A Mar, ángel de bella luz del tiempo sin tiempo
Es sorprendente, desde muy joven tomé contacto con la vida y la obra del mahatma Gandhi, este renacer se fue situando en la trama del Concilio Vaticano II y en el pensamiento y la acción del papa Juan XIII, así como en el posconcilio en América Latina y en el mundo. Viene luego un tiempo de oscuridad en la Iglesia, el papa Francisco vuelve a traer luz, más luz a una Iglesia corrompida: el dolor de los niños vejados clama al cielo. Mi obra escrita está muy marcada por este itinerario espiritual.
En el encuentro amoroso contigo, Mar, tomo consciencia del Cristo viviente y del Buda viviente, en mi mundo interno y externo a la vez. Profunda novedad en mi espiritualidad laica y en la ética que la acompaña. Es un recorrido de toda mi vida, me hago libre e independiente, llevando la tolerancia a sus últimas consecuencias contra toda intolerancia, donde puedo “ser yo mismo” (expresión muy cara a tu pensamiento y a tu sentimiento).
No sabiendo, solo agradeciendo, siempre agradeciendo.
“Extraordinaria tu larga búsqueda en relación directa con tu ser interior desde siempre, solo la vida te va llevando de la mano, a través de esa necesidad de poética humildad que te conduce hacia el entretejido final de amor y de espiritualidad que emanas, igual que en tus bellos escritos.” Mar.
Fotografía: Cristo y Buda