Archivo por meses: febrero 2009

Peruvian International Airways

El 15 de marzo de 1946 se dio permiso de operaciones, por Resolución Suprema, a la compañía “Peruvian Intrenational Airways” (PIA) para el establecimiento de un servicio aéreo entre Perú y Canadá. El servicio comprendía las ciudades de Lima y Montreal, como terminales, con escalas en Panamá, New Orleans, Washington o New York, sin perjuicio de futura ampliación a otros países. PIA fue la primera línea aérea peruana que operó vuelos de itinerario entre ciudades de América; su lema publicitario fue: “Peruvian International Airways, La Avenida Aérea de las Américas”. Con PANAGRA operó, especialmente, la costa oeste del subontinente. Sus oficinas principales estaban en Lima. Fue creada con un capital inicial de 4 millones de dólares aportados por inversionistas del Perú, Canadá y Estados Unidos de América encabezados por C. M. Keys, promotor principal de “Faucett”. Hacia 1947, se hizo un aumento de capital a casi 8 millones de dólares. Pero a menos de dos años de su fundación, el 9 de enero de 1949, PIA dejó de operar a consecuencia de la fuerte competencia de PANAGRA, que comenzó a operar sus vuelos de itinerario con el nuevo Mc Donnell Douglas DC-6, equipado con cabina presurizada y radar. Contribuyó también a la quiebra la presencia en el mercado de “Braniff International”, que operaba, al igual que PANAGRA, con costos más bajos que los de PIA. Sin embargo, quedan datos estadísticos interesantes de PIA: fue la primera línea aérea en América en operar el radar en sus vuelos y fue un avión de la PIA en aterrizar un vuelo de línea en el Aeropuerto “John F. Kennedy”, en ese entonces denominado aeropuerto de Idlewild, el 9 de julio de 1948.

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Elmer J. Faucett Clark

En su natal Estados Unidos, fue mecánico de aviación y trabajó como piloto e inventor de aviones “Glenn Curtis” en 1915. A su llegada al Perú, en 1920, trayendo los aviones Curtis, se dedicó a estudiar aviación en la Escuela de Aviación Civil de Bellavista donde obtuvo la licencia nº 001 como Piloto de Transportes. A partir de allí, realizó vuelos sorprendentes: abrió rutas para el correo aéreo y transportes de pasajeros, batió récords y logró ganarse la admiración de los peruanos. Para servir mejor a nuestro país, con el apoyo de algunos empresarios, fundó, en junio de 1928, la compañía que llevó su nombre y, después de 32 años de magnífica labor, encontró la muerte. En efecto, el 10 de abril de 1960, en la tranquilidad de su hogar, ubicado en la calle Daniel Hernández nº 230 de San Isidro, a las 9 de la mañana, dejaba de existir este hombre de fascinante historia. Agobiado por la arterioesclerosis, el señor Faucett murió en forma instantánea, víctima de un derrame cerebral, pese a los esfuerzos de las enfermeras por socorrerlo; tenía 69 años. Sus restos reposan en el Cementerio Británico de Bellavista. En vida, Fawcett testó que su fortuna, representada por el 38% de las acciones de la compañía, pasaran íntegramente a la Fundación “Elmer J. Faucett”, la que cuidaría de sus hermanas Nelly y Lila, ambas solteras y residentes en Savona, estado de New York, de donde era oriunda la familia. Esta fundación también otorgaba becas a los estudiantes peruanos que desearan perfeccionarse en el extranjero como pilotos, mecánicos y otras actividades conexas a al aviación. También otorgaba becas y medias becas a jóvenes peruanos carentes de recursos que desearan estudiar aviación en el país.


