La Reconstrucción Nacional: textos

Ingresos del estado

“La única fuente positiva de recursos con que hoy puede contar el gobierno para atender las necesidades generales de la administración pública… es la que procede de la Aduana del Callao y de las del Norte de la República, notablemente disminuidas por la reducción del consumo de mercaderías que se importan del extranjero. En este sentido, las penurias del Tesoro nacional demandan hoy la mayor economía de los gastos, estricta y normal recaudación de los ingresos fiscales y la justa distribución de ellos, entre los servidores y necesidades de la administración…” (El Peruano, octubre de 1884).

Situación del empleo en Lima

“En Lima hacen falta muchos empleos. Un ejemplo puede ser ilustrativo. Para el cargo de Inspector del camal se han presentado a concurso 23 personas y eso que el sueldo no es una maravilla (sólo 80 soles mensuales), muchas molestias, intemperie y fatigosa labor. Desde generales de brigada hasta capitanes de navío, antiguos altos empleados, ex-administradores de aduana, bachilleres y antiguos rentistas pugnan por el cargo mencionado. No cabe duda que la guerra con Chile, primero, y la guerra civil, después, ha terminado por sumir nuestra patria en un estado calamitoso del cual, por el bien de las futuras generaciones, estamos obligados a salir lo antes posible (El Comercio, noviembre de 1885).

Diagnóstico de la economía

“La desastrosa guerra sostenida con el enemigo exterior, que aniquiló sus frutos y asoló sus campos y los elementos de su labranza con el merodeo y con el incendio, la colocan al presente en la dolorosa situación, tal vez de desfallecer y extinguirse por completo… Sus cultivadores que apenas ayer, han podido, a costa de enormes sacrificios, reparar, aunque en pequeño, los inmensos daños sufridos se encuentran hoy con justo motivo en desaliento y abrumados, ya con los enormes gastos que demanda su exportación, ya con la escasez del agua y ya, en fin, con la avidez de sus habilitadores que les arrebatan hasta el último átomo de sus provechos y todo esto en medio del abatimiento de precio que actualmente sufre en los mercados europeos… Si la industria rural muere bajo el preso abrumador de las gabelas, toca al supremo Consejo de Ministros, dar vida e impulso a estas industrias, que radican su riqueza en el suelo patrio y que renacerán, dando seguro sustento a la clase proletaria y un porvenir algo más lisonjero para nuestros agricultores” (Superintendente General de Aduanas, 1886).


Catedral del Cuzco (1894)

El precio de la carne

“Ya es insoportable el precio de la carne que, sin exageración, está por las nubes. Creemos, y con nosotros toda la ciudadanía, que tanto el gobierno como la Municipalidad están en la obligación de poner en juego los recursos conducentes a solucionar un problema tan álgido. La carne es un artículo indispensable para los limeños; sin embargo por su elevado precio va pasando a la categoría de artículo de lujo, destinado solo al consumo de las clases económicamente poderosas” (El Comercio, enero de 1886).

Una economía en ruinas

“Estamos en bancarrota. Los cálculos más pesimistas de ayer han sobrepasado la realidad. Ya no ascienden nuestras rentas como hace años, a 18 millones de soles, siendo triste decir que muy afortunados seríamos si ahora llegáramos a conservarlas en seis. El Fisco lucha con invencibles dificultades. Cada día es un peligro vencido, una complicación salvada. Estamos cosechando las consecuencias de nuestro desastre. En los últimos años no solamente perdimos las riquezas fiscales sino, lo que es más grave, la fortuna privada. Esta ruina ha invertido los papeles. Ayer la vida iba de arriba hacia abajo: ahora debe ascender de abajo hacia arriba. Todo esto sería muy fácil de arreglar si hubiera fortuna privada, pero ella ha desaparecido… La miseria del Gobierno es únicamente un reflejo natural y una consecuencia lógica de la ruina social” (Carlos Lissón, 1887).

Un signo de recuperación

“La dignidad del ciudadano, la libertad y las garantías para todos, han recobrado su imperio; el decoro de las funciones públicas ha sido restablecido; las industrias renacen confiadas; brotan otras nuevas; preparan su aparición empresas poderosas; el capital abunda, y se ofrece a precio excepcionalmente bajo. Dilatados horizontes se han abierto para la República. Hay atmósfera de salud y de vida para todos” (Nicolás de Piérola, mensaje al Congreso, 1896).

Una esperanza: la amazonía

“Después de la catastrófica guerra con Chile, el interés del Estado volvió a hacerse visible en la exploración de la Amazonía… El gobierno consideraba que dichos territorios eran ‘baldíos’, y ello respondía a un criterio generalizado en la época, puesto que se pensaba entonces que las tierras debían ser ocupadas por los pobladores que las hicieran productivas en forma ciertamente distinta a los criterios económicos de los indígenas de la región… Parta poblar las nuevas tierras con criterios europeos se impulsó la inmigración… Para ello no se tomó entonces en consideración que esta nueva población que se estimulaba no ocuparía un espacio vacío, sino poblado bajo pautas culturales distintas” (Franklin Pease, 1993).

La economía de exportación

“El funcionamiento de esta economía de exportación, al monopolizar los recursos productivos y al requerir la asignación de fuerza de trabajo y excedente, erosionó significativamente la condición material de las masas populares en el campo y en la ciudad. Al igual que en 1872, su movilización fue el resultado de una conjunción entre crisis política y un profundo descontento social. La crisis política nació de la obstinación de Andrés A. Cáceres por volver en 1894 al control político del Estado, deseo que inmediatamente provocó la coalición entre la Unión Cívica, los civilistas y los demócratas. Piérola, el símbolo de esta alianza, supo utilizar y traducir este descontento para acceder al poder después de haber derrotado a las huestes de Cáceres en la más importante guerra social del siglo XIX” (Heraclio Bonilla, 1979).

Los inmigrantes y el crecimiento económico

“Durante la segunda mitad de la década de 1890, los capitalistas peruanos e inmigrantes tuvieron éxito promoviendo el desarrollo autónomo del país… una intensa movilización de recursos permitió el desarrollo simultáneo de nuevos sectores de exportación, así como la rápida expansión de la construcción urbana y los servicios públicos Se creó un sistema financiero compuesto por bancos, compañías de seguros y una Bolsa de Valores para captar y asignar el excedente económico generado por las industrias de exportación. Los efectos regionales del crecimiento fueron también amplios… Varias regiones del país contaban con sus propios polos de desarrollo y la integración entre ellas aumentaba constantemente… Los observadores contemporáneos no sólo podían incluir al Perú entre los países latinoamericanos de más rápido crecimiento, sino que también podían constatar el carácter ‘nacional’ de esta expansión” (Rosemary Thorp y Geoffrey Bertram, 1985).

Situación de la defensa nacional

“Muy penoso me es manifestaros que la Nación carece del elemento más importante para la defensa de su extenso litoral, de ese factor positivo de la estrategia militar, de marina de guerra. Después de los desastres de la guerra del pacífico, no quedaron ni vestigios de nuestra gloriosa escuadra. Veintitrés años han transcurrido y, sensible es decirlo, no se ha atendido como la Nación pide, a tan premiosa necesidad. Así, pues, por dolorosa que sea, debo declarar ante la Representación Nacional, que nuestros puertos están a merced del primero que intente ultrajarlos o herirlos a mansalva” (Memoria presentada al Congreso por el contralmirante Manuel A. Villavicencio, ministro de Guerra y Marina, 1903).


La Oroya (1894)

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