Archivo por meses: diciembre 2011

31/12/11: El Tontódromo de la PUCP y sus lugares emblemáticos

Caminar por la PUCP sería dificultoso si no existiese el famoso Tontódromo, la vereda principal del campus que conecta a casi toda la universidad. Tiene una extensión de 550 metros y es paso obligado para las más de veinte mil personas que, aproximadamente, visitan diariamente la universidad.

Existen muchas versiones del porqué de su nombre. ‘Tontódromo’ es sin duda un nombre que llama la atención. Este peculiar término proviene de dos palabras: ‘tonto’ (alguien que carece de juicio o de razonamiento) y ‘dromo’ (lugar). Me identifico, sin embargo, con una en particular. A lo largo de esta avenida, desde ya hace varias décadas, transcurrían parejas de enamorados, universitarios ellos, que, cuales ‘embobados’ de amor, caminaban en medio de suspiros y miradas. Se agarraban de la mano, y cuales tontos, caminaban por este tramo largo, en la mayoría de veces para matar el tiempo, alejados del mundo y de todos los deberes de la universidad.

Esta vía es reconocida por muchos estudiantes, pero no tanto por ello. Se ha convertido en un emblema por cumplir un valioso rol en la vida del estudiantado: permite un movimiento rápido de un extremo al otro de la universidad. Por ello que es una de las siete maravillas de la PUCP. Junto a Luis Grau recorrimos el ‘Tontódromo’. Aquí el video.

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27/12/11: La Hacienda Buena Vista: historia de una finca colonial en las alturas del Valle Lurín

Al verla asentada en la cima de un promontorio rocoso, dotada de una vista privilegiada del valle circundante y de una imponente presencia, se pensaría que no estamos frente a la Hacienda Buena Vista, sino en Grecia y ante la añeja Acrópolis. Sin embargo, tanto la historia que la rodea como la arquitectura que le es fiel rezuman memorias de una época que transcurrió en el Perú colonial y republicano.

La Hacienda Buena Vista es una de las fincas que se edificaron en el sur. Está ubicada en el camino a la Rinconada de Lurín y es propiedad de la Instituto de Hermanas Agustinas de Jesús. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Vista desde la Avenida Manuel del Valle, la Hacienda Buena Vista resalta por encima de los árboles y chacras del último valle verde de Lima: el del río Lurín, simulando la estampa de un castillo feudal o de la Acrópolis grecorromana. Esta casa-hacienda data del siglo XVIII y desarrolló, durante la colonia, una eficiente producción de pastos, algodón y cereales. Su posición estratégica y privilegiada en el valle, con vista incluida a la costa, le dan dado el nombre: el de Buena Vista.

Hacienda Buena Vista es un Monumento Integrante del Patrimonio Cultural de la Nación desde el 2003. Foto compartida por María Abril.

A la llegada de los españoles al valle de Lurín, las tierras agrícolas y los naturales residentes fueron dados en encomienda a los conquistadores. Esto produjo cambios significativos que, con el tiempo, hicieron necesaria la construcción de haciendas como las de San Pedro, Buena Vista, Villena y Las Palmas para el abastecimiento de alimentos y el aprovechamiento de la mano de obra. Los primeros españoles que propugnaron la existencia de las encomiendas en la zona para la evangelización de los naturales fueron Miguel de Estete, Juan Maldonado, Francisco Gonzáles, Juan de Villafuerte, entre otros.

Galerías de la Hacienda Buena Vista, Lurín. Foto: Marco Gamarra Galindo.

