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31/12/10: Cómo fue mi 2010: un balance del año que dejamos

Muchos coincidirán en que el 2010 se pasó volando, que pareció ser una ráfaga instantánea frente a nuestros ojos. Sin embargo, este año ha dejado muchas cosas que trascenderán de lo corriente y de lo efímero. Para mí, el 2010 fue un año de aprendizaje constante, de viajes apasionantes, de cosas y experiencias nuevas. El 2010 fueron las obras literarias que leí, los paseos suburbanos por los Barrios Altos y el Rímac, los artículos del blog, la Universidad Católica, el fortalecimiento de mis expectativas por el Periodismo, los viajes, los amigos y sus ocurrencias.

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Un turista descansando en la Plaza Mayor de Lima, durante el aniversario de Lima. En el 2010 no se debió parpadear ante las oportunidades que ofreció el año. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Difícilmente algo que se mencione en este artículo desaparecerá de los recuerdos de este joven universitario de mente brillante y perturbada. Relataré los momentos más divertidos, interesantes o valiosos que viví en el 2010. Quizás la narración por momentos se vuelva alegre y, por otros, nostálgica.

Corresponsales Escolares de El Comercio
Aquella época como corresponsal escolar de El Comercio tuvo su fin en los primeros meses del 2010. Este programa que ofrece el diario para escolares me mostró la vida periodística, mucho antes de haber ingresado a la universidad (inicié en 2008). El 2010 era mi primer año como no escolar y, pues, el programa era para los que todavía cursaban materias en el colegio. Así que para el 2010 terminaba mi ciclo en el programa que dirigía Aurora Escárate. Aunque ya no debía continuar escribiendo este año para el blog de los Corresponsales, lo hice hasta marzo. Artículos como “Barranco, donde vive la tradición“, “Huacas en el valle del río Chillón“, “Del puente a la Alameda” y “Orca: respeto y protección por los mamíferos marinos“, fueron los últimos que escribí y que anunciaron (o retuvieron) mi despedida.

Los Corresponsales Escolares de El Comercio en una reunión con Miguel Bellido, fotógrafo del diario. Fue la última reunión del 2010.

Dichos tres meses me permitieron escribir notas interesantes. Conocí, por ejemplo, mucho más sobre la historia del distrito de Barranco. Por cierto, me agrada mucho el video que hice por ese artículo. Sobre las huacas del río Chillón, me quedé fascinado cuando las vi. El hecho de haber escrito un artículo sobre su existencia sirvió para que se tome más conciencia y cuidado hacia nuestros patrimonios históricos. Son sorprendentes las murallas que este valle conserva celosamente, desde hace muchos siglos. “Del Puente a la Alameda” es un reportaje sobre el Rímac y, en especial, de la Alameda de los Descalzos, hermoso rincón que heredamos de la Colonia y que, por cierto, merece también más cuidado. Por último, en marzo, hice la nota sobre ORCA, una organización muy joven que vela por el respeto y protección de los mamíferos marinos. Durante la visita que les hice, en San Bartolo, tuve contacto directo con Sil, Lis, Isl y Leo, cuatro pequeños y traviesos lobos marinos.

En mi visita a ORCA conocí más de cerca la diversidad marina del Perú. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Mi ingreso a la Universidad
En realidad, debería llamarse este capítulo: “mi ingreso a las universidades”. Entré a inicios del 2010 a la Universidad Mayor de San Marcos, en un primer momento y, luego, a la Pontificia Universidad Católica. ¿Cómo lo hice? Escuchando siempre las sugerencias de mis padres y profesores: tener siempre presente la voluntad de estudiar, abrigando el ánimo de querer aprender cada día más. Aunque me preparé en la pre San Marcos, la CEPREUNMSM, y ya habiendo ingresado a la “Decana de América”, decidí postular a la Católica, y por un tema más de tiempo, ya saben por cual de las dos universidades me incliné. Aún recuerdo con simpatía mi incertidumbre por el ingreso. Para afrontar aquello, el respaldo de mis padres y cercanos fue vital.

