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17/02/12: La Biblioteca Marquense cumple su segundo aniversario

Pareciese nomás ayer cuando iniciamos la creación de la ‘Biblioteca Marquense’, espacio donde elegimos plasmar los diversos temas que nos interesan y nos convocan: la difusión y protección de nuestro patrimonio nacional, la antropología urbana, el análisis cotidiano de los asuntos coyunturales y la publicación de artículos de carácter cultural, académico, social y personal.

Conociendo nuevos lugares en Lima: Foto: Wilfredo Ardito.

El segundo año ha sido muy productivo y gratificante para la Biblioteca Marquense: pudimos desentrañar muchos lugares desconocidos de Lima, participar en concursos de páginas virtuales como el conocido ’20 Blogs Peruanos’, exponer a los colectivos diversas notas de notoria urgencia para la protección del patrimonio, compartir nuestra experiencia con la ciudadanía –a través de nuestra aparición en los diarios- y recibir la atenta visita de más lectores –el respaldo e interés de jóvenes historiadores, arquitectos y arqueólogos-, entre otras razones.

A la espera de redescubrir nuevos sitios. Foto: Marly Orrego.

La Biblioteca Marquense amplió su eje de acción –traducida en la difusión y protección de la memoria urbana y patrimonial- a distritos más alejados del casco histórico de la ciudad –al cual seguimos observando con interés-. Así, escribimos sobre Lurín, Chosica, Carabayllo, San Martín de Porres, La Victoria y El Agustino, además de Barranco y Chorrillos.

Siempre hay algo que aprender. Foto: Richard Pereyra.

El segundo año de la Biblioteca Marquense estuvo marcado por sucesos coyunturales de relevancia nacional, como fueron las elecciones presidenciales. El blog hizo unos breves apuntes sobre los dos candidatos finalistas –Keiko y Ollanta-, además del análisis de los movimientos sociales que se formaron a partir de tan importante fecha. Fue el año también en que participamos en Facebook con una ‘Fan Page’.

Los artículos de la Biblioteca Marquense más vistos a los dos años de su creación

Los barrios más bravos de Lima [visto 5853 veces]
Comenta la historia, tradición y actualidad de cuatro barrios tradicionales del Centro de Lima que hoy se han convertido en ‘tierra de nadie’.

Las huacas del Valle del río Chillón [visto 5421 veces]
Este artìculo es reflejo de una visita al Valle del río Chillón donde nos topamos con más de una sorpresa: huacas y restos arqueológicos impresionantes.

Obrajillo y su encanto [visto 4277 veces]
Hermoso paraje a las afueras de Lima. Naturaleza y tranquilidad reciben al turista.

La última Muralla de Lima: Santa Lucía, Comandante Espinar y Puerto Arturo [visto 3455 veces]
De aquella gran Muralla que construyó el virrey Rocafull solo nos quedan tres baluartes. Un artículo que explica su situación actual e invita a visitarlas.

Quinta Presa: un palacio en el Rímac [visto 2964 veces]
El Rímac no deja de asombrarnos. En los alrededores de la Av. Francisco Pizarro, esta antigua mansión campestre resalta la arquitectura colonial de Lima.

Cementerio Presbítero Maestro: Paz eterna entre obras de arte [visto 2857 veces]
El Presbítero Maestro es el cementerio más antiguo de América. Su historia y vistocidad no podían pasar desapercibidos en un interesante artículo.

La Quinta del Prado: historia y presente de una reliquia colonial [visto 2368 veces]
El famoso teatrín de la ‘Perricholi’ ubicado en las entrañas de los Barrios Altos. Con mucha valentía y cuidado nos adentramos en su búsqueda.

El misterio de la Piedra Horadada de los Barrios Altos [visto 2254 veces]
De los lugares más pintorescos de Lima. Los Barrios Altos y su punto máximo de tradición oral.

Un paseo por La Oroya [visto 2231 veces]
Un breve recorrido por la Oroya, una de las ciudades más contaminadas del mundo. Se encuentra en la sierra central.

La Casona rimense del Virrey Amat y Juniet [visto 2002 veces]
Una gran construcción de la añeja Lima que todavía reposa entre nosotros. La conocimos el 2012, en una excursión por los vericuetos del Rímac.

Los artículos de la Biblioteca Marquense más votados a los dos años de su creación

No a Keiko: análisis de un movimiento reciente en la política peruana (28 votos)
Los barrios más bravos de Lima (22 votos)
El molino Santa Clara: recuerdos de Barrios Altos (17 votos)
Quinta Presa: un palacio en el Rímac (15 votos)
El antiguo Hospital Portada de Guía y leprosorio de Lima (12 votos)

Los artículos de la Biblioteca Marquense más interesantes al segundo año de su creación

El renovado rostro de la huaca Mateo Salado. Reportaje (24/02/11)
La huaca Mateo Salado está retomando la monumentalidad y vistosidad de la que alguna vez gozó. A través de una acertada planificación de restauración y de desocupación informal emprendida por el INC (ahora Ministerio de Cultura) desde el 2007, uno de los recintos prehispánicos más grandes de Lima –la huaca Mateo Salado- se perfila como punto de visita obligatorio para el estudio de la historia de la capital en épocas previas a la invasión española.