“Durante el siglo XVIII –época en que fue erigida-, la Hacienda Buena Vista fue propiedad de Diego de Chávez, Diego y Martín Chávez Calderón y Francisco Antonio Lastras. En el siglo XIX le perteneció a Josefa Jacot, Francisca Jacot, Pedro y Lauro Arciniegas. En el siglo XX a la familia Bazo y Arciniegas, Rosa y Manuel Valle, y finalmente a la familia Olcese. Se dice también que en esta hacienda habría vivido Micaela Villegas, la ‘Perricholi’, amante del Virrey Amat. Por esto se le conoce también a la finca como Casa del Virrey Amat”, señala el Inventario Turístico del Perú. Leer más »

26/12/11: La Casa Prado Sosa de Chaclacayo

Los Prado, una de las familias con mayor poder adquisitivo y status social en la Lima del XX, sumó a la serie de propiedades de las que disponía, la construcción de una espaciosa casa de esparcimiento a las afueras de la capital. La casa de Chaclacayo se convirtió en punto de encuentro para que la familia Prado celebrara en ella saraos en honor de algún visitante, realizara la práctica de cierto deporte de campo o simplemente para que sus miembros se alejaran del tedio que generaba la administración de sus empresas textileras, compañías eléctricas, minas y fundos agrícolas.

Casa de campo de la familia Prado en Chaclacayo, Lima. Para el sociólogo Felipe Portocarrero el “imperio Prado” perduró de 1890 hasta 1970, año en el que el presidente Velasco Alvarado acabó con la fortuna familiar. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La casa fue mandada a construir a fines de los treinta por Mariano Ignacio Prado Heudebert, sobrino del presidente Manuel Prado y Ugarteche. “Prado Heudebert era Presidente del directorio del Banco Popular, el emporio comercial que, se dice, fue formado con el dinero que el patriarca Mariano Ignacio Prado ‘aportó’ del erario nacional al fugarse en plena guerra con Chile con los fondos que supuestamente habría de comprar barcos y armas para hacer frente al enemigo”, explica el jurista Fernando Poblete Elejalde, quien visitó la casa en 1998. Prado Heubebert contrae nupcias en 1935 con Mercedes Sosa Pardo de Zela, de cuya relación nacen ‘Marianito’ Prado Sosa, Leoncio Prado Sosa, Mercedes Prado Sosa, ‘Marita’ Prado Sosa y ‘Malena’ Prado Sosa.

Mercedes Prado Sosa, hija mayor del presidente del Banco Popular, Mariano Prado Heudebert, se casó con el abogado Javier Ferrand Cillóniz en el oratorio de la mansión de la familia Prado, en Miraflores. Foto: Revista Caretas.

Los cinco hijos del matrimonio Prado-Sosa, de allí el nombre de la casona, pasaron parte de su infancia y juventud en este inmueble ubicado en Chaclacayo (que por cierto, se fundó como distrito político recién en 1940, por mandato de mandatario Manuel Prado y Ugarteche, tío de Mariano Ignacio Prado Heudebert). “Durante el primer gobierno de Prado y Ugarteche, era conocido que cada dos fines de semana, el presidente y su entonces esposa, Enriqueta Garland -emparentada con la familia Miró Quesada, dueños de El Comercio- descansaban en la casa del sobrino”, detalla Fernando Poblete, estudioso de la historia peruana. “Para relajarse de su faceta presidencial, practicaba aquí el presidente Prado y Ugarteche uno de sus deportes favoritos: la equitación, ante la atenta y dulce mirada de sus sucesivas esposas: doña Enriqueta Garland, con la que tuvo dos hijos y, años después, ante la presencia de doña Clorinda Málaga, su segunda conyugue”, añade.

El conocido Banco Popular, propiedad de los Prado, guardaba el 80% de ahorros de la gente más rica del Perú. Asimismo, los Prado también eran dueños de un conglomerado empresarial que incluía a la Fábrica Nacional de Tejidos, el Ferrocarril Eléctrico de Lima y Callao, la refinería Conchán, Cementos Lima, el diario La Crónica, entre otros. Era un auténtico imperio económico y político.

A la muerte del matrimonio Prado-Sosa, el predio fue materia de un litigio que nunca llegó a resolverse del todo, aunque en buena cuenta quien pasó sus temporadas ahí fue únicamente ‘Marianito’ Prado Sosa, sucesor de su padre en la presidencia del Banco Popular. “Se sabe, además, que don Manuel Prado usó la residencia chaclacaína durante su segundo mandato para celebrar en ella saraos en honor de algunos miembros de la diplomacia extranjera acreditada en el país, sin la mirada acuciosa de los guardias de Palacio”, resalta Poblete Elejalde.

