A pesar de vivir en esta Tierra de nuestros dolores y alegrías, el papa Francisco, nos da esperanza, ánimo, regocijo
Francisco es de una gran humanidad, paradojal combinación entre un gran espiritual y un gran político en el sentido más alto de la palabra. Me trae a la memoria a Ignacio de Loyola: “Amigo de Dios, amigo del pobre”, “Actúa como si todo dependiera de ti, confía como si todo dependiera de Dios”. Llamarse Francisco lo viste bien de la sencillez maravillosa de Francisco de Asís.
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