Claves del primer Informe anual sobre protección de menores

11:00 a.m. | 11 nov 24 (VTN/RD).- En un paso adelante en contra del flagelo de los abusos sexuales, de conciencia y de poder, la Pontificia Comisión para la Tutela de Menores presentó su primer informe anual. El documento expone, por primera vez, el panorama de la situación en todo el mundo, destacando carencias y fortalezas. Y, aunque se reconoce que “aún queda mucho por hacer”, se plantean varias necesidades puntuales, como agilizar la destitución de sacerdotes acusados, más rendición de cuentas y transparencia, y que las víctimas tengan acceso a la información.

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Los diez mandamientos de la lucha contra los abusos en la Iglesia

La Pontificia Comisión para la Tutela de Menores (PCTM), instituida por el papa Francisco para atajar la lacra de los abusos, ha publicado su primer informe anual, en el que se reclama acabar con la opacidad y acelerar la dimisión de religiosos pederastas, entre otras muchas indicaciones. El informe es fruto del estudio de veinte iglesias locales en las visitas ad limina realizadas en 2023 al Vaticano, entre estas los de México y Colombia (los obispados deben viajar a Roma cada cinco años para informar al papa y a la Curia de sus situaciones). Estas son algunas de las indicaciones que constan en el documento:

1) Fin de la opacidad. La Iglesia necesita impulsar el acceso de las víctimas a la información para afrontar el “problema” de la opacidad en los procesos canónicos. “Deberían estudiarse medidas que garanticen el derecho de todo individuo a acceder a cualquier información que lo afecte, máxime en los casos y responsabilidad de los abusos” (siempre en respeto de la ley de protección de datos).

2) El concepto de vulnerabilidad. Los casos de abusos no solo son con menores sino que la Iglesia también los reconoce en adultos “vulnerables”. Por eso, la comisión aboga por desarrollar “una definición mayormente uniforme de vulnerabilidad”.

3) Más rapidez. El informe admite que las víctimas aún sufren procesos civiles y canónicos “difíciles, lentos y fuente de continua victimización”. Por eso insta a “garantizar una gestión eficaz, rápida y rigurosa” de cada caso de abuso, aclarando también el rol de cada dicasterio -“misterio”- de la Curia Romana.

4) Dimisión fulminante. Otra reclamación es la de “agilizar y acelerar el proceso de dimisión” de un líder eclesial acusado de abuso “siempre que esté justificado”.

5) Compensación. El informe pide “estudiar las políticas de indemnización” para ejercer medidas “rigurosas” de reparación en el proceso de “sanación” de las víctimas.

6) Un magisterio contra los abusos. Asimismo el informe llama a “desarrollar aún más el magisterio de la Iglesia” sobre su deber de protección, promoviendo entre sus clérigos “la dignidad de los niños” mediante una visión “unitaria y teológica-pastoral”.

7) Especialización. La iglesia, además, debe impulsar un proceso de “profesionalización” entre sus miembros y brindar a quienes estén en contacto con menores “oportunidades académicas” de formación dotadas con “recursos adecuados”.

8) “Faltas preocupantes”. El primer análisis de la Comisión ha constatado que, mientras algunas autoridades eclesiásticas demuestran un claro compromiso por la protección, otras solo están “al inicio del ejercicio de asunción de responsabilidades”. En algunos casos, de hecho, se ha detectado una “preocupante falta” de estructuras de denuncia y de acompañamiento de las víctimas, lo que contraviene a lo exigido por el Papa en su documento Vos estis lux mundi (2023) sobre las normas contra los abusos sexuales.

9) “Conversión continua”. Este año la Pontificia Comisión ha cumplido diez años en los que “se ha asistido a un crecimiento de la conciencia tanto de la realidad de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia como a su mala gestión”. La publicación de estos informes pretende “facilitar un proceso de conversión continua” dentro de las instituciones católicas.

10. Un lustro para abarcarlo todo. En el planeta hay un total de 114 conferencias episcopales por lo que la comisión, dirigida por el cardenal estadounidense Sean Patrick O’Malley, se fija el objetivo de estudiar todas en el arco de 5/6 años.

