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Foro Internacional: LA CRISIS MUNDIAL Y LOS POBRES

Los días martes 21, miércoles 22 y jueves 23 de Julio, del 2009 en las instalaciones del Auditorio del Colegio Médico del Perú se realizará el Foro Internacional “La crisis mundial y los pobres”, evento que buscará reflexionar sobre la crisis actual desde una perspectiva económica, política, ética y espiritual.

Entre los ponentes se encuentran Oscar Ugarteche, Federico Arnillas, Guillermo O’Donnell, Rolando Ames, Pepi Patrón y Gustavo Gutiérrez.

Mayores consultas en los teléfonos 4723410, 4709088 o al correo electrónico nora@bcasas.org.pe

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¿Cuánto cuesta la vida en el Perú?

¿Podemos hablar del valor de la vida humana en términos monetarios? El corazón y mi espíritu me dicen que no, que es imposible. ¿Cómo podría dimensionar toda la profundidad humana en términos tan limitantes como el dinero? Sin embargo, la realidad de mi país me dice lo contrario.

Vuelvo a tocar el tema de la injusticia, ese tema lacerante que carcome mi alma y pareciera devorarse mi esperanza. Las noticias que escucho son escalofriantes: Hasta ahora hay 140 niños, menores de cinco años, muertos debido al frío en las zonas altoandinas de nuestro país durante el 2009 y la temporada fría no termina, sino que recién empieza.

Me pregunto ¿cómo llegamos a esta situación? ¿cómo pudimos caer tan bajo? ¿en qué momento se nos petrífico el corazón? Más aún, ¿en qué momento se nos difuminó la dignidad y la responsabilidad como ciudadanos? ¿Qué nos pasó?

“Pobre es el que no cuenta, el insignificante, el que no tiene valor en la sociedad; y una persona es y puede ser insignificante por razones económicas, pero también por hablar mal la lengua oficial de un país, por el color de la piel o por ser mujer. Es ese conjunto el que realmente nos habla de pobreza y de infrahumanidad.” (Gustavo Gutierrez: ¿Qué implica vivir en un país pobre y cómo se ubica la Universidad en ese contexto? 2007)

Antes no me daba cuenta del dolor de no poder quejarte, de sentir que nadie te escucha, que nadie te toma en cuenta, de que a todas luces tú no tienes razones que te amparen, ni abogados que te defiendan, ni testigos con la valentía de decir la verdad ni jueces que te den justicia. Sentir en el alma, la profunda impotencia de no poder quejarte, de no poder pronunciarte, ni hablar, ni siquiera gritar y decir qué ha pasado. Pero más frustrante aún es no comprender qué está sucediendo. Sentirte confrontada con una experiencia inexplicable. ¿Por qué mis hijos se mueren de frío? ¿Cómo es posible que un niño indefenso se muera por ser pobre? ¿Quién me explica qué está pasando?

“Pobre es el que no cuenta, el insignificante, el que no tiene valor en la sociedad.”

No voy a hablar de que aquí, pareciera que unas personas valen más que otras personas. No voy a mencionar ni a Punta Cana si quiera, ni tampoco a La Molina*. Que niños indefensos mueran por ser pobres es una realidad vergonzosa y lacerante.

El hecho de que existan personas que son insignificantes para el Estado es la causa estructural de fondo. Pero creo que la responsabilidad es de todos nosotros: Gobierno, Sociedad Civil, Medios de Comunicación y Empresa. Pero he de confesar, que me duele mucho más el papel de la prensa en toda esta situación. ¿Donde está la denuncia? ¿Donde está la investigación? ¿Dónde están las campañas de concientización? Si digo que Lima vive en una burbuja, es porque no está informada, porque no conoce qué sucede. Y si menciono a Lima, es porque tristemente mi país está centralizado en Lima.

“Pobre es el que no cuenta, el insignificante, el que no tiene valor en la sociedad.”