Un vistoso y antiguo castillo en el Rímac. Crónica (13/06/11)
Acallado escucha pasar los buses y carros que diariamente asaltan las pista; giran la calle como quien gira un vaso de cerveza en una cantina barata, veloces. El smog y polvo que dejan detrás queda impregnado en sus colosales torreones y murallas de quincha, sin reparo ni cuidado. El ajetreo del gentío rimense lo mantiene despierto, más en las mañanas, cuando el barrio recordado por muchos como ‘Abajo el Puente’ se dispone a realizar sus actividades cotidianas. Su ubicación a puertas del río explica su posición estratégica y acaudalada, hoy, peculiar. El constante movimiento de la urbe, por su parte, parece formar una escena trivial y a la vez interesante, quizás hasta vital. Su imponente sombra a raz del piso resalta un aspecto medieval de arquitectura, todo en plena avenida Loreto.

Rímac: recorriendo el tradicional Barrio de ‘Abajo el Puente’ Crónica (09/07/11)
La última vez que estuve allí, había recorrido sus calles con mucho sigilo, con cuidado, casi en silencio. Tal vez no en la mejor situación. Quizás sin el debido tiempo. Aquella vez, si bien pude obtener información valiosa -traducida en fotografías y testimonios-, no dispuse de mucho tiempo para el detalle, la mirada paciente o la contemplación fija (y poner aprueba los conocimientos arquitectónicos pertinentes). Aquel día, por azares del destino -o porque ya era un poco tarde-, la calle estaba tomada. Haber continuado el recorrido por los jirones siguientes hubiera significado asumir un riesgo innecesario. El tiempo me depararía una nueva oportunidad para conocer el Rímac que no desaprovecharía.

Culmina concurso 20 Blogs Peruanos edición 2011: conozca a las páginas ganadoras. Noticia (12/08/11)
Nuestro espacio se adueñó del puesto catorce –de más de cien participantes- de la sección ‘Arte y Cultura’. Esperamos que el próximo concurso participemos con una mejor ubicación -a través de mayor difusión de la página, para convertir el tema del turismo, arte y cultura en el tapete-. Aprovechamos el momento para reiterar nuestro compromiso de ser un espacio dedicado a conocer nuestra ciudad y acercando la historia a nuestros compatriotas. Aprovechamos para saludar a nuestros lectores y a los nuevos seguidores que tenemos luego de la competición.

La Casa de Abraham Valdelomar en Barranco. Reportaje (02/10/11)
Barranco, villorrio limeño de carácter apacible, con suntuosas mansiones y casas veraniegas, ubicado en las afueras del Centro de Lima –considerado como ‘la Ciudad de los Molinos’, por los molinos de aire que albergaban muchas de sus residencias para abastecerse de agua, característica que le brindó un grato y pintoresco aspecto al distrito por muchos años-, también acogió entre sus callejuelas y plazas a destacados intelectuales y artistas del país. Con las siguientes palabras: “Vengo a Barranco a lavar mi espíritu en la diafanidad del cielo y a perfumarlo”, el poeta peruano Abraham Valdelomar evidenció su cariño por Barranco, catalogándolo como un lugar perfecto para desarrollar su producción literaria en tranquilidad y empaparse de creatividad.

“Que Lima deje de ser una incógnita para su gente”. Entrevista a Marco Gamarra Galindo por Javier Lizarzaburu Montani (30/10/11)
Por ahora su tiempo lo divide entre clases en la Católica y sus aventuras urbanas. Un día puede internarse en los arenales de Lima norte hasta llegar a una huaca abandonada, como la otra foto que aquí se publica; o viajar a Pachacámac, al sur, o meterse por los vericuetos de Barrios Altos, su lugar favorito. Muchas de estas incursiones las hace con un creciente número de limeños que visitan algunas de las páginas más populares sobre Lima que hay en Facebook, como Lima Antigua o Lima la Única, o publica sus hallazgos en su blog, La Biblioteca Marquense.

La Hacienda Buena Vista: historia de una finca colonial en las alturas del Valle Lurín. Reportaje (27/12/11)
Al verla asentada en la cima de un promontorio rocoso, dotada de una vista privilegiada del valle circundante y de una imponente presencia, se pensaría que no estamos frente a la Hacienda Buena Vista, sino en Grecia y ante la añeja Acrópolis. Sin embargo, tanto la historia que la rodea como la arquitectura que le es fiel rezuman memorias de una época que transcurrió en el Perú colonial y republicano.

La Casa Prado Sosa de Chaclacayo. Reportaje (26/12/11)
Los Prado, una de las familias con mayor poder adquisitivo y status social en la Lima del XX, sumó a la serie de propiedades de las que disponía, la construcción de una espaciosa casa de esparcimiento a las afueras de la capital. La casa de Chaclacayo se convirtió en punto de encuentro para que la familia Prado celebrara en ella saraos en honor de algún visitante, realizara la práctica de cierto deporte de campo o simplemente para que sus miembros se alejaran del tedio que generaba la administración de sus empresas textileras, compañías eléctricas, minas y fundos agrícolas. Leer más »

11/02/12: La Quinta Baselli: un ‘Titánic’ en los Barrios Altos

Anclada en el Jr. Junín, la Quinta Baselli -el ‘Titánic’ de los Barrios Altos de Lima –es considerado uno de los lugares más tradicionales que conserva nuestra ciudad. En ella, italianos y limeños se reunieron en un espacio común y compartieron no solo el ideal de progreso, también costumbres y lazos culturales.

