “oscuro” sería la gestión estatal respecto a la periferia territorial y social. Respecto a la primera, a diferencia de otros países de la región, donde su crecimiento se dirigió a territorios relativamente vacíos, en Chile la expansión se orientó hacia espacios ya poblados. El espacio del sur era suyo (la Araucanía), mientras que los del norte pertenecieron al Perú y a Bolivia.

La “solución” al problema fue la guerra. La implantación del país se hizo mediante la fuerza. No en vano a los chilenos se les llamó “los prusianos de América Latina”. Mario Góngora, gran historiador chileno, recoge la imagen de Chile como “país de guerra”. La guerra fue el hilo conductor de la formación del estado-nación. En el siglo XIX, cada generación vivió una guerra: la Independencia, la lucha contra la Confederación, la Guerra del Pacífico y la ocupación de la Araucanía, culminada esta última en la década de 1890. Respecto a la periferia social, la victoria sobre los araucanos significó la expropiación de sus tierras y una política con dimensión cultural: un avance de la “civilización occidental” frente a la “barbarie indígena”. Cabe anotar que la anexión de los territorios peruanos y bolivianos también respondió a ese esquema mental: el triunfo chileno fue consecuencia de la superioridad de un país blanco-mestizo sobre países o zonas básicamente indígenas.

Respecto a los antecedentes del la guerra, quisiera formular algunos comentarios, en primer lugar, al polémico Tratado de Alianza Secreta con Bolivia. Según la opinión peruana, encabezada por Basadre, este tratado debió contar también con la participación de Argentina, pero diversos motivos fueron postergando su adhesión que, finalmente, nunca llegó…. esta alianza habría sido prácticamente invencible… si la alianza tripartita no se pudo concretar, se debió romper o abandonar la alianza bilateral con Bolivia. Al respecto, me permito hacer 4 ampliaciones:

1. Bolivia buscó la alianza con el Perú debido a la expedición, en 1871, del general Quintín Quevedo, un militar boliviano “melgarejista”, quien con otros adeptos comenzó a fraguar en Valparaíso un complot para derribar al presidente Agustín Morales. Bolivia acusó a Chile de apoyar a Quevedo. Chile, en este caso, se entrometía en los asuntos internos de Bolivia apoyando a un militar de las filas de Mariano Melgarejo quien, en 1866, había dado importantes concesiones territoriales y económicas a Chile en el Atacama.

2. Ante esa situación, y viendo la conveniencia de un tratado defensivo, el Perú debió buscar primero la alianza con Argentina. De no concretarse aquella, ya no aliarse con Bolivia, un país anárquico y sin presencia militar.

3. Respecto a la inclusión de Argentina al Tratado, es cierto que tenía un diferendo con Chile por la Patagonia y parecía un aliado natural de Perú y Bolivia. Pero, por otro lado, Argentina tenía un conflicto fronterizo con Brasil (lo que hubiera desencadenado una alianza chileno-brasileña) y una disputa nada menos que con Bolivia por unos territorios en Tarija.

4. En 2002, el historiador y diplomático brasileño, Luis Claudio Villafañe Gomes Santos publicó un importante libro titulado El Imperio y las repúblicas del Pacífico: las relaciones del Brasil con Chile, Bolivia, Perú y Colombia (1822-1889). El aporte del profesor Villafañe es que utilizó documentos hasta entonces no trabajados del Archivo Histórico del Palacio de Itamaraty. El libro demuestra cómo hacia la década de 1870, el Imperio del Brasil seguía de muy atento cualquier política de alianzas en la región que podía estar en contra suya. En octubre de 1873, el ministro de Brasil en Argentina, informó a su Cancillería de las sesiones secretas del parlamento argentino con el objeto de formar una alianza tripartita con Perú y Bolivia. Esa información también se la remitió al representante chileno en Buenos Aires quien inmediatamente informó a Santiago. Asimismo, el libro reseña la carta que le envió el ministro brasileño en Lima a nuestro canciller, José de la Riva-Agüero, expresándole su preocupación por la posible alianza tripartita. Como si esto fuera poco, el libro describe cómo en marzo de 1874, el ministro brasileño en Santiago confirmaba al gobierno chileno la existencia del Tratado Secreto entre Perú y Bolivia y que se quería extenderlo a Argentina. Por último, el profesor Villafañe describe cómo el gobierno imperial no se dejó seducir por la oferta chilena de una alianza militar y que sólo buscó evitar que Argentina se adhiriese al pacto peruano-boliviano.

5. Si en ninguna parte del texto aparecía la palabra Chile, entonces para qué hacerlo “Secreto”. Esa fue el arma que utilizó Chile para denunciar internacionalmente luego que entre Perú y Bolivia había un complot contra ellos.

Respecto al Tratado de 1874, llamado también Tratado de Sucre, en él se estableció el mismo límite que en el Tratado de 1866 (paralelo 24°) y se puso término al régimen de comunidad, es decir, a la intervención de funcionarios chilenos. Con este acuerdo, parecieron resueltos los problemas entre Bolivia y Chile, y el Perú, lejos de poner obstáculos para su celebración, se felicitó por ello.

