Dársena y faro del Callao a finales del siglo XIX
El 20 de agosto de 1836 se creó la provincia del Callao. Sin embargo, la historia de nuestro primer puerto es nutrida y bien rica, pues se remonta hasta los tiempos prehispánicos cuando allí existió un villorrio de pescadores indios. Luego, cuando se fundó La Ciudad de los Reyes, el lugar fue conocido como “el Callao de Lima” y sus pobladores fueron llamados chalacos, que significa “hombres de la costa”. Al igual que Cartagena de Indias, Guayaquil o Valparaíso, el Callao guarda innumerables episodios históricos y anécdotas vinculadas al mar y a los hombres del mar. Su historia se entremezcla con desastres naturales (terremotos y maremotos), cultos locales, combates navales y proezas marinas. Todo aquello está guardado en la memoria de los chalacos.
¿Por qué provincia constitucional? Esta tradición tiene que ver con las luchas independentistas y caudillescas del siglo XIX. En este sentido, los chalacos se sienten descendientes de movimientos por la libertad y la legalidad. Un primer ejemplo fue el donativo de 18 onzas de oro que en diciembre de 1821 hicieron a la causa patriota a través del capitán de las cuadrillas de playeros, un tal Barboza. Otro momento fue en 1834 cuando los chalacos rechazaron el intento usurpador del caudillo Agustín Gamarra contra el presidente Luis José de Orbegoso. Pero el nombre “constitucional” viene de cuando su plaza fue escenario de los sangrientos sucesos de 1857, cuando los “constitucionalistas” defendían al gobierno de Ramón Castilla contra los insurrectos del general Manuel I. de Vivanco. Los hombres de Vivanco desembarcaron en el Callao e intentaron apoderarse de la plaza. Tras un sangriento combate, los chalacos derrotaron a los vivanquistas y, ese mismo día, el diputado por el Callao, Manuel Toribio Ureta, propuso, en la Convención, que se le llamara “Provincia Constitucional” al Callao, idea que fue aprobada sin mayor trámite y por unanimidad. Es importante anotar que la antigua Plaza de Armas del Callao fue llamada primero “Plaza Constitución”, luego “Plaza La Victoria” (1885) y, finalmente, “Plaza Grau”.
El camino a Lima en el siglo XIX y la construcción del ferrocarril.- El viaje a Lima se hacía en carruajes, en cabalgaduras o a pie. Los viajeros del siglo XIX detallan con minuciosidad las condiciones del viaje por lo obligado que era su trayecto para llegar a Lima. En este sentido, la mayoría de las descripciones coinciden en señalar que el camino estaba infestado de asaltantes. La gran innovación vino en la década de 1850 con la construcción de la vía férrea que uniría a Lima con el Callao.
El primer ferrocarril del Perú fue el que unió Lima y el Callao en 1851. Fue la culminación de proyectos iniciados en 1826 y concretados en el primer gobierno de Castilla y la ceremonia de colocación de la primera piedra se realizó en la Estación de Lima el 30 de junio de 1850. Al mes siguiente se iniciaron los trabajos en base de los planos del ingeniero John England y 5 meses después se hizo el primer viaje de prueba entre el Callao y el convento San Juan de Dios, hoy Plaza San Martín. El 8 de noviembre se organizó un pequeño convoy formado por una locomotora y un coche en el que viajó el presidente Castilla, ida y vuelta al Callao, en viaje inaugural. Por fin, el 3 de enero de 1851 comenzó el servicio de pasajeros y el 17 de mayo se inauguró oficialmente la línea. La construcción de los casi 14 kiIómetros de la vía se efectuó en 11 meses y 18 días. Dos locomotoras importadas de Inglaterra fueron bautizadas con los nombres de “Lima” y “Callao”. El 17 de mayo de 1851, ya durante el gobierno del presidente Echenique, se comenzó a usar el ferrocarril regularmente para el transporte de pasajeros pagando pasaje. El muelle del Callao del cual arrancaba la vía ya no existe pues fue reemplazado por el actual muelle de guerra cuando en 1865 se iniciaron las obras de lo que se llama Muelle y Dársena.
Luego de la Guerra del Pacífico, la Peruvian Corporation tomó a su cargo la línea y continuó con el servicio de pasajeros. Era una vía simple que partía del muelle y bordeaba la fortaleza del Real Felipe (llamado en el siglo XIX “Castillo de la Independencia), entraba a la actual avenida Grau (ex Buenos Aires, y en el siglo XIX llamada “Del Ferrocarril) para luego enrumbar a Lima por la avenida Colonial. Luego, el ferrocarril tendría dos ramales que se extendían a La Punta y Bellavista. Fue llamado “inglés” por limeños y chalacos, pues de Inglaterra vino la maquinaria y los carros o vagones del tren. Lamentablemente, hoy sólo ofrece servicios esporádicos de carga entre la Estación de Desamparados y el Terminal del Callao.