La Quinta Baselli en la edición sobre ‘El Centro Histórico de Lima: Patrimonio Humano y Cultural en Riesgo”, edición hecha por el CIDAP.

Inaugurada el 24 de marzo de 1929, la Quinta Baselli representa una época de bonanza en Lima: sus espaciosos y múltiples pasadizos, parejas habitaciones y su prestancia arquitectónica evidencian el poder adquisitivo que tenían algunas familias y autoridades para construir inmuebles en una tipología de quinta amplia y equipada con todos los servicios básicos.

Interiores de la Quinta Baselli. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La Quinta Baselli fue habitada por un considerable número de italianos –el nombre que recibe esta quinta es, pues, resultado de ello: se dice que los esposos Baselli, un matrimonio italiano, mandó a construir la famosa quinta-. Los padrinos de la Quinta Baselli fueron doña Elena Porras del Riego y el ingeniero don Felipe González del Riego y hasta fue bendecida. Durante varias décadas el inmueble conservó los enchapes de mármol de las escaleras, los relieves en yeso y los barandales de madera. Mucho de este mobiliario permanece.

Segunda planta de la Quinta Baselli. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Grandes fiestas son celebradas en la Quinta Baselli, al más idéntico estilo del carnaval veneciano –donde tanto máscaras, papeles picados y músicas se entrelazaban para formar un ambiente lleno de color y alegría-. Esto se da en el marco de una clara influencia italiana en el lugar. La Quinta Baselli fue escenario también de concurridas jaranas criollas. Se cuenta que el máximo compositor peruano de música criolla, Felipe Pinglo, quien vivía a unas cuadras, cerca a la Iglesia y Monasterio Virgen del Prado, visitaba y armaba fiestas de rompe y raja en los interiores del ‘Titánic’.

Vecinos arreglando la quinta. Foto: Página Oficial de la Quinta Baselli en Facebook.

Su estilo es academicista, un tipo de arquitectura fiel a normas consideradas ‘clásicas’ de construcción. Si bien es cierto el academicismo no busca una belleza ideal, hace gala de una gran calidad técnica –lo cual es muy notorio en la Quinta Baselli-. Muchas familias que hoy viven en el ‘Titánic’ son conscientes de la historia y la importancia de este inmueble –ello lo pude constatar durante mi visita: muchos vecinos fueron amables y nos enseñaron hasta sus habitaciones-. No se borrará de mi mente los innumerables pasadizos que atravesé en los interiores de la quinta –es verdaderamente muy extensa, quizás por ello la llaman ‘Titánic’-. En el último pasaje hay una escalera –ya sin mármol- que sube a la segunda planta. Tendría que estar un día entero para conocer todos sus interiores. Esperemos que las autoridades y los propios inquilinos velen por la integridad de la Quinta Baselli.

Para ingresar a la Quinta Baselli se debe tener un conocido dentro; si no, puede verse uno en problemas. Foto: Anthony Valverde. Leer más »

10/08/11: La iglesia Santa Rosa y la ampliación de la Avenida Tacna

¿Sabía usted que la Iglesia en honor a Santa Rosa de Lima, ubicada en la primera cuadra de la concurrida Avenida Tacna- ha cambiado mucho de lo que era su fisionomía original? El santuario –donde nació y vivió Isabel Flores de Oliva, más conocida por la devoción como ‘Santa Rosa de Lima’- sufrió para 1959 la demolición de su fachada y de las torres que albergaba su construcción primera.

Iglesia Santa Rosa de Lima, construido en 1728. El frontis del santuario da la cara a su plazuela interior. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Corría la década de los 50’s y Lima continuaba con el proceso de urbanización de la ciudad. Varios edificios, calles y conjuntos habitacionales empezaban a construirse en toda la capital. Las avenidas tradicionales empezaban a atravesar una etapa de ampliación para acabar con el tráfico y la congestión –sufrida con mayor notoriedad desde los 30’s-. “Estas nuevas arterias formaban una especie de pentágono cuya base era el Malecón del Rímac y cuyos demás lados consistían en el ensanche de los jirones Tacna y Abancay, así como la prolongación de las avenidas Wilson y Bolivia (Mapfre, 1992)”. Se iniciaban proyectos ambiciosos de modernización de la urbe. Lima crecía en asfalto y cemento.

Antiguo frontis de la Iglesia Santa Rosa -antes de ser demolida parcialmente-. Al frente de ésta, el jirón Tacna.

Para generar el espacio de estas construcciones se empezaron a destruir una serie de edificaciones del Centro Histórico. Santuarios y templos religiosos de la época virreinal –como las iglesias Santa Teresa, Desamparados y Belén-, casonas con mucho valor arquitectónico y hermosas plazuelas, entre otros testimonios de la Lima antigua, fueron demolidos para dar paso a lo que las autoridades de ese entonces llamaban ‘modernidad’. El ensanchamiento de las avenidas, por ejemplo, generó un enorme daño a la ciudad pues “crearon (…) pésimos espacios urbanos que terminaron quitándole prestancia y belleza al centro (Orrego, 2010)” y no solucionaron el problema que había dado origen a tales ejecuciones –el tráfico que vemos hoy en día es prueba de ello-.