Habría que añadir que mientras se arreglaban las disputas entre Chile y Bolivia, el Perú perdió interés en el Tratado Secreto porque había fallado la tercera pieza, Argentina, y por el hecho de que las relaciones entre Argentina y Bolivia quedaban deterioradas. En ese sentido, el Tratado de 1874 podría ser visto como un revés para la posición peruana, agregándose luego la llegada de los blindados chilenos, Cochrane y Blanco Encalada, que cambiaron la balanza del poder naval en el Pacífico sur.

Respecto a los blindados, que definitivamente inclinaban a favor de Chile la supremacía naval en el Pacífico, teniendo en cuenta que Bolivia, simplemente, carecía de escuadra, debemos decir lo siguiente: Chile los mandó construir en 1872 y no después del Tratado Secreto, como a veces se piensa. Es por ello que el gobierno de Balta conoció la noticia y mandó construir para el Perú dos blindados superiores, encargo que, finalmente, el siguiente gobierno, el de Manuel Pardo, canceló por la severa crisis económica que heredó y por la propia filosofía del Partido Civil de cortar el poder duradero de las fuerzas armadas en los asuntos políticos de la nación.

¿Por qué Chile mandó construir dos blindados? Hubo tres razones:

1. El Conflicto con España, entre 1865 y 1866, puso en evidencia la debilidad chilena en el mar, tanto que tuvieron que soportar el feroz bombardeo a Valparaíso por la escuadra española. Si Portales había reclamado para Chile la supremacía naval en el Pacífico, hasta por lo menos la década de 1860 los dirigentes de Santiago no habían cumplido con las demandas del Ministro.

2. Las tensas relaciones con Argentina por la Patagonia.

3. Las tensas relaciones con Bolivia por resolver el Tratado de 1866 que había quedado en suspenso con la caída de Melgarejo. Este era el tema más importante.

Sin embargo, cuando Bolivia y Chile llegan a un acuerdo en 1874 y el gobierno de La Paz se compromete a no elevar el impuesto al salitre por 25 años, el cuadro internacional se distendió. Tan confiado quedó el gobierno de Santiago con este arreglo que decidió la venta del Cochrane y del Blanco Encalada. El Cochrane fue enviado a Europa con ese objeto y para hacerle algunas modificaciones. En marzo de 1878 el ministro chileno en Francia, Alberto Blest Gana, aprovechando la guerra entre Rusia y Turquía, que amenazaba propagarse a otras naciones, ofreció los blindados a Gran Bretaña. Pero el almirantazgo británico ya había adquirido otras naves y no mostró interés. Blest Gana pensó ofrecer los blindados a Rusia o Turquía; pero las negociaciones tomarían mucho tiempo y pareció más prudente detener las gestiones y disponer el regreso del Cochrane. Sin embargo, el presidente Pinto insistió en al venta de esta nave. Además, ese mismo año, el presidente Pinto, debido a la crisis económica, se vio obligado a reducir los gastos militares, el contingente armado y hasta la policía. Este ánimo de desarme era tan evidentes que el mismo José Antonio de Lavalle lo reconoció en sus Memorias.

La Guerra del Pacífico es llamada, con justa razón, la “guerra del salitre”. Los tres países veían al salitre del desierto como una gran fuente de ingresos en un momento de gran presión financiera durante la década de 1870. En este contexto, hay que recordar que la explotación del nitrato, tanto en el Atacama boliviano como en el Tarapacá peruano, corría a cargo de empresas y de empresarios particulares, en su mayoría chilenos y británicos, sin la participación directa del Estado en ninguna de las dos zonas.

Ese contexto empezó a cambiar cuando en 1872 Manuel Pardo, ante la crisis económica, decidió nacionalizar el salitre y dejar fuera del negocio a los empresarios privados. Una comisión de salitreros, encabezada por Guillermo Billinghurst, viajó hasta Lima a reclamarle a Pardo por su decisión. Los salitreros le advirtieron a Pardo sobre los peligros de que el Estado maneje el recurso; le propuso, incluso, que el Estado aumente el impuesto para su explotación pero que mantenga el negocio en manos privadas. Pardo se negó y con esta decisión, cometía un grave error, como lo reconoce el propio Basadre. Empresarios peruanos, chilenos y británicos se vieron despojados y muchos de ellos tuvieron que retirarse al Atacama boliviano.

Pero en 1878 el presidente Hilarión Daza, ante la severa crisis financiera de su país, establece el famoso impuesto de los 10 centavos. Este impuesto violaba el Tratado de 1874 por lo que la Compañía de Salitre de Atacama se negó a pagar el impuesto. Daza decidió, entonces, nacionalizar el salitre. Los salitreros se veían nuevamente despojados del negocio al igual que 5 años antes en el Perú. Así entendemos por qué en Chile se pensó que Daza actuaba movido por el Perú quien quería apoderarse de todo el salitre de la zona. Esto, acompañado por la existencia de un Tratado Secreto, desencadenó la crisis de 1879 y la guerra.