El alumbrado público en el siglo XIX.- El alumbrado público y privado a kerosene y luego a gas cambió el aspecto de la ciudad. Hasta ese momento, las casas particulares y negocios colocaban mecheros de aceite en las puertas y los encendían al caer la tarde y alumbraban un espacio reducido hasta aproximadamente las 10 de la noche. En 1854 se celebró un contrato para instalar 167 faroles a kerosene en la calle del Comercio (hoy jirón Constitución). Posteriormente, en 1865, la empresa de Juan Matkinson instaló 370 faroles a gas para alumbrado público y domiciliario.
La iglesia matriz.- La tradición cuenta que este templo, ubicado en la Plaza Grau, data de la época virreinal, y es posible que con el maremoto de 1746 se destruyó; sus bases se encontraron casi integras y pudo ser reconstruida luego. Lo cierto es que la actual iglesia fue levantada con fondos fiscales en 1866, con autorización del presidente Mariano I. Prado. Decimos la “actual iglesia” porque sus libros de bautismo y defunción datan de 1749; es decir, tres años después del sismo que hizo desaparecer el Callao. Y hay otro dato: fue elevada a parroquia en 1834 por el arzobispo de Lima Jorge de Benavente. Existe también un plano del Callao de 1573, en el que se detalla una Iglesia con manzanas alrededor. Lamentablemente los constantes tsunamis y terremotos que a sufrido el Primer Puerto de la republica entre 1586 y 1966 (los mas devastadores) han ocasionado de que esta Iglesia haya sido reconstruida varia veces.
Lo cierto es que la actual iglesia, de bellos altares tallados, se empezó a construir en la década de 1860 y es de estilo neoclásico, de una sola nave y numerosas columnas y arcos, y un abreve cúpula sobre el altar mayor. Ubicada en la calle Miller, es llamada matriz por ser la principal y como “madre” o generadora de las demás, ya que solo hasta su construcción solo existía la capilla de Guadalupe (ubicada en el pequeño hospital donde se atendía a los marineros enfermos). Iniciada la construcción de la Matriz, tardó varios años en ser terminada. Concluida su edificación, se la nombró con el título de Iglesia de San Simón y San Judas. Durante varios años, cuidaron de ella los sacerdotes franceses de la Inmaculada Concepción. Luego del terremoto de 1966, cuando quedó seriamente dañada, el obispado del puerto y el gobierno de Holanda se encargaron de su reconstrucción. A mediados de la década de 1970, gracias a la decisión de monseñor Ricardo Durand Florez, en ese entonces Arzobispo-Obispo del Callao, tuvo otros procesos de reconstrucción, uno de ellos del Gobierno de Alemania y el último por Corde-Callao. Finalmente, el 16 de setiembre de 1995 fue reinaugurada la Iglesia Matriz y consagrada como Catedral del Callao.
La calle más antigua del Callao.- Al finalizar el siglo XIX, el tránsito pesado por la antigua calle Lima fue disminuyendo por el funcionamiento del tren inglés. Eso fue aprovechado por las autoridades del puerto para adoquinar la vía con bloques de piedra tallada procedente de la isla del Frontón. Luego, la presencia del tranvía eléctrico Lima-Callao contribuyó a que los chalacos se preocuparan más por el aspecto ornamental de la calle Lima. De esta manera, desaparecieron las acequias y se plantaron árboles a lo largo de la avenida. El ritmo de las edificaciones fue lento hasta completar la primera manzana con las calles Paz Soldán y Colón. Pero con el tráfico comercial y la apertura de negocios se convierte en la principal arteria del Callao hasta la fecha. Lo cierto es que el 23 de agosto de 1914, el Consejo Provincial del Callao acordó modificarle el nombre a la avenida por el de Roque Sáenz Peña, en honor al ilustre militar argentino, además de presidente de su país, quien luchó por el Perú en la Guerra del Pacífico. Sin embargo, hasta no hace mucho tiempo, algunos chalacos conservadores, o algo nostálgicos, la seguían llamando como antaño: “calle Lima” (algunos datos utilizados en el post de hoy han sido tomados del libro de Francisco Quiroz, Historia del Callao : de puerto de Lima a provincia constitucional. Callao, 2007).
Jirón Constitución (1904)