La Pontificia Universidad Católica (PUCP)
Si digo que el 2010 fue la Universidad Católica es porque en ella y con ella aprendí mucho. Lo intelectual se consolidó parte vital de mis necesidades. Los cursos, profesores y amigos desarrollaron mi carácter extrovertido. El estudio se forjó totalmente como hábito cotidiano. La responsabilidad y el buen trato fueron valores que estuvieron de mi lado diariamente. Conocí a muchos valiosos amigos y, supongo que es porque se trata de algo que no se olvida, aún recuerdo la primera amistad que trabé: Samantha Chávez, una joven de personalidad tajante, que muchas veces se declaró harta de mis bromas y jodas. Aunque todavía no lo admita abiertamente, sé que le agrada mi chispa. Una improvisación mía era capaz de dibujar una sonrisa en su rostro, una de esas que se consideran pesadas pero que divierten.

La universidad y sus desafíos irrumpieron satisfactoriamente la escena personal del 2010. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La universidad en el 2010 fue toda una experiencia, una protagonista durante este año. Desde marzo hasta diciembre (dos ciclos), estuve cursando diversas materias. Veamos cuáles fueron: 2010-I. Matemática, Introducción a la Lengua y Literatura, Formación del Perú hasta el siglo XVIII, Cine, Taller de Interpretación y Redacción de Textos. 2010-II: Narrativa, El Perú en Tiempos Modernos, Teoría General del Lenguaje, Argumentación y Ética. Todos aprobados. El 2010 se convirtió en el año del primer puesto en Cine y Argumentación. También del aprendizaje valioso en cada materia académica, de los profesores y amigos compañeros que conocí; de las conferencias y charlas que concurrí (de Velasco Alvarado, una y, otra, del bicentenario de Chile y México). Para conocer más de cada ciclo, pueden revisar los siguientes links: “Los profesores de mi primer ciclo” y “Los profesores de mi segundo ciclo“.

El catedrático Daniel Parodi fue uno de los ponentes de la mesa sobre el velascato. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Quisiese evocar también el primer día de clases. Al contrario de lo que me propuse días antes, llegué tarde a mi primera clase. El aula estaba llena, hervía de gente. El matemático Juan Accostupa inauguró, aquel día de marzo, mi vida universitaria. Teniendo en cuenta quizás que sus alumnos, por ser el día de la apertura del curso, se demorarían un poco, decidió no increpar a los “tardones”. Yo fui, pues, uno de ellos. De ahí en adelante procuro ser puntual y sí que lo cumplo.

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Junto a Gary, Chiara y Jose, en clase de Matemática.

El T-19, aquel grupo de jóvenes cachimbos, movidos por algo más que sus hormonas, y que fueron los primeros amigos que conocí en la universidad, también merecen ser recordados como lo mejor del 2010. El “T” puede ser, para algunos como yo, un espacio donde no estás solo en el proceso de adaptación. Consigues un valioso apoyo de cachimbos que son como tú, curiosos, ya sea para los primeros días de clase, como también para toda la vida. Junto a ellos participamos y, aunque no ganamos mucho en las “cachimbadas” (competencia para recién admitidos), nos divertimos y reímos a montones. Recuerdo con alegría la “búsqueda del tesoro”, las gincanas, etc. A muchos de ellos ya no los veo, pero siempre quedarán en mi recuerdo. Si tienes suerte, puede ser que también conozcas al amor de tu vida, quien sabe.

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El “T 19” (y no la “T 19”) en el famoso hueco.

El blog “La Biblioteca Marquense”
Una vez dentro de la universidad, decidí continuar escribiendo en una plataforma de blogs, en un espacio también más personal. Es así que creé un blog en el sistema de la universidad: la “Biblioteca Marquense”. La “Biblioteca” fue la continuación de “El blog del Filósofo Moderno”, uno que había creado cuando era Corresponsal Escolar y que, ante su modelo carente de multiplicidad de opciones, me incliné por renovar. La Biblioteca Marquense inició oficialmente el 17 de febrero del 2010 con el reportaje “La imponente Quinta Heeren de los Barrios Altos“. En La “Biblioteca”, he escrito más de sesenta artículos, crónicas y reportajes. Así, el 2010 significó también, el año de mi fortalecimiento como escritor. Durante el 2010, las notas que más cercanas han estado de lo poético literario, a mi humilde opinión, son “Exequias en Puerto Nuevo” y “De cómo conocí la Quinta Presa“, entre otros.