Cobija, puerto boliviano (siglo XIX)

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Charles Manson, el asesino más famoso de Estados Unidos, 40 años después

Podría ser un recluso cualquiera en cualquier prisión de Estados Unidos. Pero su gesto es inconfundible. La imagen de sus ojos -marrones, almendrados, cansados- ha dado la vuelta al mundo. También le delata la esvástica que, durante su juicio, se grabó en la frente, corte a corte, hasta convertirla en una cicatriz que ha ido adquiriendo un tono violáceo a lo largo de estos 40 años.

Charles Manson, de 74 años, no es un preso cualquiera. Es el perpetrador de una de las matanzas más sonadas de la historia del crimen en Estados Unidos. El correccional de Corcoran, en el que cumple su cadena perpetua, ha difundido ahora una foto del asesino tomada hace dos semanas. Si no fuera por su oscuro pasado y sus delirios de grandeza, Manson parecería un pacífico septuagenario cualquiera.

Durante dos noches de agosto de 1969, en plena eclosión hippy, Manson y su grupo de seguidores, una comuna conocida como La Familia, asesinaron a siete personas, entre ellas, la actriz Sharon Tate, esposa del cineasta Roman Polanski, que estaba embarazada de ocho meses y medio. Con su sangre pintaron la palabra cerdo en la puerta del chalé. La acusación demostró entonces que Manson y sus seguidores querían desatar el caos mundial con sus propias manos, incitando una guerra de razas en la que ellos acabarían dominando un mundo habitado exclusivamente por personas de raza negra. Estas ideas provenían de una profecía que Manson creyó detectar en la canción de los Beatles Helter Skelter.

Ahora, después de cuatro décadas, el asesino más famoso de EE UU pasa sus días con otros presos a los que se considera altamente peligrosos. Cada mañana desayuna cerca del asesino de Robert Kennedy, Sirhan Sirhan. Se cruza en el patio con Juan Corona, que mató en los años setenta a 25 trabajadores temporeros de California. Juega al ajedrez, bebe zumos y recibe visitas.

“Vive solo en su celda, aunque fuera de ella puede pasar entre seis y ocho horas diarias en contacto con otros presos. De él depende si quiere entrar en contacto con ellos o no”, explica I. Decker, portavoz de la prisión. “Los sábados y domingos puede recibir visitas entre las ocho y media y la una y media. De hecho, recibe mucho, gente diferente que viene a verle”.

Los seguidores de Manson siguen intentando conseguir el privilegio de pasar unas horas con el macabro profeta. Su leyenda continúa atrayendo a numerosos fanáticos de todo el mundo. Se crean clubes de seguidores con su nombre. Ha inspirado a artistas góticos como Marilyn Manson, que le robó el apellido. Recibe cartas de adolescentes fascinados por su oscura y hermética verborrea, sus apocalípticas profecías y su perseverancia en la impenitencia.

“Esta gente ha encontrado a Manson en su búsqueda de algo más allá de su propio ser. Buscan a un nuevo tipo de dios, y esa búsqueda la unen con una rebeldía cultural que les hace ver en Manson al diablo, a Satanás”, explica el psicólogo Stephen Diamond, autor del libro Anger, Madness, and the Daimonic. “Manson encarna como nadie la leyenda de Lucifer, expulsado del paraíso por su rebeldía. En cierto modo, es la imagen de la maldad, un mito capaz de fascinar a miles de personas que se sienten perdidas existencialmente en una generación nihilista que cada vez se ve más carente de valores”.

Manson se considera mitad Jesucristo, mitad Satanás. En 1987 concedió una sonada entrevista al Today Show de la cadena NBC. La mayoría de su contenido fue vetado hasta 2007, por considerarse una falta de respeto a las víctimas. “Ahora me venís y me decís que Charlie Manson es el padre de nuestra patria”, dice en la cinta. “Me condenáis por ser Jesucristo. Me condenáis por ser el demonio. Me condenáis por ser responsable de vuestras acciones. No soy responsable de las acciones de nadie, aparte de las mías propias”.

Si no hubiera sido juzgado en 1971, Manson hubiera acabado sus días no en la cárcel, sino en la silla eléctrica o la cámara de gas. De hecho, se le condenó a muerte. Pero un año después, el Tribunal Supremo de California ilegalizó temporalmente ese tipo de sentencias y convirtió su condena en cadena perpetua. El año próximo tendrá la oportunidad de solicitar la libertad condicional. Hasta ahora se le ha denegado en 11 ocasiones. Manson no es un recluso siempre pacífico. Según la portavoz del correccional, el año pasado sufrió una amonestación disciplinaria cuando los guardas descubrieron un arma casera en su celda. Su oscuro y macabro magnetismo no parece apaciguar a sus compañeros de prisión. En 1999, un grupo de reclusos se amotinó, irrumpió en la zona de alta seguridad y agredió a Manson y a otros presos peligrosos. “Atacar a uno de estos presos es como colgarse una gran medalla al honor”, explicó el portavoz de entonces, Tip Kindel. Ya en 1984, mientras pasaba una temporada en un centro médico en la localidad de Vacaville, un grupo de reclusos vertió un bote de disolvente sobre su cuerpo. Sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20% de su cuerpo.

