Archivo por meses: octubre 2009

¿tú crees?

♫ Pero no cambia mi amoooor… ♪

– ¿ah no?

– ¡no!

– bueno, supongo que sí, desde una determinada dimensión es así

– Yo lo creo así y así es. ¡He dicho!

– ¿el énfasis con que lo dices es para convencerte a ti?

– ¿será que alguna vez podremos hablar sin preguntas de por medio?

– Err… te diría que probablemente… pero, ya sabes, me encantan las preguntas

– pobre tu signo de interrogación…

♫ Cambia el rumbo, el caminante, aunque esto le cause daño. Y así como todo cambia… que yo cambie no es extraño.

Cambia lo superficial… cambia también lo profundo. Cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo ♪

– Es en este preciso momento, en este preciso lugar, es en esta precisa situación que yo digo que mi amor no cambia. No cambia.

– ¿Y mañana?

– Yo… no lo sé.

– Ah…

– ¿Sabes algo curioso? que en cierta forma la filosofía también se va formando y que tampoco ella misma no debe tenerse por adquirida en lo que haya dicho de verdadero, sino que es una experiencia siempre en renovación de su propio comienzo… una exhortación a principiar permanentemente a describir siempre y constantemente todo…

– Sabes que me perturbas… de pronto me metes a la filosofía… eres evasiva ¿sabes?

– Podría ser… sería una interpretación de cómo me ves…

– Será, será el sereno imberbe.

– Toma tu sopa nomás

– Mafalda Leer más »

¿Cómo desea su café? ¿En coordenadas cartesianas o polares?

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– Perdóname pero discúlpame… no sé, lo de Ptolomeo y lo del centro de la tierra todavía me inspira más preguntas y simpatía incluso que lo del ego-sol.

– Pero ya te lo dije, es cuestión de encontrar la forma más sencilla de describir el movimiento de los astros…

– Lo sé, lo séeeee… pero no te parece que es un poco como las coordenadas cartesianas y las polares. Una determinada curva, digamos, puede ser más fácilmente descrita por coordenadas polares que las cartesianas, pero eso no quita que se pueda describir en ambos sistemas… Igualmente, yo no comprendo por qué michi ahora todo debe girar alrededor del sol, cuando fácilmente puedo tomar mi punto de referencia en la Tierra, digamos, como tío Ptolomeo decía.

– Seeeee… García Calderón decía que el centro del universo podía ser mi nariz, pero la ciencia debe buscar la sencillez…

– Oh, pero yo sé cual es el centro del universo!

– Andaaaaaa

– El Palais Concert!

– Y llegó el ego-centro… alguien llame a Karma Police!

– lo sé, lo séeeeee… Leer más »

Weltlichkeit der Welt

Aquella vez que te vi, estabas danzando tranquila por el tontódromo… sí, danzando, porque no caminabas, sino que danzabas. Venías distraída mirando el cielo azul, las hojas de los árboles moverse al viento, los pajaritos cantar… sí, ahí va el petirrojo y ya te ibas. Ahorita mismo te elevas al cielo danzando y danzando con el viento.

Y ahí está la flor, y le sonríes… quién sabe pensando qué. Tus ojos brillan de una manera dulce… sí, dulce y sublime. Y entonces, el viento sopla más fuerte, tus cabellos vuelan y pareciera que comenzaras a elevarte nuevamente, quién sabe pensando qué.

De nuevo te volví a ver, nuevamente danzando por el tontódromo, así, mirando el cielo azul, sonriéndole a quién sabe qué espectros imaginarios, volando y volando, mientras comías tu pancito con mantequilla que imaginabas que era de palta. La rapidez con la que todos los demás caminaban no era tu nota, tú seguías mirando las ramas de los arbolitos grandotes, los pajaritos… ahí se va el petirrojo y se va y se va, y ya se te salía una lagrimita de la pura felicidad. Quién sabe qué estarías pensando mientras volabas y volabas en el tontódromo.

– Cachetes!

Y ya te ibas y te ibas sonriéndole al viento… diría que si el viento fuera corpóreo, tú estarías abrazada de él… hace rato hubiera sido el viento contigo.

– Cachetes!

Y seguías ida, quién sabe pensando en qué de qué de qué de cosas de la vida vidalú.

– DIANAAAAAAA!!!!

– Ah, si…. holaaaaaa

– Tu cierre del pantalón está abierto. Desde que te vi, has estado caminando a lo largo de todo el tontódromo así.

Merde!


(ce n’est pas mon histoire, ni ne sera à nouveau… merde!)
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:)

Una de las dimensiones de la felicidad está constituída por dos puntitos y un paréntesis

– ¿Así de simple?

– Sí… así de simple

– hay tanto loco que anda suelto…

– lo sé, lo séeeeeeee Leer más »

Cuéntame, cuéntame dulzura…

Un día un oído estaba perdido, no podía ver pero sí escuchar.

Caminando, caminando se tropezó con un ojo que le dijo que se llamaba Juan.

-Seremos amigos, le dijo el Oído.

-Yo veo pero no escucho, le respondió el Ojo.

