Bares y tabernas de Lima: el Münich

En la cuadra 10 del Jirón de la Unión, en la antigua calle Belén (n° 1045), uno se encuentra con una puerta estrecha, una escalera que desciende y un austero letrero de neón que dice “Bar Munich”. Sus fundadores fueron una pareja de germanos, Hans (suizo) y Helga (alemana); parece que abrieron el local a finales de los años cuarenta, aunque en los registros municipales aparece desde 1954. La idea era montar un bar con estilo entre helvético, tirolés y bávaro. El bar tuvo mucho éxito desde sus inicios hasta que, cuenta la leyenda, Hans se vio involucrado entre los conspiradores a la dictadura del general Odría. Parece que el suizo entró en una crisis de nervios que se suicidó, dentro del mismo bar, con uno de sus rifles.

Producto del escándalo y de la desesperación, Helga quiso deshacerse del local; lo vendió a una bicoca a los mozos y se fue del país. De esta manera, los mozos se encargaron del bar hasta que, en los setenta y los ochenta, cuando el Centro estaba atestado por ambulantes y el desorden (coches-bomba incluidos), decidieron clausurar, momentáneamente, el histórico bar. Nadie venía de noche al Centro, comenta Jorge Picón Paredes, el mozo-administrador que atiende en la barra.

Hoy el bar tiene el “encanto de la decadencia”. Todavía conserva sus aires helvéticos o bávaros en su decoración, en las luces, en la barra y en sus sólidas mesas de madera. Se empieza a llenar a partir de las 10 de la noche y no para hasta altas horas de la madrugada. Casi todos piden cerveza y el famoso “piqueo alemán” (hecho de hot dog, salchichas y papas fritas, para no perder la tradición germánica); también se sirve chicharrón de pollo y lomo criollo con papas fritas. Quizá el personaje más entrañable es el pianista. Se llama Mario Castro y trabaja allí desde 1977; lo acompaña un baterista, Leo Agosto, más conocido como el Tío Baretta por la gorra que lleva. Ellos hacen su concierto alrededor de medianoche y la pieza que más les pide el público es “Zorba el Griego”. Pero la música del local es variada y la gente sale a bailar, desde boleros hasta salsa contemporánea.

Dicen que en este local, antes de que funcionara el MUNICH, había un night club llamado el “Gallo Rojo” donde bailó la Tongolele. También cuentan que ha sido visitado por Gabriel García Márquez, Alfredo Bryce Echenique y Abimael Guzmán, cuando era profesor de filosofía.

Fotos Juan Luis Orrego


Bar Münich (flickr.com)

Puntuación: 4.5 / Votos: 20

Comentarios

  1. hubert escribió:

    me parece estupendo las ideas tan facinanates y la creatividad de las muchas personas que la manifiestan, la idea de la concervacion y la tendencia a lo inusual.excelente block

  2. hubert escribió:

    me parece estupendo las ideas tan facinanates y la creatividad de las muchas personas que la manifiestan, la idea de la concervacion y la tendencia a lo inusual.excelente block

  3. marco escribió:

    Gracias por narrar un poco la historia de este bar restaurante. un amigo me invito a este lugar para su cumpleaños…..y ahora tengo mas ganas de asistir …jeje..gracias por el articulo muy bueno y las fotos y todo ..

  4. Cecilia escribió:

    Paso los 40 años y me gusta mi casa para las reuniones , pero si tengo que salir, no lo pienso dos veces…El Munish es y se a conertido en un amigo muy solidario, el ambiente es bonito, la gente que comparte , el estar alli te transporta a un tiempo sin realidad pero lindo, se los recomiendo,muy lindo y comodo.

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