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Ahí estás tú

Estás en el viento que mueve las ramas de los árboles y me acaricia el alma, estás en esos animalitos chiquititos que me hacen cosquillas cuando se suben por mis piernas. Estás en la arena de mis sandalias y cuando canto al cielo. Estás en esas nubes blancas, acolchonaditas y almidonadas, y cuando también veo tu sonrisa en el cielo celeste…

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FELIZ DÍA MAESTROS Y MAESTRAS!!!

(Recomiendo leer este post escuchando cualquiera de las canciones en los videos abajo mostradas)

A lo largo de mi hermosa experiencia de voluntariado en el ISTPEM Instituto Superior Tecnológico Público El Milagro y en el CAEM Colegio Agropecuario El Milagro, ambos de la gran y bella familia del Programa de Educación Rural Fe y Alegría 47 Iquitos – Perú, he conocido a personas admirables, llenas de amor por la vida y por los seres humanos, con gran capacidad de servicio, con un agudo sentido del humor, con música en el alma, y alegría en el corazón.

No tengo palabras para describir el profundo amor que motivaron en mí y la gran admiración que, aún hoy, luego de tanto tiempo, todavía les profeso. Me siento honrada de decir que tengo el orgullo de decir que conozco a verdaderos maestros, con amor por sus alumnos y con gusto por su trabajo.

En este día, el Día del Maestro, quisiera homenajear a mis amigos, a los Maestros del Programa de Educación Rural Fe y Alegría 47. Y también agradecer al Prof. Julio Paredes Gallo, quien me mostró una forma más humana, más llena de respeto y cariño en la forma de enseñar y formar a los seres humanos en el colegio. En él descubro una gran pasión por la enseñanza y por la vida.

Quiero agradecer también a todos los grandes maestros que pude conocer en esta experiencia maravillosa que ha marcado mi vida hasta límites insospechados: a la maestra Violeta Rodríguez Gonzáles, al maestro Marco Antonio Gonzales, a la maestra Margelems Villarán, a la maestra Redelinda Ramos, a la maestra Paola Rodríguez, al maestro Carlos Zumba, al maestro Carlomagno Pezo, al maestro Ricardo Aricara, al maestro Paul Bardales, al maestro Tenoy Tuanama, al maestro Dante Murrieta, al maestro Carlos Alberto Rengifo, al maestro Ivan Salazar, a la maestra Maritza, a la maestra Jannet. Y también al Director del CAEM, el profesor Daniel Arirama, quien siempre dio muestras de amistad, simpatía y amabilidad.

Gracias Maestro Napoleón Sanchez, por su amistad, amabilidad, afecto y profunda reflexión sobre el Perú. Y mi admiración y simpatía para la maestra Katty Salinas, que cuando la conocí estaba trabajando en el Colegio El Huambé en el Km 50 de la carretera Iquitos – Nauta.

Ustedes me llenan de amor y alegría por la vida, porque considero que la labor de un maestro es una de las más elevadas. Para ser maestro, debes tener vocación de amar, ayudar, de servir. Cada vez que los recuerdo, veo gran cariño a su labor, gran amor a su familia y gran esfuerzo en la preparación de sus clases.

En este día, su día, quiero decirles FELIZ DÍA MAESTRO! Y GRACIAS POR LLENAR DE SUEÑOS E IDEALES DE AMOR, PAZ, JUSTICIA Y VERDAD NUESTRAS VIDAS.

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También recuerdo con afecto, cariño y mucho agradecimiento a mi maestro de primer grado de primaria, del colegio Andrés Rázuri de La Oroya, el maestro Luis Miranda Tiza, quien me enseñó a leer y a escribir. Muchas gracias Maestro!!!

Gracias maestra Paquita Salcedo, gracias Prof. Espejo, gracias Prof. Limaymanta, GRACIAS!!!