VIDEO. El Vaticano estudia crear un “defensor del pueblo” para las víctimas de abusos

Síntesis del Informe en Vatican News

“Quisiera que me preparen anualmente un informe sobre las iniciativas de la Iglesia para la protección de los menores y de los adultos vulnerables. Esto podrá ser difícil al principio, pero les pido que empiecen desde donde sea necesario para que podamos brindar un informe fiable sobre lo que está sucediendo y lo que debe cambiar, para que las autoridades pertinentes puedan actuar”. Tras un largo e intenso trabajo, la Comisión para la Protección de Menores -órgano creado por el Papa en 2014 para proponer las iniciativas más adecuadas para prevenir los abusos en la Iglesia- responde a la llamada de Francisco y publica su primer Informe Anual sobre Políticas y Procedimientos de Protección.

Unas 50 páginas, cuatro secciones, numerosos datos recogidos en los cinco continentes y en diversos institutos y congregaciones religiosas, y también en la propia Curia Romana, a la que se pide cada vez más transparencia sobre procedimientos y procesos.


El sufrimiento y la curación de las víctimas

El documento ha sido redactado por un grupo de trabajo presidido por Maud de Boer-Buquicchio, miembro de la Comisión y con una larga experiencia en la defensa de menores. En la portada aparece un árbol baobab, símbolo de la “resiliencia”, la que han demostrado miles de víctimas al denunciar y luchar para hacer de la Iglesia un lugar más seguro y recuperar la confianza perdida a causa de estos delitos. En ellas, en su sufrimiento y en su curación, se centra el trabajo de toda la Comisión y el propio Informe.


Riesgos y progresos

Más en detalle, el Informe -dice- busca promover el compromiso de la Iglesia con una respuesta “rigurosa” a la lacra de los abusos, basada en los derechos humanos y centrada en las víctimas, en línea con las recientes reformas del Libro VI del Código de Derecho Canónico que estigmatiza el delito de abusos como una violación de la dignidad de la persona. El texto documenta los riesgos y los avances en los esfuerzos de la Iglesia por proteger a los niños. También recoge recursos y buenas prácticas para compartir en la Iglesia universal, y es una herramienta para que la Comisión informe de sus conclusiones y recomendaciones de forma sistemática para compartirlas con el Papa, las víctimas, las Iglesias locales y el Pueblo de Dios.


Mayor acceso a la información

Entre las “necesidades” que señala el documento está la de promover mejor el acceso de las víctimas y supervivientes a la información para evitar que se generen nuevos traumas. “Deberían diseñarse medidas para garantizar el derecho de toda persona a cualquier información que le concierna”, siempre “respetando las leyes y requisitos de protección de datos”, dice el texto. Que también reitera la necesidad de “consolidar y clarificar las competencias de cada Dicasterio de la Curia Romana para garantizar una gestión eficaz, oportuna y rigurosa de los casos de abusos sometidos a la Santa Sede”, sugiriendo la importancia de agilizar los procedimientos -“cuando esté justificado”- de dimisión o destitución de los responsables.

También es necesario, según el informe, “un mayor desarrollo del magisterio de la Iglesia sobre su ministerio de tutela”; estudiar las políticas de daños y reparaciones para promover un enfoque riguroso de las reparaciones; y promover oportunidades académicas y recursos adecuados para los aspirantes a trabajadores de la tutela.


El análisis de las iglesias locales

En la segunda sección del Informe Anual, la atención se centra en las iglesias locales y se presenta un análisis de varias instituciones eclesiásticas. En primer lugar, la Comisión reconoce la importancia de acompañar a los líderes de las iglesias locales en su responsabilidad de aplicar políticas de prevención y respuesta. A continuación, garantiza “intercambios de datos normalizados” con los obispos locales y los superiores religiosos y explica que la revisión de las políticas y procedimientos sobre tutela por parte de los obispos tiene lugar a través del proceso ad limina a petición especial de una Conferencia Episcopal o de uno de los Grupos Regionales de la Comisión.

Más concretamente, Tutela Minorum examina entre 15 y 20 iglesias locales cada año, con la intención de examinar toda la Iglesia a lo largo de un periodo de 5-6 Informes Anuales. Cada Informe incluye también el análisis de una selección de institutos religiosos. Las Conferencias Episcopales en cuestión son: México, Papúa Nueva Guinea e Islas Salomón, Bélgica y Camerún. Las Conferencias que realizaron visitas ad limina durante el periodo del informe son: Ruanda, Costa de Marfil, Sri Lanka, Colombia, Tanzania, República Democrática del Congo, Zimbabue, Zambia, Ghana, República del Congo, Sudáfrica, Botsuana, e-Swatini, Togo, Burundi. Los institutos religiosos señalados son los Misioneros de la Consolata (femenino) y la Congregación del Espíritu Santo (masculino).


