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18/01/17: Lima: el aniversario en el que debe comenzar el cambio

La plaza está abarrotada, pero no por una multitud de personas apropiándose del espacio público sino por un mar de autos y combis que, ejerciendo su privilegiado status en la ciudad, controlan a sus anchas las avenidas que ingresan al óvalo. El ciudadano es desplazado completamente. Es más, recibe bocinazos si se atreve a tomar el crucero peatonal o simplemente este no existe. Todas las personas caminan presurosas. Pareciera que en ese instante, el único objetivo en sus vidas es salir, como sea, de ese lugar hostil. Es interesante cómo la Plaza Dos de Mayo, en el Centro Histórico de Lima, puede graficar muchos de los males de Lima. No solo de la calidad de nuestros espacios públicos o del tránsito, sino también de nuestro Patrimonio Cultural: observo que dos de sus casonas afrancesadas han sufrido graves incendios por no contar con las medidas de seguridad adecuadas. Nos hemos acostumbrado a vivir con ellos, y ya casi no nos indignamos.

Plaza Dos de MayoPlaza Dos de Mayo. Casona incendiada en el 2014 sigue en la misma situación. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Mientras recorro el jirón Cusco en Barrios Altos observo grandes bloques de cemento que alcanzan entre 6 a 8 pisos. Estos depósitos son ilegales porque contravienen las normas de edificación para zonas monumentales y las especiales para el Centro Histórico. Contrastan con el entorno urbano monumental, compuesto por casonas, quintas e iglesias. No cuentan con licencia de construcción ni con certificado de defensa civil. Esta situación, como trató de explicar mi amigo Vladimir Velásquez, de manera simbólica, revelaría que en Lima aún siguen existiendo las murallas que la protegieron en el siglo XVII. Se ubican ahora en la avenida Abancay, son invisibles pero siguen teniendo el mismo efecto excluyente: Barrios Altos, ahora fuera de la muralla, es un sector donde no hay autoridad o esta es escasa. La proliferación de depósitos clandestinos la pudimos observar en detalle en una visita que organizamos tres colectivos ciudadanos: Lima Antigua, Despierta Lima y Salvemos Lima, el 14 de enero. Sobre este recorrido, información aquí.

Lima celebra 482 años de fundación española en una situación que, como se grafica con los ejemplos descritos arriba, es preocupante en materia de protección del Patrimonio Cultural. Es por ello que el Comité Peruano del Consejo Internacional de Monumentos (ICOMOS Perú), entidad consultora de la UNESCO, y la Facultad de Arquitectura de la UNI, han solicitado a las autoridades del Gobierno Central y a la Municipalidad de Lima la declaratoria de emergencia del Centro Histórico de Lima, como medida inicial, para evaluar de manera inmediata el estado de su patrimonio arquitectónico. Ver esta y otras propuestas de ICOMOS aquí.

Es verdad que la restauración del Centro Histórico de Lima implica un proceso largo y permanente. No obstante, se requieren medidas urgentes e inmediatas, articuladas y comprometidas, que revelen a todos los actores que ese proceso ha iniciado. La declaratoria de emergencia ha sido planteada en esa línea. Otra alternativa puede ser el diseño y ejecución de un Plan Maestro, que enfrente directamente el problema, que abarque varios frentes de acción y que convoque a vecinos, universitarios, sociedad organizada, profesionales, sector privado e instituciones de cooperación internacional (World Monuments Fund, AECID, Fundación Casas Históricas, etc.).

Un Plan Maestro para el Centro Histórico de Lima, entendido como política pública, que reúna a varias entidades del Estado (dirigido por el Ministerio de Cultura) y que realice acciones de saneamiento físico legal, (teniendo como objeto de renovación urbana no un predio en particular sino unidades patrimoniales), identifique zonas de tratamiento, incluya gestión de riesgos, promueva el fortalecimiento de PROLIMA o la creación de una autoridad autónoma para diseñar proyectos de restauración e intervención en patrimonio, provea asesoría técnica a vecinos de inmuebles históricos, empodere las funciones de fiscalización y sanción por incumplimiento de normativa protectora del patrimonio, coordine en especial con los Ministerios de Vivienda y Educación. Actualmente no existe algún Plan Maestro que se venga ejecutando. Sin embargo, existe uno diseñado entre el 2012 y el 2014, que actualmente está siendo revisado por el Ministerio de Cultura.