Diseñada por el arquitecto Emilio Harth-Terré, la casa, a finales de los noventa, fue tienda KFC. Hoy ya no existe: fue demolida en el 2011. Foto: Antonio Polo y la Borda.

El inmueble, representante de una época de oro para el reducido número de familias que fueron realmente “dueñas del Perú” -de la que la familia Prado fue parte- terminó de la manera en que lo conocemos –demolido y chancado- porque ese juicio entre herederos nunca llegó a buen fin, situación que aprovecharon las agencias inmobiliarias para cometer un acto más en contra del patrimonio. Acaso una metáfora del poder y fortuna de los Prado. Leer más »

21/12/11: “Que Lima deje de ser una incógnita para su gente”

Era una mañana de octubre. Me levanté como todos los días, descansado por una semana de arduo estudio universitario, listo para emprender las actividades del día. Era fin de semana y, atraido por leer las noticias, me acerqué a recoger El Comercio que todos los sábados y domingos llega a casa. Grande fue la sorprenda cuando, en la sección ‘Limeños de todas las cepas’ apareció “un joven alto, algo lánguido y de ojos almendrados”, comentando su pasión por Lima y su vocación por recuperar su memoria de gran ciudad milenaria. La entrevista iba adjunta de dos fotografías: de una grande, contrapicada, resaltando al entrevistado y, detrás de él, la fina estampa de una dieciochesca portada. La segunda fotografía mostraba la Lima prehispánica, oculta y llena de misterios. El entrevistado resaltaba la necesidad de que la historia de Lima fuese conocida por sus ciudadanos: “Conociendo Lima nos conocemos a nosotros mismos”, afirma. Por ello, a través de sus publicaciones, intenta cada día “que Lima deje de ser una incógnita para su gente”. Aquel personaje era yo, respondiendo las preguntas del periodista Javier Lizarzaburu, hace unos días atrás, en el Barrio Chino. Días que no olvidaré.

Horas después sería felicitado por muchos familiares y amigos. Les agradezco mucho a todos ellos y a aquellas personas que tienen el interés por conocer su ciudad. Yo seguiré como siempre, haciendo mi trabajo de hormiga.

Artículo del Diario El Comercio
PERFILES – LIMEÑOS DE TODAS LAS CEPAS

Por: Javier Lizarzaburu

Domingo 30 de Octubre del 2011

“QUE LIMA DEJE DE SER UNA INCOGNITA PARA SU GENTE”

Marco Gamarra Galindo, 18, lleva unos años conociendo a pie la ciudad y, casi sin proponérselo, ha ido recuperando memoria urbana. Usa las redes sociales e Internet para difundir sus hallazgos.

“Esta aquí cerca. Verás que te va a sorprender”. No es una línea de ‘Alicia en el País de las Maravillas’, pero bien podría serlo. La avenida Abancay se convierte en un espejo gigante y la atravesamos. Una vez del otro lado, las piezas de ajedrez que en el cuento de Lewis Carroll toman forma humana, aquí son ejércitos de vendedores que ofrecen juguetes, globos, disfraces, piñatas, máscaras, collares de perlas de colores. Sueños. Fiesta. Es una transición entretenida. El cuento y la realidad se mezclan, y avanzamos hasta el lugar que Marco ha elegido para hacer la foto de esta nota. Entramos.

Es una propiedad sobre el jirón Cusco, y después de pasar por unas tiendas interiores y dejar atrás la intensidad comercial del lugar, llegamos a un área tranquila, de cuartos con puertas de todo tipo y callejones interiores. Aquí, de pronto, detrás de una morera surge una pequeña joya del barroco colonial. Es un arco del año 1774 que fue parte del colegio mayor San Pedro Nolasco. Es todo lo que queda del claustro mayor que en el siglo XVII un hermano de la orden mercedaria, Francisco Bueno, describía como “lo mejor de Lima”.

