Luis Buñuel: “Soy ateo, gracias a Dios”. Meditaciones en la celebración de la Semana Santa.
Hablar sobre la religión en Luis Buñuel (1900-1983) es tratar una de las grandes intuiciones poéticas del genial cineasta que pasó su vida entre España, México, Estados Unidos y Francia. Este rebelde inconformista no desafió tanto a Dios como a la religión organizada. Su vigencia en la actualidad, es un haz de luz.
Buñuel se definió en ocasiones, como cultural y nostálgicamente cristiano; otras como ateo, gracias a Dios. Todo en él es profundamente paradojal: local y universal, amoral y puritano, realista y surrealista, artístico y comercial, político y apolítico, imposible de clasificar en su originalísima creatividad.
Seguí desde muy joven sus geniales películas, acudo a mirarlas una y otra vez. Me sorprendió mucho cuando falleció y pude leer por fin, Luis Buñuel, Mi último suspiro. Memorias, Plaza & Janés. Barcelona: 1982, publicado meses antes de su partida, un escrito de cabecera que me acompaña intelectual y vitalmente, por siempre.