Archivo por meses: octubre 2010

En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos

Este bello poema de Federico García Lorca, leído en el monumental estudio de mi abuelo, Manuel Piqueras Cotolí, en la casa grande de mis bisabuelos Sánchez-Concha Aramburu, en Malambito, despertó mi pubertad.

Este poetizar está depositado en la memoria de mi adolescencia, me abrió al amor y al desamor, el combate existencial esencial. El fruto prohibido, desde Adán y Eva en el Génesis, despierta a la vida y a la libertad, en esta Tierra cálida y dura.

“Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído,
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.

Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo el cinturón con revólver.
Ella sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna
relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.
Me porté como quién soy.
Como un gitano legítimo.
La regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.”

Federico García Lorca (1898 – 1936), La Casada Infiel. 6. A Lydia Cabrera y a su negrita

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El amor y el desamor: combate existencial

David, perseguido por el rey Saúl, luego de vencer a Goliat y a los filisteos, tuvo años después que refugiarse entre los filisteos, para proteger su misión. En la Escritura judeo cristiana, el Dios-Amor, rechaza a los reyes. Dios-Amor, paradojalmente, amó al rey David. (1 Samuel.18-31).

¡Te odio, porque te amo!

Amor y desamor, estoy contra la pared, eso es lo que me toca.

Amor, es desamor.

Desamor, es amor.

Vivo y muero de amor y desamor.

Tu serás mi anfitriona y yo tu huésped, en la morada del amor y del desamor, hasta la muerte.

Tierra cálida y dura. El rincón de los muertos. El misterio de la vida.

Sólo el desamor desgarra el alma, hiere el corazón. ¡No la muerte!

Pero, nada está dicho, todo está desdicho, más bien.

Amadeus andino y universal, me refugiaré en la piedra sagrada de la Tierra Wanka, para curar mis heridas de alma. Aunque la guerra y la paz se jueguen en ese teatro provinciano y universal.

Adiós, amor y desamor, eres tan poéticamente real.

rosas sangrantes
Las Rosas Sangrantes
Salvador Dalí

Fuente: http://ceibodelparana.blogspot.com/2009/05/volver-decir-amor.html Leer más »

Los fantasmas del Inca Garcilaso y de Mario Vargas Llosa

Desde mi juventud no había vuelto a leer, Comentarios Reales, del Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), estoy maravillado con esta obra maestra del Siglo XVI. Esta relectura de madurez, de la más grande fábula escrita a horcajadas entre la realidad y la imaginación, hace casi 500 años, me ha fascinado.

El breve y bello ensayo de Mario Vargas Llosa, El Inca Garcilaso y la lengua de todos (2010), me estímulo a volver sobre el más grande escritor hispanoamericano fundacional. Mi alegría ante el merecido Premio Nobel de Literatura 2010, a Vargas Llosa, talento de la lengua de la Mancha, me lleva a escribir esta breve memoria del bien retornado.

Comentarios Reales, presenta un mundo fantasmagórico, uno de los pasajes que más me sorprendió en mi nueva lectura fue la aparición de Pachakutek, príncipe joven y exiliado por su padre, el Inca Yáhuar Huácac (maldecido por ser un: “Llora Sangre”), de Viracocha Inca:

“El príncipe, puesto ante su padre, le dijo:

– ‒ Sólo Señor: sabrás que estando yo recostado hoy a mediodía, no sabré certificarte si dormido o despierto, debajo de una gran peña de las que hay en los pastos de Chita, donde por tu mandato apaciento las llamas de nuestro padre el Sol, se me puso por delante un hombre extraño, en hábito y en figura diferente de la nuestra. Porque tenía barbas en la cara de más de un palmo y el vestido largo y suelto que le cubría hasta los pies. Traía atado por el pescuezo un animal no conocido. El cual me dijo:

– “Sobrino: yo soy el hijo del Sol y hermano del Inca Cápac Yupanqui y de la Coya Mama Ocllo Huaco, su mujer y hermana, los primeros de sus antepasados. Por el cual soy hermano de tu padre y de todos vosotros. Me llamo Viracocha Inca. Vengo de parte del Sol nuestro padre a darte aviso, para que los des al Inca mi hermano, cómo toda la mayor parte de las provincias del Chinchaysuyo sujetas a su imperio ‒ y otras de las no sujetas‒ están rebeladas y juntan mucha gente para venir con poderosos ejércitos a derribarles de su trono y destruir nuestra imperial ciudad del Cuzco.“.

En este épico, caballeresco y sincrético relato del Inca Garcilaso, el joven Pachakutek es rechazado por su padre y regresado al exilio, luego de contar su sueño ante su padre y la corte de los orejones. Cuando los alzados del Chinchaysuyo se acercan a la ciudad del Cuzco, el Inca Yáhuar Huácac, huye desamparando a la ciudad imperial. Pachakutek, es avisado y retorna a socorrer la ciudad sagrada, vence a los invasores, derroca benévolamente a su padre y asume la autoridad del imperio del Sol.

He tenido la misma intuición, como lector, que la que Mario Vargas Llosa revela en su magnífico breve ensayo, “El Inca Garcilaso y la lengua de todos” y en la entrevista “Mario Vargas Llosa conversa sobre el Inca Garcilaso con Ráquel Chang-Rodríguez”•.

Como ilumina Vargas Llosa en, El Inca Garcilaso y la lengua de todos : “Pero, si hay que buscar un principio en el largo camino del español, desde sus remotos orígenes en las montañas asediadas de Iberia hasta su formidable proyección presente, no estaría mal señalarle como fecha y lugar de nacimiento los de los Comentarios Reales que escribió, hace cuatro siglos, en un lugar de Andalucía, un cuzqueño expatriado al que espoleaba una agridulce melancolía y esa ansiedad de escribidor de preservar la vida o de crearla, sirviéndose de las palabras”.

Gracias, Mario Vargas Llosa.

• Ráquel Chang-Rodríguez, Ed., Entre la Espada y la Pluma. El Inca Garcilaso de la Vega y sus Comentarios Reales. Edición y traducción de Ráquel Chang-Rodríguez. Fondo Editorial. Pontificia Universidad Católica del Perú.Lima: 2010.

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Mario Vargas Llosa
Fuente: http://tbpd.wordpress.com/2010/01/14/mario-vargas-llosa-y-la-legalizacion-de-las-drogas/

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