“Escogí este lugar porque es un claro ejemplo de cómo está el patrimonio en el centro”, explica Marco, que es un joven alto, algo lánguido y de ojos almendrados. A sus 18 años, en Internet y en las redes sociales ya tiene fama de ser uno de los mejores conocedores de la ciudad. “Lima siempre me sorprende”, señala. “Tiene cosas escondidas que al conocerlas impactan”, e indica que este arco fue recientemente descubierto por un programa de televisión, y que es algo tan novedoso que no aparece en ningún libro sobre la ciudad ni en ningún folleto turístico. Leer más »

19/12/11: ‘El Buque’ de Barrios Altos gana concurso fotográfico en la PUCP

Participé en el Concurso Juegos Florales PUCP 2011 auspiciado por OPROSAC (Oficina de Promoción Social y Actividades Culturales) y la de la Facultad de Estudios Generales Letras (EE.GG.LL.) de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) con una fotografía de la conocida casona colonial ‘El Buque’, ubicado en los Barrios Altos de Lima. A mediados de noviembre -hace unas semanas- se celebró la premiación, y por veredicto del jurado, me encontraron ganador.

La fotografía llevó por título ‘Los Inocentes’ en referencia a la obra del reconocido escritor Oswaldo Reynoso. La tomé en un domingo caluroso. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Sobre la foto, mi buen amigo, el Dr. Fernando Poblete hizo el siguiente comentario: “¡Felicidades, Marco! Premio muy bien merecido. Deduzco que se debe a esta magnífica toma del Callejón del Buque, que tiene un tratamiento nostálgico (gracias al sepia de la tonalidad) que contrasta armónicamente (aunque parezca un contrasentido) con los ‘vestigios’ de una modernidad expresada en el grafiti que asoma desde los barandales del tercer piso”.

Este premio es una motivación para seguir conociendo la historia de nuestro país, pero también para sensibilizarnos aún más de los graves problemas que aquejan a sus monumentos y testimonios de su cultura. Leer más »

14/12/11: La Hacienda Caballero, historias de un potentado español y de un cura decapitado

Existió en la colonia, allá en el siglo XVII, un personaje que pudo poner en problemas a toda la Lima cuadrada. Juan Caballero de Tejada, regidor del cabildo limeño, era el mayor abastecedor de carne, leche y queso en la ciudad. Su finca y casa de campo –la hacienda Caballero- era una de las más importantes del valle del río Chillón por su producción agrícola y vacuna. Este hacendado, convertido en un potentado económico, adquirió tierras e inmuebles con las cuales fundó el Mayorazgo de Caballero. Estudiar la historia de la Casa Hacienda Caballero es conocer cómo estaban fundados los sistemas de producción, las élites sociales y la utilización de la tierra.

La Hacienda Caballero, patrimonio cultural de Lima Norte. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Rodeada de vastas áreas de cultivo, en el kilómetro 31 de la carretera a Canta, se encuentra erigida la Hacienda Caballero, en el actual distrito de Carabayllo (Lima). Su presencia evoca la imponencia y esplendor de aquellas haciendas que mantenían poblaciones numerosas, fincas que manejaban una fuerza productora de considerable proporción y latifundios que establecían la moda en sistemas de producción por la avanzada técnica que empleaban.

En la Hacienda Caballero se criaban toros de lidia. Caballero de Tejada los enviaba al ruedo de la Plaza de Acho del Rímac. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Han pasado más de tres siglos desde que Juan Caballero fue el propietario de esta gran hacienda. Unos años menos desde que el General José de San Martín, el libertador argentino, iniciara su recorrido de ingreso hacia la ‘Ciudad de los Reyes’ desde Lima Norte para romper cadenas y alcanzar la tan ansiada libertad. Las tropas patriotas, lideradas por San Martín, tomaron la Hacienda Caballero por considerarla un lugar estratégico de acceso a Lima y por ser una zona clave en la producción de alimentos, esto luego de una serie de enfrentamientos contra las tropas realistas por la posesión del valle.

Sala principal de la hacienda Caballero. El descuido es notorio. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Años después, con la invasión chilena en territorio nacional, la Hacienda Caballero sufre asaltos y destrozos de considerable magnitud. Luego de la ocupación chilena, se encarga de la hacienda la familia Calmet (en 1918), quien además era dueña de la hacienda Huarangal, que se encuentra frente a Caballero, cruzando el río Chillón.