En todas estas ocasiones, Manson ha logrado salvarse. Ha podido volver a sus actividades favoritas: a jugar al ajedrez en el patio, leer la Biblia, defender el ecologismo y recibir visitas. Si no fuera uno de los hombres que mejor han encarnado el mal en la vida real, cualquiera diría que lleva la rutina de un jubilado cualquiera. Pero en este jubilado vive, según sus fieles, la semilla del diablo. (David Alandete)

Tomado de El País de España (29/03/09)


Manson en una fotografía reciente

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El Hotel Sheraton

La compañía norteamericana Sheraton Hotels & Resorts llegó al Perú a finales de la década de 1960 y empezó la construcción de su hotel al costado sur del Centro Cívico de Lima, donde antiguamente se ubicaba la Penitenciaría de Lima, conocida como el Panóptico. Como se recuerda, el edificio del nuevo hotel 5 estrellas, inaugurado en 1973, formó, junto con la “Torre de Lima” del Centro Cívico, una vista clásica del skyline limeño predominante durante los años setenta. De otro lado, al estar ubicado en la Plaza de los Héroes Navales, el Hotel ha tenido una participación activa en la vida política del Perú sirviendo de estrado de los mítines políticos que se han celebrado en dicha plaza. El Hotel cuenta con un casino, dos restaurantes, piscina, gimnasio y una cancha de tenis; tiene 431 habitaciones, incluyendo 21 suites y 2 habitaciones para discapacitados. Asimismo, ofrece 7 salas de conferencias; la mayor de ellas tiene capacidad para más de mil personas.


Fuente: arkivperu.com

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Los orígenes de la gran estafa: los antecesores de Carlos Manrique, Bernard Madoff y compañía

La historia financiera del mundo contemporáneo sitúa a Doña Baldomera, hija de Mariano José de Larra, como la fundadora y creadora del fraude piramidal en los años setenta del siglo XIX

El martes 24 de marzo hará dos siglos del nacimiento de Mariano José de Larra. La herencia de Fígaro, su más popular seudónimo, no se limita a sus escritos o a su pensamiento progresista. Su hija, Baldomera Larra Wetoret, también tuvo fama, quizás más que su padre, debido a una rocambolesca y piramidal historia de ingeniería financiera.

Pase que de manera cíclica surjan teorías que apuntan a que América no fue descubierta por los españoles, que Don Juan no tiene su origen en la literatura de Tirso de Molina y Juan de la Cueva y, lo que es más sangrante, que Cervantes no era español. Pero lo que no es de recibo, es que pretendan robarle el mérito a Doña Baldomera de ser la auténtica inventora del timo piramidal, lo que la convierte en la primera estafadora moderna de la historia. Y no es poco teniendo en cuenta que era mujer y su negocio funcionó en la década de los setenta, pero del siglo XIX.

El reconocido escritor Juan Eduardo Zúñiga, uno de los mayores conocedores de la vida y obra de Fígaro, estuvo preparando durante años una biografía sobre él que no pudo abordar solo. De aquella inmersión nació Flores de plomo (editorial Alfaguara), que la crítica ensalzó sin ambages y que gira en torno a situaciones y personajes que rodearon a Larra los días anteriores a su suicidio. Zúñiga también está al tanto de las andanzas de la hija de su investigado. La trata como de la familia, apeándole el doña y dejándola en un simple Baldomera. “La vida de ella y sus hermanos es muy tangencial, apenas convivieron con el padre, y no hay ningún estudio en profundidad sobre ella, quizás porque no lo requiere. Su madre, que era un poco simple y se decía que no tenía muchas luces, al enviudar recurrió a la propia reina para solicitar ayuda”, dice de Josefa Wetoret, que pudo meter a su hijo en las escuelas pías y dejó a las dos chicas con ella. “Hicieron buenas bodas ya que eran atractivas y elegantes”, cuenta Zúñiga.

Doña Baldomera casose con Carlos de Montemayor, médico de la Casa Real. Y su hermana Adela, que también hizo buena boda, tuvo más de un porqué con el mismísimo rey Amadeo de Saboya. Cuando el marido de Baldomera, afrancesado él, se quedó desplazado cuando el rey salió por patas en 1873 y llegó Alfonso XII, terminó yéndose a por tabaco a Cuba y dejó a Baldomera e hijos en situación harto precaria. Ella tuvo que acudir a prestamistas a los que pagaba un interés muy grande. Todo hace suponer que fue ahí cuando le vino la idea e inició sus operaciones prometiendo al que le dejaba una onza de oro que en un mes la devolvería duplicada.

Cumplió y se corrió la voz por Madrid. Cada vez atraía a más clientes y terminó fundando La caja de imposiciones, frente a la cual se formaban largas colas, primero en la calle de la Greda (hoy Los Madrazo), después en la plaza de la Cebada; y cuando el negocio fue boyante, en la plaza de la Paja (donde estuvo el teatro España). Operaba a la vista de todos pagando un 30% mensual, con el dinero que le daban los nuevos impositores. Se dijo que llegó a recaudar 22 millones de reales y Zúñiga cifra los afectados en 5.000. Su fama trascendió fronteras como lo demuestran periódicos de entonces como Le Figaro de Paris y L’Independance Belge de Bruselas.