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Paro Amazónico, trivialización y heridas aún no cerradas ¿cómo es posible si ni siquiera te siento, Estado Peruano?

Querido Edgardo, tesoro literario amazónico:

No te imaginas lo consternada y preocupada que estoy por este actual paro amazónico. Acabo de escuchar a Yehude Simon en una declaración en RPP sobre el comportamiento de Alberto Pizango, el presidente de Aidesep, y según sus palabras: “les preguntamos qué decretos querían cambiar, y no nos respondieron. El comportamiento del Sr. Pizango es negligente y está poniendo en la guillotina a miles de nativos que han sido engañados”. Con las disculpas por los errores en la literalidad de las palabras de Yehude; sus declaraciones me recordaron el paro de Sicuani, por motivos muy parecidos.

Yo me encuentro profundamente anonadada y disgustada por la trivialización tanto por autoridades del Gobierno como por los medios de comunicación frente al JUSTO pedido de los pueblos indígenas.

Te comparto mis humildes apreciaciones, susceptibles a evolucionar y a pulirse frente a tu perspectiva llena de experiencia amazónica:

Las comunidades se levantaron porque se sintieron invadidas en su autonomía, insignificantes y olvidadas porque en la capital elaboraron decretos leyes sobre ellas sin siquiera consultarles respecto a estos temas de fundamental importancia que afectan su independencia y su autonomía. Es un clamor ancestral, histórico, de largo tiempo que involucra un tema tan delicado como sus tierras, que son la vida para ellos. De pronto se acumulan años y años de olvido sin reivindicación de sus derechos. Sale a colación lo que tú mencionaste: Hace mas de un siglo que sucedió aquella masacre genocida de la época del caucho, cuando mas de veinte mil nativos fueron asesinados en las estancias caucheras. ¿Y quién los ha reivindicado hasta ahora? Por allá ni se siente la presencia del Estado, salvo ahora que lanzan un decreto sobre sus vidas, que afecta radicalmente su autonomía!!! Existe entonces una posición frente a los “extranjeros” y los decretos ley que hacen sobre SUS tierras y SUS vidas. Y menciono “extranjeros” no necesariamente porque sean de otro país, sino porque en esta precisa situación, alguien de la capital sería un extranjero; ajeno al estilo de vida, a la cosmovisión, a la lengua, a la concepción frente a la naturaleza y el avance tecnológico de un nativo amazónico. El clamor por la manifestación, por la protesta, por la crítica está latente…

Pero querido amigo, ¿existe realmente un liderazgo que oriente los pedidos, completamente justos, de las comunidades indígenas? Siento que los actuales dirigentes no están aprovechando adecuadamente este momento. Sino que por el contrario, están utilizando este momento para radicalizar. En un inicio escuché solicitudes de cosas que son inauditas. Como por ejemplo que García deje de ser Presidente, la reforma del poder ejecutivo, un nuevo congreso, etc. (cosa parecida sucedió en el paro de Sicuani).

Se me partió el corazón cuando un conocido comunicador de RPP entrevistó a un dirigente amazónico y le preguntaba: ¿Pero qué es lo que ustedes están pidiendo? Y por respuesta obtuvo lo que ya te mencioné… y lo indignante fue el tono burlezco del entrevistador, frente a las respuestas. Me indigna profundamente que trivialicen la protesta amazónica diciendo que “es que ellos no saben qué piden”. Actualmente tanto los medios de comunicación como los políticos han trivializado los justos pedidos de los pueblos indígenas, tachándolos de ignorantes, desconocedores e instigadores radicales.

Creo que mis hermanos de los pueblos indígenas tienen completamente todo el derecho a que les consulten sobre decretos-ley cuyas dimensiones administrativas y legislativas les afecta directamente, como por ejemplo la disposición de SUS tierras, y una lotización de SUS tierras a favor de empresas del sector privado que depredan sus recursos naturales: LA VIDA PARA ELLOS!!!

