Es real que las elecciones en USA están al fuego vivo y que no se puede proyectar una previsión cierta sobre que candidato ganará en la casa doméstica, el empate técnico en las encuestas levemente favorable a Obama frente a McCain, no permite aún delinear una perspectiva del desenlace electoral. La incertidumbre podría durar hasta el conteo electoral de la elección general del 4 de noviembre.
Depende mucho de la coherencia, la moderación y la inteligencia astuta del proyecto electoral de Obama para movilizar en su campaña la resiliencia positiva en las representaciones colectivas de la nación, desvastada por la era de las administraciónes Bush. Su posición favorable en el “voto registrado” tiene que volcarse en el “voto probable” donde está en desventaja con MacCain. Consolidarse en el voto hispano probable -no sólo en el registrado- es una clave en este propósito. Será muy importante para esta misión la calidad de su proyecto concreto en las visitas a países estratégicos de América Latina.
La semana pasada, Barack Obama había podido recibir una bienvenida tan calurosa en Buenos Aires o Bogotá como la que tuvo en Berlín. Como Europa y gran parte del mundo, América Latina está cansada con George Bush y ansiosa por un cambio.
Algunos latinoamericanos abrigan una comprensible inquietud por las posiciones de Obama sobre el comercio y otros temas, pero debería estimularlos el gran tour de ocho países que el virtual candidato demócrata acaba de hacer. En el campo minado -política y religiosamente- del Oriente Medio, mostró empatía por las sensibilidades nacionales y comprensión de complicados problemas. Estas cualidades le servirán mucho cuando viaje a América Latina y escuche las preocupaciones por la pobreza, las drogas, el crimen y la inmigración.
Obama sigue siendo un tablero en blanco sobre el cual todos proyectan sus aspiraciones. Algunos ven una fuerza progresista comprometida con el cambio; otros ven un conciliador moderado. Esto explica el entusiasta apoyo que recibe, pero también por qué la carrera con John McCain sigue reñida. Muchos votantes sienten que Obama es aún desconocido y, en un tiempo de incertidumbre, un riesgo muy grande.
Este viaje fue descrito por McCain como prematuro y por otros como presuntuoso, pero mostró que Obama es pragmático y realista cuando se concentra en un problema. Aunque su oposición a la guerra de Irak fue la razón de su actual éxito político, su plan de retiro de 16 meses parece cada día menos firme. En cuanto a Oriente Medio, quiere reimpulsar el proceso de paz entre Israel y los palestinos, pero comprende que la confianza de Israel en E.U. es vital para la seguridad regional. Y a pesar de preferir la diplomacia multilateral, ha adoptado una línea dura hacia Irán. Ha dicho: “El mundo tiene que evitar que Irán obtenga un arma nuclear”.
Lo más impactante es que Obama propone reforzar la presencia militar de E.U. en Afganistán, que considera el frente principal en la guerra al terrorismo. Quiere concentrarse en la que ve como una “guerra de necesidad” en Afganistán y frenar la “guerra de elección” en Irak. Como pasa con su plan de retirada de Irak, ha tenido la suerte de que los hechos en Afganistán y el consenso político sobre la forma de responderlos han seguido su posición anterior. ¿Revela todo esto exactamente cómo se ocupará de América Latina si gana en noviembre? No. Su oposición al TLC con Colombia debe ser entendida como una táctica electoral, pero no hay garantía de que cambie de opinión si llega a la Casa Blanca. Sin embargo, sus opiniones cada vez más realistas sobre Oriente Medio sugieren que podría adoptar una firme posición respecto a temas semejantes de seguridad en América Latina, así como apoyó al presidente Uribe tras el bombardeo al campamento de las FARC en Ecuador.
El músculo que empieza a mostrar la política exterior de Obama parece confundir a Hugo Chávez, que ha abandonado su anterior optimismo sobre una presidencia de Obama, diciendo: “Por igual (los dos candidatos) nos atacan, nos atacan defendiendo los intereses del imperio”. Chávez, después de todo, tiene una estrecha alianza política y económica con Irán, y nunca ha aceptado que la de Afganistán sea una “guerra de necesidad”.
No está claro cuándo Obama podrá concentrar su atención en América Latina, hasta ahora ignorada en la campaña, salvo de modo secundario en los temas de comercio e inmigración. Él no conoce la región, mientras McCain nació en la zona del Canal de Panamá y ha hecho muchos viajes a América Latina, incluyendo el reciente, como candidato, a Colombia y México. Si es elegido, Obama deberá enfrentar los temas de mayor preocupación para los latinoamericanos y adoptar posiciones frente a ellos. Inevitablemente, muchos se sentirán desilusionados. Pero su reciente viaje mostró su inclinación a escuchar a todas las partes y buscar soluciones pragmáticas. Esa receptividad sería un aliento de aire fresco.”
Michael Schifter
Vice-President
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