Archivo por meses: marzo 2010

(co)incidencias en colegios, universidades… y autores

– oye, pero tú sí eres un i 100%… para usar el buzo todavía…

– ¿y tú? ¿No usas acaso la cadenita?

– Hace un año me asaltaron viniendo de la u y ya no la uso porque temo que me la roben. Es demasiado importante para mí.

– ¿Qué? ¿Los dos son i? Pffff ¡no hay forma! En el lugar que menos espero encontrar i, siempre aparecen. ¡Son un karma!

– ¿Qué tienes en contra de los i? A ver… explícate… para mí que por ahí hay algún resentimiento.

– Bueno no lo sé, supongo… ¿quién sabe? Pero siendo sincera, no negaré que tengo una gran simpatía y respeto por el espíritu de cuerpo que tienen… ¡qué bestia! Practicamente son hermanos que se encuentran – en el peor de los casos… ya que siempre se ven – cada 8 de diciembre.

– ¡Por supuesto pues! ¡i corazón!

– No sé si lo que realmente tengo es una sana envidia por vivir algo así: una hermandad. Es como si el cole te marcara…

– Y tú, ¿de qué cole eres?

– Oh mi cole… errr… ya, mi cole desapareció. Se volaron su historia, su tradición, los recuerdos… todo por construir un edificio de Mi Vivienda encima. ¿Podemos cambiar de tema? – dije entristecida.

– Jajaja – lo siento. Te pasan cosas bien graciosas a ti.

– La vida es una irónica y una inoportuna…. ¡eso es la vida!

Leer más »

sueños despiertos

– ¡Momento! ¡Silencio todos! Porque Diana va a hacer su pregunta ya que siempre tiene una pregunta… siempre. Diana, por favor…

¡Oh sí! Siempre esperé este momento. Como si toda mi vida hubiera estado interpelada por este preciso espacio y este preciso tiempo…. oh mon Dieu!

– ¿Existe el dios del destino?

Silencio absoluto. ¿Tenía mi pregunta sentido? En mis reflexiones, por su puesto que sí. Si «la justicia consiste en dar a cada quien lo suyo», de acuerdo a lo que Céfalo dijo e hizo: porque luego, él se alejó y se fue para terminar su sacrificio. Ello me da un indicio de que con ese acto no solo estaría haciendo un agradecimiento, sino que también podría estar haciendo un pedido acuciante, que le asegure que sus deseos serán vistos con buenos ojos por su dios, y que finalmente, podrá conseguir lo que anhela…. precisamente porque hizo ese sacrifico. Y aquí está el por qué de mi pregunta: ¿y el destino? ¿quién puede controlar al destino? ¿acaso se le puede controlar con sacrificios?

Desperté entonces de mi sueño despierto. Ahora él estaba en la parte donde se habla de la justicia como «el hacer bien a los amigos y mal a los enemigos.» Nuevamente él hizo un silencio cómplice, el tiempo se detuvo una vez más y todo comenzó de nuevo…

– ¡Momento! ¡Silencio todos! Porque Diana va a hacer su pregunta ya que siempre tiene una pregunta… siempre. Diana, por favor…

Dicen los entendidos que cuando se detiene el tiempo, los momentos sucesivos pasan rápidamente, como una vorágine, para recuperar el tiempo perdido. Mis interminables sueños despiertos no hicieron más que apurar el tiempo, ese tiempo que yo quería que pasara lentito, para poder disfrutarlo y saborearlo más, porque me quedaba en todo mi ser, el sabor de interminables preguntas todavía por hacer y por pensar…

En aquella dimensión del mundo de la vida llamada realidad, él me contó luego que por aquellos tiempos el destino tenía el rostro de la divinidad, mas no era dios, ya que «incluso los hombres y los dioses estaban a merced del destino.» Del moira (μοῖρα). Pero que de todas formas, también le hacían sacrificios. ¿Con qué sentido? – pregunté.

