Publicado en Correo, 5 de enero de 2015
Nena (Travesía, 2013), primer libro publicado por Álex Rivera de los Ríos (Arequipa, 1987), reúne un conjunto de cuentos donde el fracaso y el pesimismo organizan la mayoría de los relatos. En «El plan maestro» una niña se venga de los maltratos de su hermano mayor ofreciéndole una tuna rellena de orugas; «La captura» narra la fallida detención de un prontuariado asesino serial; en «El puente y la ardilla», un adolescente seductor y decidido se las arregla para dejar en ridículo a su ex novia en el marco de una fiesta juvenil; la inevitable impronta materna convierte a Nena, personaje del cuento que da título al libro, en una extensión de la fatalidad que arrastró a su madre.
La mayor fortaleza de los relatos de Nena radica en el empleo de una prosa muy cuidada, lo cual se observa en la variada adjetivación que acompaña las descripciones de personajes y lugares, que por efecto de acumulación logran perfilar una escena bastante visual. Sin embargo, en algunos pasajes, las expresiones y frases de ciertos personajes no se adecúan a su caracterización. Asimismo, la abundancia de detalles, digresiones o reflexiones accesorias que no suman a la trama de los cuentos restan fluidez a la narración tornándola por momentos innecesariamente ornamental.
No obstante, Nena es el promisorio debut de un narrador que otorga suma importancia al lenguaje y no solo al tema narrado, condición que muchos narradores jóvenes tardan en cultivar.