Falta de instalaciones y servicios

En su análisis de las Iglesias locales, la Comisión constata que “mientras que algunas instituciones y autoridades eclesiásticas demuestran un claro compromiso con la protección, otras sólo están al principio de asumir su responsabilidad institucional” frente al fenómeno de los abusos. En algunos casos, la Comisión constata “una preocupante falta de estructuras de denuncia y de servicios de acompañamiento” para las víctimas y los supervivientes, como exige el Motu Proprio Vos estis lux mundi.


Desequilibrios en las regiones continentales

Los datos recogidos por la Comisión en las regiones continentales también muestran algunos desequilibrios. Mientras que, por un lado, algunas zonas de América, Europa y Oceanía se han beneficiado de “considerables recursos disponibles para la protección”, una parte sustancial de América Central y del Sur, África y Asia cuenta con “pocos recursos específicamente dedicados”. Por ello, la Pontificia Comisión considera esencial “aumentar la solidaridad entre las Conferencias Episcopales de las distintas regiones”, “movilizar recursos para alcanzar estándares universales de protección”, “crear centros de denuncia y asistencia a las víctimas/supervivientes” y “desarrollar una verdadera cultura de la protección”.


La Curia Romana

En la tercera sección, la atención se centra en la Curia Romana, que, como “red de redes”, podría representar una especie de centro de intercambio de buenas prácticas en el ámbito de la protección para las demás Iglesias locales: “La Iglesia”, afirma el Informe, “en el desempeño de su misión de promover los derechos humanos en la sociedad en general, interactúa activamente con una serie de poblaciones a las que debe garantizar normas adecuadas de protección”.


Transparencia y recogida de información

El mismo organismo pontificio pretende promover una visión común y recopilar información fiable para fomentar una transparencia cada vez mayor en los procedimientos y la jurisprudencia de la Curia Romana en relación con los casos de abusos. Se señala que la Sección Disciplinaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha compartido públicamente información estadística limitada sobre sus actividades, y los autores del Informe solicitan acceso a más información. Otras acciones indicadas incluyen “comunicar las diferentes responsabilidades de protección de los diversos Dicasterios; “promover el desarrollo de estándares compartidos en toda la Curia Romana”; “difundir enfoques informados sobre traumas y centrados en víctimas y supervivientes dentro del trabajo de los dicasterios”.


Cáritas en el punto de mira

El Informe Anual presenta también los resultados de “estudios de casos” sobre las organizaciones Caritas: Caritas Internationalis, a nivel universal; Caritas Oceanía, a nivel regional; Caritas Chile, a nivel nacional; Caritas Nairobi, a nivel diocesano. Reconoce la “gran complejidad” de la misión llevada a cabo por Cáritas y los progresos realizados en los últimos años en el ámbito de la protección; al mismo tiempo, existen “grandes variaciones en las prácticas de protección entre las distintas instituciones”. Este último aspecto preocupa a la Comisión.


La iniciativa Memorare

En el Informe también se da espacio a la iniciativa Memorare, que durante los últimos diez años ha recaudado fondos de las Conferencias Episcopales y órdenes religiosas para ayudar a las Iglesias con menos recursos. El objetivo de Memorare es desarrollar en el Sur Global centros de información y asistencia, competencias para la formación a nivel local, una red local de profesionales de la tutela.

El informe detalla de que en 2023, la Comisión recibió para Memorare una primera donación anual de 500.000 euros de la Conferencia Episcopal Italiana (con un compromiso total de 1.500.000 euros); 35.000 euros del mundo religioso; la primera donación anual de 100.000 dólares de la Fundación Papal (con un compromiso de tres años de 300.000 dólares en total). Además, la iniciativa ha recibido el compromiso de la Conferencia Episcopal Española de apoyar los proyectos elegidos por recomendación de la Comisión con 300.000 dólares anuales (lo que supone un total de 900.000 dólares en tres años).

VIDEO. Cómo es la “respuesta rigurosa” que se pide para la “lacra” de los abusos

Conferencia de presentación y comentarios

El informe fue presentado en el Vaticano por el cardenal Sean O’Malley, presidente de la PCTM y arzobispo de Boston, una de las diócesis más golpeadas en Estados Unidos por el escándalo de abusos y por eso con gran experiencia en el tema, junto a su número dos, el arzobispo Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá, nuevo secretario de la misma comisión. También intervino Maud de Boer-Buquicchio, jurista y relatora especial de la ONU sobre la Explotación Sexual de 2012 a 2020, encargada del Informe Anual y algunos otros miembros de la comisión como el chileno Juan Carlos Cruz, sobreviviente de abusos por parte del clero.

