El Galeao

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Hace unos meses, lei un gran aviso publicitario en el cual la empresa administradora del Jorge Chávez se complacía en informar que nuestro primer aeropuerto había sido reconocido como el mejor de Sudamérica. La verdad, me costó creerlo, aunque era conciente de que carecía de referentes para compararlo con otros aeropuerto del continente. El Arturo Merino Benítez de Santiago de Chile de hecho no es superior al Jorge Chávez, pero el Ezeiza de Buenos Aires nos supera en tamaño, frecuencias y cantidad de líneas aéreas que llegan a esa ciudad. Sin embargo, a pesar de carecer de puntos de comparación, me resistía a aceptar -tal vez por esa natural actitud de los peruanos a creer que no estamos preparados para afrontar grandes retos- que el Jorge Chávez era el aeropuerto más moderno de esta parte del mundo.

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No era la primera vez que tenía noticia de algo semejante. Hace algunos años atrás, leí en un antiguo número de Caretas que luego de su inauguración durante el primer gobierno del Arq. Fernando Belaúnde Terry el Jorge Chávez había sido reconocido como terminal aéreo más moderno de Sudamérica. Hoy, cincuenta años después, me pregunto por qué le habrán otorgado ese reconocimiento nuevamente y cuáles serán los criterios de evaluación.

Pero el motivo de esta nota no es el Jorge Chávez sino el Galeao de Río de Janeiro. También es conocido como Antonio Carlos Jobim, en homenaje al autor de “Garota de Ipanema” y la “Samba do aviao”. Estos son dos de sus temas más emblemáticos y que identifican el sentir de los cariocas por su ciudad y, posiblemente, inclinaron la balanza en favor de Tom Jobim al momento de elegir un nombre, pues lugares públicos que hayan adoptado los nombres de músicos, artistas, poetas y escritores fascinados por la ciudad del carnaval más famoso del mundo abundan por doquier. Por ello, no debería sorprender que muchas instituciones, fundaciones, plazas, calles, parques y edificios tengan el nombre de un personaje famoso.

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El Galeao posee dos terminales: uno para vuelos nacionales y otro para internacionales. Aparte hay un aeropuerto exclusivamente para vuelos nacionales; es el Santos Dumont, ubicado en la zona portuaria. Comparado con el Jorge Chávez, el Galeao tiene una mayor extensión en el área de las pistas de aterrizaje y las instalaciones del terminal son también mas amplias. No obstante, lo que gana en tamaño lo pierde en presencia, pues luce muy austero y modesto. Desde afuera, apenas es visible el nombre; lo que más destaca es un enorme edificio de concreto gris. No hay grandes avisos luminosos o carteles publicitarios que sugieran la llegada a un aeropuerto (como sí ocurre a lo largo de la avenida Faucett en el tramo previo al Jorge Chávez). Mientras nuestro primer terminal aéreo lucha cada vez más contra la urbanización de sus alrededores, por lo cual se ve obligada a litigar con sus numerosos vecinos para expropiar sus viviendas, el Galeao se encuentra lo suficientemente lejos de la ciudad, de manera que no enfrenta estos problemas.

Al caminar por sus amplios corredores siento como si estuviera dentro de un enorme hospital u otro edificio de tipo estatal debido a la opacidad de sus paredes, pisos y columnas solamente interrumpidas por los monitores que anuncian a todos color las llegadas y salidas de vuelos. La sala de comidas (food court) no es nada ostentosa ni impactante como la que se encuentra en el Jorge Chávez (que poco a poco parece Plaza San Miguel o el Jockey). La del Galeao es muy espaciosa, ordenada, sí, pero muy discreta. No hay franquicias comida rápida una tras otra y las tiendas de ropa son tan sencillas que me recuerdan a las galerías de Gamarra con sus pequeñas puertas y vitrinas que aprovechan el menor espacio al máximo.

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La sala de espera para pasajeros es un poco más elegante. Allí están las tiendas Duty Free y franquicias de reconocidas marcas de ropa internacional. Infraero, empresa que administra el Galeao, se ha tomado muy en serio su labor; por ello, podemos afirmar que el Antonio Carlos Jobim es estrictamente un aeropuerto que brinda las comodidas necesarias para atender a un pasajero, pero, definitivamente, dista mucho de ser lucir como un Megaplaza con pista de aterrizaje, como sí lo parece el Jorge Chávez. Quizás por el comfort que este último ofrece a los pasajeros, la detallada señalización y lo moderno de sus instalaciones lo hayan hecho merecedor de un reconocimiento internacional.

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Sin embargo, la mayor ventaja que posee el Galeao sobre el Jorge Chávez es que en el primero el transporte desde el aeropuerto no está diseñado para favorecer los caprichos de un grupo de empresas de taxi que controlan el monopolio del traslado de pasajeros. Cualquier taxi -todos están empadronados, no hay taxis de privados- puede ingresar y dejar o llevar pasajeros si este así lo desea. Además, una gran ventaja es que el transporte público también ingresa al aeropuerto. Algunas líneas cubren las principales rutas del aeropuerto hacia las zonas más estratégicas de la ciudad desde donde los pasajeros pueden continuar su ruta hasta su destino final. Son buses diseñados para especialmente para este tipo de transporte. De esta manera, es el pasajero quien decide y no la empresa administradora del aeropuerto ni los taxistas que con su anuencia parecen haber tomado por asalto el parqueo en el Jorge Chávez.

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4 pensamientos en “El Galeao

  1. giu

    meu amigo

    creo que tu punto de vista sobre el jorge chavez sea un poco critico,¿cual es el problema de que nuestro aeropuerto sea un mega plaza con pista de aterrizaje? no creo que sea malo, como lo es cuando los stand en las feria internacionales sean puestos ambulantes barrocos sobrecargados de comida, ropa, inkakola y kingkones. No pues, no seas critico con nuestra sempiterna idiosincracia

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  2. Arturo C

    Giu, reconozco que el JCH es muy moderno y atractivo y ello tb debe gustar a los turistas o a quienes frecuentan, pero en mi comparacion rescato lo que tiene nuestro JCH a favor y precisamente es esto de los restaurantes y la iluminacion lo que le da vida. Y tb comento lo que me parece un abuso: los taxistas. en el balance me quedo con el JCH.

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  3. giu

    bueno, yo me quedo con la pista de aterrizaje, perdon, el Rodriguez Ballon de Aqp. Además, creo que un aeropuesto debe ser discreto y no un minimercado donde puedas encontrar de todo. Culantro, pero no tanto, dice el dicho

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