Elmer J. Faucett

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FAUCETT

El 16 de septiembre de 1928, a las 8 de la mañana, decolaba de “Las Palmas” el avión monomotor “Stinson-Detroiter” piloteado por Elmer J. Faucett Clarck rumbo a Chiclayo y Talara. Se iniciaba el servicio aéreo de pasajeros y correspondencia en al Costa Norte, ya que Faucett había sido autorizado a operar el 4 de junio de 1928. Así nacía la compañía de aviación “Faucett”. La compañía se inició con un avión biplano de 3 plazas tipo “Monocoque”, otro avión de 4 asientos tipo “Fairchild” y dos aviones “Stinson-Detroiter”. Su sede pasó al Campo de santa Cruz donde se construyeron aviones denominados “Faucett” para el servicio de pasajeros y carga comercial. En 1946, la compañía tenía 3 aviones “Douglas” DC-3 y en 1953 contaba con 6 aviones “Faucett”, 7 aviones “Douglas” DC-3 y 4 aviones “Douglas” DC-4.

Iniciados los vuelos regulares, “Faucett” compró aviones Stinson Detroiter para cinco pasajeros y buscó un terreno ubicado en lo que entonces eran las afueras de Lima, donde construyó el Aeródromo de Santa Cruz, que disponía de una pista de aterrizaje de 700 metros, un terminal para los pasajeros y los talleres de mantenimiento, que fueron inaugurados el 17 de agosto de 1929. Al poco tiempo, se inició la fabricación de aviones, derivados de los Stinson Detroiter, conocidos como Stinson Faucett, que asimilaban la experiencia adquirida durante los primeros años de vuelos por el Per, con varias modificaciones para mejorar su rendimiento. Se fabricaron más de 30 (el último operó hasta 1975 en la escuela de Aviación Civil del Perú, en Collique). Mientras tanto, el aeródromo de Santa Cruz hervía de actividad aeronáutica: pasajeros y carga saliendo y llegando del norte y sur del país, fabricación de nuevos aviones, mantenimiento de los antiguos; inclusivo había aviones privados y de otras empresas que también usaban estas instalaciones.

Entre sus vuelos más emblemáticos podríamos mencionar:

a. Servicio para pasajeros y correo entre Lima-Talara (15-IX-1928)
b. Primer vuelo redondo Lima-Arequipa-Lima (18-IX-1929)
c. Primer vuelo sin paradas Lima-Arica con regreso al día siguiente (5-III-1930)
d. Primer vuelo sin paradas Lima-Cajamarca con regreso al día siguiente (12-III-1930)
e. Primer vuelo directo Lima-Santiago de Chile en 16 horas (4-IV-1931)
f. Primer vuelo a Yungay para explorar el Callejón de Huaylas (11-VII-1932)
g. Primer vuelo con pasajeros Lima-La Paz y luego Lima-Quito (15-XI-1932)
h. Primer vuelo con pasajeros y correos a Yungay (12-XII-1932)
i. Primer vuelo comercial a Ayacucho conduciendo un lote de terneros (1-XI-1935)

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, Faucett empezó a comprar aviones de carga excedentes del conflicto (Douglas C-47 y C-54), los que aterrizaron en Santa Cruz y fueron reconvertidos en excelentes aviones de pasajeros. Pero con el aumento de tamaño de los aviones y del movimiento de pasajeros, la empresa se vio obligada a trasladarse al Aaeropuerto de Limatambo en 1948, con sus talleres. El histórico “Campo de Santa Cruz” fue desactivado, lotizado y vendido a principios de los años 50.

En 1953, en sus festejos jubilares, “Faucett” destinó uno de sus aviones para pasear sobre Lima a 200 niños y niñas del “Puericultorio Pèrez Araníbar” durante 40 minutos cada vuelo. También ofreció un vuelo de placer Lima-Arequipa, con agasajos y atenciones, a periodistas y funcionarios de radio. Asimismo, el señor Elmer Faucett, en mérito a sus importantes servicios, fue condecorado por el Gobierno con la “Orden del sol del Perú” y la “Cruz Peruana de Aviación”, aparte de muchas medallas de oro y diplomas otorgados por diversas instituciones del país.

En 1965, la compañía se traslada y construye sus talleres de mantenimiento en el nuevo Aeropuerto Internacional de Lima Callao. En 1968, la compañía renovó su flota al comprar sus primeros jets. Ya por estos años, los colores de la compañía estaban grabados en la memoria de los peruanos (“La Naranja”) y se le reconocía como la “Primera Aerolínea del Perú”. En 1973, la compañía registró el más impresionante récord en la historia de la aviación comercial en el Perú al totalizar más de medio millón de horas de vuelo cubriendo las rutas aéreas del país.