Su método es el origen de los esquemas de Ponzi (1920), quien tras salir de la cárcel se convirtió en asesor financiero de Mussolini y al que muchos le atribuyen, doblemente equivocados, ser el primero en este tipo de estafas piramidales cuando la pionera es mujer y española, y en cualquier caso William Miller ya hizo una estafa piramidal en 1899. Se conocen otros casos como Gescartera (2001), Patrick Bennett (1996), Haligiannis (2005), Sofico (1974), Fidecaya (1982), Banesto (1993) o el reciente entramado de Madoff, entre otros.

Pero hay que dejar claro que la primera fue Doña Baldomera, a la que sus muchos agradecidos llamaron “la madre de los pobres”, aunque su apodo más popular era La Patillas por dos extraños tirabuzones que lucía pegados a las orejas. Cuentan que cuando se le preguntaba en qué consistía su negocio ella se limitaba a contestar: “Es tan simple como el huevo de Colón”. Si le preguntaba cuál era la garantía de la Caja de imposiciones en caso de quiebra, contestaba impertérrita: “¿Garantía?, una sola: el viaducto”, que precisamente desde entonces es elegido por suicidas para llevar a cabo su último acto.

La quiebra sobrevino en diciembre de 1876 cuando ella desapareció, con todo el dinero que pudo. Valle-Inclán en uno de sus últimos capítulos de El ruedo ibérico la sitúa huyendo en un barco, rumbo a Inglaterra, en el que también viajaba la gran leyenda de la anarquía: Mijail Bakunin.

A partir de ahí alcanzó su momento de gloria. Dos años después se tuvo noticias de que vivía bajo falsa identidad en Auteuil (Francia). El juez encargado del caso solicitó su detención y extradición, cosa que se hizo. Se celebró un juicio y esgrimió en su defensa que se fue porque terminó con menos ingresos que pagos por culpa de la guerra que le hizo la prensa.

La sentencia se publicó en la portada de El Imparcial y de La Época el 26 de mayo de 1879. Y como las mujeres malas siempre van a la cárcel se la condenó, a sus 42 años, a seis años de prisión. A su colaborador se le absolvió. A ella poco después, parece ser que gracias a una campaña de apoyo en la que firmaron desde gente sencilla hasta grandes aristócratas. Muestra de su popularidad son las canciones El gran camelo y Doña Baldomera.

Lo que pasó realmente tras su salida de la cárcel se pierde entre muchas versiones. Que vivió con su hermano Luis Mariano; que se fue a Cuba con su marido y cuando éste murió regresó a casa de su hermano transformada en “la tía Antonia”; que se fue a Buenos Aires donde murió a comienzos del siglo XX. Según Zúñiga, el hijo mayor de Larra, Luis, libretista de zarzuela, no quería que le relacionaran con el padre ni con las dos hermanas: “Debía tener miedo por el suicidio del padre, el devaneo de la hermana mayor con Amadeo y las estafas de Baldomera”, comenta el autor de Largo noviembre de Madrid. El inolvidable cronista Luis Carandel definió en EL PAÍS en 2001 a Doña Baldomera como “la primera gescarterista de la historia financiera” (Rosana Torres).

Texto de Rosana Torres publicado en El País de España


Retrato de Baldomera Larra (Biblioteca Nacional de España)

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Se cumplen 30 años de una paz ‘fría’ entre Egipto e Israel

En el hotel King David de Jerusalén se emite en un canal interno de televisión un reportaje sobre la visita de Anuar el Sadat a Jerusalén. Los rostros de los israelíes que aparecen en la película denotan incredulidad y satisfacción a partes iguales. Allí se alojó Sadat en noviembre de 1977 antes de pronunciar un histórico discurso ante la Kneset. Hace hoy justo 30 años, Jimmy Carter, Sadat y Menahem Begin firmaban en la Casa Blanca el acuerdo de paz que acarreó dramáticas consecuencias para Sadat: pagó con su vida. Después de cuatro guerras entre ambos países, Israel conseguía un objetivo perseguido durante años: desactivar la amenaza militar del país musulmán más poblado y que lideraba la comunidad de naciones árabes.

Tuvo que ejercer enorme presión política el presidente Carter para que Begin accediera a devolver hasta el último centímetro del ocupado Sinaí. Y un precio aún mayor pagó Sadat: dos años después, en octubre de 1981, terroristas islamistas abrasaron a balazos el palco en el que Sadat presidía un desfile militar. Egipto, que acoge en El Cairo la sede de la Liga Árabe, fue marginado de la organización y considerado un apestado. La década de los 70 eran los tiempos del Frente del Rechazo: no a la paz con Israel.