Pozuzo y a Oxapampa: mi viaje a las colonias austroalemanas de la selva del Perú
En julio del 2010 viajé nuevamente a Pozuzo y a Oxapampa, y quedé encantado como la primera vez. A diferencia de los otros viajes, esta vez hice la travesía con mi Canon G11 y pude captar mejor los paisajes maravillosos que albergan estos sitios. Fueron días interesantes y asombrosos en la selva de Pasco, caminando entre bosques, observando a la madre naturaleza desde dentro y conociendo mucho del entorno europeo que conservan estas pequeñas ciudades. Pozuzo y sus casas tirolesas, su naranjito, sus ciudadanos amistosos como Andrés Egg, sus bosques coposos y calientes, el Restaurante El Mirador y sus deliciosos platos, el Wiener, sus motos, y Oxapampa, y su plaza, su aspecto de pueblo encantador, sus casonas, su mercado y su “agachado”, su miel, me cautivaron una vez más.

Asombrosos parajes de Pozuzo, Pasco. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El contacto con la Lima profunda, popular y suburbana
El 2010 fueron los barrios limeños que conocí. Los Barrios Altos, el Rímac, Gamarra, La Parada y San Miguel sintieron mi caminar, observaron mi mirada tímida y documental, y supongo porque no sufrí algún “atraco” y me permitieron retratar su atmósfera, me recibieron gratamente. Mientras estuve en estos sitios de nuestra Lima profunda, popular o suburbana, atravesé diversos estados. En sitios como Barrios Altos, San Miguel y el Rímac, distritos históricos, sentí fascinación por las casonas, quintas e iglesias que aún se mantienen de pie. En Gamarra me quedé asombrado por las tantas galerías que adornan el emporio comercial. El cerro San Cosme, ubicado en los horizontes de Gamarra, fue una de las realidades que más me impactó: una infinitud de casas grises, que aún dejan ver los ladrillos, juntas sin dejar entrar ni un alfiler, en un cerro que parece estar hecho de concreto. La Parada fue otra historia, otro mundo, diría. El mercado mayorista número uno del país tiene muchas razones por qué cambiar: delincuencia, suciedad e informalidad. Me quedaré eternamente con esa imagen de calles sucias, de basura desparramada a montones y de jóvenes que, con el torso al aire y pobreza de por medio, persiguen incesantemente un balón.

En La Parada se puede apreciar el inmenso trabajo que cada vendedor realiza. Es un ejemplo de esfuerzo y dedicación, de superación pura. No todo es malo en La Parada. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Entrevista al historiador José Agustín de la Puente
Tras varias fechas postergadas por el profesor (es evidente que para una persona de su altura existen muchos horarios), entrevisté al historiador José Agustín de la Puente, una de las mentes más brillantes que ha conocido la historia peruana. El doctor De la Puente ha investigado largamente el tema de lo peruano: desde la Independencia hasta la formación de la identidad nacional. Tuvimos una conversación detenida, amena, donde hablamos sobre su pasión por la historia, de sus posturas y pensamientos, de cómo Lima ha cambiado desde su punto de vista. Una gran persona, amable, bondadosa e interesante. Agradezco mucho el haber sido su alumno. Esta entrevista puede considerársela como la primera en su estilo que he realizado. Espero que en el 2011 vengan muchas más.

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30/10/10: Recuerdos del Señor de los Milagros y de un periodista

Ha transcurrido un año desde que vi al Señor de los Milagros muy cerca, sereno, como nunca. Formé parte, entre fieles, zaumadoras y seguidores del Cristo de Pachacamilla, de ese cálido ambiente de costumbre y alegría, de hábito morado y rico turrón, de octubre. La tradición que acompaña los pasos del santo verenado son seguidos por las diversas cuadrillas que se han erigido en su remembranza. La bruma de la mañana se desdibuja para dar escenario a esta procesión, de religiosos y ciudadanos, innumerables por cierto y de todas partes. Ellos son parte de nuestra historia y muestra clara de cómo ésta se mantiene al pasar de los años.

Procesión del Señor de los Milagros: tradición que lleva historia. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Recuerdo muy bien cuando -días antes a la salida del Señor de los Milagros- había acordado con mi estimado compañero de mañanas interminables, de cafes y noticias en el diario El Comercio, Nicolás Rodríguez, para tomar la cobertura de esta festividad de octubre. Era el 2009 y nuestro segundo año en la Corresponsalía Escolar de El Comercio, sin embargo, nuestra primera vez que asumimos este compromiso que Aurora Escárate y Lisset Córdova, encargadas del programa, asintieron con gusto.

