Publicado en Diario Viral, Arequipa, 13 de febrero de 2021
La ocasión (Premio Nadal, 1987) narra la historia de Bianco, un mentalista italiano quien, luego de una frustrada presentación pública de sus poderes en el París de mediados del siglo XIX, decide radicar en la pampa argentina en el contexto de los estímulos que el gobierno nacional otorga a los migrantes italianos. La emboscada de los positivistas de París, así nombrados por Bianco, ha mermado su autoestima, por lo cual el cambio de residencia le ofrece la oportunidad de empezar nuevamente.
Una vez instalado en la pampa, la historia se enfoca en la relación entre Bianco, Gina, su joven esposa, y su socio Garay López, un incierto triángulo amoroso que agobia a Bianco. Paralelamente, la novela describe el panorama social de los inmigrantes europeos (españoles, italianos, ingleses) seducidos por las bondades de la tierra y la promesa de una vida económicamente resuelta, la azarosa y violenta vida de los gauchos y los indios, escasamente representados, excepto como una presencia que se desvanece ante el avance de los estancieros criollos e inmigrantes.
Un aspecto central de la novela al inicio es la dicotomía entre materia y espíritu. Bianco desprecia la postura de los positivistas quienes a su vez desestiman las facultades que Bianco dice poseer para controlar la materia. Esta oposición se plantea al comienzo como un eje central que posteriormente, no desaparece sino que se transforma: el apasionado mentalista cede lugar al pragmático terrateniente. Al mismo tiempo, Bianco experimenta una merma en sus poderes mentales, los cuales tampoco le interesa cultivar.
Bianco personifica la historia migratoria de la Argentina. “Mitad italiano, mitad inglés”, Andrew Burton en Londres, A. Bianco en Argentina, es un sujeto migrante situado en la indefinición respecto al idioma materno —habla el inglés, el francés, el alemán y el italiano con acento extranjero— y la nacionalidad, escindido entre la lealtad a la nación que lo vio nacer (Italia), la que lo acogió (Alemania) y la ciudad que fue escenario de su fugaz celebridad (París). En este punto, la novela sugiere que la condición básica del sujeto migrante es la diversidad identitaria, la cual acontece incluso antes del encuentro con otros sujetos migrantes.
Esta indefinición es también evidente en la relación triangular entre él, su esposa y su socio. Bianco sospecha de la infidelidad de su esposa, pero no puede comprobarlo. Hay indicios, actitudes, miradas, pero no pruebas concretas. Ni en los momentos más críticos la verdad aflora. Aquí es donde se constata el declive de las facultades mentales de Bianco, quien en sus años de esplendor sorprendía a los espectadores adivinando dibujos, cartas y pensamientos de los voluntarios. Bianco termina sin proponérselo siendo más positivista que mentalista. Y en este giro es fundamental la influencia de Gina, joven, sensual y seductora, una mujer común y corriente conectada con lo más elemental de la vida cotidiana, entregada al placer o a los deberes cuando corresponde. Gina, como la misma pampa, es inescrutable e inabarcable.
La vida matrimonial en el campo introduce a Bianco en un fárrago de actividades mundanas que dificultan la abstracción. En tal sentido, la oposición civilización/barbarie es sucedánea de la oposición materia/espíritu. Europa le ofrecía un contexto más propicio para el desarrollo de sus poderes psíquicos, a pesar de la tenaz oposición de los positivistas de París; en cambio, la pampa argentina no solo inhabilita progresivamente sus facultades sino que lo desestabiliza en lo afectivo.
De manera sutil, Saer aborda la trajinada oposición entre civilización y barbarie sin repasar inútilmente sus tópicos más recurrentes. Se circunscribe a la descripción de las costumbres de los habitantes en las llanuras argentinas, el éxito o fracaso de los inmigrantes y la expansión del comercio. La trama del niño Waldo y su hermana, quien padeciera constantes ataques sexuales de su padre, un gaucho bruto y ebrio ajusticiado por sus propios hijos, muestra la magnitud de la vida en la pampa para quienes no tuvieron la fortuna de convertirse en prósperos estancieros.