Avión diseñado por Elmer Faucett

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PANAGRA

El 13 de septiembre de 1928, a las 10:45 de la mañana, decolaba en el antiguo hipódromo de Santa Beatriz, ante la presencia del presidente Augusto B. Leguía, un avión monomotor “Fairchild” rumbo a Talara, en su primer vuelo de itinerario, cubriendo una distancia de 600 millas en poco más de 6 horas. El avión, con 3 pasajeros, bajó en Casma, Trujillo, Pacasmayo, Pimentel y Paita para reaprovisionarse. El capitán norteamericano John J. Harris fue el “creador” de esta nueva línea aérea: la “Pan American Grace Airwais Incorporated”, llamada inicialmente “PAGAI” y luego “PANAGRA”, era una fusión de la firma “W.R. Grace y Cía” del Perú con la “Pan American Airways INC” y la “Peruvian Airways Corporation”. Así nació PANAGRA y el Perú se convertía en cuna de la aviación comercial en Sudamérica. En 1952, la compañía obtuvo el premio de Seguridad conferido por el Consejo Interamericano de seguridad. Aparte de las rutas nacionales, esta compañía unía Lima con otras ciudades como Panamá, Bogotá, Miami, New York, Montevideo, Santiago, La Paz y Río de Janeiro.


Fuente: skyscrapercity.com

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Quispicanchi, Cuzco: las lagunas de Urcos y de Huarcapay

La laguna de Urcos.- Ubicada a corta distancia de la localidad del mismo nombre, es uno de los parajes más bellos de la provincia de Quispicanchi, y encierra una leyenda basada en que el Inca mandó sumegir una inmensa cadena de oro para evitar que fuese robada por los conquistadores españoles. La laguna es de forma circular, de 400 metros de largo y de color azul verdoso. Alberga una variedad de peces entre los que destacan el carachi y la trucha, lo que atrae a las gaviotas. Se recomienda observar el paisaje que ofrece la laguna desde la capilla de Kaninkunca, pues este pequeño templo ha sido levantado sobre una colina desde la que se la puede dominar.


Laguna del pueblo de Urcos

La laguna de Huarcapay.- En el distrito de Lucre, a 40 minutos del Cusco, los amantes de la pesca deportiva y la ecología podrán disfrutar de las bondades de la laguna de Huarcapay, ubicada al borde de la carretera. Es un excelente lugar de distracción, ya que su extensión de 1 kilómetro de largo por 500 metros de ancho permite hacernos una idea de las lagunas de la sierra meridional del Perú. Allí, de abril a octubre, el viajero puede descansar oyendo el graznido de los patos silvestres, realizando paseos en bote y en bicicletas acuáticas, y por supuesto pescando truchas. La laguna cuenta con la facilidad de ofrecer al turista alojamiento y alimentación en una hostería levantada en sus orillas.


Laguna de Huarcapay

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Quispicanchi, Cuzco: la iglesia de Huaro

La iglesia de San Juan Bautista de Huaro es de una sola nave, techo de tijeral y tiene coro alto. El templo fue decorado en 1802 por Tadeo Escalante, mestizo de Acomayo, quien adornó a pincel todo el recinto con coloers muy andinos. En el muro de la Epístola pintó entre otros murales un Santiago Matamoros, a San Alberto Magno con facetas de su vida y la Adoración del Niño Jesús y, ya en el sotacoro, el Infierno con Luzbel satanizado en su trono y los cuerpos desnudos de los condenados. Este cuadro es notable por los suplicios de tales condenados (entre los que hay obispos y frailes), por su variedad de demonios, por sus animales monstruosos y por los castigos especiales a los lujuriosos, ébrios y calumniadores, habiendo también la gran rueda garfiada para los mal culpados y un desfile final de las almas perdidas desde las escaleras hirvientes a la boca del dragón que oficia de puesta definitiva del Averno. Hay cintas parlantes de color blanco y fondo rojizo y oscuro conforme a un ambiente infernal.