La Avenida Tacna tomada desde una de las torres de la Iglesia Santa Rosa, antes de que sea destruida para completar su ampliación. Foto del blog limadeayeryhoy.blogspot.co​m

La demolición parcial de la Iglesia Santa Rosa de Lima

Una de las avenidas que se amplió fue el Jirón Tacna (con el Puente Santa Rosa, que reemplazó al añejo Puente de Palo, los vehículos pudieron circular hacia el Rímac). En 1961, durante el gobierno del Presidente Manuel Prado y siendo Alcalde de Lima el Sr. Héctor García Ribeyro, se procede a la innecesaria demolición de las dos torres y fachada del templo de Santa Rosa de Lima -levantado en 1728, junto a la casa donde nació la ‘Patrona de Lima’-, para el ensanchamiento de la avenida, al mismo nivel del Puente Santa Rosa. Esta fachada exhibía una interesante portada colonial de típico corte limeño. Su frontis daba la cara a la Avenida Tacna. Hoy en día está al frente de la plazuela interior.

Reveladora fotografía desde el puente Santa Rosa en construcción, a fines de 1959, en la que se puede apreciar la iglesia de Santa Rosa antes de su parcial demolición, vemos su original fachada con imponentes torres y se aprecia claramente todo el espacio que perdio tras la apertura de la avenida Tacna. Foto del blog limadeayeryhoy.blogspot.co​m

Con el paso de los años se inicia un proyecto monumental para construir la Basílica de la iglesia Santa Rosa. Los primeros trabajos se realizan en 1986, en el cuarto centenario del natalicio de Santa Rosa, donde además se restaura la Casa, el Jardín y la Casa de Espiritualidad, anexa al Santuario. El 7 de octubre de 1993, el papa Juan Pablo II concede el título de BASILICA al Santuario de Santa Rosa de Lima.

El puente Santa Rosa recien inaugurado, vemos la iglesia Santa Rosa ya sin su fachada original. Se aprecia la curiosidad de las personas por apreciar el panorama desde el puente. Foto del blog limadeayeryhoy.blogspot.co​m Leer más »

06/08/11: La Iglesia San Lorenzo del Rímac

Ubicada en el cruce de los jirones Pataz y Libertad -y en majestuoso color rojo- se encuentra la Parroquia San Lorenzo, una de las iglesias con mayor tradición en el barrio de ‘Abajo el Puente’, más conocido como el Rímac.

Iglesia o Parroquia de San Lorenzo, Rímac. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Sus orígenes se remontan a la época colonial. El español Lorenzo de Encalada, Regidor del Cabildo de Lima, tenía una vasta huerta entre la Alameda de los Descalzos y la Plaza de Acho. Hacia 1768 decidió urbanizarla -sobre todo de solares-. Sin embargo, y ante su acérrima fe –o quizás porque la sociedad católica de entonces lo exigía- reservó un espacio destinado a la devoción religiosa, una capilla para los futuros vecinos que se asentarían en el lugar. El sitio para construirla comprendió la extensión de media calle.

Paseando por el Rímac uno conoce mucho sobre historia y cultura de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Para concretar tales aspiraciones hizo préstamos que luego no pudo cancelar. Vio, así, cómo fueron embargados sus bienes –inclusive fueron éstos puestos en remate-. Tiempo después, los terrenos fueron adquiridos por el español Don José Matías de Elizalde, cuya viuda cedió los terrenos al Dr. Lorenzo Soria, quien edificó el templo en 1827 –el mismo que quiso construir antes Lorenzo de Encalada-. Lo inauguró finalmente en 1834, para felicidad y aceptación de los vecinos y ciudadanos del Centro de Lima. Bajo el altar mayor se encuentra enterrado Don Lorenzo de Encalada, el promotor de su construcción. La Parroquia se encuentra ubicaba en jirón Libertad 398, y debe su nombre al santo español San Lorenzo.

Interiores de iglesa San Lorenzo. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Los Toribianitos
En la parroquia San Lorenzo yace el canto navideño coral más clásico de todos los hogares del Perú: Los Toribianitos. En todas las calles se les escucha, contra viento y marea, desde el Rímac. “Es ya villancico de culto, tan popular como la bicolor”. Leer más »

02/08/11: Planean recuperar el Centro Histórico del Callao para inicios del 2012

No solo Lima. El Centro Histórico del Callao necesita también de medidas urgentes para recuperar su arquitectura y mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Aquí comparto un artículo del diario El Comercio, donde se anuncia la buena noticia de que se estará recuperando el Centro Histórico del primer puerto en los próximos seis meses, gracias a una inversión del gobierno regional.

Que donde haya tugurización, se implante el orden. Donde impere la delincuencia, se refuerce la seguridad. Donde abrume el abandono en las 44 manzanas que forman el Callao Histórico, sus habitantes redescubran poco a poco que la pobreza no tiene por qué ir reñida con el ornato y el anhelo de vivir en un barrio que mejore en vez de empeorar.

