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08/12/10: El Obelisco de Chacamarca en Junín, Perú

Entre las inmensas Pampas de Junín, el Obelisco de Chacamarca se levanta como un lugar que rinde homenaje y que enaltece a todos los patriotas que lucharon por la independencia nacional, en la batalla de Junín, el 06 de agosto de 1824, contra los españoles.

El obelisco de Chacamarca tiene 36 metros de altura y fue construido en 1925, en reemplazo del otroro edificado en 1848. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El historiador Mario César Pérez Arauco (Cerro de Pasco, 1937) ha escrito un interesante artículo sobre el Obelisco de Chacamarca.

Chacamarca se ubica a siete kilómetros del pueblo de Junín, muy cerca de la Casa Hacienda de San Francisco de Chichausiri. Allí se ve el majestuoso monumento en homenaje a la Batalla de Junín. Su invicta columna coronada por una esfera negra y majestuosa se distingue nítidamente desde todos los confines de la dilatada pampa. En el mismo lugar, hasta el quinto lustro del presente siglo, permanecía un obelisco de regulares proporciones, edificado en 1846 por el prefecto de Junín, Don Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz, en homenaje a los centauros de la libertad. Aquella pilastra inicial había sido erigida por el pueblo cerreño cuando era capital del departamento de Junín. Más tarde, al ver que el obelisco no guardaba proporción con el significado de la memorable batalla, lo derruyó y en su reemplazo erigió uno nuevo.

Veamos a continuación su historia completa. Al conmemorarse el primer centenario de la gloriosa batalla de Junín -6 de agosto de 1824- don Manuel Pablo Villanueva, Prefecto del departamento, ofrecía a nombre de la colectividad cerreña, la construcción de otro monumento –grande y majestuoso- para ser inaugurado el año siguiente: 1925.

Personal de trabajadores de la Cerro de Pasco Copper Corporation que habían fundido el sol radiante que coronaría el monumento de Chacamarca, regalo del pueblo cerreño –entonces capital del departamento de Junín- al pueblo de Junín y en homenaje a los heroicos patriotas que lucharon por nuestra libertad.

En cumplimiento de esta oferta el vecindario cerreño se dedicó a trabajar denodadamente. Realizó kermesses, rifas, corridas de toros, erogaciones, bailes y toda clase de actividades tendientes a reunir el dinero necesario para conseguir sus propósitos.

Reunidos los fondos pecuniarios, solicitó de la Superintendencia de la Cerro de Pasco Copper Corporation, su plena colaboración. La compañía –de acuerdo con la iniciativa- dispuso que su jefatura de ingenieros estructurara los proyectos y programara adecuadamente los trabajos.

Ya con los planos y especificaciones correspondientes, el 2 de abril de 1925, setecientos hombres de la Cerro de Pasco Copper Corporation, iniciaban los trabajos. El 2 de agosto de 1925, después de cuatro meses exactos de labor efectiva, entregaban este monumento que se levantaba majestuoso en el escenario de la benemérita batalla. Es el generoso regalo del pueblo del Cerro de Pasco, a la gloria de los soldados que nos dieron la libertad.

Este monumento es de granito y, tiene 35.926 metros de altura. Sobre una amplia gradería circular cuya longitud es de 21.24 metros, se eleva el basamento formado por dos cuerpos que están rodeados de pirámides adosadas al pedestal; y del segundo cuerpo, surge una alta columna que remata en severo y elegante capitel.

Corona este monumento, una gran esfera de bronce de diecisiete puntas que representa un sol radiante con la siguiente inscripción: “La Nación, a los vencedores de Junín –6 de agosto 1824 – 1924; siendo Presidente de la República, Augusto B. Leguía”, En la parte posterior, hay una entrada a un amplio salón con capacidad para 500 personas. Parte de allí la escalera metálica que llega a la cúspide del monumento donde debe colocarse la bandera.

El 6 de agosto de 1925 –como había prometido el prefecto- estaba listo el monumento de granito en homenaje a la victoria de Junín. El costo total de la obra fue de quince mil libras peruanas, es decir S/. 150 000.oo soles oro. Para su fastuosa inauguración y utilizando el servicio del ferrocarril, asistieron a los campos de Chacamarca, las autoridades del Cerro de Pasco –entonces capital del departamento de Junín- presididos por el Prefecto, don Manuel Villanueva, en representación del Presidente de la República. En aquella oportunidad, muchísimos ciudadanos cerreños repletaron, inclusive, los coches de bodega.