En el camino a Canta, donde se ubica la hacienda Caballero, no es tan díficil cruzarce con un tractor. Foto: Marco Gamarra Galindo.

En el siglo XX muchas haciendas se convertirán en sociedades agroindustriales, que a su vez estaban relacionadas a actividades ligadas a la minería, la banca y la construcción, lo cual convirtió a sus propietarios en un importante grupo de poder económico del país y, a vez, en protagonistas de la vida política y militar del Perú. En 1965 existían veinte haciendas en el valle del Chillón, las cuales eran administradas por nueve propietarios, entre ellos destaca Ernesto Nicolini. La Hacienda Caballero perteneció, luego, a la Sociedad Agrícola Los Cedros. Para ese entonces el producto más sembrado era el algodón que era llevado después a la desmotadora de la hacienda Chocas y de ahí llevado al Callao para ser exportado.

Carabayllo posee vastas áreas dedicadas a la agricultura. El proceso de expansión urbana no ha llegado a las zonas de Punchauca, Caballero, Torreblanca, Yangas, Chocas, Trapiche, entre otros. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Uno de los ex-trabajadores de la hacienda, el Sr. Valverde, nos relata que en la época de los Nicolini, el trato era humano y había de dónde subsistir. Desde su modesta bodega, en el antiguo pueblo de los peones –al frente de Caballero- trae a la mente el recuerdo de su juventud, vinculada a la agricultura, al trabajo arduo y a las leyendas urbanas que se han tejido alrededor de la finca. “Cuando vinieron los españoles a esta parte del valle quisieron apoderarse de los terrenos de los que trabajaban la tierra; luego de preguntarse cómo hacerlo, solicitaron al cura del lugar que celebrara una misa para juntar a todos los ‘parceleros’ (estos trabajadores a quienes los españoles querían quitar sus tierras ya habían tenido contacto con los hispanos mucho antes, esto porque asistían a la misa y estaban familiarizados con una capilla). Los españoles que codiciaban esta zona pidieron al cura que los convocara para así poder capturarlos a todos y apoderarse de sus tierras. Para ello le acercaron al cura un documento que acreditaba que este iba a hacer una misa e invitar a todos los ‘parceleros’. El cura se rehusó y, en cambio de ello, dio su palabra de caballero. De ahí viene el nombre. Cuando vinieron los españoles a la misa, encontraron únicamente al cura, mas no a los trabajadores de las tierras: les había alertado del peligro y los había hecho huir. Los españoles mandaron a decapitarlo y por eso cuentan que por acá sale un curita sin cabeza”, narra espléndidamente.

El Sr. Valverde es una fuente viva. Desde su humilde bodega, atiende a los pobladores de Caballero, el pueblo que está al frente de la hacienda. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El sistema económico basado en las haciendas terminó durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado, quien promulgó la Reforma Agraria; así la propiedad de las tierras agrícolas, pasó a manos de los campesinos que trabajaban el campo. La hacienda Caballero, unida con la hacienda Chocas formó la Cooperativa María Parado de Bellido N° 64, con 560.33 hectáreas cultivables cuyos beneficiarios eran 106 socios. En poco tiempo las cooperativas se convirtieron en poblados rurales, tal es así que en 1984 la población de Caballero y Chocas sumaban 3,570 habitantes, quienes participaban en las actividades agrícolas de siembra y cosecha de productos agrícolas.

Richard Pereyra, arquitecto, y Enrique Mori, bibliotecario, observando el material con el que han sido hechas las paredes. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Para el historiador Edgar Quispe, a pesar de las ventajas comparativas que poseen las tierras agrícolas del valle del Chillón (cercanía al mercado limeño, fertilidad de las tierras, carreteras, y, sobre todo, abundante agua de riego tanto de río como de puquiales), los campesinos decidieron individualizarse y perder la cooperativización de la tierra, que tanto esfuerzo y sacrificio les costó obtener.