El oído le dijo que así entonces resolverían sus problemas. Buscarían un cuerpo humano para vivir mejor y no estar andando solos. Entonces el Ojo le dijo que lo llevaría a un lugar donde haya órganos de los sentidos.

El Oído exclamó: ¡Claro, vamos a ese lugar!

Los dos amigos caminaron muchos días hasta llegar al lugar prometido. Cuando llegaron, entraron y vieron una gran fiesta de órganos de los sentidos y entre ellos habían un Rey que podía ofrecer cualquier cosa. Hizo un alto a la fiesta y dijo:

-¡Silencio, tenemos dos invitados. Un Oído y un Ojo y queremos saber que quieren!

-Deseamos ir a un cuerpo que nos cobije y nos proteja. Queremos vivir, dijo el Ojo.

-Bueno, nosotros también deseamos ir a un cuerpo, por eso estamos organizando esta fiesta, respondió el Rey.

En ese momento se apareció un cuerpo misterioso, era grande y brillante y detrás de él había una fila de más cuerpos que esperaban sus organos.

Desde ese momento vimos como esta persona grande iba colocando muchos órganos a muchos cuerpos. Nosotros nos abrazamos y lloramos de tristeza porque de repente nos iban separar, pero también nos alegramos porque íbamos a ser útiles a estos seres, hasta que al fin nos tocó nuestro turno y para suerte fuimos al mismo cuerpo, entonces fuimos felices de verdad y para siempre.

De Medalith Choque Torres – 6to. “A”
(Libro: Los niños cuentan)

Gracias dulce y bella Lesly por ser mi amiga y por compartirme este cuentito.
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¿Qué soy para ti?

Quizás la pregunta debería ser ¿quién soy para ti? Quién, no qué… pero la verdad, ahora mismo siento que para hablar de mi, debes usar más un qué, que un quién… si, aquí estoy. Yo soy y… ¿qué soy yo para ti?

Cuando me ves… ¿qué ves? ¿Soy parte del paisaje urbano que te rodea? Estoy ahí, pero no te das cuenta de que ahí estoy. No te afecto, no influyo en ti… simplemente una indiferencia nos rodea. ¿Nos conoceremos algún día?

Estoy en el colegio, pero no entiendo las clases, no sé, me parecen aburridas. En las tardes mi hermanita y yo debemos vender caramelos, y así hasta la noche para regresar a casa. No, no me baño siempre, porque no nos llega el agua, debe de venir el camión cisterna. No, tampoco me lavo los dientes… ¿para qué? Y sí, me gusta verte… aunque parezca que no te veo, yo te veo.

Y sí… no quiero tu indiferencia, quiero tu amistad… que juguemos fútbol, que me cuentes historias, que me hables de las estrellas del cielo, que me preguntes qué quiero ser de grande… ¿sabes por qué? ¡¡¡Porque no sé qué quiero ser de grande!!! Porque no me imagino grande…

Quiero comer contigo una salchipapa de la Sra. Nélida. Sí, siempre me quedo ahí mirando cuando cocina las papitas fritas en ese mar de aceite y olor a pollo broster. La Sra. Nélida ya nos ha dicho a Ale y a mi que no nos debemos quedar viendo cómo cocina, que espantamos a la gente… pero algunas veces nos regala una papita, no siempre, pero así, bien quedito, sin que nadie se de cuenta… pero qué rica es!

¿Sabes qué mas quiero? Ir al zoológico. Nunca he ido, pero quisiera que vayamos con mi hermanita, para que ella también conozca los animalitos. Está chiquita y yo debo cuidarla, así, debo ser el hombre de la casa.

También quisiera una piscina llena de Chizitos!!! sí!!! nadar en chizitos! Yo no sé por qué la envoltura dice palitos de queso, a mi no me parecen palitos, para nada. Yo me como los chizitos de distintas maneras, tengo mis métodos, ¿sabes?

También quiero que me enseñes nuevas canciones para cantar con más gusto… no sé, ya me aburrí de cantar lo mismo de siempre en las combis y ya nadie me hace caso. Es como si no estuviera ahí.

Pero… ¿ya te vas? Baja siguiente paradero. Chau, quizás nos veamos de nuevo… no lo sé. Ni siquiera viste mi rostro, ni sabes mi nombre. Solamente soy un niño más.

ah si… ¿quién soy yo para ti?

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Tito Tito Vicentico, el tuco tuco del tío Tito

– Señor ¿cuánto hasta Copilco, por el Hospital del Niño?…. sí, si, en Anacahuita. Aquicito nomás, en Coyoacán.
– Ya, 13 pesos…

¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo? ¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo? Ya no puedo acercarme a tu boca, sin deseartela de una manera loca… Necesito controlar tu vida, ver quien te besa y quien te abriga.

¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo? ¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo? Ya no puedo continuar espiando dia y noche tu llegar, adivinando… ya no sé con que inocente excusa pasar por tu casa. Ya me quedan tan pocos caminos
y aunque pueda parecerte un desatinoooooo no quisiera yo morirme sin tener algo contigoooooooooo

– Señorita… ¿está usted enamorada?