Del Cerro de Pasco asistieron más de tres mil personas. Autoridades polìticas, representantes del Concejo Provincial de Pasco, autoridades del pueblo de Junín, una compañía de movilizables, los miembros de la Brigada de Boys Scouts del Centro Escolar de Varones No 491, presididos por el profesor, Gamaniel Blanco Murillo; también asistieron al acto, profesores y alumnos del Colegio Americano. Llegados a Chacamarca, fueron recibidos por el Gobernador del distrito de Junín, señor Francisco Villaizán y los miembros del Concejo Municipal, presididos por su Alcalde, doctor Sixto G. Dávila y el pueblo junino en general.

Como parte central del programa, se celebró una misa de campaña oficiada por el párroco de Junín, doctor Eufrasio Dávila, la alocución patriótica, a cargo del Vicario del Cerro de Pasco, doctor Esteban Quintana Guzmán. La ceremonia de bendición fue apadrinada por el Prefecto del departamento de Junín, don Manuel Pablo Villanueva, en representación del Presidente de la República. En su alocución mencionó que el pueblo del Cerro de Pasco, le había encargado la entrega de este presente al pueblo junino para su custodia, y que lo cumplía, entregándole a la persona del alcalde.

Desde entonces, augusto e imponente, se levanta este hermoso regalo del pueblo minero, al legendario pueblo junino, en homenaje a la histórica batalla de Junín. Leer más »

12/09/10: Junín: una reserva ecológica y natural

Ricas extensiones de áreas verdes que son hábitat de diversas especies de fauna alto andina, tierras agrestes que presenciaron la crucial batalla de Junín entre los independentistas y españoles allá por el año de 1824, en defensa de la libertad americana, son algunas razones del por qué hay la necesidad de cuidar las tan importantes Pampas de Junín.

Lago Junín, Junín. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La primera vez que contemplé la inmensidad y belleza de esta maravilla natural que comparten Junín y Pasco fue cuando me dirigía a Pozuzo. A pesar de las siguientes veces que pasé por allí, siempre quedo sorprendido, ya sea sus aves que se divisan a lo lejos desde la carretera, como por el lago Junín y las Pampas que las albergan en su Reserva Natural.

Este lago también es conocido como Chinchaycocha que en quechua significa “lago del gato andino”, es el segundo lago más extenso del después del Titicaca y da origen al río Mantaro. Sus 529.88 km² acogen a miles de especies de aves acuáticas como el famoso zambullidor o los flamencos que se pueden observar en el mirador de la zona. Además de ranas, cuyes silvestres, zorros y vizcachas que se han adaptado a este clima tan hostil a más de 4000 m.s.n.m. Es gracias a las vastas extensiones de pantanos y totorales junto con los cientos de miles de animales que las Pampas de Junín junto con el lago son declaradas como Reserva Nacional en 1974.

Por otro lado, recordemos que aquí ocurrió la batalla de Junín, donde el ejército de Bolívar venció a los realistas. En honor a dicha victoria se construyó el Santuario Histórico de Chacamarca donde se puede tomar fotos con un obelisco de más de 10 metros.

Bicicletistas en las alturas de las Pampas de Junín, Junín. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Si se anima a ir, necesita llegar hasta La Oroya y de allí todo depende de su gusto, si llegamos a la Reserva Natural de Junín a través de Tarma o Paccha, por la carretera central. Recordemos que los paisajes de nuestra sierra son espectaculares, por esa ruta podremos apreciar diversos pueblos que no sabíamos que existían y que en su mayoría se ubican a los costados de la carretera como también paisajes que parecen de pintura. Desde pueblos como la minera Morococha hasta ciudades de tejedores cuya maestría es bien reconocida como en San Pedro de Cajas. La mejor época para ir es en marzo y abril.

Para efectuar este viaje le recomendamos llevar pastillas para no tener complicaciones con el soroche, portar ropa de invierno y de verano ya que al mediodía hace calor y por la noche hace frío. También, y si lo desea, puede hospedarse cerca de la reserva, en los pueblos de los alrededores como Carhuamayo en Junín y Ninacaca en Pasco, cuyo atractivo turístico es contar con una iglesia hecha en piedra.

Y si su espíritu es aventurero a mayor distancia de la reserva se ubica Cerro de Pasco con su famoso bosque de piedras de Huayllay. Ah! Y no bote sus desperdicios al menos que sea en un tacho. Leer más »

05/08/10: Oxapampa: europeos en la selva central del Perú

Unas casas de estilo tirolés, hechas de madera y a dos aguas, en plena inmensidad de la selva, siguen persistentes a pesar de los años, así como el recuerdo en sus habitantes de aquellos personajes de largos bigotes y ropa extravagante que contra viento y marea vinieron desde Europa al Perú, acompañados con el deseo de iniciar una nueva vida. Una de estas ciudades bravías de la selva central del país es Oxapampa, la cual conoceremos en este reportaje.