Poco a poco me iba adentrando dulcemente en el cuento y en el ensueño, en el mágico tejido de pensamientos de la época, de pronto, tuve que interrumpir la narración. En aquella dimensión del mundo de la vida llamada realidad existen las necesidades fisiológicas. La ciencia no ha creado todavía el pañal que valga la pena usar para viajar al pasado. Las ishpateras como yo, todavía seguimos esperando.

Leer más »

Prejuicios

– Si dejaras saber que tú eres abogada irías a la cárcel por usar esa falda

– ¿Qué?

– ¡Es muy bonita!

– Tú también entonces. Los ingenieros no usan faldas así como la tuya

– Tan cortitas no? Pues… ¿qué te puedo decir? Entre tu falda y mi falda podemos hacer el coctel de las excepciones. Pero, dale…. sincérate. Tú eres antropóloga o socióloga. Las abogadas no se visten así.

– Sincérate tú… tú eres… errr… ¡los ingenieros no usan mini!

– ¡Vestos prejuicios!

* * *

– Pero insisto, es raro verte aquí.

– También es raro verte a ti aquí

– ¿Y qué hacen los abogados?

– La mayoría litiga

– Uy, eso me gusta… ¿con látigo?

– Jajaja… cuando cobramos

«Si dejaras saber que eres un poeta, irías a la comisaría»

Martin Adán

Leer más »

Con dedicación

Esta canción va dedicada a las personas que me hacen ver las cosas importantes de la vida, con su sonrisa, con su mirada, con sus preguntas, con sus dudas y con su ternura… muchas veces, simplemente lo hacen con su presencia. Estas personas me recuerdan lo fundamental de la vida… en las cosas simples de la vida. Casi siempre no saben siquiera el efecto que causan en mí porque aparentemente mi silencio no dice mucho… pero yo confieso que mi silencio dice más que miles de palabras, es sólo que él habla muy quedito, calladito… susurra en el oido, para los que realmente quieran escucharle.

Et il revint vers le renard :
-Adieu, dit-il…
-Adieu, dit le renard. Voici mon secret. Il est très simple : on ne voit bien qu’avec le coeur. L’essentiel est invisible pour les yeux.
-L’essentiel est invisible pour les yeux, répéta le petit prince, afin de se souvenir.
-C’est le temps que tu a perdu pour ta rose qui fait ta rose si importante.
-C’est le temps que j’ai perdu pour ma rose… fit le petit prince, afin de se souvenir.
-Les hommes ont oublié cette vérité, dit le renard. Mais tu ne dois pas l’oublier. Tu deviens responsable pour toujours de ce que tu as apprivoisé. Tu es responsable de ta rose…
-Je suis responsable de ma rose… répéta le petit prince, afin de se souvenir.

Antoine de Saint-Exupéry. Le Petit Prince

«que el amor es simple – dice el poeta…
y a las cosas simples las devora el tiempo.
Pero yo espero que no sea así.
C’est mon bel espoir»

Leer más »

Arco iris

Al día siguiente seguí pensando en la cuestión anterior. Al parecer había influido tanto en mí, que me cruzaba con cositas en las cuales podía encontrar relación con lo reflexionado previamente. Sucedió entonces, que mientras caminaba por el parque, me percaté del vaivén de las hojas de los árboles al viento… eso no es lo novedoso, ya que siempre encuentro belleza en las hojas que se mueven al viento. Lo curioso era que las hojas del árbol estaban ubicadas en un lugar muy alto y que mientras las miraba embelesada, casi como que me perdía en su baile acompasado, vi en la parte de atrás, en el cielo, el arco iris.

Y me quedé boba mirándolo. Los niños que jugaban en el parque todavía no se percataban de su presencia. Temía moverme, porque creía que si lo hacía, mi arco iris desaparecería… y digo “mi” porque sentía que esta revelación me la habían hecho a mí… circunstancialmente, pero era una revelación al fin y al cabo.

La anterior vez, había visto el arco iris en la noche en un banner colgado en una casa. ¿Por qué alguien colgaría un banner con un arco iris en su casa? Ni que fuera un nido. Luego de aquella vez, sacaron ese banner y ya no lo volví a ver por el vecindario. Esta vez, en cambio, había un arco iris verdadero en el cielo de un atardecer…. y definitivamente la realidad era muchísimo mejor que su representación.