Dime, ¿ y qué te gusta de mi? Tu inteligencia. Manya. Tus ojos cuando brillan mirando al mesero traer la comida. Ah. Tu belleza. Ajhá. Tu neurotismo. Oeeee qué te pasa, oeeee? Es adorable tu neurotismo. Ya está bien, sigue, sigue. Tu risa descuajaringada. Ajhá. Tu feminismo acholado, digo achocolatado. Mira tú. Tu choledad. Chola yo… Sí, chola tú. Y ahora dime tú, ¿qué te gusta de mi? Mmm… ¡Que eres tú! Que eres tú, en toda tu historicidad, en toda tu potencialidad… en toda tu trascendencia. ¡Que eres tú!

– Yo… no sé señor, no sé. A ver… pues, sí. Sí, sí, si… manyaaaaaaa… estoy enamorada.
– Si, porque se le ve con una cara… cantando esa canción…
– ¿De imbécil?
– No, no, no señorita, ¿cómo cree?
– Jajaja
– ¿es su enamorado?
– Bueh… no. No sé… ya no.
– Pero usted está feliz.
– Err… sí, es que soy rarita… bueno… Sí, pues… la dulce resignación que le llaman…
– Qué imbécil…
– ¿Verdad que si?

Me encanta la sinceridad ambivalente. Nunca sabré si el señor se refería a mi o a él, quizás a ninguno, quizás hablaba de él, quizás hablaba de mi. Probablemente de los dos. ¿Quién sabe? La gente se pone hermenéutica, algunas veces… y yo soy tan simple y silvestre… creo. Leer más »

Después de ti… ¿Qué hay?

– Entonces, ¿el arte ha muerto?
– Me recuerdas a Adorno: “Después de Auschwitz es difícil escribir poesía”

– No… después de ti, es difícil escribir poesía.

Agradecí la feliz naturaleza de los pensamientos silentes. A mis pensamientos sólo los escucho yo. No sé… yo no creo que el arte muera. Ella es eterna, inacabada, como eternos son los pesamientos.

Quizás sea mi prejuicio Vic, no lo sé… pero se me hace más tolerable escuchar hablar de estas maravillas a alguien a quien aprecio. Pero, ¿qué dices oeeee? A mi me pareció que la última ponencia fue magistral. Sí, no lo sé, por eso te decía que era mi prejuicio, y sabes que mis prejuicios están para ser desbaratados, bueno, algunos…

Con la siguiente charla, mi prejuicio quedó desbaratado. No lo conocía. Nunca antes lo había visto. Pero luego de escucharlo responder a la pregunta del paradigma comunicacional con esa bella analogía de Gadamer sobre el mundo de la vida, le sonreí. Pensar en la posibilidad de una apertura de la conversación, del diálogo, de no saber hacia donde irán, qué giro tendrán que tomar, me pareció dulce y sublime. Dulce pregunta, Cecilia. Una respuesta más dulce aún.

Nota Mental: Debo confirmar mi hipótesis de si es cierto que es más fácil escuchar a alguien a quien aprecias porque el mensaje y el mensajero son para ti como si fuera uno. Pero, ¿y la falacia ad hominem?… Por eso te decía, que mis prejuicios están para ser desbaratados… algunos. ♫ ♪ Leer más »

Mi palabra del mudo

“Eres la palabra desde mi mutismo y mi inexpresividad. Ahora tú eres mi voz.”

* Inspiración de Claudia Carolina Orihuela

Entre la matriz de marco lógico…

¿Cuántas cartas más podré escribirte? ¿cuántos días más habrán como este, en que estás tan presente? Entre fotos, escritos y canciones, voy rememorando algunos momentos, los traigo acá conmigo, los veo, los giro por mi mente, los siento, los vivo nuevamente. Una y otra vez, ahí están, listos, esperando para salir a la luz del presente y es que es lo único que me dejaste…

Aún no comprendo mucho qué pasó, cómo pasó, aún no encuentro un hilo entre las palabras, cómo llegaron a unirse unas con otras, formando ese diálogo tan cruel. ¿Qué pasó para que te fueras de mi lado? Aún no lo sé.

Aún y a pesar de todo tengo esa esperanza, esa imagen… ¡esa imagen! Yo entrando, asustándome; tú mirándome, sonriendo; yo pasmada, tu abrazándome; yo a tus brazos en un grato descanso. Vivo esa imagen de la reconciliación una y otra vez, muchas veces en el día, más veces por las noches y si son madrugadas casi casi las siento como ciertas y a veces llego a creérmelas hasta que amanece.

Hoy podría…

Hoy podría publicar un diario completo pero de nada serviría… Para tantas y tantas cosas que deseo decirte pero ni las notas de mi música ni las letras de mis cartas logran alcanzarte.

Ahí donde estás y por con quien estás, no hay nada que pueda darte o crear que logre tocarte si quiera.

“Desde la silenciosa respuesta a mis clamores, llega tu voz como caricia dulce a consolarme. A sembrar la esperanza. No, no me duele que yo pueda morir, si el mensaje vive, si tu palabra nace. Eres mi palabra, ahora tú eres mi voz.” Leer más »