A través de un ambicioso proyecto, que empezará a trabajarse desde el 20 de este mes, el Callao, escenario frecuente de las páginas policiales, buscará desprenderse de ese y otros estigmas invirtiendo S/.5,5 millones en la recuperación de fachadas de inmuebles, pistas y veredas en un área de 244.600 m2.

“Se trata del perímetro formado por las avenidas Sáenz Peña, Dos de Mayo y Manco Cápac, la plaza Grau, y los jirones Monteagudo, Daniel Nieto y Adolfo King, donde la mayoría de las edificaciones es republicana, aunque también hay algunos inmuebles neoclásicos”, indica Hernán Revoredo, jefe de la Oficina Regional de Asesoría Técnica del Gobierno Regional del Callao.

Según documentos remitidos a El Comercio, que en febrero último denunció el abandono en que se encuentran bellas edificaciones chalacas, comparables arquitectónicamente con las de La Habana Vieja, la buena pro del proyecto se entregará este viernes 5. Seis meses después, el rostro del Centro Histórico del primer puerto deberá ser otro.

“La recuperación en cuanto a fachadas incluye un análisis estructural del inmueble, limpieza, resane, reposición de elementos faltantes [molduras o cornisas], intervención en carpintería y pintado, según especificaciones del Ministerio de Cultura”, agregó Revoredo.

Como la zona por intervenir incluye el peligroso barrio Castilla, y se busca evitar que la inversión sea menoscabada por ladrones y personas de mal vivir, el gobierno regional ya inició conversaciones con los vecinos para concientizarlos sobre la necesidad de proteger el ornato. Para ello se prevé contratarlos para realizar las reparaciones.

“Se instalarán luminarias adosadas a la pared [braquetes], con postes tipo ‘corona de rey’ [ornamentales], tachos de basura y cabinas telefónicas públicas”, se detalla en la ficha técnica del proyecto, signado con el código SNIP (Sistema Nacional de Inversión Pública) N° 177562.

“Si es como lo pintan, suena muy bien. En estos tiempos cualquier hora del día ya es insegura para nosotros, que somos residentes. Imagínese lo que es para quien no vive por acá”, se lamentó una vecina del cruce de los jirones Paita y Libertad, donde, según el proyecto, se construirá una jardinera con sardineles de piedras graníticas.

VARIAS JOYAS POR PULIR
Enzo Manrique, jefe de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura para la región Callao, detalló que en la zona por intervenir se encuentran inmuebles con valor histórico y monumental. Lamentablemente, pese a haber sido reconocidos, hasta la fecha solo se concretaron –en la década de los 90– trabajos de recuperación en la plaza Gálvez. Ese ambiente cuenta con categoría urbano-monumental y alberga el 75% de los monumentos chalacos: Edificio El Barco (declarado monumento histórico en 1972), la Casa del Obispado, Edificio 1906 y la Casa Cavagnaro.

“Hay otros edificios como el Ronald, en el cruce de Constitución con Independencia, declarado monumento histórico en 1988, pero que luce en muy mal estado, ocupado por inquilinos precarios”, precisó.

El inmueble, construido por el empresario pesquero Guillermo Ronald en 1923, ha sido recientemente vendido en partes al sector privado. No obstante, antes de la recuperación será sede de la exposición de decoración, diseño, paisajismo y arquitectura Casacor Perú 2011, programada para setiembre. “Varios de sus ambientes serán agencias bancarias, aduaneras y tiendas comerciales, que le darán vida nueva al distrito”, auguró Revoredo.

LAS CIFRAS
6.500
Habitantes tiene el Centro Histórico del Callao. Se trata de 1.300 familias.

50%
De los más de 2.600 inmuebles de la zona está ocupado por inquilinos precarios.

3
Inmuebles del Callao Histórico fueron los únicos restaurados: el Teatro Municipal, la iglesia matriz y el Real Felipe. Leer más »

29/07/11: La Casona rimense del Virrey Amat y Juniet

Caminando por las añejas calles del Rímac, entre el frío categórico del invierno limeño y el crujir propio de la bicentenaria madera -a primeras horas de una agónica mañana-, casi sin percatarse, un grupo de limeñistas recordaron los días en los que descubrieron señoriales casonas en estado ruinoso, vestigios coloniales olvidados, escudos y portadas escondidas tras el fragor urbano de los callejones de alguna quinta o mansión oculta.

El Jr. Trujillo, Rímac. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Decidieron guardar para siempre ese instinto sagaz, intrépido, casi natural, de observar detalladamente cada lugar, cada espacio. A partir de allí, la investigación a priori surgió, ansiosa, para colaborar en el amplio campo de la historia de Lima. Con el tiempo, la timidez cede. La acción aguerrida, casi heroica, de ingresar a los lugares más inaccesibles de las entrañas históricas de Lima, valiendose de cualquier excusa o ingenio, prevalece. –Se impone el interés por descubrir lugares nuevos, poco estudiados- mencionaría más de uno. Y así es.

Era, pues, una de las mañanas que recorríamos el Rímac, el barrio de Abajo el Puente, San Lázaro, que entre gallos y mediasnoches nos había dejado el tradicional Jr. Trujillo limpio, desolado, solo para nosotros. Los rumores de ser un sector bravio eran eso, solo rumores. La caminata ameritaba su apertura a puertas del tan noble distrito, y qué lugar más perfecto que el Puente de Piedra.

