El programa del movimiento social indígena y ribereño amazónico, está notablemente recogido en el pronunciamiento de los obispos de la Amazonía, en esta entrega de lo que se trata no es de presentar el programa, sino de realizar una aproximación a la coyuntura crítica y a sus desenlaces posibles. El hecho macizo es que el rostro de la Amazonía se tornó, en el punto trágico, en el rostro del Perú.
1. ¿”Carne de cañón” de cúpulas extremas o movimiento social autónomo?
Es muy importante leer el Pronunciamiento de los obispos de la Amazonía sobre la protesta de los indígenas y ribereños amazónicos, es sólida y concreta. Se presenta con seriedad y conocimiento cercano la naturaleza del movimiento social indígena, la consistencia de su programa específico que da razón al paro, en la trama de la lucha más larga por sus derechos modernos y consuetudinarios plenos.
Es imposible reducir un movimiento social de esa envergadura a ser “carne de cañón” de los extremos políticos -del gobierno y de la oposición-, es mucho más que eso, los trasciende largamente.
La lectura conspirativa está marcada, para unos, los más ingenuos, por la escena política oficial limeña, para otros, los más malignos, por una política deliberada de estigmatización y criminalización del paro para justificar la represión sin límites del movimiento social. En ninguno de los casos -el ingenuo y el maligno-, existe ni de lejos una previsión y perspectiva del subsuelo social amazónico y nacional peruano.
Varias de las etnias que irrumpen en el paro son guerreras por tradición y lucharon contra Sendero Luminoso en el conflicto armado interno (1980-2000), las columnas senderistas masacraron comunidades nativas enteras, como lo revelamos en el libro, La escuela en tiempos de guerra: una mirada a la educación desde la crisis y la violencia (1992). Estas etnias no van a aceptar que se les reprima con un uso indiscriminado de la fuerza, que luego se les satanice, que se les conculquen sus derechos humanos, y que se pisoteen sus demandas específicas en el aquí y ahora.
El movimiento social indígena amazónico puede replegarse temporalmente, pero puede haber irrupciones de las etnias más guerreras de la Amazonía, que serán reprimidas puntualmente con barbarie. A la larga, la protesta indígena amazónica se ha colocado en el epicentro del teatro mediático nacional e internacional, son concientes de su nueva fuerza social y potencialmente política.
2. La mini crisis de gobierno ¿Cambio de las relaciones de fuerza?
Carmen Vildoso, Ministra de la Mujer, renunció al Gabinete Ministerial, eso es muy valioso moralmente por su trayectoria y posición de defensa de los derechos humanos y de rechazo a la violencia, crea una pequeña fisura en el Gobierno, aunque débil, sino le siguen Yehude Simon y Oscar Ugarte. Cuestión muy difícil, Simon está muy comprometido con Alan García: como un “Bonzo”. Simon entró como héroe y saldrá como villano del premierato, es su trayectoria cíclica en la escena pública.
Lo que está en la encrucijada es: de una parte, la política de dominación de Alan García de confrontación y guerra, de criminalización y estigmatización de la protesta indígena amazónica; de otra, la política de creación de una Mesa auténtica de Dialogo como la plantearon en su pronunciamiento los obispos de la Amazonía, así como instituciones, organizaciones y personalidades democráticas y éticas. Por ahora, nos encontramos frente a una victoria pírrica de Alan García, más temprano que tarde, le regresará la “bronca” indígena como un boomerang a la cara.
3. Recoger la “bronca” indígena amazónica hacia una Mesa auténtica de Diálogo
La sociedad civil nacional e internacional debe ser protagonista en la lucha por la creación de una Mesa auténtica de Diálogo, la coyuntura crítica de la protesta amazónica nos ha enseñado que hay que estar cercanos a ellos, cooperar para que sus demandas sean escuchadas, y para que se respeten irrestrictamente sus derechos humanos modernos y consuetudinarios.
Una de las tragedias del Perú es que su sistema de partidos políticos es muy precario, no tiene legitimidad, no representa las aspiraciones de los peruanos y peruanas. Los partidos políticos peruanos se encuentran entre los más mediocres de América Latina y el Caribe. El Estado gran ausente, cuando se hace presente es para despojar al pueblo, criminalizarlo y reprimirlo.
Como señala Amartya Sen, en su notable libro, Identidad y violencia: la ilusión del destino (2006), tenemos que regresar a la sociedad civil global para reconstruir un sistema de representación democrática y ética de partidos, y estados nacional y subnacionales compasivos y solidarios.
Todo esto sobrecarga el protagonismo de la sociedad civil nacional e internacional, estamos frente a un reto, ante la irrupción de un actor social y potencialmente político nacional: el movimiento social indígena y la Amazonía.
Quisiéramos un camino más institucionalizado de articulación entre partidos, estado y sociedad civil para la creación de una Mesa auténtica de Diálogo, pero no es así como funcionan las cosas en el Perú. La sociedad civil, la Defensoría del Pueblo, la Iglesia son los actores que tenemos entre manos para dar una salida democrática y pacífica a la coyuntura crítica de la protesta indígena amazónica. Recordemos la lección principal de este punto trágico: El rostro de Amazonía se tornó en el rostro del Perú. La lucha continúa no sólo como irrupción de una protesta con impacto nacional e internacional, sino en las elecciones subnacionales y generales próximas, el movimiento indígena amazónico y la Amazonía buscaran su propia representación política.
4. Los desenlaces posibles en el futuro inmediato
¿Quién recogerá la “bronca” indígena amazónica? Eso está por verse, ciertamente no serán los extremos del gobierno, ni de la oposición de la izquierda autoritaria (“el camino de Bolivia”), ni tampoco los tibios del centro derecha, ni del centro izquierda peruanos.
No podemos saberlo ahora, es probable que sea una representación propia con proyección nacional. La consistencia de la salida del movimiento social de la Amazonía, dependerá mucho de la coherencia, eficacia y eficiencia del trabajo de la sociedad civil con la gente nativa y ribereña, así como con sus organizaciones. Se trata de apuntar a una representación de alta calidad, democrática y ética autónoma. Esta es nuestra apuesta, en un camino empedrado de grandes problemas y posibilidades, donde nada está garantizado de antemano.