Asimismo, resulta importante que todos los ciudadanos advirtamos la importancia que tiene el Patrimonio Cultural para el desarrollo económico sostenible y humano, así como para la existencia de una sociedad donde impera la paz y la convivencia. La protección del patrimonio garantiza valores como la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad, así como el ejercicio de derechos como la vivienda, salud, identidad cultural, disfrute de los beneficios de la cultura. De igual manera contribuye a la vigencia de la memoria y permite entendernos como un proyecto en común, es decir, como una nación. Los ciudadanos debemos ser los primeros en ser conscientes de ello. Debemos cambiar nuestra mentalidad y ser más sensibles acerca de lo que ocurre con nuestro patrimonio, y exigir su respeto a nuestras autoridades.

Lima observa cada vez más con mayor intensidad los resultados de décadas de olvido y deterioro en su patrimonio. Es verdad también que nuestra ciudad ha conseguido importantes avances en la recuperación de espacios públicos (peatonalización de Ica y Ucayali e intervenciones en Plaza Italia y Plazuela del Cercado) y en la restauración de inmuebles (casonas de Arte Express así como las ubicadas en la cuadra 1 de Jr. Áncash). Soy optimista y considero que el cambio es posible. Si no viene de parte de nuestras autoridades, tendrá que ser exigido por los ciudadanos.

11/02/14: La Tumba de Néstor Chocobar en el Cementerio Presbítero Maestro

Tumba de Héctor Chocobar Sepúlveda,más conocido como Néstor Chocobar, joven músico y bardo criollo de los años 40, en el Cementerio Presbítero Maestro. Hizo popular el vals de Alex Villalobos ‘Mi cariño le di’. Tenía una espacio en los micrófonos de Radio Central. Nunca grabó, pese a ello su recuerdo sigue vigente en la historia del criollismo. “Poco duró la presencia de este joven artista en nuestro medio. Fue una promesa que la muerte no quiso que critalizara, que se proyectase”, explica Manuel Zanutelli. ‘Un vals y un recuerdo’, composición de Rodolfo Coltrinari y Lorenzo Humberto Sotomayor, es un homenaje que inmortaliza el nombre de este importante cantante criollo.

“Jamás podre olvidar/ la emoción/ de aquel muchacho criollo/ aquella noche al cantar/ en el teatro, con la orquesta/ como si algo presintiera/ que su vida pronto iba a terminar/ y que en mil canciones/ cuando las cantaba/ ponía su alma/ y a todos gustaba/ ese bardo criollo/ era Néstor Chocobar”. Su tumba se encuentra en el Cementerio Presbítero Maestro, cuartel San Enrique 84-D.

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Tumba de Néstor Chocobar en el Cementerio Presbítero Maestro. Foto: Marco Gamarra Galindo.

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01/11/13: Homenaje al maestro Adolfo Zelada Arteaga en el MNAAP

El pasado viernes 25 de octubre el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAP) y el Centro de Música y Danza de la Pontificia Universidad Católica del Perú (CEMDUC) rindieron homenaje al músico, guitarrista y compositor criollo Adolfo Zelada Arteaga (Trujillo, 1923). Una justa condecoración a una personalidad de la cultura musical criolla -un referente fundamental de la música costeña afroperuana- que ha destacado a lo largo de su fructífera carrera por su talento y notable aporte, incesante, creando e interpretando un variado repertorio de valses, tonderos, landós y zamacuecas.

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Chalena Vásquez Rodríguez, musicóloga y Directora de CEMDUC, presentó oficialmente el folleto-CD titulado “Criollo, Adolfo Zelada Arteaga” (2013), elaborado en homenaje al maestro Zelada, nacido en Trujillo y radicado en el barrio de Monserrate (Centro de Lima). La publicación incluye una amena y reveladora entrevista hecha al criollo Zelada por Chalena Vásquez.

“Música criolla de la firme, eso sí, que no es griterío ni alharaca. Lo que profundamente se siente no es para cantarlo así no más. Además cada canción puede decir más verdades que cualquier discurso mal hilvanado. Hay que ser suficientemente valiente para pararse y decir “éste soy yo”. Así tiene que ser, ¡si es que tienes algo que decir!, claro. Sin engaños. No hay truco que valga. Las cosas son así, sinceras y bien legales. Por respeto al público, por respeto a uno mismo y con la música que estás haciendo”. (A. Zelada. Expresión en clase con el Conjunto Criollo en CEMDUC; párrafo publicado en “Criollo, Adolfo Zelada Arteaga”).