Iglesia de Huaro

En el mismo sotacoro, al lado de la portada está la muerte del pobre y la muerte del rico, y al otro lado, pasada la puerta, El Arbol de la Vida y la Campana de la Muerte, esta última tañida por Cristo mientras su Madre intercede y un esqueleto termina derribando el árbol con un hacha. También en el sotacoro, esta vez en el muro del Evangelio, está la Resurrección de los Muertos el día del Juicio Final, apreciándose la puerta del Cielo, la boca del dragón (la puerta del Infierno) y la presencia del Purgatorio. Siguen la escena del Descendimiento de la Cruz y del Triunfo de la Muerte, representada ésta por un esqueleto con guadaña y reloj de arena.

Sobre los arquillos del sotacoro está pintada la Coronación de la Virgen. Todo es pintura pueblerina pero de hábil pincel muralista, subiendo los decorados por las paredes hasta la techumbre de la iglesia, para culminar en un artesonado pintado sobre el presbiterio que es anterior a la obra de Escalante.

El altar mayor es barroco, dorado, no rico en tallas pero con el frontal, sagrario, gradillas y tabernáculo forrados de plata. Hay en el muro del Evangelio un altar renacentista advocado a la Virgen de los dolores entre cuatro estatuillas de santos. Es obra primorosa y se remonta a fines del XVI o inicios del XVII.

Finalmente, el púlpito también es de corte renacentista, pero luce muy remozado. El coro alto, por último, posee un órgano policromado de tubos que tampoco debe pasar inadvertido.


Interior de la iglesia de Huaro

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Quispicanchi, Cuzco: la iglesia de Oropesa

La iglesia de San Salvador de Oropesa es toda de piedra, con techumbre de tijeral y espadaña de seis arquillos. Sobre el arco de medio punto hay un balcón con balaustres verdes de madera; la fachada tiene hornacinas pintadas con figuras de Papas, obispos y Doctores de la Iglesia; en algún lugar se lee: “Alabado sea el Santísimo Sacramento”.

Su altar mayor es barroco, tallado y orificado, de tres cuerpos y cinco calles, todas con imágenes antiguas o pinturas en lienzo. Destaca de modo peculiar su frontal de plata labrada con motivos ornamentales.

El púlpito es barroco, de color nogal, con cátedra de cinco paneles cuyos nichos alojaron a los Evangelistas y probablemente a la Virgen (pues hay dos imágenes desaparecidas) separando a los paneles columnillas salomónicas. A esta cátedra la sostienen tres tenantes -tres barbados y tres lampiños- terminando ella en un florón. El tínoano es la puerta del púlpito y tiene la efígie de un santo, al parecer Apóstol, con un libro en la mano izquierda y que debió tener una pluma en la derecha. El sombrero o tornavoz luce bien trabajado, tiene cresterías crispadas, linterna o templete, y un Cristo Salvador predicando.

Los altares laterales son cuatro y renacentistas, igual que un retablillo con un lienzo del crucificado frente al púlpito y otro pintado en el muro de la epístola. Hay frisos altos y bajos, pintura decorativa que se esmera en correr a lo largo de la iglesia, especialmente en el coro alto, sotacoro y baptisterio. Es templo que merece visitarse con detenimiento en razón de sus antigüedades y obras de arte.


Iglesia de Oropesa (inkas.com)

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Quispicanchi, Cuzco: la iglesia de Andahuaylillas

Es notable por sus pinturas decorativas. Está entre el Cusco y Urcos, en un lugar lleno de pintoresquismo y sabor. La fachada es de poco ver, salvo las pinturas murales borrosas, el balcóncillo gracioso y el campanario de ocho arquillos coronados de tejas.


Iglesia de Andahuaylillas

Ingresamos al templo advertimos que es de una sola nave, aunque amplia. Su retablo máximo es barroco y recubierto de oro, de tres cuerpos y tres calles, con imágenes de bulto y ricos lienzos. El sagrario, el tabernáculo y las gradillas son de plata trabajada. Tiene ocho columnas salomónicas y algo de espejería. Es retablo impresionante.