Iglesia de Santa Rosa en un día de Julio. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Considerada como la Capital Geocéntrica del Perú, Oxapampa fue fundada en 1891 con la finalidad de asentar a más familias europeas de Pozuzo, este logro fue liderado por Enrique Böttger, descendiente de alemanes, que murió a los 87 años después de una vida aventurera como pionero. El nombre de Oxapampa deriva del quechua “Ocsha” que significa Pampa de Paja. Sin embargo, algunos sostienen que el verdadero significado sería “estepa sin árboles”.

Casas de doble agua en Oxapampa. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Durante los primeros años como ciudad, Oxapampa tuvo en la falta de comunicación uno de sus más serios problemas; el empalme con la carretera central era necesaria. Según el libro “Pozuzo: Tiroleses, renanos y bávaros en la selva del Perú” de la escritora austriaca Elizabeth Habicher-Schwarz, el primer auto que llegó a “Oxa” y que permitió el transporte de personas por estos tramos fue un Ford que desarmado en piezas iba cargado sobre el lomo de mulas (1919). En estos años, la población iba incrementando notoriamente gracias a la emigración de los pozuzinos.

En la actualidad, se pueden visualizar fácilmente carros de décadas pasadas como este: una “chevrolata” en una calle cercana a la plaza. Foto: Marco Gamarra Galindo.

En 1963 ya transitaban los primeros buses de línea de la empresa La Perla de los Andes entre Lima y Oxapampa pero curiosamente éstos iban sólo de noche, desaprovechando cualquier oportunidad de deleitar al pasajero con los paisajes más increíbles de la selva central.

Hoy, diversas agencias de viajes toman en cuenta a Oxapampa como un lugar imprescindible en sus rutas por lo que más visitantes gozan de la acogida de los oxapampinos. Sin duda, una gran alternativa que beneficia a los amantes del turismo en general. Inclusive, se debe tomar en consideración viajar durante fiestas ya que se realizan actividades como la destreza forestal, el campeonato de motocross, bailes típicos y la coronación de la miss Oxapampa.

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21/07/10: Prusia, una colonia alemana en el Perú

Cuando se toca el tema de la inmigración europea en el Perú, nos recordamos mucho de la historia de los austriacos y alemanes que cruzaron el Atlántico, y que fundaron la ciudad Pozuzo, tras una serie de penurias. Pero lo que no sabemos es que esta bella colonia no es la única que ostenta costumbres europeas en nuestro país. Prusia, ubicada también en la selva pasqueña, es un retrato viviente de las ciudades alemanas.

Según el libro “Pozuzo: Tiroleses, renanos y bávaros en la selva del Perú” de la escritora austriaca Elisabeth Habicher-Schwarz, cuando los colonos europeos provenientes del Tirol, Renania y Baviera, llegaron al valle de Huancabamba (Pasco, Perú), decidieron repartirse los terrenos por recomendación de los tiroleses.

Iglesia de Prusia, Pasco. Foto: Marco Gamarra Galindo.

De esta división de tierras en este valle se decidieron cuáles eran los territorios que pertenecerían a cada familia, a los alemanes la parte superior (actual Prusia y Delfín) y a los austriacos la parte inferior (actual Pozuzo y Tillingo).

La colonia de Prusia que se encuentra a sólo 5 km. del centro de Pozuzo, es un excelente lugar para apreciar la grandeza de nuestra selva central. Acompañadas de casas a doble agua de estilo europeo, sus praderas y altos árboles frutales forman un ambiente natural que purifica el alma de todo ser.

Ranchos de vida. Foto: Marco Gamarra Galindo.

“Prusia vendría a ser una ciudad de la highlight” fue lo que escuché vociferar de algún otro turista mientras caminaba por el parque de la Identidad Pozuzina de Prusia. De este parque se puede decir mucho, que incentiva el desarrollo de deportes como el ajedrez, que conserva áreas verdes para sus visitantes y que mantiene la hermandad con Pozuzo.

Casas en Prusia. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Otra maravilla es su iglesia principal que se convierte en una delicia para la vista del viajero ya que su arquitectura muestra un soberbio estilo alemán. Si decide adentrarse un poco más, podrá llegar a Gstir, un pueblo colono cerca de Prusia Leer más »

22/04/10: Mi primera visita a la colonia de Pozuzo

Fuente: Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio (noviembre del 2008)

Hasta que llegó el tan ansiado viaje. Pozuzo, tierra que ocupan colonos austríacos y alemanes desde 1859 nos acogió el último feriado largo.

