Notas sobre Chorrillos en tiempos de la independencia


José Olaya, según óleo de Gil de Castro

Es imposible hablar de Chorrillos en esta etapa sin mencionar a su hijo más insigne, el humilde pescador y mártir de la causa patriota, José Olaya Balandra (n. 1782). Parece que recibía correspondencia vinculada a Sucre en el Callao y en su barca la llevaba a Chorrillos desde donde la pasaba a Lima en su cesta llena de pescado. Sometido a tormento por los realistas, se negó a confesar para quiénes iban dirigidas las cartas. Por ello, fue fusilado por órdenes del español Rodil en el callejón de Petateros (hoy pasaje Olaya, al lado de la Plaza de Armas) el 29 de junio de 1823; pasó a la historia por su célebre frase Si mil vidas tuviera, dichoso las daría por mi patria.

¿Cómo era Chorrillos en tiempos de Olaya? En 1822, por ejemplo, el marino inglés Gilbert Mathinson estuvo por allí y llamó al pueblo “la Brighton de Lima”, en alusión al balneario de Londres, y nos dice: “durante los meses de verano se llena de concurrencia que acude a ella por el beneficio de los baños de mar…. Las casas, en un número de doscientas o trescientas, estaban habitadas en su mayoría… por pescadores indios. Era difícil concebir cómo las damas podían alojarse en viviendas tan miserables; y aunque traían sus propios muebles, toda aproximación al conforte o la conveniencia mucho menos que lujo, podía descartarse”.

Otro inglés, Robert Proctor, visitó el balneario en 1823 y nos describe las casas y su gente: “Los ranchos, como se llaman por desdén, se componen generalmente de gran sala abierta hacia el mar, con dos o tres dormitorios detrás; completamente de construcción común, los más con pisos de arcilla y techos de cañizos. Pertenecen a los indios más ricos que viven generalmente en chocitas de caña al fondo de las casas que alquilan por la temporada, o sea durante los cuatro meses más calurosos del año. Aquí traen las familias sus muebles, vino, etcétera, y se instalan para gozar la brisa marina y los baños, y comer pescado, entre los que uno chico semejante a nuestras sardinas goza de alta y merecida estima (debe referirse a los pejerreyes). Continúa Proctor: El indio de Chorrillos es gente muy sencilla que vive enteramente de la pesca, cuyo producto lleva al mercado de Lima. Las canoas pescadoras salen al ponerse el sol, cada una tripulada por dos hombres, uno sentado a proa y el otro a popa, ambos con pala, y bogan con asombrosa rapidez; retornan al venir el día cuando la orilla está llena de hombres y mujeres y niños con sus pollinos, que reciben el producto de la expedición nocturna; transportan el pescado cuesta arriba en canastas y cargan en asnos las redes que luego extienden al sol para secarlas” (así debió de ser la vida de Olaya).

Es importante mencionar que durante gran parte de las guerras de Independencia, Chorrillos fue el puerto de Lima debido a que el Callao estaba sitiado por los realistas.


Los baños de Chorrillos, según Rugendas

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