@dmorena y @Catalina_ conversan en el Twitter y comentan que esta dolorosa situación de muertes por el frío no se soluciona simplemente con recolectar ropa y víveres de primera necesidad aquí en Lima para llevarlas a la Sierra, que lo vienen haciendo como voluntarias desde hace muchos años. Sus palabras me invitan a reflexionar en eso y yo creo que las muertes de los niños son un doloroso síntoma de algo más profundo, de un problema estructural de pobreza, olvido, exclusión y marginación. No nos podemos quedar en la dimensión de la emergencia…

Existe un problema trascendente: la pobreza en el Perú. Y también hay una emergencia a la vez: Las personas se están muriéndo de frío en el tristemente llamado “Cordón del Olvido”, toda la Sierra AltoAndina y necesitan con urgencia ropa y alimentos de primera necesidad.

No me gustaría quedarme solamente en la superficie y simplemente atender la emergencia. Quiero ir más allá, que reflexionemos sobre la pobreza en el Perú, sobre la exclusión, la marginación. Por ahora sólo puedo compartir la disertación de Gustavo Gutierrez sobre ¿Qué implica vivir en un país pobre y cómo se ubica la Universidad en ese contexto?

CAMPAÑA “Démosle calor a Puno”
de RPP y Cáritas del Perú

Se requiere con URGENCIA:

Ropa adecuada: casacas, chompas, pantalones, frazadas, etc
Alimentos no perecibles: arroz, aceite, azúcar, enlatados, chocolates

Dejar tu donación en la siguiente dirección:
Calle Omicrón 492 – Carmen de la Legua – Callao.

Teléfono 511-6135200 Fax 511-6135210

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Libertad y Paz…. y no son las amigas de Mafalda :)

Si quieres la paz, sal al encuentro del pobre

Todos anhelamos la paz, la buscamos incesantemente y ella es reconocida universalmente como uno de los valores más altos que hay que buscar y defender. Pero a pesar de ello, graves conflictos siguen perturbando diversas regiones de nuestro planeta. Hablar de paz es ir más allá de la simple ausencia de guerras, es anhelar una situación de auténtico respeto a la dignidad y a los derechos de cada ser humano de realizarse en plenitud.

Toda guerra entre naciones y conflictos dentro de un mismo país son fuentes de pobreza y miseria; precisamente, en los últimos años, nosotros hemos sido testigos de muchas guerras locales y conflictos intensos de gran intensidad que han traído consigo muertes y sentimientos de odio.

El recurso principal de la guerra, la violencia, exaspera las tensiones existentes y crea otras nuevas y sabemos bien que nada, absolutamente nada, se resuelve con la guerra; todo queda seriamente comprometido, lastimado y vulnerable a causa de ella.

Los lamentables y vergonzosos frutos de la guerra son la muerte y el sufrimiento de innumerables personas, el resquebrajamiento de las relaciones humanas y la pérdida irreparable de patrimonios artísticos y ambientales que no solo agrava los sufrimientos de los pobres, sino que crea nuevos pobres, destruyendo sus medios de sustento, casas, propiedades y deteriora el entorno mismo de su ambiente vital.

La guerra jamás favorece el bien de la comunidad humana ya que la violencia con la que ésta viene acompañada, destruye y jamás construye; las heridas producidas por ella quedan sangrando mucho tiempo; y los conflictos empeoran las tristes condiciones de los pobres y se generan nuevas formas de pobreza.

Ser testigos de los devastadores estragos de las guerras, debe servirnos para recordar que las políticas económicas jamás deben ser orientadas para justificar una guerra, el dinero jamás debe utilizarse para ese fin. Nunca debe ser empleado para destruir y matar, sino para defender la dignidad del hombre, mejorar su vida y construir una sociedad auténticamente abierta, libre y solidaria.

El Papa Juan Pablo II, en su mensaje por la jornada de la Paz 1981 nos decía “Para servir a la paz, respeta la libertad”; respetar las libertades y los derechos de las demás personas y colectividades es indispensable para la edificación de una paz auténtica. Es decir, la paz se obtiene a través de la convivencia de pueblos libres en un mundo de libertad. “El respeto a la libertad de los pueblos y de las naciones es una parte integrante de la paz. Las guerras no han cesado de estallar, la destrucción ha golpeado a pueblos y culturas enteras porque la soberanía de un pueblo no ha sido respetada. Hemos sido testigos y víctimas de guerras y de luchas provocadas por la tentativa de una nación de limitar la autonomía de otra” nos decía el Papa amigo.

