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LA POÉTICA DE ANNE SEXTON

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Anne Sexton, seudónimo de Anne Gray Harvey, se encuentra entre las más notables poetas norteamericanas contemporáneas de la tendencia poética confesional. Nació en Newton (Massachussets) el 9 de noviembre de 1928 y falleció en Boston el 4 de octubre de 1974. Estudió en el Garland Junior College y vivió casi toda su vida en Boston. Casada a los 19 años, y después de haber nacido su primera hija en 1953, ingresó en un hospital psiquiátrico para reponerse de un intento de suicidio. Fue su médico quien la apoyó para que desarrollara el interés en la poesía que había mostrado en la escuela secundaria. Condujo su carrera inmersa en un contexto de desórdenes mentales que eludieron cualquier diagnóstico, pasando por repetidas hospitalizaciones en clínicas mentales. En 1957, conoció a la también poetisa Silvia Plath, y a partir de entonces sus vidas se unieron en una relación que lindaba la identificación mutua y la rivalidad poética. Fue profesora en la Universidad de Boston y en la de Colgate y en 1968 fue distinguida por la Universidad de Harvard por la totalidad de su obra. Considerada “poeta confesional”, junto a Silvia Plath, Robert Lowell y W.D. Snodgrass, ofreció en su poesía una mirada íntima de su angustia emocional.

Sus versos poseen una elevada carga emocional autorreflexiva; además, se caracterizan por abordar temas como la culpabilidad en la infancia, la enfermedad mental, la maternidad, y la sexualidad femenina. Su poética destaca por las imágenes contundentes que alternan con versos de extraordinaria cadencia. De manera insólita, Sexton irrumpió en la escena literaria al transformarse de un ama de casa a una de las principales figuras de la literatura a inicios de los años 60. El arte y la vida de Anne Sexton tuvieron un correlato con los principios del movimiento feminista contemporáneo, llamando la atención sobre la existencia opresiva de la cual era víctima la mujer de clase media en la sociedad norteamericana.

Como poeta confesional, los escritos de Sexton son, en muchos sentidos, un registro autobiográfico de su lucha para superar los sentimientos de culpa, pérdida, insuficiencia, y de la desesperación suicida que la atormentaron. Inspirada en varios años en los que estuvo bajo tratamiento psiquiátrico, su poesía cuidadosamente elaborada construye un yo poético que se dirige a menudo al lector como una hija, esposa, amante, madre o paciente psiquiátrico. Su primera obra, To Bedlam and Part Way Back (1960), consiste en poemas escritos poco después su encierro en un hospital psiquiátrico. “The Double Image”, uno de los poemas más destacados de esta publicación, es una sucesión de siete poemas que describen el distanciamiento de Sexton con su madre mediante la descripción imaginaria de dos retratos que se miran uno al otro desde paredes opuestas. “Unknown Girl in the Maternity Ward”, que trata de una madre soltera que se prepara para abandonar a su niño ilegítimo alude a su sentimiento de culpa acerca pérdida de la custodia de sus hijos. Otro poema significante en el libro, “For John, Who Begs Me Not to Enquire Further,” consiste en la réplica de Sexton a la crítica que hizo John Holmes acerca de su estilo confesional. Los poemas de All My Pretty Ones ilustran la aptitud de Sexton en lo referente al trabajo de ritmos musicales e imágenes. El volumen contiene los poemas frecuentemente antologados “The Truth the Dead Know” “All My Pretty Ones”, “The Abortion” y “Letter Written on a Ferry while Crossing Long Island Sound,” los cuales desarrollan el tema de los sentimientos de pérdida. “With Mercy for the Greedy”, también perteneciente a este volumen, manifiesta el interés de Sexton por los motivos cristianos en muchos de sus trabajos posteriores. Los poemas de Live or Die exploran la vacilación constante de Sexton entre la vida y responsabilidad maternal, y su atracción al suicidio. Su obsesión con la muerte, un tema siempre presente en toda su trabajo, es explícito en los poemas “Sylvia’s Death,”, sobre el suicidio de Sylvia Plath, y “Wanting to Die”, el cual contrasta con la afirmación de la vida en el poema “Live”, ubicado al final del volumen. También, están incluidos poemas muy conocidos como “Flee on Your Donkey,” “Menstruation at Forty,” “The Addict,” “Little Girl, My Stringbean, My Lovely Woman,”, un tierno himno de alegría dedicado a su hija, y “Somewhere in Africa,”, un homenaje con motivo de la muerte de John Holmes. Menos involucrado con el trauma psíquico, Love Poems contienen versos que transitan desde la representación del deseo erótico en “The Breast”, “Song for a Lady” and “Eighteen Days Without You”; el elogio de la feminidad en “In Celebration of My Uterus” el dolor del fin del amor en “For My Lover, Returning to His Wife”, “You All Know the Story of the Other Woman” y “The Ballad of the Lonely Masturbator”; y la relación con su marido en “Loving the Killer”. Transformations (1971), es una colección de los cuentos de hadas de los hermanos Grimm flojamente reinterpretados y escritos con el propósito de realizar una sátira punzante y de humor negro en los que critica la noción de los finales felices o convencionales. Los últimos volúmenes publicados por Sexton revelan que la poeta está atravesando una profunda angustia, pues impregna su obra con una morbosidad creciente y vehemente religiosidad. Los temas de la alienación, muerte, y liberación son evidentes en “The Death of the Fathers” y “The Jesus Papers” pertenecientes a The Book of Folly (1972); “The Death Baby” y “O Ye Tongues,” una sucesión de salmos en The Death Notebooks (1974); y “The Rowing Endeth”, el último poema abiertamente religioso del volumen The Awful Rowing Toward God (1975) en que el portavoz llega a “la isla llamada Dios” para jugar una mano de tarjetas con el mismo Dios. El resto de la poesía de Sexton está reunido en los volúmenes póstumos 45 Mercy Street (1976) y Words for Dr. Y (1978).