¿Cuánto tiempo dura un arco iris en el cielo? Quién sabe… decidí quedarme a difrutarlo hasta que pueda. Una presencia como esa es extraña aquí en Lima. Poco a poco el arco iris se develaba más perfectamente como un arco circular y con colores más sutiles y bellos. ¡Qué belleza!

La ciencia ha logrado explicar la presencia de los arco iris como fenómenos meteorológicos y ópticos donde se nos habla de la luz, de la lluvia y de ángulos ópticos. Y sin embargo, en un arco iris, yo no sólo encuentro un fenómeno meteorológico, sino que para mí también hay una dimensión mística que involucra los mitos que me contaban de pequeña respecto a los arco iris, también recuerdo el relato de la promesa de Dios hecha a Noé luego del diluvio universal. Un arco iris también me recuerda al Milagro luego de las lluvias… y no puedo dejar de conmoverme al verlo nuevamente.

Finalmente los niños se dieron cuenta del arco iris. ¡Un arco iris en el cielo! ¡Mira! Lo interesante es que los adultos lo miraron, se emocionaron y continuaron con su caminata y con el rápido vaivén cotidiano. Cuando los niños descubrieron el arco iris, se quedaron mirándolo largo rato. Al parecer, es muy cierto eso de «que los niños poseen con frecuencia una genialidad que pierden cuando crecen.» [1] Ajhá, así que los benditos tienen muy desarrollada su capacidad de asombro, no? Interesante…

Yo no soy el resultado o encrucijada de las múltiples causalidades que determinan mi cuerpo o mi «psiquismo»; no puedo pensarme como una parte del mundo, como simple objeto de la biología, de la psicología y la sociología, ni encerrarme en el universo de la ciencia. Todo cuanto sé del mundo, incluso lo sabido por ciencia, lo sé a partir de una visión más o de una experiencia del mundo sin la cual nada significarían los símbolos de la ciencia. Todo el universo de la ciencia está construido sobre el mundo vivido y, si queremos pensar rigurosamente la ciencia, apreciar exactamente su sentido y alcance, tendremos, primero que despertar esta experiencia del mundo del que ésta es expresión segunda.[2]

[1] KJ. La F desde el punto de vista de la E. ¿Qué es la F?
[2] MP; F de la P, avant-propos
Leer más »

Ají

– todo lo que me dices me hace recordar a algo que leí hace mucho tiempo.

– querida Diana… lo lamento, pero tengo un lapsus, y espero que no te ofendas por eso. No recuerdo cuál es tu carrera. Pero estoy seguro de que no es de ciencias sociales…

Sonreí, me conmoví y luego me reí profundamente y durante largo tiempo… Pero eso no es ninguna ofensa md!… todo lo contrario.

– pero regresando a lo que te decía que me habías hecho recordar. Había un cuentito que hablaba sobre un experimento: habían colocado a un elefante en un cuarto oscuro, y ahí habían invitado a cinco personas para que lo tocaran y dijeran cómo era el animal que estaba adentro. El que tocó la trompa, decía que el ser vivo era largo, tibio y húmedo al final; el que palpó sus colmillos decía que era un ser puntiagudo al final, largo y curvo… y así sucesivamente. Cada uno palpó diferentes partes del elefante y en base a estas apreciaciones -en la oscuridad- creía formarse una idea de como era el ser vivo que estaba en el cuarto oscuro. Obviamente todas las interpretaciones fueron distintas, y sin embargo, se trataba del mismo ser en cuestión.

– Interesante… esto tiene que ver con lo que te decía sobre las ciencias que estudian al hombre

– Sí, exacto, cada una abarca su propio campo de estudio… y sin embargo, nunca pueden llegar a fondo sobre qué es el hombre en toda su totalidad, sino parcialmente, en determinadas dimensiones. El asunto es inacabable y hasta inatacable, si quieres.