Tres décadas después el vuelco es radical. Desde 2002, la Liga Árabe -más capitaneada ahora por Arabia Saudí que por Egipto? propuso el reconocimiento del Estado sionista y el establecimiento de relaciones plenas a cambio de la retirada israelí a las fronteras previas a la guerra de los seis días. Es ahora Israel, quien desde 1967 se lanzó a un frenesí colonizador de los territorios palestinos, quien rechaza esa opción. Y tras la guerra de Gaza desatada este invierno, sus vínculos con los pocos países musulmanes con los que mantenía relaciones diplomáticas se han quebrado. No con Egipto.

El Cairo sigue un papel fundamental, y considerado el acuerdo de paz, negociado en Camp David, una cuestión estratégica. Pero no está para celebraciones. Eso perjudicaría su estatus entre los Estados árabes. El régimen de Hosni Mubarak arremete estos días contra el Gobierno israelí por su negativa a pactar una tregua con Hamás en Gaza y por su rechazo a acceder al intercambio del soldado Gilad Shalit por un millar de prisioneros palestinos, asuntos en los que El Cairo media sin descanso. Y lamenta también la deriva del electorado israelí hacia la extrema derecha. “Si es cierta vuestra ambición por conseguir la paz, debéis obligar a vuestros líderes a poner fin a sus iniciativas despreciables contra Egipto. No hay espacio para la celebración. En este aniversario no hay lugar para el optimismo, y los hechos sobre el terreno no animan a ninguna celebración”, asegura el editorial del diario Al Ahram. En las calles egipcias, la aversión hacia Israel es la de siempre.

Siempre fue una paz gélida. Sólo algunos miles de israelíes viajan en vacaciones al Sinaí, una tierra que adoran. Sin embargo, las relaciones comerciales entre ambos países son escuálidas. Y los turistas egipcios y sus profesionales rechazan viajar a Israel. Los Gobiernos israelíes se quejan, no sin un punto de hipocresía. Como se preguntaba el analista israelí Zvi Bar’el: “Sería interesante especular cómo respondería Israel si un millón de egipcios visitaran las playas de Tel Aviv… y que sucedería si cientos de miles de trabajadores buscaran empleo en Israel o si un hombre de negocios comprara una empresa estratégica israelí… Sí, queremos una paz cálida con Egipto, pero en la distancia. ¿Turistas de Escandinavia? Sí. ¿Compradores de viviendas franceses? Seguro. Pero no egipcios. Parece que ambos países disfrutan con esta paz fría”.

Adaptado de El País de España (26/03/09)


El presidente egipcio Anuar al Sadat, el presidente norteamricano James Carter y el primer ministro israelí Menajem Begin en Camp David (1979)

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Hoteles de los sesenta: el Riviera y el Savoy

Hotel Savoy.- En la esquina de los jirones Caylloma y Callao, nos topamos con un edificio deshabitado y que, en su primera planta, alberga varias imprentas, típico negocio que, lamentablemente, genera el caos en esta zona del Centro Histórico. Los cientos de transeúntes que desfilan por aquí, seguramente, no saben que en los años 50, 60 y 70 funcionaba en este local el Hotel Savoy, propiedad de los hermanos Varón, y que le hacía la competencia nada menos que al Hotel Crillón. En su época, fue un edificio moderno, uno de los pocos que tenía su playa de estacionamiento en una terraza en el segundo piso y que, en el último, exhibía un lujoso restaurante similar al Sky Room del Crillón, con una de las vistas aéreas más espectaculares del Centro de Lima. El Savoy era también llamado el “hotel de los toreros”, pues, hasta la apertura del Sheraton a inicios de los 70, aquí se alojaban los principales diestros que venían a torear a Acho; también aquí se alojaban las delegaciones deportivas. El hotel también contaba con una galería de arte. Lamentablemente, el caos y la inseguridad que se apoderó del Centro a partir de los 70 significaron la lenta agonía de este hotel, cuyo local ahora es sacudido por el ruido de las máquinas de impresión. Todo el antiguo mobiliario ha sido rematado y la empresa está en liquidación.

El Hotel Riviera.- Ubicado en la avenida Wilson (hoy cuadra 9 de Gracilazo de la Vega), frente al edificio “Ferrand”, durante los años 60 fue, detrás del Bolívar y del Crillón, el hotel de más categoría en Lima; era propiedad de un grupo argentino. Aquí se alojó, en 1971, la delegación que visitó Lima para el Congreso de Americanistas. Tiene 160 habitaciones, dos restaurantes, bar y un salón de conferencias y banquetes para 600 personas. Como el Crillón y el Bolívar, el hotel se vino abajo con el caos de los años 80 y 90; sin embargo, hoy una empresa española, dueña de la cadena de hoteles “San Agustín” ha comprado el edificio y ha reflotado el hotel, que cuenta con 4 estrellas.


El Hotel Riviera en la avenida Wilson

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El Hotel Bertolotto

El distrito de San Miguel fue creado el 10 de mayo de 1920, durante el gobierno de Augusto B. Leguía, y, hasta la década de 1960, fue un balneario balneario ocupado por familias de clase media, atraídas no solo por algunos servicios como el Hotel Bertolotto y el Establecimiento de Baños, sino también por las hermosas casonas, jardines y huertas que formaban parte de su paisaje urbano.

