A finales de los años 90 del siglo pasado, era impensable que el proyecto de los jóvenes urbanos de Lima y de las ciudades intermedias del Perú, tuviera posibilidad alguna de concretarse. Su mito del progreso era que los respeten en su dignidad como jóvenes contra la estigmatización, que les den la oportunidad de capacitarse para el trabajo, y finalmente, el lograr obtener un puesto de trabajo y unos ingresos que les permitieran salir adelante en la vida con su familia. Su desapego total de la política era notable en las voces de los jóvenes, mujeres y varones, en los grupos focales. El entorno en ese tiempo no lejano, era el de la gran crisis y el del terrorismo que lego el alanismo (1990-1992), y el del régimen fujimorista después del golpe del 2 de abril de 1992.
Es en ese momento cerrado de la vida peruana, en base a ocho notables Focus Groups, escribí sobre estos jóvenes, titulando el estudio, El inconformismo de los jóvenes populares de Lima: del mito del progreso al mito de Sísifo.
http://issuu.com/manuelpiquerasluna/docs/el_inconformismo_ok__3_
A inicios del siglo XXI, a menos de dos décadas de su arranque, en un contexto sociocultural de crecimiento económico con crisis institucional, el mito del progreso de los jóvenes populares urbanos de Lima y de las ciudades intermedias del país adquiere posibilidades de concretarse.
El Instituto de Estudios Peruanos (IEP), ha publicado recientemente el libro, Becas, bases y votos: Alianza para el Progreso y la política subnacional en el Perú, del sociólogo Rodrigo Barrenechea, “que analiza el caso del partido que lidera César Acuña y los factores que explican su éxito electoral en los últimos años.”.
En otro estudio que se está realizando en la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la PUCP, empleando Focus Groups, sobre los jóvenes de las universidades César Vallejo, revela una alta motivación de los jóvenes para ser formados en las capacidades y habilidades que les permitan acceder a un trabajo en la empresa privada con alta rentabilidad, mostrando por medio de los grupos focales, una fuerte identificación con el empresario trujillano exitoso de la educación superior, César Acuña.
Esta novedad que comienzan a mostrar los estudios cualitativos más serios, sobre el mito del progreso en los jóvenes en las universidades César Vallejo, obligan a enfrentar dos retos urgentes aquí y ahora:
1. De un lado, es esencial la relación entre los jóvenes emprendedores, con sus derechos y con sus deberes.
2. De otro, es un momento adecuado que genera la nueva Ley universitaria, haciendo de la Maestría una exigencia para fortalecer la calidad docente (se deberá tener maestría como mínimo para ejercer docencia), acorde con la fuerte motivación de los jóvenes emprendedores vallejianos.