UNA CARRERA POR EL PERÚ
Algunas composiciones del maestro Zelada:
– Dolor y pena (lamento y festejo)
– Canción criolla (valse)
– Sentimiento falaz (valse)
– Trabaja, trabaja (zamacueca)
– Dale que dale paisana (tondero)
– El negro José (festejo)
– La negra Rosa (landó)
– Brujas de Cachiche (festejo)

En el folleto-CD figuran las letras de estas composiciones, además de los audios del maestro Zelada en los que se lo escucha interpretándolas.

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Daniel Flores Apaza y Marco Gamarra Galindo con el maestro Zelada en el día de su homenaje.

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04/08/13: Joan Feliú y su cariño al Perú

Hace unas semanas tuve el grato honor de conocer al historiador del arte y escritor español Joan Feliú Franch, quien dejó por unos meses su querida Castellón y su cátedra en la Universidad Jaume I, en España, para enseñar la especialidad de gestión cultural en las universidades peruanas de San Marcos y César Vallejo. Dispuesto a compartir sus conocimientos en las aulas, participó además en una serie de conferencias y conversatorios vinculados al tema de conservación y uso sostenible del Patrimonio Cultural. Su trabajo también ha consistido en posicionar la defensa de nuestro legado en agenda pública.

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Conversando con Joan Feliú en el Museo Cementerio Presbítero Maestro de Lima. Foto: Karina Cusihuaman Rosillo.

Desde su primer día en Perú, Joan Feliú se sumergió en la problemática que enfrenta nuestro Patrimonio Cultural: las deficiencias y las potencialidades de un país que crece económicamente pero que no invierte en el sector cultura, pese a que, por años, sus gobernantes y políticos han tenido un discurso favorable a revalorar nuestra historia, al menos de boca y solo en momentos de crisis (post algún atentado, por ejemplo).

No obstante, en el Perú existe un divorcio entre lo expresado por nuestras autoridades y la realidad de nuestros monumentos. Por un lado, anunciadas por las autoridades tenemos las muchas promesas de conservación y puesta en valor que por años han mantenido ilusionada a la ciudadanía. El sueño de ver una ciudad mejor, en la que sus monumentos históricos se integren por completo a la ciudad y estén al servicio de la población –como destinos turísticos, espacios de investigación y estudio para universitarios, museos a puertas abiertas, etc- se ha enfrentado, por otro lado, con la cruda realidad del olvido, el abandono y el deterioro, que es lo que sucede en la realidad, más allá del discurso.

Joan Feliú, consciente de que esta dura realidad surge, entre otros factores, por el desconocimiento y la falta de capacidad de las autoridades para formular planes de desarrollo y políticas públicas en favor del Patrimonio Cultural, destaca con justicia la importancia de la gestión cultural como herramienta adecuada para convertir las palabras en hechos. Sus cátedras en Lima y provincias sobre la elaboración y financiación de proyectos de inversión y gestión cultural, en un contexto como el peruano, llenan un vacío que no podemos tolerar si deseamos revitalizar nuestro Patrimonio Cultural.

De la labor dedicada de Joan Feliú, sin embargo, no son únicos testigos las aulas universitarias y los salones de conferencias. Siguiendo los propios postulados de la gestión cultural –en la que para formular un proyecto hay que empaparse de la realidad, conocer los intentos gubernamentales que han existido previamente y escuchar las propuestas ciudadanas que se han formulado-, siendo coherente, en suma, con la especialidad que lo apasiona,  a Joan Feliú se lo ha visto en permanente movimiento, en la calle y en las plazas, visitando diariamente museos y centros culturales, adentrándose por los vericuetos de los Barrios Altos, entablando contacto con otros gestores culturales de la ciudad y, pese todos estos maratónicos y agotadores días que ha tenido en Lima, conociendo esta extensa urbe, no ve opacado su sueño de querer construir una mejor ciudad para los peruanos. Tenemos, pues, ante nosotros a un personaje que va construyendo ciudadanía mientras imparte su rol educador.

El aporte de Joan Feliú y de profesionales extranjeros que vienen al Perú a impartir sus conocimientos, identificándose con la realidad del medio y elaborando propuestas que hagan viable su desarrollo sostenible, acercando la ciudad y su Patrimonio Cultural a sus habitantes, debe ser reconocido y estimado.

A modo de agradecimiento, junto con Karina Cusihuaman, Daniel Flores y Bruno Calderón decidimos apoyarlo, durante nuestras visitas semanales a los cementerios limeños, en una búsqueda que estaba emprendiendo -acerca de los primeros Feliú en Perú-. Se trata de un apellido catalán que tiene antecedentes en nuestro país, muestra de ello son los hallazgos que encontramos en los Cementerios Presbítero Maestro de Lima y Baquíjano y Carrillo del Callao.