Propiedad del italiano Ángel Bertolotto y ubicado en Magdalena del Mar (avenida Costanera), el antiguo Hotel Bertolotto, frente a la playa, tuvo su apogeo en los años 20 y 40. Era un hotel familiar y de descanso, para disfrutar del mar y del balneario en el verano o pasar días de reposo durante el invierno. Tenía un amplio restaurante de lunas que miraba al mar. Allí también se celebraban diversos almuerzos o cenas para ocasiones especiales. Por ejemplo, en los años 30, hubo almuerzos para recaudar fondos para apoyar a los bandos durante la guerra civil española (a la falange) o para apoyar el gobierno del Duce en Italia. Quizá la anécdota más importante es la que cuenta Luis Alberto Sánchez en sus Memorias. En 1931, LAS invitó allí un almuerzo para organizar un encuentro entre Haya de la Torre y José de la Riva Agüero; la cita era a la 1:30 de la tarde. Riva-Agüero llegó puntual, pero Haya recién se apareció luego de las 3 de la tarde. El encuentro se frustró pues Riva-Agüero se retiró al ver que Haya no llegaba. Dice LAS que quizá allí se pudo cambiar la historia y evitar la guerra civil de aquellos años. Y todo por la impuntualidad de Haya….


Tranvía en la avenida Costanera, San Miguel (1965)

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Londres recibe al Barroco

El Museo Victoria & Albert, institución imprescindible en cualquier visita artística a Londres, dedica su exposición de primavera al Barroco, uno de los grandes movimientos culturales europeos con ramificaciones tardías en otros continentes.

Éste es un año de inmersión total en el Barroco con, entre otras cosas, la conmemoración de dos músicos geniales, los 250 años de la muerte de Georg Friedrich Händel y los 350 del nacimiento de Henry Purcell, a quienes el Covent Garden y el festival de Glyndebourne dedican nuevas producciones operísticas.

El Barroco fue en efecto una era de opulencia, de ostentación, de extravagancia y excesos de todo tipo, y es una paradoja que la exposición coincida con una crisis económica mundial que va a exigir más bien las virtudes opuestas. No lo cree, sin embargo, así Michael Snodin, el experto que la ha comisariado, quien explica a EFE que la opulencia de la era barroca “estaba plenamente al servicio de un sistema político y de la Iglesia”, mientras que lo ocurrido con los banqueros de la City sólo puede calificarse de “puro egoísmo”.

Un movimiento artístico global.- Titulada «El Barroco 1620-1800: El Estilo en la Era de la Magnificencia», la exposición, que podrá visitarse del 4 de abril hasta el 19 de julio, trata de analizar “el primer movimiento artístico realmente global”, como lo califica Snodin. Es un movimiento que asume al mismo tiempo “características locales”: así hay, por ejemplo, figuritas de Jesús de Goa (en la India) elaboradas por artesanos locales con marfil traído de África y que luego vuelven a cruzar el océano y se exportan a Europa, todo ello gracias a un comercio floreciente que dura varios siglos.

La exposición se iniciará con la exploración de los elementos del Barroco, estilo íntimamente vinculado a la Contrarreforma, documentará su surgimiento en París y Roma, su difusión por toda Europa y su exportación, gracias a españoles y portugueses y a la propia Iglesia, al Nuevo Mundo, Filipinas o la India. “El barroco al servicio del poder de la Iglesia es un estilo muy persuasivo, que no se puede ignorar porque envía siempre mensajes muy claros, muy fuertes a la vez que dramáticos”, afirma Snodin.

Entre las piezas de carácter religioso procedentes de Latinoamérica, el comisario menciona un altar completo de la capilla de una antigua hacienda de México de seis metros de altura. Hay asimismo una “Dolorosa” del gran escultor del barroco brasileño Antonio Francisco Lisboa, más conocido como Aleijadinho, procedente de Sao Paulo, y una “Inmaculada Concepción”, de Tiepolo, que se conserva en el Prado. También se expondrá un belén de Cuzco, del Museo de América, de Madrid, y un cuadro de Manuel de Arellano que representa una procesión con la virgen de Guadalupe en la ciudad de México.

Múltiples aportaciones.- De la iglesia jesuita de San Roque, en Lisboa, llega el tesoro de la capilla de San Juan Bautista, que el rey Juan V el Magnánimo de Portugal mandó construir y equipar totalmente en Roma. El Museo Nacional de Escultura de Valladolid aporta una escultura de Judas Iscariote, de Andrés de Solanes, según Snodin, quien explica que el año pasado se filmaron además en Sevilla varias procesiones de Semana Santa para que los visitantes puedan hacerse una idea de la utilización actual de la imaginería barroca.

Pero el Barroco es también la edad del florecimiento del teatro en las cortes europeas -Calderón en España, Shakespeare en Inglaterra, Racine en Francia- y del desarrollo de un género nuevo, la ópera, que fusiona el teatro con la música y la danza. A todo ello está dedicada la segunda sección, que incluye modelos arquitectónicos originales para el teatro, trajes y atrezos y estará oportunamente amenizada con música de la ópera “Atys” de Jean-Baptiste Lully para la corte de Luis XIV, de Francia.