Era octubre y no solo la avenida Tacna hervía de gente. Todos los alrededores de Lima estaban pendientes por la salida del Cristo Moreno. En el edificio de El Comercio ya estabamos listos. Ese día, tres de octubre, habíamos llegado temprano, a pesar de que nuestro taxi había tenido que dar prácticamente saltos y volteretas para pasar por varias calles que habían sido habilitadas para la procesión. Con el paso de las horas llegaron algunos corresponsales quienes, al igual que Aurora y Lisset, no dudaron en desearnos lo mejor de las suertes en la cobertura.

Sin embargo, ninguno podía ocultar cierta nostalgia en el aire al vernos salir de la oficina, nos adentraríamos a la procesión para ser parte de la tradición. Pronto me enteré que este reportaje significó un gran progreso para el programa. En los interiores de nuestras mochilas, que se movian inquietas al compás de nuestros pasos, nuestras cámaras y cuadernillos esperaban, ansiosos, el trajín de la tarde.

Era tres de octubre, la primera salida del Señor de los Milagros, su regreso para bendecir nuestra patria; asumir una cobertura como aquella implicaba compromiso y buen trabajo. Eso lo supimos a la perfección, desde el comienzo.

En el primer recorrido (…) del Cristo de Pachacamilla o Señor de los Milagros, Marco Gamarra Galindo y Nicolás Rodríguez López estuvieron este sábado y domingo por las calles céntricas calles de Lima por donde la imagen del Cristo Moreno hizo su recorrido.

Caminamos con cierto apuro por el Jr. Huancavelica, desembocamos en la Av. Tacna y nos dirigimos a la iglesia de las Nazarenas. El ambiente era nuevo para nosotros. Nicolás observaba curioso a una abuelita de hábito morado mientras yo empezaba a tomar las primeras fotos y grabaciones. La gente venía por acá y por allá. No se detenían. Recordaba haber visto minutos antes cómo un considerable grupo de fieles se abría paso en el puente Trujillo para adentrarse en la procesión. Para cuando volví a la realidad, frente a mi, había un policía que miraba con cierto cansancio mañanero el sinparar de las personas. Era momento de comenzar. Nos dimos un minuto para convidar unos turrones y conversar sobre cómo ibamos a hacer el video. Todo estuvo en orden. La hora había llegado. Era el Señor de los Milagros, una de la tarde -empezaba diciendo Nicolás con fuerza en su voz-. Estaba cargado por varios fieles y rodeado de casonas de peculiares aromas y colores. Entramos en acción.

Fieles en la procesión del Señor de los Milagros. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Soltamos unos permisos y nos abrimos en el mar de gente. Avanzamos. La cámara sujetada con mucho cuidado. Toda comunicación inmediata con Nicolás es impedida por la profunda oración de los fieles. En esos momentos unas miradas bastan para decir lo suficiente. Aqui grabamos. Desde los balcones de cajón se arrojan flores rojas y blancas que combinan con las cuatro que cargan los fieles. Se respira tradición. El Señor de los Milagros está en sus corazones, sin duda. Poco a poco la imagen del Señor se aleja para dejar una sensación de que debemos seguirlo, pero esta vez más de cerca. De eso estamos seguros.

Nos contactamos con Mauricio Vivanco, Corresponsal Escolar, al igual que nosotros. Nos encontramos en la iglesia de Santa Rosa. Lo vemos. -Doctor, ya era hora- alcanzo a decir. Vestido de hábito nos estrecha la mano. Es devoto desde los diez años. Después de unos intercambios de palabras le pregunto si nos puede conducir a la procesión. -Claro que sí, de eso no duden, los llevo donde están mis compañeros de la cuadrilla- dijo alegre… y minutos después ya estábamos en los interiores, dentro de los cordones.

