La película cuenta tres historias paralelas de tres personas afectadas por la muerte de diversas maneras, que al final se encuentran mágicamente en Londres. El actor Matt Damon, interpreta a un trabajador de cuello azul que trabaja en una empresa en San Francisco, CA, USA, George, psíquico, que tiene el poder de comunicarse con los muertos. La actriz, Cécile de France, periodista de la televisión francesa, Marie, que sobrevive más allá de la imaginación a un tsunami en Indochina. Y, los actores niños, Frankie y George McLaren, Marcus y Jason, un niño inglés y su hermano gemelo mayor, el último de los cuales muere en un accidente de coche. La puesta en escena de esta historia sobre la muerte es excepcional, el tsunami en Indochina que devasta todo, la furia de la naturaleza infringe destrucción y muerte masiva, allí es donde a horcajadas entre la vida y la muerte, Marie, vuelve a vivir.
Hereafter (Más allá de la vida), nos envuelve en el misterio de lo desconocido: la muerte. Lo trascendente desconocido, que no se resuelve en fórmulas simplistas, como el paso a la nada o el paso a la vida eterna, ya lo planteó con hondura Emanuel Levinas. La muerte es y será por siempre un interrogante impenetrable.
Los grandes directores son artistas con una monumental cultura, los críticos de cine no lo son, salvo excepciones. Muchos críticos de cine no entienden Hereafter (Más allá de la vida), de Eastwood, carecen de la visión del proyecto estético, del saber de la creación artística y no capturan el instinto esclarecido por la inteligencia del gran director, salvo rarezas. Recorrer los comentarios en Internet sobre está excelente película es de pena.
La muerte con que nos encontramos “en el rostro del otro”, no es ni el “paso a la nada”, ni es el “paso a otra existencia distinta”. La muerte es una no-respuesta, el paso a lo desconocido. Como reflexiona notablemente, Jacques Derrida, en Adios a Emmanuel Levinas. Palabra de Acogida.
Este es el sentido profundo de la exploración en la muerte de Clint Eastwood, en Hereafter, más allá de la vida y más allá de la muerte. En el fondo, se podría decir, que toda la obra de madurez del gran director, desde Mistic River, 2003, hasta Hereafter, 2010, (Unforgiven, 1992, es un notable punto de inflexión, de lo que va a venir luego como creación cinematográfica), estamos ante una exploración mística, entre la experiencia y la imaginación, de la muerte como no-respuesta.