Las tres últimas secciones, según explica el comisario, tratan de los espacios públicos, espacios sagrados y espacios profanos. La primera examina el uso de las plazas públicas para la celebración de coronaciones, nacimientos, matrimonios reales y otros espectáculos de la corte. La dedicada a los espacios sagrados estudia los edificios religiosos del período barroco, con especial atención a las grandes creaciones de Bernini en Roma como la basílica de San Pedro y la capilla Cornaro. La sección final se centra en la vida cortesana en la época del Rey Sol y analiza la rigurosa etiqueta que gobernaba los distintos espacios de los palacios barrocos.

Adaptado del ABC de España (24/03/09)


Museo Victoria & Albert (Londres)

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Woodstock cumple 40 años

El festival de Woodstock de 1969 fue un hito musical de la época y uno de las mayores manifestaciones del movimiento hippy de la historia. 40 años después, el organizador de la cita, Michael Lang, está decidido a recuperar el espirítu original para celebrar por todo lo alto las cuatro décadas del festival y lavar la desastrosa imagen ofrecida en el 30 aniversario, cuando se produjeron graves incidentes.

Lang ha anunciado que el Woodstock de este año será gratuito, ecológico y musicalmente volverá a sus raíces. Los promotores apuestan por recuperar el estilo musical que impegnó el festival de 1969, al que acudió más de un millón de personas, y ya se ha especulado que podrían estar presentes algunas de las bandas que tocaron en el primer de Woodstock como The Who, Santana, Crosby, Stills and Nash, que ya han confirmado sus asitencia en su página web, y Joe Cocker.

Respecto al aspecto económico, Lang ha declarado en el diario británico The Times que necesita encontrar un patrocinador que aporte 10 millones de dólares en las próximas semanas, para los precios de las entradas sean los más asequibles posible y de paso evitar lo que ocurrió en 1999. En el 30 aniversario las entradas llegaron a superar los 180 dólares, las botellas de agua costaban más de cinco y se llegaron a emitir unas tarjetas de créditos exclusivas para el festival, acciones no muy en consonancia con el espíritu de hippy con el que nació Woodstock en 1969.

Esta vuelta a los orígenes no será el único acto que conmemore las cuatro décadas del festival. El director taiwanés Ang Lee prepara un film titulado Taking Woodstock y está previsto salga al mercado un nuevo montaje de Woodstock: 3 days os peace and music, un documental de 1970 en el que participó un jovencísimo Martin Scorsese y ganó el Oscar al mejor documental. Además, también se pondrá a la venta un pack de seis CD’s con algunas de las actuaciones más memorables y el propio Michael Lang lanzará la mercado un libro titulado The road to Woodstock.

Adaptado de El País de España (24/03/09)




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El Hotel Crillón

Hacia los años 40, un nuevo hotel le vino a hacer la competencia al Bolívar. En un edificio de 8 pisos en la avenida La Colmena, que estaba destinado a ser el local del Colegio de Abogados, un empresario suizo, Domingo Bezzola, inauguró el Hotel Crillón; corría el año 1947. Diez años más tarde, se levantó el edificio de 22 pisos que terminó de darle su perfil. Con el tiempo, el lujoso hotel llegó a tener 550 habitaciones, 650 camas y 700 empleados; asimismo, 4 bares y 5 restaurantes. Uno de estos últimos, el Sky Room, inaugurado el 1 de agosto de 1960 (el día nacional de Suiza) fue el más renombrado. El edificio era de color amarillo-mostaza y sus puertas de vidrio se abrían automáticamente apenas el huésped o cliente pisaba la alfombra roja de la entrada.

Desde el Sky Room se tenía una vista privilegiada de Lima. Era el punto de reunión más animado y exclusivo de Lima. Por ello, los 60 fueron los años dorados del Crillón. Muchos famosos pasaron por allí como María Félix, Charles Aznavour, John Wayne, Nat King Cole, Dorothy Malone, Debbie Reynolds, Cassus Clay o Pelé. Un caso aparte fue la historia del empresario pesquero Luis Banchero Rossi, quien a inicios de los 70, poco antes de ser asesinado, alquilaba todo el piso 19 y vivía allí.

Con el declive del Centro, en los años 70, se fue esfumando la vida nocturna en el Crillón. Pero el hotel pudo sobrevivir gracias, entre otras cosas, a “La Carpa”, donde tocó la Sonora Matancera y cantaron Raphael, Manolo Otero y Miguel Bosé. Fueron muy famosos, por ejemplo, las fiestas de Año Nuevo en “La Carpa” del Crillón; asimismo las cenas de Fin de Año en el Sky Room. Pero con la crisis económica y el terrorismo de los 80, y la invasión de ambulantes por las calles del Centro, la afluencia de turistas y de limeños “noctámbulos” casi desapareció. Hubo el proyecto de trasladar el hotel a otro lugar de Lima pero fracasó. Así, el glamoroso Crillón cerró sus puertas en 1999. Hoy su local está en venta.


El hotel, inicios de los 60

Fotografía del Sky Room del Crillón

Otra imagen del Sky Room
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