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Anne Sexton es reconocida como una poeta americana representativa de la época de postguerra. Asimismo, es considerada entre las representantes más talentosas de la primera generación de poetas confesionales junto con Robert Lowell y Sylvia Plath. Los críticos frecuentemente destacan la naturaleza dual de la poesía de Sexton: el proceso catártico y el impulso destructivo. Mientras muchos reconocen el valor del elemento vivencial y confesional de su poesía, como la transmisión de sus experiencias dolorosas y los temas tabúes en el arte, otros han condenado los tales temas como exhibicionismo oportunista. El poeta y novelista James Dickey escribió en una reseña sobre To Bedlam and Part Way Back (1960) que “Uno siente la tentación de abandonar estos poemas en el bote de basura antes que enfrentar un sufrimiento tan explícito”. De otra parte, muchos críticos disciernen los motivos arquetípicos profundos en su trabajo, particularmente las alusiones al mito de Edipo en los temas de incesto y la búsqueda implacable de la verdad prohibida, y el complejo manejo de su propia búsqueda del significado espiritual en, por ejemplo, The Awful Rowing Toward God. Una voz poética mordaz que escribió con franqueza sobre la sexualidad y la enfermedad mental ofreció un ejemplo de honestidad para muchos de sus lectores. Lo que es innegable es que Anne Sexton permanece entre las poetas más importantes de su generación.

Alicia Ostriker compara la poesía de Anne Sexton con la de Ezra Pound y Keats. Considera que el programa poético con el que inició Sexton su primer volumen de poemas continuó presente a lo largo de toda su obra: el compromiso con una visión erótica del arte y la vida. En su opinión, cuando Sexton conoció a los poetas de su generación se dio cuenta de que ellos manejaban el “lenguaje” que a ella le interesaba y que le ayudaría a canalizar sus inquietudes vivenciales. A decir de Diane Middlebrook, el “lenguaje” al que se refería Sexton era el de la metáfora, un lenguaje libre de la censura que sirve para comunicarse con el yo interior.

J. D. McClatchy opina que los poemas de las poetas confesionales, en especial Sexton, crean el efecto de ser una crónica vivencial para el lector. Esta necesidad de registrar el paso del tiempo es más evidente en Live or Die donde los poemas no están dispuestos según una particular cronología narrativa, sino más bien de acuerdo a una cronología que se va componiendo progresivamente, especificando de manera detallada las referencias espacio-temporales que rodean la escritura del poema. Esta referencia a los detalles de tiempo y lugar se vuelve un método retórico de definición y descubrimiento, y apunta, finalmente, a los fundamentos esenciales de la poesía confesional, pues ¿cómo puede comunicar todo lo que es relevante de mi ser individual, sino a través de la exposición transparente de la experiencia acumulada? Mc Clatchy destaca que la retórica de la poesía confesional se alimenta del psicoanálisis freudiano, pues se trata de una manera de indagar en el propio yo del sujeto con la finalidad de exponer su interioridad venciendo las propias barreras de autocensura y represión que podrían crear un rechazo del propio yo. Se trata de una estrategia inversa a la que recurrieron los poetas vanguardistas que consistía en transfigurar, disfrazar o simbolizar la realidad interna o externa y representarla en la poesía. Sexton, como el resto de poetas confesionales de su generación, no tuvo como prioridad recurrir a la paradoja, la elipsis o la ambigüedad: obtuvo los mismos efectos en el lector mediante otros caminos, tales como la presentación directa de su drama personal.

Greg Jonson tiene una opinión diferente respecto al confesionalismo en la poesía de Sexton. Para comenzar, considera que el término confesional es muy engañoso y que puede inducir a gruesos errores de interpretación de la poesía clasificada en esta tendencia. Incluso, le parece que la mayoría de las veces la poesía de Sexton no es confesional en estricto sentido. También, discrepa de la afirmación de que el principal motivo de su poesía sea la muerte. A diferencia de Sylvia Plath, Johnson sostiene que eje articulador de la poética de Sexton es la vida. Esto es importante para concederle mayor independencia a su poesía respecto a la de Plath, de cuya obra muchos críticos consideran que Sexton es completamente deudora y tributaria.

Otra opinión contrastante con la de la mayoría de los estudiosos de la obra de Sexton es la de Karen Alkalay-Gut. Manifiesta que buena parte de su popularidad se basa en el hecho de ser percibida a menudo como un tipo de víctima, y hasta muy recientemente, la crítica se enfocó, principalmente, en su vida escandalosa y perturbada. Esto es notable en la década siguiente a la publicación de la excelente biografía de Diane Middlebrook (1991), la cual sugiere que el trabajo de Sexton solo destaca por la construcción de una mujer controlada por su locura. No obstante, Karen Alkalay-Gut sostiene que uno de los principales aportes de la poesía de Sexton radica en la reconceptualización de sí misma así como en una nueva mirada a los conceptos contemporáneos de arte e identidad.

Anne Sexton convirtió la experiencia de ser mujer en un tópico central dentro de su obra y a pesar de soportar críticas por hablar de temas como la menstruación, el aborto, el incesto, la homosexualidad y la adicción a las drogas, es evidente que su talento como poeta trascendió cualquier controversia. Se suicidó en 1974 inhalando el monóxido de carbono de su coche. Sin embargo, su poesía permanecerá como testimonio de una de las voces más importantes de la poesía norteamericana de mediados del siglo XX. Sigue leyendo