30/05/11: Mototaxis en el Centro Histórico

Estimados lectores, comparto con ustedes un artículo que escribió nuestro amigo Wilfredo Ardito, quien, con justificación, está indignado por el maltrato que recibe diariamente nuestro Centro Histórico.

Si bien se ha avanzado mucho en la restauración de la infraestructura patrimonial, el Centro Histórico necesita mayor limpieza en sus calles y la formalización de sus vendedores.

1º de mayo, 10 de la mañana. Un mototaxi pasa por el Jirón Conde de Superunda hacia la avenida Tacna. Hora y media después, veo a otro mototaxi atravesar el Jirón de la Unión. ¿Mototaxis en el Centro Histórico? Parece algo surrealista, pero la falta de autoridad de la actual gestión municipal genera estas situaciones.

Desde hace quince años, he llevado a mis amigos, mis alumnos y muchas otras personas a apreciar la recuperación del Centro Histórico, durante las gestiones de Andrade y Castañeda. Jamás hubo ningún incidente que lamentar, hasta hace unas semanas, cuando un borracho comenzó a molestar a uno de mis alumnos en pleno Jirón de la Unión, frente al Palais Concert. Él reaccionó con tranquilidad… pero yo estaba muy molesto, porque este incidente reflejaba la ausencia de vigilancia.

Efectivamente, el sábado siguiente comprobé que a las 4 de la tarde había sólo un sereno en todo el Jirón, sólo uno en la Plaza de Armas y sólo uno en la Plaza San Martín. Quise pensar que habían destinado más efectivos a Barrios Altos, pero en mis últimas visitas no he encontrado ninguno y tampoco en Montserrate.

Paulatinamente, he comprobado con tristeza las consecuencias de la falta de autoridad: en el jirón Andahuaylas, la venta callejera de animales ha proliferado a niveles escandalosos. En la avenida Abancay los taxis han vuelto a invadir los carriles para ómnibus. En la Plazuela Santo Domingo, a cincuenta metros de la Municipalidad, ha sido arrancada la placa del monumento al Petiso. En varias oportunidades he encontrado vendedores ambulantes de frutas en el Jirón Callao y en Camaná. Ayer he visto personas ebrias bebiendo en la calle a plena luz del día. El problema no sólo afecta al Centro Histórico: en la Arequipa las combis ya se olvidaron de respetar los paraderos.

Otra situación que parece irse de las manos a la municipalidad es la contaminación visual: actualmente las gigantografías cubren los edificios más representativos, desde la iglesia de Santo Domingo hasta el Palacio de Gobierno. La Casa de la Literatura es uno de los peores casos. La Alcaldesa ha manifestado su rechazo a las gigantografías, pero muchas banderolas son colocadas por la propia municipalidad, anunciando cuanta actividad organiza la comuna, desde conciertos hasta talleres de presupuesto participativo…y permanecen semanas después del evento anunciado. El mayor ensañamiento es con el Jirón de la Unión: todos los postes tienen anuncios municipales y hay gigantografías en cada entrada del jirón. ¿Cómo pedirle a Oeschle que no lo haga? Ni el Parque de la Exposición se salva de la obsesión municipal por las banderolas.Es extraño, además, que en muchos lugares como Javier Prado, Pershing o 28 de Julio la actual gestión mantenga los cartelones colocados en tiempos de Castañeda anunciando la “futura” llegada del Metropolitano y de nuevos semáforos. Un año después, ¿no es hora de retirarlos?

Banderolas en el Jr. de la Unión. Foto: Wilfredo Ardito.

En cuanto a los espacios públicos, siguen cerrados el Parque de la Reserva y el Parque Sucre, como en tiempos de Castañeda. Las exhibiciones del Circuito Mágico del Agua solamente son durante algunas tardes de la semana ¿cuál es el sentido de que estos parques estén cerrados durante el resto del tiempo? También la Plaza Italia está cerrada (desde la gestión anterior) y ahora la Alameda Chabuca Granda. En este lugar, la noble función de impedir que los vecinos se sienten en las bancas o contemplen el río corresponde a dos serenos en motocicleta.

En ocasiones, hasta el ingreso al Parque de la Exposición ha sido prohibido. Me ocurrió a mí mismo, en enero, cuando me dirigía con unos amigos al cine del Museo de Arte: una pareja de acaudalados novios se estaba casando, con toldo, orquesta y clausura del parque para los vecinos. El alquiler privado de este bello parque ha seguido ocurriendo. Varios domingos he visto los jardines maltratados y hasta he encontrado botellas de whisky en los elegantes pabellones.

En medio de este panorama preocupante, el 30 de abril quedé gratamente sorprendido al enterarme que los trabajadores de la municipalidad plantaron césped en la Plaza Dos de Mayo, limpiaron con mangueras la hermosa columna y colocaron reflectores para iluminarla.Es verdad que esto sucedió después de varios meses en que la plaza estuvo ocupada por los trabajadores azucareros, sin que la municipalidad fuera capaz de retirarlos, pero, al menos, es la primera señal de una intervención positiva.

Yo respaldo las acciones de Susana Villarán en defensa de la salud y la cultura, pero en el Centro Histórico es urgente disponer el regreso del Serenazgo, enfrentar radicalmente la contaminación visual y volver a abrir para los ciudadanos los espacios públicos a los que se les impide ingresar. Todo esto lo hizo Andrade, pese a la oposición de Fujimori. Si no se actúa a tiempo, podemos regresar a los peores momentos que enfrentó Lima.

El Centro Histórico todavía carece de políticas serias para su conservación y cuidado por parte de sus autoridades.

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Comentarios

  1. jose ortiz escribió:

    Tienes mucha razón yo camino todos los días por Abancay para ir a trabajar y es un caos ni se puede caminar con tanto ambulante ya parece la parada no se que hace la alcaldesa porque desde que empezó su gestión lima es un caos

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