El pequeño pueblo donde descansaban los trabajadores de la hacienda tiene por nombre Caballero y hoy es habitado por varias familias. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Para ingresar a la casa hacienda se tenía que ascender por una amplia escalera –que sobrevive- y luego se llegaba a una terraza techada, desde donde se apreciaba los campos de cultivo, las rancherías de los esclavos, los galpones y los corrales. Asimismo, al costado de la escalera principal se encontraba un pozo construido para obtener agua. Existe, además, en sus paredes aledañas una capilla familiar, cuyas torres estaban adornadas de campanas. En sus interiores se contaba con un reluciente retablo y otros a los lados. Su techo fue abovedado de medio cañón y hasta 1998 se podía apreciar el alto coro que se encontraba ingresando a la capilla.

Capilla familiar de la Hacienda Caballero todavía en pie. A su costado, un muro de la finca que deja ver en su relieve la figura de un toro de lidia. Si no existen programas para su recuperación, quedarán en el recuerdo de aquellos que alguna vez la visitamos. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La arquitectura de este inmueble, añade el catedrático de la PUCP, Juan Luis Orrego, presenta “tres niveles y paredes de adobe de casi medio metro de ancho, además de elementos traídos de Europa como sus baldosas, algunas de las cuales aún permanecen en su lugar original”. Unos detalles que dejan ver sus paredes exteriores son las pinturas murales que muestran el retrato del valle y los toros de lidia, criados en esta hacienda para la práctica de dicha costumbre hispana.

Hoy la hacienda Caballero permanece en el más triste olvido. Su historia es rica en pasajes importantes de nuestra identidad y pasado. Sin embargo, las autoridades parecen desconocer ello. Esperemos que sea pronta su recuperación. Leer más »

13/12/11: Celebración de Lima: 20 años Patrimonio Cultural de la Humanidad

Se cumplen 20 años, hoy 13 de diciembre, desde que el Centro Histórico de Lima fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. La UNESCO aprobó la solicitud de inscripción del Centro de la capital en la sesión realizada en Cártago (Túnez), en 1991. Se reconoció, así, la importancia de una ciudad que durante los dos primeros siglos de la Colonia fue la capital de Sudamérica y propietaria por siempre de monumentos histórico-artísticos de relevancia internacional.

Cuando la situación económica ahogaba en 1990 a los peruanos, un grupo de amantes de Lima preparaba un documento que sería vital para la vieja capital.

Por este motivo se celebrarán conferencias y conservatorios que tendrán como tema central la recuperación del Centro Histórico de Lima, ya que, a pesar de ostentar el título merecido de Patrimonio Cultural de la Humanidad, nuestro querido Centro está en peligro latente de sufrir pérdidas de gran valor histórico-monumental.

CONVERSATORIOS
Del 12 al 16 de diciembre

1. “CENTRO HISTÓRICO DE LIMA, PATRIMONIO MUNDIAL: 20 AÑOS”,
Organizado por Perú Patrimonio y Sitios y PROLIMA, a realizarse los días 12 y 13 de diciembre de 3:00 a 8:00 p.m.
Salón de los Espejos del Teatro Municipal de Lima.

2. “OPORTUNIDADES DE INVERSIÓN EN EL CENTRO HISTÓRICO DE LIMA”, Organizado por: Lima la Única, Gerencia de Desarrollo Empresarial y PROLIMA. El día miércoles 14 de diciembre de 5.30 a 8.00 pm.
Salón de los Espejos del Teatro Municipal de Lima.

3. “CENTRO HISTÓRICO DE LIMA PATRIMONIO MUNDIAL: 20 AÑOS DE PATRIMONIO MUNDIAL DE LA HUMANIDAD – EVALUACIÓN Y PERSPECTIVAS” organizado por Municipalidad de Lima, La Fundación Descalzos del Rímac y SPATIUM empresa cultural.
Homenaje al arquitecto Juan Günther Doering.
Jueves 15 de diciembre 7.00 p.m.
Claustro de San Francisco del convento de los Descalzos del Rímac.