El cardenal O’Malley comenzó su intervención con una reflexión sobre un primer periodo de lucha contra los abusos, y reconoció que los relatos de las víctimas, “revelan un período engañoso en el que los líderes de la Iglesia fallaron trágicamente a aquellos que estamos llamados a pastorear”. Lo calificó como “una etapa poco profesional en la que los líderes de la Iglesia toman decisiones sin ninguna adherencia a las políticas, procedimientos o normas básicas de preocupación por las víctimas”, y “una etapa oscura en la que la desconfianza obstruye la capacidad de la Iglesia para ser testigo de Cristo”.

Afortunadamente, sugirió, estamos atravesando un segundo período, que, dijo, está empezando a tomar forma en muchas partes del mundo. En él, “la responsabilidad, el cuidado y la preocupación por las víctimas está comenzando a traer luz a la oscuridad”. Se trata de un momento, comentó, en el que “existen sólidos sistemas de denuncia que nos permiten escuchar y responder a las víctimas, con un enfoque basado en el trauma”. Y, ha subrayando que el trabajo de la Comisión, incluido este informe, “es y siempre ha sido el reconocimiento y la inclusión de las víctimas y supervivientes de abusos en la vida de la Iglesia”.

“Durante demasiado tiempo el llamado a la rendición de cuentas y a la justicia ha quedado sin respuesta en la Iglesia a la hora de atender los abusos cometidos por el clero”, afirmó la Dra. Buquicchio. Sin embargo, con este primer Informe Anual, nosotros, como Comisión, sostuvo, “estamos comprometiendo a los líderes de la Iglesia en sus niveles más altos -ya sea en las Iglesias locales o en la estructura de gobierno de la Iglesia en el Vaticano- a reconocer la urgente necesidad de responder mejor a ese llamado”.

VIDEO. Entrevista al cardenal O’Malley en Vatican News

 

El trabajo de la Comisión y el encargo del Informe

Luego, ya observando el desarrollo del documento, se explicó que fue fruto de los diez años de trabajo de este equipo que, si bien encontró dificultades y fuertes resistencias, pudo avanzar. “Trabajo desde hace diez años en la comisión, he visto resistencias no sólo en la curia romana, en el Vaticano, sino también en muchas Iglesias a nivel local, y ver esta resistencia me ha impactado, pero he visto cambios significativos en estos diez años, como por ejemplo hay más apertura ahora en los dicasterios del Vaticano”, dijo Alí Herrera. “Sí, ciertamente aún falta mucho, pero algo está cambiando”, agregó.

El informe analizó varios datos que reflejaron que, si por ejemplo en EE.UU. y Europa ya funcionan diversas estructuras de prevención y ayuda a las víctimas, no pasa lo mismo en el “sur global”, debido a falta de recursos. Al respecto O’Malley destacó que la comisión ha logrado conseguir fondos para ayudar a que esto cambie. El informe también sacó a la luz la falta de interés en este tema de algunos episcopados, como por ejemplo el de México: sólo el 20% de los obispos de este país respondió a un cuestionario que la PCTM le había pedido responder durante su visita ad límina (la visita que cada cinco años realizan al Vaticano los obispos). Por otro lado, denuncia la lentitud que sigue habiendo en el manejo de los casos de abusos, debido a su enorme cantidad y el poco personal, así como la opacidad.

VIDEO. Entrevista a monseñor Luis Manuel Alí Herrera en Vatican News

 

Información negada, doloroso obstáculo

“Justicia demorada es justicia negada”, sentenció el cardenal norteamericano, que admitió, por otro lado, estar preocupado por la gran dificultad que suelen tener las víctimas a la hora de pedir información sobre sus casos, no sólo cuando la solicitan ante el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que se ocupa de esto en el Vaticano, sino también a nivel de las iglesias locales. Justamente por esto, el informe propuso la figura de “defensor del pueblo” u “ombudsman”, una suerte de procurador de los sobrevivientes, una propuesta de la que no se tienen más detalles.