Debería haber existido una proceso que involucre el DIÁLOGO entre el estado y los representantes indígenas. Y que el Gobierno admita que se ha equivocado porque no tuvo la predisposición ni buen ánimo para realizar una adecuada consulta a las comunidades indígenas: No existió un tiempo razonable de diálogo, que fuera promovido por el Estado, principal responsable. Tampoco hubo ninguna metodología intercultural, que GARANTICE efectivamente, la comprensión de las dimensiones administrativas, legales, organizacionales que esos decretos-ley involucraban.

Lamento, y me entristece sobremanera la poca cobertura en los medios limeños de comunicación que ha tenido esta protesta. Salvo ahora, que recién el conflicto está candente al rojo vivo y que la ciudad de Tarapoto puede quedar sin agua potable para el día de mañana; escucho a la prensa manifestarse… pero qué gran decepción la demora, verdad que si?

¿Recuerdas cuando hablábamos de Lima, la burbuja, el otro Perú? Siento que aún no se han cerrado las heridas de los pueblos indígenas, ¿cómo cerrarlas, si ellos no cuentan para el Estado? No se recuerda el genocidio del pueblo Uitoto durante el auge del caucho y no hubo ningun esfuerzo por conocer las pérdidas humanas, no hubo comisión de Verdad y Reconciliación por lo que pasó; simplemente se olvidaron de ello, quedó en la historia de los libros, pero no en el corazón ni en la memoria de los peruanos. Siento de nuevo a mi Perú tan centralizado en Lima, a un Gobierno que no ve más allá del clamor de esta actual protesta, la cual presiento que encierra años y años de reproches por el olvido y la marginación; más aún, cuando su clamor es menospreciado y tachado de protesta disidente radical ¿es que no pueden ver más allá? No sólo son los decretos -ley. ES EL CLAMOR DE UN PUEBLO QUE NO SE SIENTE PARTE DEL ESTADO. Y lamentablemente los medios aún menosprecian a los que hablan otras lenguas, con distintas cosmovisiones y que conciben la vida de una manera tan poco “perro del hortelano”.

Gracias al pronunciamiento de Acción Crítica en solidaridad con los Pueblos indígenas, me adhiero yo también a su comunicado de solidaridad y denuncio y repudio la trivialización de la protesta amazónica, que no sólo fue víctima de la indiferencia de los medios de comunicación limeños, sino también del Gobierno.

La Defensoría del Pueblo también se manifestó con El Derecho a la Consulta de los Pueblos Indígenas y su Pronunciamiento sobre el Paro Amazónico. También Amnistía Internacional con Acción Urgente por los Pueblos Indígenas

Muchos saludos a todos por El Milagro… y frente a este problema ¿qué opinan los alumnos Awajun, Shawis, Asháninkas, Uitotos (mi dos profesores… ), y Kichwa frente a toda esta situación? Me encantaría mucho escucharlos nuevamente…

Mi apoyo para todos ustedes, y estoy acompañándolos!!!

Belle Leer más »

Hablemos sobre ella… la mujer del César

Hace mucho tiempo, en Iquitos, mi amigo Edgardo, para tratar de explicarme una situación empleó el refrán objeto de reflexión en mi post… craso error!

Inmediatamente le respondí con el dicho de Anthony: “Si crees ser lo que tus amigos y enemigos dicen que eres, evidentemente no te conoces a ti mismo”

Naturalmente para ser coherente con lo que De Mello dice, debí pagar un precio caro… muy caro.

Le dije, Edgardo, amigo mío… no estoy de acuerdo con ese refrán. Me quedé con las ganas de explicar el por qué…. ahí te va! Leer más »

César, Soy! Y no me importa si no lo parezco…

Reflexiones de la mujer del César sobre el ser y el parecer en el contexto de los refranes

Creo que muchas veces las personas toman los refranes a la ligera y hacerlo conlleva a consecuencias muy peligrosas ya que dichos refranes pueden ser inconcientemente aceptados como verdades absolutas, como justificación a determinadas perspectivas sobre una realidad, como recurso para explicar superficialmente de una manera realmente escandalosa una situación que amerita un gran esfuerzo de reflexión.