4. “ESPACIOS PÚBLICOS: ESPACIOS PARA EL DESARROLLO”
Reflexión sobre el uso de los espacios públicos y la importancia para la recuperación del tejido social como base para el desarrollo; además se realizara la entrega de premios del Concurso Internacional de Ideas “Tratamiento Integral de 5 Espacios Públicos en el eje Jr. Ancash – Centro Histórico de Lima”.
Viernes 16 de diciembre 6.00 p.m. Capilla Loreto del Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

LA NOCHE DE LIMA

17 diciembre
La celebración comprende una serie de actividades en el Centro Histórico, con la finalidad de recuperarlo como escenario de la diversidad cultural de Lima, estas actividades se van a realizar en simultaneo desde las 10.00 a.m. hasta las 12.00 .pm.

1. Caminata: “Paseando del Puente a la Alameda”
Plaza de Armas hasta el Museo de los Descalzos del Rímac; Llegada al Museo de los Descalzos y breve visita acompañados del Padre Mario Brown.
Salida 10.00 a.m.

2. Caminata: “Recorramos Lima Arqueológica”
De la Plaza San Martin hasta el Museo de Arqueologia “Josefina Ramos de Cox”, pasando por el Museo de Arqueologia y Antropología de San Marcos, culminando en el Parque de la Muralla y su Museo de Sitio.
Salida 3:00 p.m.

3. La Noche de los Museos en el Centro Histórico.
Organizado por la Red de Museos de Lima y la Gerencia de Cultura y Educación de la MML.
Desde las 6:00 p.m. hasta las 11:00 p.m.

4. Festival de Batucadas y Cajones
Dirigido por Lele – Malandra y Saskia Bernaola en la Plaza San Martin.
Inicio desde las 4.00 p.m.

5. Pasacalles
Jirón de la Unión
Inicio: 6:00 p.m.

6. Lima Camina
Eje Ica y Ucayali, desde la Iglesia San Pedro hasta el Teatro Municipal. Festival de arte cultura y diversión para toda la familia.
Desde las 6:00 p.m. a 11:00 p.m.

7. Plaza de Armas concierto de Gala
Concierto ejecutado por músicos sinfónicos: 775 Quinteto de Clarinetes, Concierto de Trombones para Lima, Orquesta de Jazz y Percusión, Ensamble PerúSax y Conjunto trompetas de Lima.
Desde las 8.30 p.m. a 12.00 p.m..

8. El Centro Histórico está de Moda
Desfile de Modas, frontis de Museo de la Literatura – Antigua Estación Desamparados-.
Organizado por Nino Peñaloza.
Desde las 7:00 p.m.

9. Lima noche Multimedia – Integro.
Performance contemporánea y noche multimedia dirigido por Oscar Naters del Grupo Integro.
Inicio 8.00 p.m. Plazuela del Convento de San Francisco. Leer más »

11/12/11: La Huaca Capilla Márquez, un vestigio prehispánico en el Callao

La Huaca Capilla Márquez es un centro de observación prehispánico con miras al mar. Pertenece al periodo del Horizonte Medio (700-1200 d.C.) y en sus cercanías fueron erigidos campos feriales inter-valles, donde se concentraba el comercio de los productos marítimos con aquellos que provenían del interior del país para el intercambio o trueque.

La Huaca Capilla Márquez es una de las zonas arqueológicas que se encuentran en el Valle del río Chillón. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El nombre de la Huaca proviene de la existencia de una capilla -de datación posterior, aparentemente republicana-, ubicada a unos metros. Esta zona arqueológica, localizada a espaldas de un grifo de la Av. Néstor Gambetta (Callao, Lima), no ha sido investigada a profundidad. Sin embargo, en este inmueble, se puede apreciar el uso de la técnica del “adobón” o “tapial”, con la que construyeron los antiguos pobladores del Valle del río Chillón grandes templos y murallas defensivas. Este sistema de construcción consiste en vaciar barro dentro de un molde para construir muros gruesos, resistentes y sobretodo estables.

Capilla Márquez. A sus espaldas se encuentra la zona arqueológica en mención. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La base económica de los pobladores de esta parte del río Chillón fue la pesca, el cultivo de la calabaza, camote, chirimoya, frijol, maíz, maní, lúcuma, pacae, pallar, zapallo, y alimentos marinos como las conchas. Estas actividades estaban dentro de las prácticas de recolección, caza y pesca.

