Una torpeza. Una profunda y absurda falta de tino completamente. Siendo más suspicaces, una confrontación nada sutil.
Fuente: Punto Edu 172, lunes 5 de abril de 2010
¿Qué motivaría al actual capellán de la PUCP a decidir que sacerdotes respetados, queridos y reconocidos por la comunidad universitaria ya no podrán realizar misas en el CAPU (Capilla de la Universidad) durante todo el año?
«Esta situación no se debe a ninguna decisión propia, sino a la decisión inconsulta y a la comunicación que nos ha hecho llegar el actual capellán de la universidad». Con estas palabras que denotan incomprensión y enojo – muy justificado -, el R.P Jeffrey Klaiber, R.P Rómulo Franco, R.P Luis Fernando Crespo, nos explicaron por qué ya no darán misas en el CAPU.
Interpretaré las cosas como un desatino completo de parte del capellán. Y una falta de respeto y de consideración con los sacerdotes y también con la comunidad del CAPU que acostumbra a oir misas con ellos.
Se trata del rompimiento cruel con el espíritu de comunión de las Pascuas – irónicamente propiciado por el capellán de la universidad – y para mí, es la situación más absurda que estas cosas las tengamos que sufrir incluso en la universidad, que nos remite directamente al anhelo de búsqueda de la verdad, de la belleza, de lo bueno, en tolerancia y humanidad; y precisamente en unos tiempos de renovación de la esperanza, de júbilo… del Aleluya por el Resucitado.
¡Qué absurdo me sabe todo esto! Sinceramente parece un mal sueño.
Cuán poderoso y confrontador se sentirá una persona recién llegada a nuestra Comunidad Universitaria para excluir del CAPU a un Decano (Franco), a un profesor que dicta hace décadas en nuestra universidad (Klaiber), ¡y al mismísimo Jefe del Departamento de Teología! (Crespo) con el que se supone debería primar la más cordial y fluida de las relaciones por la labor que desempeñan.
Ricardo Sifuentes
A mi me sorprende completamente cómo se están llevando las cosas. ¿Qué hay detrás de todas estas acciones? ¿Cuál es el mensaje que está dando el capellán del CAPU – designado por el Arzobispado de Lima – a las autoridades de la PUCP?
De provocación, no hay duda.
Mi indignación es fruto de muchas de mis dimensiones personales: como participante – en algún momento de mi vida – de la vida pastoral del CAPU; como miembro de la comunidad de la PUCP y también como creyente católica practicante. Y en todas ellas me siento decepcionada, dolida e inexplicablemente aturdida por esta desafortunada decisión del capellán del CAPU.
¿Qué pasará después? ¿Esta decisión cuenta con el apoyo del Arzobispado de Lima, es decir con el Cardenal Juan Luis Cipriani?
Probablemente… yo no lo sé. Mi mala suspicacia me dice que sí y que todo este mal embrollo se debe al eterno – y angustiante – lío entre la PUCP y el Cardenal.
Y esta reacción me sabe a trágico berrinche con lamentables consecuencias para la comunidad del CAPU… mejor dicho, para todos.
Esta es mi percepción y mi interpretación de los hechos.
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