“No dar información a los sobrevivientes, que no tienen idea en qué gran agujero negro fue a parar su caso, es una forma de re-traumatizar a los sobrevivientes”, explicó Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de abusos sexuales más conocida del sacerdote pedófilo chileno, Fernando Karadima y uno de los referentes de los sobrevivientes en la lucha contra este espantoso crimen. Fue silenciado mucho tiempo por parte de la Iglesia, maltratado e ignorado durante años por la jerarquía eclesiástica de su país.

Miembro de la PCTM desde marzo de 2021, Cruz se refirió al primer informe anual: “Tengo una gran esperanza, no fue fácil de hacer, pero es un importante primer paso: se usan en el informe palabras que antes no se utilizaban que son ‘verdad’, ‘justicia’, ‘reparación’, que antes eran palabras tabú en la Iglesia”, resaltó Cruz, que desde que en 2018 fue invitado al Vaticano por el Papa, que le pidió perdón por su error de apreciación de la situación en Chile, se volvió muy cercano a él.

“Aunque hay muchas víctimas de abusos que se suicidaron debido al daño irreparable sufrido, ahora veo que existe un camino para muchos de los que lloraron por años y para muchos que no tenían el coraje de contar su historia”, agregó Cruz, que agradeció públicamente a Francisco por “ser sincero y querer cuidar a los sobrevivientes”. Cruz confesó, además, que jamás se imaginó hace quince años que habría sido miembro de la PCTM: “Nunca pensé que iba a estar sentado acá, trabajando en la comisión y presentando este informe”, dijo, emocionado.

“Lo importante es que empezamos con este informe anual, que no es perfecto pero que es un instrumento y que de aquí en más tiene que ser así, todos los años. No nos podemos bajar del bus, es un camino que comenzamos y el pedido es que haya transparencia, agilización de la destitución de sacerdotes acusados de abusos, rendición de cuentas y que esta rendición de cuentas sea auditada”, resumió Alí Herrera ante una pregunta del diario La Nación de Argentina. “Lo más importante es que comenzamos una metodología nueva en la Iglesia”, agregó, al subrayar, por otro lado, la necesidad de seguir desarrollando el Magisterio de la Iglesia sobre la protección de los menores.

VIDEO. Entrevista a Juan Carlos Cruz en Vatican News

 

Información, para un modelo de justicia y conversión

De Boer-Buquicchio también se ha fijado en el aporte del reporte, que aún con todas las mejoras que se podrán ir trabajando, ofrece “una metodología sólida que se desarrollará con el tiempo hasta volverse cada vez más completa y sólida. Luego, en los próximos años también desarrollaremos nuestro alcance para incluir de manera más integral a los fieles religiosos y laicos”. Y añadió: “Sabemos que, en colaboración con muchos otros, necesitamos mejorar significativamente nuestra verificación de datos, mediante referencias cruzadas con fuentes externas”.

En este sentido, De Boer-Buquicchio ha lamentado también que “gran parte de la Iglesia sigue careciendo de prácticas o capacidades sólidas de recopilación de datos. Sin embargo, los datos son clave para nuestra capacidad de promover la rendición de cuentas. Por lo tanto, ¡debemos comprometernos a invertir en la infraestructura y los recursos de recopilación de datos de la Iglesia!”. Como autora del informe, ha recordado que se ha adoptado el modelo de justicia y conversión, que consta de cinco pilares principales que se entrelazan:

– Conversión que nos aleje del mal
– Verdad
– Justicia
– Reparación
– Garantía de no repetición

Durante el bloque de preguntas y respuestas, un periodista cuestionó a los ponentes sobre si el celibato en el sacerdocio contribuye a la crisis de los abusos sexuales. La Dra. Buquicchio refutó esta insinuación, manifestando que existe una desconexión. No se trata de relaciones sexuales entre adultos, sino de “un delito”, un “acto criminal de pederastia contra niños” que requiere apoyo y atención psicológica.

Además, el cardenal O’Malley planteó que no recuerda ningún estudio serio que sugiera que exista relación alguna entre el celibato y los abusos sexuales clericales a menores. En respuesta a otra inquietud, Buquicchio adelantó que la próxima edición del Informe Anual profundizará en la reparación y su importancia para las víctimas.

VIDEO. Reseña de la Conferencia de Prensa – Presentación del Informe Anual


VIDEO. Conferencia de Prensa (Completa)

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Fuentes

Vatican News (2) / Religión Digital / La Nación / Videos: Vatican Media – Canal 26 – Rome Reports – Radio María (Argentina) / Foto: Vatican Media

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