Evidencia material -un choclo- y ósea -un diente- de la presencia humana en la zona. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Desde uno de los lados laterales de la Huaca Capilla Márquez se inicia un camino que circunda los cerros aledaños. En esta ruta se visualizan murallones y piedras erosionadas por el tiempo, plantas en terreno arenoso y entierros humanos alterados por huaqueros, además de herramientas líticas, telares y restos fecales propios de animales andinos como el cuy. Estos hallazgos -expuestos a flor de tierra y con todo el peligro que ello implica- deben ser recuperados por las autoridades de cultura. Leer más »

07/12/11: La Casa de Lucho Barrios en Barrios Altos

Los estrechos jirones vieron su caminar. Las paredes de adobe y quincha oyeron su voz. De las jaranas fue su presencia asidua concurrente. Los Barrios Altos de Lima fueron silenciosos testigos de cómo el joven Luis Barrios Rojas, ‘Lucho’ Barrios, fue haciéndose reconocido en el ambiente artístico peruano.

‘Lucho Barrios’ vivió en Barrios Altos desde los nueve años. Su carrera estuvo abocada, en un principio, a la música andina. Luego en el criollismo y, a fines de los 50, consolidó su trayectoria como bolerista, en el género cantinero o “cebollero” como le llaman en Chile.

La antigua calle Penitencia, hoy Jr. Paruro, en el Cercado de Lima, yace silenciosa en un día de sol. Nos conduce el arquitecto Antonio Polo y la Borda a la morada del famoso bolerista ‘Lucho’ Barrios, muy cerca a la iglesia Buena Muerte. Una señora nos abre la puerta de lo que pareciese ser una casa moderna y reducida en espacio. De pronto, observamos la imponente silueta de un arco colonial cuyos ladrillos centenarios dejan verse. Las apariencias engañan.

Arco colonial que constituye la entrada al inmueble. Foto: Marco Gamarra Galindo.

En una de las habitaciones de esta casona vivió la familia Barrios. ‘Míster Marabú’, como sería llamado Luis Barrios por sus seguidores, vino a los Barrios Altos a los nueve años para quedarse. Este lugar se convertiría en el escenario de entrañables recuerdos de infancia y de celebraciones criollas. Una fuente de inspiración, para ‘Lucho’, ha de haber sido, sin duda, la arquitectura del inmueble donde residió. Una cimentación de piedra conforma la parte lateral de un pequeño corredor que conduce a sus aposentos. Estos muros están hechos de “piedra mediana y resistente” que para la época han de haber sido material exclusivo para personas con “mucho poder adquisitivo”, explica el letrado de la Universidad Ricardo Palma, Antonio Polo y la Borda.

Segmentación de piedra de origen colonial, base resistente. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Sobre la segmentación de piedra yacen encima ladrillos virreinales, reconocidos por la forma de sus unidades: “chatos, alargados y anchos”. Este cimiento es completado con unos adobones (adobes anchos) que “por sí solos no hacen a la infraestructura resistente; lo que ha permitido que persista hasta nuestros años es su acertado sistema constructivo, como el que apreciamos en esta casona”, detalla Polo y la Borda. “Evidentemente, con el paso del tiempo, han sido resanados con algún material moderno como podría ser el mortero de concreto”, apunta.

Habitación de la familia Barrios. Han de haber sido inolvidables, en sus interiores, las celebraciones por el triunfo de ‘Lucho’ en el Olimpia de París. Foto: Marco Gamarra Galindo.

“Esto es arqueología (…) no sabemos con exactitud cómo estuvo construida la casona, pero de lo que podemos estar seguros es que fue muy grande e importante. Estos cimientos y muros son manifestación de ello”, finaliza. Esta suntuosa casona, sin embargo, está muy descuidada. Como un gesto de agradecimiento hacia su obra, las autoridades podrían recuperarla y convertirla en un centro de música criolla o en un ambiente más digno para los que fueron sus vecinos. Leer más »