Los refranes, conjuntos de versos armoniosos al oido; frases recurrentemente escuchadas y mencionadas; oraciones popularmente tradicionales, son frecuentemente aceptados como ansiosas salidas para explicar una circunstancia compleja de la realidad. Sin embargo yo digo que no podemos aceptar un refrán como un referente verdadero, per se, para explicar, justificar y finalmente simplificar, una realidad.

“La mujer del César no sólo debe ser la mujer del César, sino también parecerlo”

¿Es que acaso no sólo basta el hecho de “ser” para también “parecer”?

¿Qué implicancias trae consigo cambiar “la mujer del César” por “el César”?

¿Transmitiría el mismo mensaje decir “El César no sólo debe ser el César, sino también parecerlo”?

¿Por qué el refrán hace referencia “a la mujer del César” y no al César?

¿Existe acaso la posibilidad de “ser” y “no parecer”?

¿Quién en, su sano juicio, se ocuparía y preocuparía de parecer algo que no es?

¿Por qué yo me esforzaría en parecer algo que no soy?

El concepto de “ser” es motivo y ocasión de reflexión de muchas ramas de estudio como la filosofía, la lingüística, la psicología, la antropología, etc.

Según el estudio de Benveniste [1]; que habla sobre el significado de “ser” como verbo por su propio derecho, y no como cópula; en las lenguas indoeuropeas “ser” se expresa con la raíz “es“, que significa “existir, encontrarse con la realidad”.

Existencia y realidad se definen como “lo auténtico, consistente, verdadero.”

“Ser” en su raíz etimológica significa más que una afirmación entre sujeto y atributo, también es más que un término meramente descriptivo de un fenómeno. Denota la realidad de la existencia, lo que es o quien es; afirma autenticidad y la verdad (de él, de ella, de ello).

Al afirmar que alguien o algo es, nos referimos a la esencia de la persona o de la cosa y no meramente a su apariencia.

Si yo soy la mujer del César, ¿debería acaso preocuparme de parecerlo? ¿La complejidad y profundidad de “ser“, no implicaría necesariamente que “parezca“?

Ser”, de por sí, implica varios conceptos filosóficamente complejos, reflexionados desde los presocráticos hasta la filosofía moderna. Y uno de sus puntos críticos es la reflexión y análisis en torno al concepto del proceso, actividad y movimiento como elemento del ser.

También quisiera llevar esta reflexión del ser y parecer a un nivel más íntimamente personal y rozar a pincelazo fino el tema del conocimiento a sí mismo y del “qué dicen ellos que soy yo?

No eres los que tus amigos dicen que eres, tampoco eres lo que tus enemigos dicen que eres; eres… err…. ¿quién eres?

“Si crees ser lo que tus amigos y enemigos dicen que eres, evidentemente no te conoces a ti mismo”[2]

¿Sería esta la respuesta de la mujer del César luego de escuchar el refrán que motiva mi reflexión?

Desde mi enfoque un tanto simplificador; la idea de “ser”, implica cambio, devenir, transformación. El desarrollo, lo impermanente, lo mutable son conceptos inherentes al proceso vital.

El hecho de que la mujer del César esté abierta a la posibilidad de preguntarse, junto con los otros sobre la naturaleza del “ser y la razón de la mujer del César”, es una afirmación categórica de su ser; y que irónicamente, podría ser vista, por una reacción simplista y superficialmente, como la negación de su ser.

Y si el César estuviera en una sociedad budista zen y su mujer le preguntara ¿qué dicen ellos que soy yo?, entonces, ¿qué le respondería el César?