Necesitamos tener la voluntad de respetar la libertad de cada pueblo, nación y cultura y ser capaces de renunciar a las reivindicaciones y a los designios que causan daño a las demás naciones, como aquellos relacionados con las relaciones económicas entre los estados. Rechazar las tentaciones de predominio económico sobre las naciones implica también renunciar a una política inspirada en el criterio pragmático de la ganancia, para plantear una política económica movida por la solidaridad con todos, en especial con los más pobres.

Actualmente, a pesar de que tenemos grandes avances tecnológicos en la microelectrónica, telecomunicaciones, informática, ingeniería de materiales, etc. existen millones de niños, mujeres, hombres que pasan hambre y sufren cotidianamente hambre, inseguridad, marginación. Estas situaciones constituyen una grave ofensa a la dignidad humana y contribuyen a la inestabilidad social.

Otra seria amenaza contra la paz es la extrema pobreza en la que poblaciones enteras conviven diariamente donde la desigualdad entre ricos y pobre se ha hecho más evidente en todas las naciones.

La explotación de los débiles, las zonas de miseria humana, las desigualdades sociales son condiciones que ofenden la dignidad humana y se convierten en trabas para producir condiciones adecuadas para una auténtica paz, en un marco de armónico progreso de la comunidad mundial. Surgen así, grandes desafíos sociales y económicos que debemos afrontar las personas de buena voluntad: combatir la pobreza y miseria, luchar contra las diferencias sociales e injusticias a veces legalizadas, evitar conflictos fraticidas, enfrentar regímenes opresores que interpelan la conciencia de las poblaciones entera; y buscar servir la causa del hombre a través de la defensa de la dignidad de la persona, comprometiéndose con una distribución equitativa de los bienes, y promoviendo de manera armónica y solidaria una sociedad donde cada uno se sienta acogido y amado.

Si el Estado no dedica una atención continua a sus miembros más débiles y no orienta sus acciones a satisfacer por lo menos sus exigencias más básicas, se vuelve frágil e inestable.
El derecho al desarrollo de los países más pobres exige a los países desarrollados el deber de intervenir en su ayuda, es decir de actuar éticamente (entiéndase por ético a aquella conducta conforme a lo que es el ser humano y conforme a los deberes y derechos de las personas que se ven influenciadas por dicha conducta).
Por tales motivos, a favor de la persona, y por tanto de la paz, es necesario aportar con mecanismos económicos correctivos que les permitan garantizar una distribución más justa y equitativa de los bienes. Como menciona Bernardo Kliksberg, no debemos confundir los medios con los fines, y sabremos que estamos mejorando cuando los indicadores claves como años de vida, calidad de vida, desarrollo potencial, índices de nutrición, salud, educación, libertad suben, no sólo cuando el PBI se incrementa. Creemos que basta con eso, sin embargo perdemos el horizonte de por qué es bueno que crezca…. Precisamente porque avanzamos como sociedad. Entonces, no solo basta con que el mercado funcione, sino también es fundamental que la sociedad asuma sus responsabilidades, siendo ente multiplicador de esfuerzos para eliminar las causas de la pobreza y sus devastadoras consecuencias. Debido a ello es necesario trabajar juntos, en solidaridad en un mundo que está interrelacionado y es interdependiente.
Toda persona y todo grupo social tienen derecho a poder proveer a las necesidades personales y familiares y a participar en la vida y en el progreso de la propia comunidad; pero cuando este derecho no es reconocido, los interesados, sintiéndose víctimas de un sistema estructurados de tal manera que no los coge, reaccionan duramente (quién no lo haría?). Esto lo hemos vivido en nuestro país, en la guerra interna que sufrimos desde la década de los 80`s . También los jóvenes, que privados de una instrucción adecuada y con bajas posibilidades de obtener trabajo están expuestos al riesgo de marginación y de explotación.
Existen problemas muy inquietantes que afectan a las personas más olvidadas, los pobres, y por tal razón dichos problemas no permiten que haya paz.

Si quieres la paz, acércate al pobre… no sólo pasa miseria física, sino la indeferencia de nuestro olvido.