Jirón Callao. 3:00 pm. Vamos con Mauricio a tomar unas Coca Colas.
-Por cierto, Mauricio… serías buena entrevista para el video: jóvenes devotos como tú merecen aparecer en el video.
Ahí estaba Mauricio, impaciente. Como queriendo salir en el video pero con temor de decirlo.
-Vamos Maureco, anímese… dijo Nicolás y esbozó una sonrisa, sin dejar de sujetar la Coca Cola.
Mauricio y hasta se atrevió a dar detalles; era sus quince segundos de fama. Asintió.
-Verdad… una foto no vendría nada mal para recordar este día.
– Va… dicen ambos al mismo tiempo.

Foto para el recuerdo. Marco Gamarra, Nicolás Rodríguez y Mauricio Vivanco.

Mauricio -antes de ingresar a los cordones- nos pidió ser prudentes y guardar nuestras mochilas por debajo de nuestras casacas. -Uno no sabe cuando puede suceder- vociferó como si fuese un adulto entrado en años. Entramos. Lo logramos. Algunos fieles nos miran de reojo, curiosos. No utilizábamos hábito, mas solo una cámara y cuadernillos. Son periodistas, más de uno habrá dicho para sí. Y sí, nos sentíamos periodistas, atrás las épocas de escolares. Pensamos en lo grandioso de la carrera, de las muchas comisiones, de los viajes. Nos ilusionábamos. Carajo, vamos a ser los mejores periodistas que haya visto el mundo.

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17/07/10: Pachacútec y recuerdos de mi visita

Me asomo por el bus. Estoy en Pachacútec, mi destino. Una intensa brisa acaricia mi rostro. Observo el paisaje y entiendo por qué la pobreza no es la mejor opción para vivir. Claro, uno suele decir que no es pobre y que por lo tanto no vive en la pobreza, pero sin darnos cuenta, vivimos entre la pobreza, entre lugares como Pachacútec.

Pachacútec, ubicado al norte de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Muchos niños caminan descalzos por las arenosas calles que aún desconocen lo que es el pavimento; las casas forman parte de ese escenario incipiente, gris, de los grandes asentamientos humanos de la capital. Ellas parecen tener autoridad propia, reglas en común que sus habitantes imponen y que el Estado acepta con una indiferencia que va creciendo. Se levantan si ven algo injusto, se juntan por los ideales que buscan. Son más que parientes. No solo los une la forma de vida. Sus vidas también son dignas de elogio, de superioridad provinciana. Son muestras de que en el lugar más remoto se pueden realizar nuestros sueños, aquellos que nos han asesiado en más de una noche y que son la prueba de que aspiramos siempre a algo mejor. Varios grandes comerciantes, empresarios provienen de estos lugares. La realidad es muy extrema en el caso Pachacútec. Sin embargo, personajes como Gastón Acurio vienen apostando e impulsando un desarrollo profesional importante en estas zonas.

Transcurso en Pachacútec. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

11/03/10: De cómo fui Corresponsal Escolar de El Comercio

Cursaba el cuarto de secundaria cuando llegó a mis oídos una noticia que determinaría mucho mi interés y agrado por la multifacética carrera de periodismo: el concurso a nivel nacional “Crea tu propio periódico escolar 2008” del diario El Comercio. El gran inicio estaba ahí y lo aprovechamos.

Nuestra profesora de Lengua y Literatura, Edith Aparicio apostó en un primer instante por dos estudiantes de los primeros grados de secundaria.
– Muchachos, quiero lo mejor de ustedes para hacer del periódico escolar un buen proyecto, es un concurso de El Comercio, no de cualquier diario.

Uno de ellos era Nicolás Rodríguez López, alumno despierto que empezaba a dudar de su permanencia en el colegio.
– Está bien profesora aunque no sé si continúe ya que tengo por ahí algunos problemas, habrá que esperar a que empiece el concurso.

A las pocas semanas, Nicolás se retiró del colegio por la lejanía que existía con su casa. Sin embargo, comenzó el proyecto totalmente solo en su nuevo colegio, de la otra compañera, no se supo más.

Ante estas repentinas salidas, la profesora estuvo en la obligación de buscar un par más que no defraudara y que más bien llevara en buen camino la participación
– ¡Uy!, tan sólo hubieron dos interesados en los primeros años de secundaria y se retiraron, habrá que preguntar a los de tercero o cuarto para ver quienes desean participar.

Con algunos nombres en el sobre, la licenciada tocó la puerta de cuarto año.
– Disculpe profesor, podría darle permiso a Marco Gamarra para que salga por un momento.

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