¿Podría la mujer del César ser fiel a sí misma, coherente y valiente para decirles a ellos que no le importa realmente lo que digan que ella es, si ella sabe qué es? ¿Se atrevería a hacerlo en una sociedad como la nuestra? ¿Estaría hablando con seres humanos que ven más allá de los superficial y con profundidad de reflexión? Y si ese no fuera el caso, ¿cuál sería el precio que pagaría la mujer del César? ¿La exclusión, la discriminación, la indiferencia?

César, soy! Y francamente, me importa un pepino lo que digan...

[1] FROMM, Erich. Una primera ojeada, en: ¿Tener o Ser? Madrid, FCE, 1976. pp40
[2] DE MELLO, Anthony. La Oración de la Rana Leer más »

Dos historias de mujeres

*Escrito por Edgardo Pezo Pérez

Son las cinco de la tarde y ella no regresa. Al abrir la puerta que da a la calle, un olor nauseabundo que se levanta de los basurales del barrio de Belén, entra en la casa. Estoy acostumbrada a este olor, que ni un solo músculo de mi rostro se altera. Además, mi preocupación es mucho más grande que todos los olores nauseabundos juntos, pues lo único que me preocupa es que son las cinco y mi niña no regresa.

Son las cinco, lo sé. Porque a esa hora, todos los días, don Anselmo baja con sus cargadores a negociar en las embarcaciones los productos que llegan a Iquitos desde los más remotos caseríos de la selva. El Jirón Itaya es el corazón del Barrio de Belén, por él, hombres y mujeres caminan noche y día, de un lado a otro, como hormigas cargadoras. Belén parece un mercado persa, donde se compra y se vende de todo, desde aves exóticas que tienen su propia leyenda, hasta cortezas de árboles con posibles poderes para estimular el sexo hasta límites insospechados. También por sus calles, caminan de la mano la miseria y la pobreza, acompañadas de gallinazos que revolotean entre los basurales.

Miro al horizonte por el este, por donde corre el Amazonas, y veo que se van acumulando enormes nubarrones negros, es el preludio de una fuerte tormenta. Como decía mi difunto abuelo “es una lluvia que se viene con todos sus parientes juntos”. Estas tormentas son muy comunes en esta época del año, cuando el calor es muy fuerte. Por el contrario, por el oeste, el cielo está limpio y el sol se oculta en una alegoría de combinaciones de rojo y naranja.

A esta hora, también veo llegar el lujoso carro rojo que recoge a mi vecina María Teresa todos los días. Pero hoy, lo que me parece extraño, ella no está esperándolo en la puerta de su casa con su carmín recién puesto y su falda tan corta que deja ver sus hermosos muslos.

María Teresa desde niña fue muy bonita, siempre me ha parecido que es de ese tipo de mujeres, que tiene en su belleza un trágica maldición: son mujeres que los hombres desean poseer y no amar. El claxon del carro rojo suena dos veces y su conductor espera ansioso.

Pero yo estoy esperando a mi niña que por un momento me olvido del carro rojo y de mi vecina María Teresa. A mi niña la he criado desde que nació, pues su madre murió durante el parto. Ella no conoció a su padre, pues éste abandonó a su madre a los tres meses de embarazo, diciendo que se iba a buscar oro en un lejano río de la selva. Quizá presientiendo su muerte, su madre me dijo que le iba a poner tres nombres: Cecilia Fátima Alejandrina. El primero no sé de dónde lo sacó, el segundo quería ponerle porque era muy devota de la Virgen Santísima, el tercero porque le gustaba, porque según ella era nombre de princesa. A mi me gusta llamarla por su segundo nombre.