Amable señora del Rímac que en su balcón republicano observa nuestro trayecto. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Balcones de cajón, tiendas mercachifles, zigzagueantes pasos de los primeros rimenses que parten a sus labores diarias. Allí están todos. Los veo. Me ven. Los saludo. Me saludan. Esperamos un poco. Iniciamos la caminata. La historia colonial y republicana del Rímac empieza a comentarse, hecho clave que manifiesta el curso exitoso de una caminata. Wilfredo Ardito, Vladimir Velásquez y David Pino se disponen a presentar las anécdotas de una pintoresca capillita a orillas del río hablador. Todos, atentos, escuchan. Transcurren así los primeros minutos de la mañana.

La Capillita del Rímac. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Continuamos el recorrido, hecha casi una expedición. Miradas abundan hacia el portón de madera, hacia la señora que yace, complaciente, en un gran balcón corrido. Otros aprovechan para comprar unos dulces en la tienda de la esquina. Allí, esa gran construcción neoclásica cuya puerta ofrece gruesas columnas de piedra se gana la atención general. Se ha hecho casi un acto cotidiano encontrar un hermoso friso, un techo machihembrado, perfiles que el arte y la cultura de épocas preteritas trazaron con mano amorosa, para hacer de la Ciudad de los Reyes, ‘Lima’, una ciudad de prestigios indeclinables. Sin embargo, siempre es el mismo sentimiento de impresión y asombro el que nos embarga cada vez que nos hallamos frente a alguna estatua de marmol de carrara, placa decorativa o arco de claustro.

Lo que nos deparó el recorrido: la Casona de Amat, Federico Villareal y Sérvulo Gutierrez

Un par de señores observan nuestro andar –semejante al de un grupo de turístas japoneses con cámaras-. A sus espaldas, una profunda entrada y una serie de arquerías nos invitan a entrar. Absortos, cruzamos por un zaguán de tres cuerpos que culmina en un gran patio. Allí, a la izquierda, una señorial escalera que se abre en dos cuerpos. Sus peldaños de marmol nos muestran lo prestigiosa que fue esta vivienda. ¿De quién fue? ¿Quién es el que vive aquí? Muchas preguntas, escasas respuestas.

Hermosa casona. ¿Cuántas de ese tipo quedarán aún en Lima? Foto: Marco Gamarra Galindo.

Suntuosas columnas grecoromanas, ventanales de mansión colonial, nos sorprenden, vistosas. Una entrada a una posible huerta nos seduce hasta que, de pronto, una pareja de adultos –de avanzada edad- proceden a bajar de una de las habitaciones del segundo piso. Debemos hablar con ellos. Inesperadamente, el virrey Amat y Federico Villareal, dos grandes personajes de nuestra historia, empezaron a surgir en el ambiente. –Esta fue una de las casas que tuvo el Virrey Amat y Juniet. También fue vivienda, años posteriores, del matemático peruano Federico Villareal- comenta, orgulloso, el esposo. –Ahora está enrejada la casona para que ya no ingresen delincuentes a hacer de las suyas-, interviene la esposa.

Patio principal y arco de la gran casona. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Revelaciones que sin duda hacen más interesante el estudio de Lima (imprescindible conversar con los vecinos, inquilinos o habitantes, quién más que ellos para relatarnos los hechos cotidianos a los que están sujetos. Estos también pueden ser preocupantes). Fotos, aquí, allá, atrás también. La mañana empieza a hacerse tarde. Unas horas después, e investigando sobre la casona, pude saber que también fue vivienda de Sérvulo Gutierrez, destacado pintor y boxeador nacional. “La muerte de su madre provoca el traslado del adolescente a Lima, donde se instala en casa de su hermano Alberto, restaurador, en la casona que actualmente es sede de la Peña Hatuchay, en el Rímac”.

Segundo piso de la Casona donde vivió Amat, Federico Villareal, Sérvulo Gutierrez y quien sabe otros reconocidos personajes. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La Peña Hatuchay: noche andina bajo el cielo limeño Leer más »

13/07/11: Vida e Historia de la Huerta Perdida

La Huerta Perdida, lugar perturbador para muchos –por su índice alto de criminalidad-; tema de investigación para otros –por ser ejemplo interesante sobre procesos urbanísticos acontecidos en la ciudad capital-, sea cual fuese la razón que nos motive a comentar sobre el barrio; su problemática, su historia –y hasta su propio nombre- siempre darán que hablar.

La ‘Huerta Perdida’ o ‘Jardín Rosa de Santa María’ en 1998. Las viviendas tienen mucha semejanza entre sí.

Lima en sus primeras décadas de existencia tuvo como parte del paisaje muchas huertas y jardines. Generalmente éstas estuvieron entre las casas de la ciudad y la muralla. Su función principal era, pues, dotar de alimentos y de un ambiente de esparcimiento a sus moradores. A muchas huertas se podía ingresar por el módico precio de diez centavos y comer toda la fruta que se deseara -pero no llevársela-. En algunas también se improvisaban fiestas con guitarra y cajón. No en pocas se brindaba hospedaje a parejas ocasionales. Las huertas formaban parte de la ciudad: obligatorias para tener una vivienda completa, con todas las comodidades y recursos necesarios.