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Tumba de Carmen Sánchez de Feliú (?-1871) en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima. Foto: Karina Cusihuaman Rosillo.

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Tumba de Micaela Amalia Feliú de Fernandez (1846-1879) en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

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Tumba de Eduardo Feliú (?-1900) en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

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Tumba de Carlos E. Olaguer Feliú (?-1919) en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

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Tumba de Arturo Feliú (?-1950) en el Baquíjano y Carrillo del Callao. Foto: Daniel Flores Apaza.

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20/04/13: Los últimos días de la Hacienda La Taboada (Callao, Perú)

El proyecto de ampliación y modernización del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, con respecto a nuestro Patrimonio Cultural, no comprometió únicamente el futuro de la Casa-Hacienda San Agustín (que hubiese sido demolida si no fuese por la gestión de la Dirección Regional de Cultura del Callao y la iniciativa de la sociedad civil; el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones tuvo en su momento todo el interés en que se destruyera).

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Almacén de la Hacienda La Taboada. Agradecemos a Indra Montoya y a Luis Donayre Valdes, cuya colaboración en la elaboración de este artículo es muy importante. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Dentro de los terrenos expropiados por el Estado peruano, también se hallaban los restos de la Hacienda La Taboada, compuestos por un almacén y una casa administrativa, ambos de fábrica republicana que pese a estar protegidos por la figura jurídica de la presunción contemplada en la Ley General del Patrimonio, fueron demolidos en febrero del 2013.

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Una casa construida para fines administrativos era uno de los dos testimonios tangibles que existía hacia febrero del 2013. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Por el sistema constructivo, hemos de notar que el almacén –convertida en vivienda pero en pie- tenía mayor antigüedad que la casa administrativa –que fue, por cierto, construida a mediados del XX-.

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Almacén de la Hacienda La Taboada. Se aprecia sistema constructivo. Con su destrucción, nuestra ciudad pierde rasgos y singularidades que la distinguen de otras. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Con respecto a la Casa-Hacienda, una de las vecinas nos relató que fue destruida por el propio propietario en los 70’s. Destacó su prestancia arquitectónica y hasta nos contó que allí celebró su quinceañero.

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La señora con quien conversamos el día de nuestra visita. Estaba en negociaciones con el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones por el tema del justiprecio. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La historia de la Hacienda La Taboada o Taguada se remonta al siglo XVIII, aunque hay referencias de la misma en el siglo XVI. Tuvo diversos propietarios y dueños a lo largo de su existencia, entre ellos figuran Juan José de Aliaga y Sotomayor, el General Francisco de Oyague y Beingolea, Maria Angela de Orosco y Peralta, el Monasterio de la Concepción (quien la envió por enfiteusis por 150 años a Andrea Mendoza viuda de Menéndez en 1849, de quien la heredó su hijo Jose Maria Sancho Davila; luego hay traspasos de vida a favor de Josefa de Loayza y de Isidro de Oyague).

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Interiores del almacén de la Hacienda La Taboada. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Es lamentable que nuestras autoridades no hayan evaluado alguna alternativa para salvaguardar la integridad de los últimos restos de la Hacienda La Taboada. Los proyectos de inversión y la defensa del Patrimonio no son dos causas en conflicto: pueden realizarse ambas simultáneamente. Se pudo haber considerado la idea del desmontaje (al menos del almacén), así como sucedió en San Agustín. Me atrevería a decir que no hubo ni registros de los ambientes. Hay mucho por hacer por nuestro Patrimonio Cultural y para revertir la inacción del Ministerio de Cultura.

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En el Asentamiento Humano La Taboada, constituido sobre los dominios de la Hacienda, se encuentra maquinaria propia para la siembra y cosecha. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Aquí compartimos un video:

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13/10/12: Ocho alumnos harán la ruta de don José de la Riva-Agüero

Luis Yáñez
Redactor de PuntoEdu, periódico de la PUCP.

En 1912, el joven aristócrata limeño José de la Riva-Agüero y Osma (27 años) realizó un viaje de tres meses por la sierra sur del país que le permitió conocer como ningún otro intelectual de la época cuál era la realidad social del Perú profundo. Sus reflexiones y memorias de viaje fueron anotadas en numerosas libretas, publicadas parcialmente en el periódico Mercurio peruano y recopiladas en el libro Paisajes peruanos años después de su muerte. Para conmemorar este centenario, el Instituto Riva-Agüero (IRA) organizó el concurso “Viaje por la ruta de Riva-Agüero: 100 años de Paisajes peruanos”, cuya convocatoria estuvo abierta a los alumnos de pregrado de todas las facultades de la PUCP.