Nuevamente suena por dos veces el claxon del carro rojo que me olvido por un instante de mi niña. En ese momento baja del mismo, un hombre elegantemente vestido, pero con esa elegancia exagerada de los nuevo ricos. El hombre y el carro no hacen juego con la pobreza que existe en el barrio de Belén. María Teresa tiene casi la misma edad que mi niña. Pero ella se hizo mujer muy rápido. A los trece años ya atraía la mirada prematura de los hombres por su singular belleza. No sé cuantos hombres han pasado por su vida, pero ninguno se queda mucho tiempo con ella. Tengo la impresión que nunca se va a casar, parece destinada a ser amante.

Ya serán las cinco y media, porque a esa hora, todas las tardes doña Milagros saca su venta de comida a la calle. Ella también mira, preocupada el horizonte donde se prepara la tormenta. En el Amazonas una leve brisa hace levantar la cresta de pequeñas olas. Yo sé que la lluvia no tardará en caer. Salgo preocupada al centro de la calle y miro por ambos lados y mi niña no parece. Yo le digo mi niña porque los ojos del corazón me hacen verla de esa manera. Para mí siempre será la niñita a quien cambiaba los pañales o le ponía el biberón en la boca. Sin embargo, los ojos de la realidad dicen otra cosa: Ella ya tiene 18 años y es una mujer hermosa.

Vuelve a sonar el claxon del carro rojo. Por un instante el conductor duda. Luego decidido se acerca a la casa de María Teresa y golpea la puerta con furia. No le auguro a María Teresa un buen futuro con este hombre, parece de aquellos que piensan que con el dinero pueden conseguirlo todo.

Son las seis de la tarde porque a esa hora se encienden las luces de la ciudad. La lluvia está cada vez más cerca. El cielo está totalmente encapotado y mi niña no parece por ningún lado. Hasta hace poco no le interesaban los hombres, últimamente ha cambiado mucho, pienso que está enamorda, más aún, su comportamiento me preocupa. Parece esconderme algo. Sufre de frecuentes mareos y nauseas; a mi edad creo saber lo que eso significa, por algo he llegado a vieja. El pensar que le sucede es precisamente lo que me da temor, no quiero que termine como su madre: abandonada como muchas mujeres y con un hijo en la barriga. Hoy precisamente ha salido a buscar a su enamorado que no aparece por la casa hace más de una semana.

El conductor del carro rojo toca por dos veces la casa de María Teresa. Su furia aumenta por cada minuto que no le abren la puerta. Los chismes dicen que la riqueza que exhibe es producto del dinero mal habido. El hombre sigue tocando la puerta con tanta insistencia que muy pronto parece un escándalo, lo cual hace que algunos vecinos se asomen a sus ventantas. En ese instante, María Teresa abre la puerta y parece increpar al hombre su actitud. Entontes comienza una discusión acalorada.

La gente ante la inminente tormenta se aleja rápidamente, buscando refugio en cualquier parte. La calle se va quedando desierta y mi niña no se aparece por ningún lado. El viento que precede a la lluvia arrecia sobre las casas, sus frágiles hojas de palma en los techos parecen desprenderse. Comienzan a caer algunas gotas que se disuelven en el polvo sucio de la calle. Cuando siento que una gota golpea mi rostro, veo la figura de mi niña que se acerca lo lejos corriendo.

María Teresa continúa discutiendo acaloradamente con el condutor del carro rojo. Cuando la lluvia comienza a caer con toda su fuerza, mi niña está a mi lado, me abraza con fuerza y yo le doy un beso en la frente húmeda.

El hombre del carro rojo grita a María Teresa un sonoro insulto: “Puta de mierda, te voy a matar”, ella como respuesta le escupe el rostro. El hombre le da una bofetada en la boca causándole una herida en los labios de la cual mana un hilillo de sangre que se mezcla con las gotas de lluvia que caen inmisericordes sobre el barrio de Belén.

Dejo a María Teresa discutiendo con su hombre de turno, pienso que así seguirá por toda su vida. Entro con mi niña en la casa. Cojo una toalla y seco su rostro, entonces ella estalla en llanto, luego se suelta de mis brazos y corre hasta su cuarto, encerrándose en él. En ese momento comprendo que la historia se ha vuelto a repetir y que mi presentimiento era cierto: Ella ha sido abandonada por su enamorado y está embarazada.