Partimos de Lima a las cinco de la mañana para llegar a San Mateo de Huanchor a las nueve. Luego seguimos el tramo de la Carretera Central hasta Tarma, donde aprovechamos para visitar al Señor de Muruhuay: se dice que todo viajero debe visitarlo, pues de no hacerlo se arriesga a sufrir un accidente.

Tras ello, comimos algo liviano, pues a casi 3000 metros sobre el nivel del mar es lo recomendable. Pedimos un buen plato de “patasca”, ese maravilloso caldo de alto valor nutricional. Después avanzamos hasta el valle de Chanchamayo, donde tomamos el desvío hacia Oxapampa y Pozuzo.

Llegamos a Oxapampa a las ocho de la noche, muy cansados y con sueño, por lo que decidimos pernoctar en la zona y continuar con el tramo restante el día siguiente.

En la mañana del nuevo día, nos dejamos llevar al restaurante “El típico Oxapampino”, donde degustamos de un delicioso desayuno de la zona: jugo de frutas del lugar (naranjito o carambola), leche fresca con café, tamal, queso y mermelada de varios sabores. Frescos y habiendo desayunado, enrumbamos hacia Pozuzo. En trayecto, en verdad, presenta una vasta e inmensa vegetación, llena de árboles y helechos; bellos y extensos fundos; “vacas trapecistas”, como diría mi compañero de viaje, refiriéndose a los hermosos animales que juguetean en las faldas de los cerros; aves coloridas, como el Gallito de las Rocas, mariposas multicolores, y, claro está, cascadas que dan frescor a una región llena de flores que perfuman y colorean el ambiente. Como ese día el cielo no había derramado sus lágrimas, fue pacífica nuestra travesía por las carreteras que serpentean y al borde de dramáticos acantilados sobre el río Huancabamba, el mismo que separa a Oxapampa de Pozuzo.

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La tarde se había hecho presente cuando llegamos a Prusia, colonia de alemanes, ubicado a 3,5 Km de Pozuzo, ella sí morada de austríacos. Para sorpresa y preocupación nuestra, ¡no había habitaciones disponibles!. Al final, conseguimos albergue en un hotel? en Pozuzo.

Luego de instalarnos, fuimos al restaurante “El típico Pozucino”, donde pedimos wurscht (salchichas) y wiener schnitzel (filetes empanados). En ese lugar conocimos a Andrés Egg Gstir, descendiente de austríacos, señor amable y humilde, quien nos mostró su libro “Vida y sueños de un Pozucino”, relato autobiográfico que da cuenta de la vida cotidiana de los hombres bravíos de la Selva Central.

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Las casas coloniales son una clara muestra de la influencia de la arquitectura germánica y austriaca, por cierto adaptada a las condiciones y los materiales del lugar. Las edificaciones se caracterizan por sus techos altos y a dos aguas (cubiertos antes con tejas de madera y hoy por planchas de zinc) y corredores exteriores para comunicar los ambientes.

Ya en la noche, presenciamos la actuación de un grupo de muchachos que bailaron música tirolesa y cantos bávaros en la Casa de la Cultura, inaugurada en el 2004. Al término de ésta, se invitó a bailar a los presentes.

El día viernes cruzamos el puente Guillermo I para adentrarnos en el bosque pero una lluvia torrencial nos atrapó en plena subida. A pesar de eso, seguimos el rumbo hasta llegar a Montefuner. ¡Una experiencia única!

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Después asaltamos el restaurante “El mirador”, el cual posee una espléndida mirada panorámica de la zona. Para llegar a este precioso restaurante, en el que pronto se podrá hacer camping, se debe seguir de frente antes de cruzar el puente a Prusia. Mientras almorzábamos, Andrés nos contó la historia de los colonos, cómo llegaron a ese bello paraje, qué problemas tuvieron y cómo se asentaron en esta parte del Perú. Nos relató que los colonos austríacos y alemanes salieron de Amberes (Bélgica), cruzaron Argentina y Chile, y el 25 de Julio de 1857 llegaron al Callao; que las autoridades chalacas los mandaron en cuarentena a la isla San Lorenzo; que luego pasaron por Huacho y Pasco; y que, pese a la no-construcción de una prometida carretera por el gobierno peruano, al mando de José Egg lograron llegar a Pozuzo; Y que, tiempo no muy lejano, se les unió un segundo grupo de colonos.

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Pozuzo, la única colonia austroalemana en el mundo, es una ciudad de ensueño. Sus alrededores son excelentes para el camping, y además se prestan a la práctica de deportes de aventura, como el canotaje, parapente, ala delta, caminatas y paseos en moto; actividades que, sumadas al trato gentil y hospitalario de su gente, harán de su visita una aventura difícil de olvidar.

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