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Alumnos que viajarán, entre los cuales se encuentra este humilde servidor. PuntoEdu PUCP.

El proceso de selección
En la primera fase del concurso, los participantes debían presentar un ensayo de reflexión sobre el Perú, a partir de la lectura del libro, que tome alguno de los siguientes temas: geografía e integración del país, medio ambiente y recursos naturales, paisaje y desarrollo, literatura de viajes, identidad nacional y nación, el peruano frente a su historia y el bicentenario de la Independencia.

“Nos ha dado gusto que todas las facultades estuvieron representadas. No fue un concurso solo para gente de Humanidades, también participaron alumnos de Ciencias e Ingeniería, Derecho, Economía, Arte, Arquitectura… Ha sido una convocatoria que ha permitido tener ensayos con visiones de todas las especialidades, lo cual resulta muy rescatable”, precisa Trinidad Montero Leiva, coordinadora académica de Proyectos de Extensión del IRA.

El jurado, compuesto por los doctores José de la Puente Brunke (director del IRA), Margarita Guerra (coordinadora de la edición de la Obras Completas de Riva-Agüero) y Jorge Wiesse (miembro ordinario del IRA), revisó las propuestas presentadas y escogió a 14 preclasificados con quienes sostuvo una entrevista personal. Tras pasar esta segunda fase, el jurado seleccionó a los ocho alumnos ganadores: Oliver Elorreaga Reyes (Economía), Marco Gamarra Galindo (Derecho), Mónica Lizana Gómez (Gestión y Alta Dirección), Carmen Mallqui Caballero (Geografía), Andrés Sáenz Suárez (Historia), Alejandro Takaezu Morales (Historia), Osmar Verona Badajoz (Sociología) y Marcia Yep Ortecho (Derecho).

Motivaciones y reflexiones
“Mi motivación principal fue viajar, que no es una costumbre común para mí (conozco Cuzco y punto). La ruta que hace Riva-Agüero por la sierra es muy bonita e interesante”, comenta Alejandro. “No había leído Paisajes peruanos antes del concurso, pero sabía que todo peruano debía hacerlo. Cuando leí cómo describía los paisajes, me dije que a mí me gustaría también verlos”, recuerda Mónica.

¿Cuál es el principal aporte que destacan de esta obra? Tras su lectura, cada uno de los jóvenes tiene una respuesta distinta: “A principios del siglo XX, la visión del Perú estaba centralizada en la costa; la sierra y la selva eran una suerte de “comunidades imaginadas”. Me parece que en este libro Riva-Agüero hace una etnografía descriptiva y lírica de la sierra y es uno de los primeros intentos por dar a conocer y hacer más papable esta localidad” refiere Osmar.

A su turno, Carmen señala: “En su libro, Riva-Agüero describe no solo un paisaje natural sino también un paisaje cultural. Si bien no fue geógrafo, eso tiene un valor para mí” refiere Carmen. “Es un libro innovador porque para ese entonces, la naturaleza y el paisaje no eran fuente de humanidad y de historia para autores peruanos. El autor retoma las crónicas de la conquista y las remembranzas que pudo haber leído en lima y corrobora in situ la situación actual de estas localidades”, apunta Marco.

Una semana de aventuras
Los ganadores viajarán del 13 al 21 de octubre con todos los gastos pagados y replicarán la ruta que realizó Riva-Agüero hace un siglo, acompañados de ocho docentes y representantes del IRA. Partirán de Lima hacia Cuzco y luego recorrerán el tramo Cusco-Huancayo por vía terrestre, con escalas en Andahuaylas, Abancay, Huamanga, Huancayo y Concepción.

Además, aprovecharán esta travesía para repartir una edición popular de Paisajes peruanos en los lugares que inspiraron su creación y para realizar actividades académicas en los centros de estudios que pertenecen a la Red Peruana de Universidades que se encuentren en el trayecto (Universidad Nacional del Centro del Perú, Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga y Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco).

“El viaje de Riva-Agüero debió haber sido muy especial porque lo llevó a someterse a una discusión interna y a escribir un libro. La ruta debe interpelarnos a cada uno de nosotros; cada quien desde su disciplina y su experiencia propia la verá con otros ojos. Yo estoy a la espera de tener la ruta delante de mí y ver qué sucede”, finaliza Oliver. Leer más »