Karl Ove Knausgård
La muerte del padre. Mi lucha. Tomo I
Barcelona
Anagrama, 2012
El monumental emprendimiento novelístico de Karl Ove Knausgård titulado Mi lucha forma parte de una tendencia global hacia la autoficción. La muerte del padre (2009), primera entrega de las seis planificadas por su autor, nos coloca ante una novela cuyo argumento se desmarca del ajuste de cuentas entre hijo y padre —tópico muy trajinado en la literatura que explora esta relación—; y se aproxima más a un agudo escrutinio de los afectos familiares.
El padre, según el relato de Knausgård, no es el monstruo mitológico familiar quien una vez muerto es sometido a un implacable juicio literario; tampoco es el más ejemplar de todos. No suscita rencores ni revanchas, más bien inspira cierta compasión por el silencioso drama que su hijo no logró advertir en su momento.
La familia, la escuela, el autoexilio, la gestación de su historia personal y las tardías indagaciones sobre los últimos días del padre son algunas de las líneas argumentales complementarias. No obstante, la escritura de la novela aparece reiteradamente como el motivo central de todos los esfuerzos del narrador, la cual cobrará mayor protagonismo en la segunda parte, Un hombre enamorado. Así, la lucha de Knausgård se divide entre una profunda introspección y la exposición de la vida privada de sus familiares, amigos y esposa configurando una saga que interpela los límites de la ficción.