Antigua huerta de Lima. Nótese la Muralla de la ciudad.

Sin embargo, existió un considerable número de huertas en las periferias del Damero de Pizarro como las que ostentaban los descendientes españoles, órdenes religiosas y ciudadanos adinerados (la Quinta Presa y los diversos conventos para indios son una evidencia de la existencia de huertas a las afueras de las murallas de Lima) en los Barrios Altos y el Rímac. Una de ellas fue, en efecto, la ‘Huerta Perdida’, quizás la huerta más reconocida hoy en día –tal vez no por las mejores razones- pero que ha permitido volver a comentar un tema no tan investigado: el proceso de urbanización en Lima –que ocurrió de manera acelerada, por cierto, sobretodo durante el desborde popular o la incursión democrática de los migrantes en la capital-.

Una familia o grupo de amigos en una huerta de las tantas que existieron en Lima.

Los orígenes de la ‘Huerta Perdida’

Pocos saben que este sector del Centro de Lima, que en las últimas décadas ha afrontado una gran oleada de criminalidad –reflejada en los periódicos y en las noticias policiales-, tuvo antes un pasado apacible, como parte de una huerta espaciosa y de muchas hectáreas. Sus orígenes se remontan a la época colonial, cuando el Virrey José de la Serna –por cierto, el último representante personal del Rey en Perú, puesto que ya se estaba gestando la causa independentista-, por pedido de su esposa, destina un espacio de las periferias del Centro –un amplio y pacífico espacio a orillas del río Rímac- como huerta, la cual adorna de flores que autoriza traer de España. Una vez en Lima, transcurrieron días y meses hasta que las plantas empezaran a crecer y a embellecer el huerto. No es de dudar que su gran atractivo y belleza atrajo mucho la atención de la ciudad -lo que también generó la envidia de los vecinos cercanos-. Tal es así que más de uno se atrevió a robarse una a una las flores de la huerta, hasta que ésta quedó deshecha, ante la tristeza y decepción de la pareja real. Al no hacer realidad su sueño, la catalogaron como una huerta que se perdió, una ‘Huerta Perdida’.

Así como la ‘Huerta Perdida’, existieron muchas otras huertas en las riberas del río Rímac durante el virreinato. Muchas de ellas eran habitadas por gente noble que las utilizaban como caballerizas, cuidadas por los sirvientes –que eran mestizos- y que también tenían la labor de la siembra y cosecha de frutos. La ‘Huerta Perdida’, antes de ser propiedad del virrey La Serna, pudo haber tenido dicha función.

Con el paso del tiempo la ‘Huerta Perdida’ y las demás huertas fueron “habitadas por personas a las que les gustaba vivir en las chacras para cultivar plantas y flores, como viviendas-huertas. Y también una parte de estos terrenos eran cuidados por gente mala a la que llamaban bandoleros” (Carlos Solórzano: 1998). Ya en la República, durante las primeras décadas del siglo XX, la ‘Huerta Perdida’ fue habitada por personas procedentes del interior –migrantes- dedicados a la agricultura (que empezaban a construir las primeras viviendas y cuartos alquilables). En los 50’s, con mayor notoriedad, se emprendió un proceso de urbanización –precaria, con material noble- en sitios rurales como la ‘Huerta Perdida’: “(…) se hizo más poblado y la gente comenzó a hacer comités y una directiva central” (ídem).

La Huerta Perdida en 1977. La revolución demográfica que acompaña a estos procesos de urbanización redefine a Lima en su fisonomía espacial, económica y cultural.

Sobre su peculiar nombre también existe otra explicación. Clemente Ramos, un barrioaltino -cuyo testimonio se halla en el interesante libro “Barrios Altos: tradiciones orales”- comenta cómo el laberinto que era la huerta tanto para entrar como para salir era la característica que le había dado el nombre: “¿Sabes por qué su nombre de ‘Huerta Perdida’? Porque tú entrabas y no sabías por dónde salir, salías pa’ otro lado, pero no salías por donde habías entrado. Por eso le pusieron la ‘Huerta Perdida’, querías salir por donde has entrado y no podías. Si tú ibas, Amazonas se llama el otro lado, si tú te dabas cuenta salías por ahí y veías el río también, pues. Tenía un montón de salidas. Pero antiguamente sembraban flores para vender. Todo tenía dueño, era grande”.

Esto último –la venta de flores, aprovechando la cercanía de los cementerios Presbítero Matías Maestro y el Ángel- pudo haber sido el sustento de muchos pobladores de la ‘Huerta Perdida’– que habían llegado en su gran mayoría del interior del país. Carmen Rosa Mejía López, otra barrioaltina, comenta que cuando “corrían los años cuarenta, la ‘Huerta Perdida’ era una huerta perteneciente a una familia chacarera de origen ruso; y en lo que hoy es la rotonda frente a la piscina municipal estaba una caña con una cruz y a su alrededor vendían flores (…) Cuando el terremoto de los cuarenta, la pared de la huerta de la familia rusa se cayó y ellos al poco tiempo se mudaron, y no recuerdo exactamente en qué momento comenzaron a invadir gentes de no muy buena reputación, por la cual la llamaron ‘Huerta Perdida’).