Esos anticuchos con ají estaban buenísimos…. y el choclito, ¡qué choclito! Me puse roja, como siempre me pongo cuando como ají en cantidades abundantes, sonreí nuevamente por la gran felicidad de comer anticuchos. Y recordé que no podía recordar bien qué michi era lo que había leido la otra vez sobre la ciencia. Puse mi cara de limón creyendo que así me vendrían las ideas y la inspiración

– Mucho ají…

– Eso… pero no recuerdo lo que él dijo sobre la ciencia. Me encantó como lo dijo… a ver si me acuerdo en algún momento…

Su voz resonó suave, dulce, lenta e implacable…

La ciencia no tiene, no tendrá nunca, el mismo sentido de ser que el mundo percibido, por la razón de que sólo es una determinación o explicación del mismo. Yo no soy un «ser viviente» , ni siquiera un «hombre» o una «conciencia», con todos los caracteres que la zoología, la anatomía social o la psicología inductiva perciben en estos productos de la naturaleza o de la historia: yo soy la fuente absoluta , mi existencia no procede de mis antecedentes, de mi medio físico y social, es ella la que va hacia estos y los sostiene, pues soy yo quien hace ser para mí (y por lo tanto ser en el único sentido que la palabra pueda tener para mí).

MP; F de la P (avant- propos)

Leer más »

Amo tu cuerpo… y también tu alma

– Pero… pareciera que existiera una suerte de desdén por el cuerpo, por el mundo… por la cotidianidad. Como si lo que valiera más fuera el alma. Ellos mismos hablan de un elevarse. Esa catábasis de la que hablas cuando ellos «bajaron» a Pireo.

– Bueno, es una de las críticas que les hacen a los griegos… esta dualidad del cuerpo/alma es herencia de los órficos. Incluso en la alegoría a la caverna se aprecia ello: quien sale es el alma. ¿y el cuerpo?

– Bien gracias…. pura morondanga el cuerpo… pobre cuerpo.

– Pero todo cambia recién en el siglo XX con Husserl y luego con Merleau-Ponty, quien aborda con mucha maestría el tema del cuerpo. Pero el eterno conflicto cuerpo-alma está ahí latente, desde los griegos.


Ay con los griegos… tan bonito y bueno que es el cuerpo. Porque yo amo tu cuerpo… y también tu alma bien sûr…

♫ tu cuerpo, me gusta tu cuerpoooo oh oh oh ♪

Gracias Sr. Montt Leer más »

Here comes de sun turururu…

 width=

♫ Me basta con que esté presente
tu alma y que me espere.
Tu cuerpo puede estar ausente,
pero que tu alma esté al final del puente
de cabellos, de vida y de suerte…
Eh, eh, eh, eh, eh…♪

– ¡Pero el cuerpo es fundamental!

– «Comunicar interiormente con el mundo»… Sí lo sé. Pero ese es mi consuelo. Y si no me dejas cantar la canción que me consuela me voy a poner a llorar. Y yo lloro, sin roche… y te hago roche.

– Bueeeeeeeeeh…

– Sí… es el colmo del patetismo… lo sé

«Ser una experiencia es comunicar interiormente con el mundo (…) y los otros, ser como ellos, en vez de estar al lado de ellos» (MP; 1985)

La caricatura es de Juanjo Sáez
La canción es de Caroline Cruz y puedes escuchar su disco “Velocidad” aquí
La frase es de MP
El diálogo… es una inspiración… (cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia).
Leer más »

No mueras, te amo tanto…

Masa

Al fin de la batalla,

y muerto ya el combatiente, vino hacia él un hombre

y le dijo: “No mueras, te amo tanto!”

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:

“No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!”

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,

clamando: “¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!”

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,

con un ruego común: “¡Quédate, hermano!”

Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra

le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;

incorporóse lentamente,

abrazó al primer hombre; echóse a andar…

César Vallejo
España, aparta de mí este cáliz [1937]

Leer más »

Fresco y tres oh

– ¿Y has oido hablar de él?

– Oh sí…. pero no quisiera sonar descortés… yo siento que sus argumentos son taaan “tangenciales”

– Oh Diana… eres tan intolerante… ¿qué tienes en contra del pensamiento débil?

– Oh md! Tú eres el colmo del cinismo… ¡qué bestia!

Leer más »