La lluvia va calmando lentamente y sé que sólo ha servido para traer a mi niña de regreso a casa, con los ojos llenos de tristeza y las ilusiones muertas.
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Amo a mi mami!

También me daba mi tiempo para hablar con mis amigos. Me daba un gusto enorme poder abrir nuestros corazones y contarnos que también extrañábamos nuestras tierras y a nuestras mamis. Casi por los últimos días se me acercó Freddy, quien es Shipibo (y me enseñó una canción bellísima que ya mismo la copio)

[moi] ¿Y qué extrañas de tu mamá? ¿su comida?
[Freddy] Su todo!!!

¿Es muy notorio que pienso mucho en la comida?

Y cumpliendo, comparto la canción en Shipibo

Enra bibéiranke
Nokon parawariwa
Niwén Ewan boní

Claro que Freddy la canta muuucho mejor que yo, y con más pasión. La canción habla de una carta que se la llevó el viento.
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Dejad que las ambigüedades vengan a mi!

Uno de mis amigos chéveres era Gregory. Gracias a él aprendí a bailar danzas típicas de la selva y a bailar con mantonas. Gracias a él, Kristín y yo comimos suri y recibimos regalos típicos… qué agradable amigo! Y bueno, también era mi alumno de inglés.

Recuerdo que se acercaba el día de la clausura de los talleres de los miércoles del CAEM. Gregory, no contento con hacer cada coreografía excéntrica conmigo, con la mantona y con los chicos del colegio, también había pensado en hacer la presentación con fuego y todo… yo sólo atinaba a decir para mis adentros cómo michi me metí en esto… Pero tranquila Diana, aprovecha al máximo estos bailes porque en Lima nica vas a poder bailar con mantonas y fuego de nuevo…

[Gregory] Profesora Violeta, tendrá petróleo que nos preste para que arda Diana?
[moi] Oye qué? Yo no necesito petróleo para arder si yo soy ardiente (:O yo dije eso?)
[Gregory] No pues! Para la danza…

los que bailamos pintados en Amazonas!
El Grupo de danzas del CAEM: completísisisimos

Al final no lo pudimos hacer con fuego porque no había petróleo, no bailamos la Warmi Boa porque Francisco se escapó (no, contra todas las mentes que creen que yo asusté al pobre animalito, Francisco huyó porque no había comido a tiempo). Finalmente Gregory, maestro de la danza amazónica modificó la coreografía para hacer ahora “La Amazonas”

Por esas mismas fechas también se llevaría a cabo el recital del ISTPEM y yo también participaría recitando… Yo ya me sentía auténtica amazonas, tanto así que andaba sin sandalias por todos lados.

[Gregory] ¿Y vas a estar por aquí así sin sandalias recitando?
[moi] Y si, es que soy silvestre

Demás está decir que mis piernas están dalmatescas, llenas de picaduras de mosquitos y de sus primos. Oh, pero la alegría, esa no me la quita nadie.

piernisísimas dalmatescas

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Viendo el lado “Coca – Cola” de la vida (md, qué tal consumista!)

Una vez fui con Bonito en moto a recorrer la carretera de Iquitos – Nauta…. era como Gael García en diarios de motocicleta. Pertinente mencionar que en dicha carretera no hay cableado eléctrico y la gente vive así. Dicen que muy pronto se terminará el proyecto para llevar luz hasta allá…

[Bonito] Mira Bonita, así son las casitas por aquí, sin luz
[moi] Ah.. bien romántico todo… con velita!

Yo misma me digo, recontra plop!

Y la verdad es que el gran ausente por allí es el Estado en sus distintas formas: ya sea como gobierno regional o como municipios… ¿donde estás querido? Ah, te estás aumentando los sueldos verdad?

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