Escrito basado en el discurso del Papa Juan Pablo II “Si quieres la paz, acércate al pobre” Leer más »

Tus ojitos soñadores

Acabas de subir a la custer donde yo estoy, te veo y tú no me ves; ni siquiera te percatas de que te miro. Observo tu rostro, tu hermoso rostro y quisiera decirte algo, pero tu no te distraes de tu canto, simplemente abres tu boquita para cantar sin gusto. Tu canto es monótono. Es de noche y nadie te escucha, son tan breves los momentos que pasé mirándote. Tus ojitos marrones con esas hermosas pestañas tuyas me hacen llorar. Son las 10.30pm y tu estás despierto, tu criaturita, que debería estar dormida, pensando en las clases del colegio de mañana, habiendo cenado la sopita de choclo y tomado la leche. Tú, que deberías preocuparte sólo por estudiar, estás parado, cantando una canción desconocida, ni siquiera cantas porque amas cantar… nadie te escucha, nadie te ve. ¿Cuántos años debes tener? ¿Seis, siete, ocho? Dime angelito lindo, qué haces hasta estas horas despierto? Veo tu vulnerabilidad y tu inocencia y quisiera abrazarte y no puedo, porque sé que si lo hago, tú creerás que todas las personas son así, y no, en este mundo uno no puede ser ingenuo. No todos se acercarán a ti con nobles intenciones, y ahora nuestros corazones están tan sanforizados que ni si quiera nos percatamos de lo que significa tenerte cantando a las 10.30pm en una custer llena de gente con una radio a todo volumen.

Hoy vi el rostro de la pobreza… no fueron aquellas cifras tan vacías que me dicen que en el Perú hay 54% de pobres… NO BENDITA SEA! LA POBREZA TIENE EL ROSTRO DE UN NIÑO DE SIETE AÑOS, QUE DEBERÍA ESTAR DURMIENDO Y CUYA ÚNICA PREOCUPACIÓN DEBERÍA SER ESTUDIAR, Y JUGAR FUTBOL…Y NO ESTAR CANTANDO A LAS 11 DE LA NOCHE EN LA CUSTER DE LA RUTA UNIVERSITARIA, JAVIER PRADO SIN QUE NADIE LE HAGA CASO. Y yo que tantas veces había visto niños subir con caramelos y cantar, yo que tantas veces di moneditas sin percatarme de lo que hacía, ahora te estaba viendo a los ojos, esos ojitos marrones, con esas mejillas curtidas por el frío y quería abrazarte y decirte ¿qué haces despierto hasta estas horas? Pero no podía hacerlo… te fuiste tan rápido y me pregunto cómo estará tu corazón, cómo sonreirás, cómo harás para ir a casa. Pensé que no debería ser yo quien te diera cobijo, sino que debería ser tu mamita, aquel ser que te protegió por nueve meses. Me sentí tan impotente de no poder hacer nada por ayudarte, sino darte dos pequeñas mandarinas. Y pensé también que hay personas malvadas que te explotan y todas esa moneditas que juntas van para esos malos seres humanos. ERES TAN SÓLO UN NIÑO… y yo que casi te triplico la edad, estoy yendo a mi casa, donde me esperan mis padres, una cena, una cama con techo y abrigo… y tu? Dónde quedas? ¿qué vas a hacer mañana?¿acaso irás al colegio?¿tomarás desayuno? Desde que estoy en la universidad viajando siempre en la Daewoo o en las custers de Javier Prado, vi muchos niños subir, pero tú has tocado mi alma. Subiste en el paradero de la puerta principal y bajaste en plaza San Miguel en una fría noche nebulosa. Sé que no serás el último pequeñito que vea en esa situación y me siento tan pero tan impotente de no poder hacer nada, salvo dar paliativos momentáneos. ¿Cómo recordarás tu niñez? Principito, no sé tu nombre, ni si quiera me miraste, pero tu rostro quedará grabado en mi corazón. La pobreza no es una estadística vacía… tiene el rostro de un niño suplicando el derecho de vivir una niñez digna, la pobreza tiene rostro, y tiene nombre, son seres humanos con dignidad, con el derecho de realizarse como personas. Nuestros corazones se han sanforizado tanto, que ya ni si quiera nos sorprende verlos subir a la combi. ¿Cuándo despertaremos?

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