Sobre el presbiterio se abre el gran artesonado con vigas cruzadas y motivaciones mudéjares, policromadas y critificadas. Estas vigas, todas bien dispuestas, dejan ver los artesones pintados cn muchos matices y oros. Es artesonado de ocho paños, alargados los dos laterales y complicadísimo el que cae sobre el altar mayor. Cuatro pares de lienzos con marcos renacentistas terminan de adornar este sector.

La techumbre también tiene ornamentación pictórica. Exhibe rombos blancos con dorados florones en su centro entre rojos y azules intensos. El techo es muy hermoso. Consta de tres paños cruzados por dobles vigas cargadas de flores policromadas y doradas de fondo de rojo sangre. Se descubre los troncos de la techumbre recubiertos con el yeso y decorados a pincel. Toda la decoración es de un mudéjar andinizado.

Existen dos altares barrocos delante del presbiterio. Son labrados y dorados: el del Calvario, en el muro de Evangelio, con esculturas de bulto, y al frente suyo, en el muro de la Epístola, el de San Pedro Papa, con imagen de vestir. Cada altar tiene tres cuerpos y tres calles, ambos son de notables entalladura.

El púlpito es renacentista, con cuatro paneles que contiene a los Evangelistas, pero en el correspondiente a San Marcos hay un medallón pre-barroco con un clérigo arrodillado ante el Papa. Ignoramos el significado. El tímpano ha perdido su efígie central y solo conserva el marco entre columnas, por lo que el fondo es un búcaro con flores pintado al fresco en el muro. Un cáliz y una hostia coronan el tímpano en alto relieve dentro de un medalloncillo cerrado y elíptico. El tornavoz, finalmente, es de seis lados formando pirámide, habiéndose perdido el santo de la cimera o coronación. Todo el púlpito es azul y oro.

Las pinturas murales sobre el zócalo retratan a vírgenes y mártires en medallones separados por bustos de mancebos con cestos de frutas en la cabeza y el medio cuerpo inferior foliáceo, todo sobre fondo rojo ladrillo. Destacan en los medallones las santas Cecilias, tocando el organo, Margarita, con el demonio encadenado, Lucía, con ojos en una fuente, Bárbara, con la torre llameante a su lado, Eulalia, con los pechos cercenados en una bandeja, y unas pocas más. Todas se deben al pincel de Luis de Riaño.

El baptisterio presenta una portada con inscripciones pintadas en quechua, aymara, puquina, castellano y latín. La portada, obra de pincel, simula dos pilastras y un arco que en cada riñon alberga un amorcillo, luciendo la parte alta, entre anforas , dos angelitos con una vela encendida cada uno, sosteniendo un medallón a modo de tenantes laterales. Esta portada también la pintó Riaño. La puerta frontera a la bautismal lleva ala torre de la Epístola y están sus dos hojas pintadas lindamente. El sotacoro tiene un artesonado, asimismo a pincel, con florones crucíferos entre vigas y vigillas, y en los muros hasta seis hatos de frutas.

Las puertas laterales del templo muestran mancebos con alas en vez de brazos y medio cuerpo escamado y medio cuerpo en forma de pez. Hay en los intradós de las portadas bellas follajerías y afuera, con los tritones, rombos con flores en su interior y hojarascas fuera de ellos.

Los ocho lienzos que se advierten en lo alto de los muros son grandes y bien hechos. Reflejan los temas en forma variada, por lo que pueden verse en ellos la Pesca milagrosa, la predicación del Bautista, la Conversión de Saulo y otros episidios mas difíciles de identificar.

Quedaría solamente reparar en el mobiliario. Resaltan en el templo viejas bancas de color rojo bermellón con coronación verde y oro, dos confesionarios que parecen datar del siglo XVII y, en el coro alto, un par de organos de fuelle con las hojas de sus portezuelas pintadas. En el órgano mayor hay arcángeles músicos que se inspira en Bernardo Bitti, en el órgano menor están el Rey David con el arpa y santa Cecilia, la patrona de los músicos, con un organo de tubos. Al salir del templo despiden al visitantes los Caminos de la Vida, pintura alegórica y moralista a los lados de la puerta principal que muestra a los hombres la Ruta del Cielo y la Ruta del Infierno.


Interior de la iglesia de Andahuaylillas

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