Esta invasión de los 40’s-50’s, como califica la señora Rosa Mejía, corresponde al momento en que se producen grandes oleadas migratorias en Lima. Se puede decir, entonces, que la venta de flores en dicho lugar databa de mucho antes de las migraciones masivas de ambas décadas. Por otro lado, la familia de orígenes rusos, de la que también nos comenta Rosa Mejía, ha de haber tenido una vasta extensión de la huerta, como para que de la misma hayan surgido varias viviendas de pujantes migrantes. Es seguro que la propiedad de la huerta haya estado repartida entre pocas familias –antes del desborde popular-.

Delia Collantes Marín fortalece este punto con su comentario: “(…) Había un huerto de hermosas y bellas rosas, los dueños eran la familia Fernández, ellos cultivaban las rosas para luego vendérselas al cementerio el Ángel. Pero como iba pasando el tiempo y empezaron a hacerse ancianos empezaron a hacerse ancianos y pedir trabajadores para que los ayuden en el cuidado de sus radiantes rosas; y cuando fallecieron, esos trabajadores se quedaron con el huerto porque nadie lo reclamó. Así, como ellos no tenían recursos para cuidar el inmenso huerto, al correr del tiempo se iba marchitando poco a poco hasta que desapareció. La gente que iba llegando de provincias fue ocupando los lugares vacíos y así se inició la invasión de todo el huerto”. Leer más »

13/06/11: Un vistoso y antiguo castillo en el Rímac

Acallado escucha pasar los buses y carros que diariamente asaltan las pista; giran la calle como quien gira un vaso de cerveza en una cantina barata, veloces. El smog y polvo que dejan detrás queda impregnado en sus colosales torreones y murallas de quincha, sin reparo ni cuidado. El ajetreo del gentío rimense lo mantiene despierto, más en las mañanas, cuando el barrio recordado por muchos como ‘Abajo el Puente’ se dispone a realizar sus actividades cotidianas. Su ubicación a puertas del río explica su posición estratégica y acaudalada, hoy, peculiar. El constante movimiento de la urbe, por su parte, parece formar una escena trivial y a la vez interesante, quizás hasta vital. Su imponente sombra a raz del piso resalta un aspecto medieval de arquitectura, todo en plena avenida Loreto.

La construcción está inspirada en la arquitectura medieval. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Han pasado muchos siglos, quizás un tanto menos o un tanto más, que ha ocupado a sus anchas una vistosa cuadra del Rímac. Unas miradas curiosas, jadeantes y expectantes rompen la sencillez en que está inmerso el día a día del Centro de Lima y se disponen a comentar la realidad en que se halla. Es, pues, difícil que pase desapercibido, aún en épocas duras y cambiantes. La acción final, sin embargo, siempre ha sido la misma: indiferencia y olvido. El destino de este castillo colonial parece dirigirse, sin opción, a la destrucción irremediable, a sumar como otras construcciones antiguas, la lista de vestigios que existieron alguna vez y que ya no se hallan en pie, solo presentes en las escasas fotografías y en la memoria de algun morador nostálgico.

Pintorescos torreones del palacio-castillo. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Logro cruzar la pista luego de que un interminable número de vehículos, de todas las líneas imaginables, transcurren las últimas pistas del Rímac, por el antiguo banco de tabaco, a unos pasos del castillo. Por el estado de su arquitectura podría decirse que ha sufrido no solo negligencia, también hasta algun incendio. Sus puertas y ventanas yacen cerradas desde hace ya muchos años, quizás por la serie de disputas familiares que siempre han existido alrededor de la propiedad de las casonas antiguas, y que generalmente terminan con la clausura del inmueble hasta finiquitado el juicio. Solo la casona sabe qué historias guardará detrás de sí. Leer más »

06/12/10: El monorriel del Cerro San Cristóbal

El cerro San Cristóbal puede asegurar que se sabe todas las de Lima. Desde las alturas, imponente, ha observado el desarrollo de la capital, sus peripecias y sus años mozos. En tiempos prehispánicos fue el “apu” del valle del Rímac.

Monorriel al cerro San Cristóbal funcionó tres años.

Desde siempre, subir a su cumbre significaba un esfuerzo casi sobrehumano, por el pesado y agitado escalamiento que entendía subir una pendiente de más de 400 metros. No fueron pocos los que sugirieron buscar un medio más fácil para ascender a la cima.

A inicios del siglo XX se elaboró el proyecto de la instalación de un monorriel. Fue en 1912, durante la gestión como alcalde de Guillermo Billinghurst. Los planos fueron aprobados por el gobierno y se construyó la obra entre el Paseo de Aguas y la cima del cerro. Un extenso cable jalaba las faldas del cerro un portasillas de fierro, en donde cabrían unas seis personas cómodamente sentadas.

Lamentablemente, el mantenimiento y el alto costo de su construcción resultaron perjudiciales para su administración, ya que poca gente lo utilizaba. Estuvo activo solo unos tres años, quedando de recuerdo algunas fotos donde se pueden apreciar dosmodelos del sistema y el coche levadizo. Ver fotos de Courret de 1912.

El monorriel al cerro San Cristóbal tenía como punto de partida el Paseo de Aguas para luego terminar en la cima del “silencioso testigo de nuestra historia”. Leer más »