David, perseguido por el rey Saúl, luego de vencer a Goliat y a los filisteos, tuvo años después que refugiarse entre los filisteos, para proteger su misión. En la Escritura judeo cristiana, el Dios-Amor, rechaza a los reyes. Dios-Amor, paradojalmente, amó al rey David. (1 Samuel.18-31).
¡Te odio, porque te amo!
Amor y desamor, estoy contra la pared, eso es lo que me toca.
Amor, es desamor.
Desamor, es amor.
Vivo y muero de amor y desamor.
Tu serás mi anfitriona y yo tu huésped, en la morada del amor y del desamor, hasta la muerte.
Tierra cálida y dura. El rincón de los muertos. El misterio de la vida.
Sólo el desamor desgarra el alma, hiere el corazón. ¡No la muerte!
Pero, nada está dicho, todo está desdicho, más bien.
Amadeus andino y universal, me refugiaré en la piedra sagrada de la Tierra Wanka, para curar mis heridas de alma. Aunque la guerra y la paz se jueguen en ese teatro provinciano y universal.
Adiós, amor y desamor, eres tan poéticamente real.
Las Rosas Sangrantes
Salvador Dalí
Salvador Dalí
Fuente: http://ceibodelparana.blogspot.com/2009/05/volver-decir-amor.html